domingo, 16 de junio de 2013

San Maximiliano María Kolbe


Maximiliano María Kolbe fue ordenado sacerdote en 1918, y un año antes había fundado, con otros seis hermanos franciscanos, el movimiento MI, Milicia de la Inmaculada.

En 1927 fundó en Polonia a 40 km de Varsovia, la Ciudad de la Inmaculada, Niepokalanów, en un predio donde estaba la Gran Basílica de la Inmaculada, las dependencias de los religiosos, el noviciado, la dirección general, la enfermería, los talleres, así como los depósitos de los albañiles, una radiodifusora y tenía a su cargo la dirección de la revista El Caballero de la Inmaculada. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis lo tomaron prisionero y fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz, donde se le adjudicó el número 16.670.

El sargento polaco Franciszek Gajowniczek, de 40 años de edad, uno de los prisioneros, narró así su experiencia de aquel verano de 1941:


Yo era un veterano en el campo de Auschwitz; tenía en mi brazo tatuado el número de inscripción: 5659. Una noche, al pasar los guardianes lista, uno de nuestros compañeros no respondió cuando leyeron su nombre. Se dio al punto la alarma: los oficiales del campo desplegaron todos los dispositivos de seguridad; salieron patrullas por los alrededores. Aquella noche nos fuimos angustiados a nuestros barracones. Los dos mil internados en nuestro pabellón sabíamos que nuestra alternativa era bien trágica; si no lograban dar con el escapado, acabarían con diez de nosotros. A la mañana siguiente nos hicieron formar a todos los dos mil y nos tuvieron en posición de firmes desde las primeras horas hasta el mediodía. Nuestros cuerpos estaban debilitados al máximo por el trabajo y la escasísima alimentación. Muchos del grupo caían exánimes bajo aquel sol implacable. Hacia las tres nos dieron algo de comer y volvimos a la posición de firmes hasta la noche. El coronel Karl Fritzsch volvió a pasar lista y anunció que diez de nosotros seríamos ajusticiados.

A la mañana siguiente, Gajowniczek fue uno de los diez elegidos por el coronel de las SS Karl Fritzsch para ser ajusticiados en represalia por el escapado. Cuando Franciszek salió de su fila, después de haber sido señalado por el coronel, musitó estas palabras: "Pobre esposa mía; pobres hijos míos".

El padre Maximiliano estaba cerca, dió un paso adelante y le dijo al coronel: "Soy un sacerdote católico polaco, estoy ya viejo. Querría ocupar el puesto de ese hombre que tiene esposa e hijos". 

El oficial nazi, aunque irritado, finalmente aceptó su ofrecimiento y Maximiliano Kolbe, que tenía entonces 47 años, fue puesto, junto con otros nueve prisioneros, en una celda subterránea el 31 de julio de 1941.

A medida que pasaban los días, los prisioneros cada vaz mas debilitados por el ayuno obligado, fueron muriendo de a poco.

En la celda de hambre, celebró, mientras pudo, la Santa Misa, distribuyendo la Comunión a otros prisioneros.

Tras padecer tres semanas de hambre extrema, el 14 de agosto de 1941, aún sobrevivía junto a otros tres condenados, fueron asesinados con una inyección de fenol y sus cuerpos incinerados en el crematorio del campo. 

En 1971, el papa Pablo VI declaró beato a Maximiliano María Kolbe y en esa oportunidad Franciszek Gajowniczek pronunció estas palabras:


Sólo pude darle las gracias con la mirada. Yo estaba aturdido y no podía comprender lo que estaba pasando: Yo, el condenado, sigo viviendo y otra persona, voluntariamente, ofreció su vida por mí. ¿Es esto un sueño? [...] no tuve tiempo de decirle nada a Maximiliano Kolbe. Me salvé. Y se lo debo a él. La noticia se extendió rápidamente por todo el campamento. Fue la primera y la última vez que un incidente sucedido en toda la historia de Auschwitz.

Durante mucho tiempo sentí remordimiento al pensar en Maximiliano por permitir que me salvase firmando su sentencia de muerte. Pero ahora, al reflexionar, comprendí que un hombre como él no podía hacer otra cosa. Tal vez pensó que como sacerdote su lugar estaba al lado de los condenados para ayudarles a mantener la esperanza.

El 10 de octubre de 1982, el papa Juan Pablo II lo canonizó como San Maximiliano Kolbe  ante una multitud de polacos. 

Franciszek Gajowniczek con el papa Juan Pablo II

En 1991 se estrenó la película con producción alemano - polaca, Zycie za zycie, con dirección de Krzysztof Zanussi. 


A continuación el film completo.