jueves, 12 de diciembre de 2013

Frank Sinatra


Francis Albert Sinatra nació en Hoboken, Nueva Jersey, Estados Unidos, el 12 de diciembre de 1915 y murió en Los Ángeles, Estados Unidos, el 14 de mayo de 1998. Cantante y actor.

Frank Sinatra, apodado “La Voz”, fue una de las figuras más importantes de la música popular del siglo XX y dejó, a través de sus discos y actuaciones en directo, un legado en lo que respecta a la interpretación vocal.

Su repertorio se basó en la obra de los más importantes compositores populares estadounidenses, como Jimmy Van Heusen, Cole Porter, Sammy Cahn o George Gershwin, y su estilo sintetizó, ya en sus orígenes, quince años de influencias mutuas entre la música de inspiración jazzística y la música pop que empezaba a difundirse a través de la radio.


Sinatra construyó su estilo sobre la base de una comprensión natural de la música popular, tal como la habían entendido Bing Crosby, Fred Astaire, Benny Goodman y Louis Armstrong, explotando la idea de que esta, en todas sus vertientes, debería ser una extensión de la conversación.

Técnicamente, se caracterizó por su cuidada precisión en el fraseo y su dominio del control de la respiración; el rango de su voz estaba próximo al de Bajo-barítono. En cuanto a su categoría artística, esta radica en su capacidad interpretativa para transmitir las emociones y sentimientos implícitos en las letras de las canciones.

A Sinatra se le reconoce el haber sido el primer cantante que hizo un uso consciente de los medios de amplificación del sonido con el objeto de situar su voz por encima del sonido de la orquesta, que dominaba de la música popular estadounidense de principios del siglo XX, y para aproximarla a la intimidad del oído del oyente.



Como actor, Sinatra fue un artista de tipo intuitivo, reacio a someterse a los ensayos y repeticiones habituales en una grabación, por lo que sus interpretaciones fueron emocionalmente intensas al tiempo que irregulares. 

La importancia en su vida de su trabajo actoral fue capital; por ejemplo fue precisamente a través de su papel en De aquí a la eternidad como logró salir de un bache personal y artístico en el tránsito de los años cuarenta a los cincuenta para encumbrarse en lo más alto de la popularidad, además de ganar por su interpretación el Óscar al mejor actor secundario.

El primer registro sonoro que existe de Sinatra es del 8 de septiembre de 1935 en una grabación radiofónica de la canción titulada Shine, en la versión de los Mills Brothers, con el grupo vocal al que pertenecía, los Hoboken Four, que participaba en el popular programa Major Bowes Amateur Hour.


La carrera musical de Sinatra se puede dividir en tres etapas:
 
La primera, la de los años 40, en la que se produjo su evolución como cantante de orquesta en las de Harry James y Tommy Dorsey, a cantante solista, habitualmente con una orquesta dirigida por Axel Stordahl. 


Sobre el arranque de su carrera musical, la crítica ha dicho:
Sinatra, al igual que otros coetáneos, estaba sustituyendo el carácter sincopado del jazz de Nueva Orleans por un modo de cantar acorde con el compás de cuatro tiempos de la era del Swing; pero en otro sentido, (...) se hacía eco del estilo belcantista italiano, que había quedado arrinconado tanto en el mundo del canto lírico, a causa de las tendencias veristas, como en el mundo de la canción popular, surgido en la opereta y el vodevil. Con la ayuda del micrófono, y tras la enseñanza pionera de Crosby, Sinatra recuperó un modo sutil de cantar, sin estridencias, respetando el texto, atento a las inflexiones, con sentido del rubato, vocalizando con gran cuidado y evitando cubrir las notas más agudas para preservar la naturalidad de la emisión.
La segunda etapa, la más elogiada, es su época como cantante para Capitol, que abarca la década de los 50; fue un periodo fundamental en su vida en todos los aspectos y supuso su consagración absoluta como número uno de la canción popular. 


La importancia de la colaboración de los arregladores como Nelson Riddle y otros fue esencial para transformar el sonido de Sinatra en uno más moderno alejado del de su época anterior. 

La tercera etapa, y última, es la de su salida de Capitol para gestionar una compañía discográfica propia, Reprise y este tiempo está marcad por su supervivencia como artista en medio del surgimiento y consolidación del rock and roll. 


Este período, de los años con el Sello Reprise, coincidió con la aparición de numerosos problemas para Sinatra en distintos aspectos de su vida personal, musical, política, y además su constante actividad cinematográfica y musical. 


Esta variada y compleja problemática biográfica se refleja de alguna manera en su carrera musical de estos años.

Su producción discográfica recibió una desigual consideración por parte de la crítica: En primer lugar, los discos que intentaron conectar con el nuevo gusto del consumidor de música, con un estilo que retomó la orquestación del swing para aproximarse al pop del momento.

En segundo lugar, los discos planteados desde un punto de vista clásico, como sus colaboraciones con Count Basie, Duke Ellington y Antonio Carlos Jobim y por último, los discos que se podrían llamar experimentales, en el sentido de planificados al margen de toda moda y toda tradición como Moonlight Sinatra de 1966, Watertown de 1970 y Trilogy de 1980. 


De esa época es el extraordinario e inesperado éxito comercial de sus dos discos de Duetos, pasando por canciones como My Way y Strangers in the Night que pasaron a convertirse en temas clásicos en el repertorio del cantante.


A lo largo de su carrera profesional, Sinatra grabó más de 1.300 canciones y participó en más de cincuenta películas, recibió multitud de premios y homenajes, entre los que se cuentan diez Grammys, el Premio de la Academia de Artes y Ciencias de la Grabación y la Medalla de la Libertad del gobierno estadounidense.


A continuación, recordamos a Frank Sinatra en la presentación que realizó en Japón, en el Budokhan Hall Tokyo, 1985.



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