martes, 18 de noviembre de 2014

Charles Ketcham


En Siempre Argentina Conexión Español, conversamos con el pianista y director de orquesta Charles Ketcham, en su primera visita a nuestro país.

Conducción. Leonardo Liberman / Puesta en el aire. Celso Miño - Jorge Falcone


Charles Ketcham realizará dos presentaciones en nuestro país. En Buenos Aires, el jueves 20 de noviembre, a las 20.30 en el Templo de la Comunidad Amijai, Arribeños 2355 y el 28 de noviembre, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en la Ciudad de Córdoba.



Charles Ketcham estudió piano, viola y dirección en The Eastman School of Music, con Eric Leinsdorf en el Instituto Tanglewood. En 1969, una beca Fullbright permitió estudiar en Viena con Wolfgang Sawallisch y en la Academia de Siena con el legendario Franco Ferrara. Ha dirigido numerosas orquestas en Estados Unidos y Europa, entre ellas la Sinfónica de Pittsburgh, la Sinfónica de Dallas, la Sinfónica de San Luis, La Sinfónica de Denver, la Sinfónica de Munich y la orquesta Nacional Rusa.



Charles Ketcham está considerado como uno de los principales intérpretes de la obra de Gurdjieff y De Hartmann. Este trabajo realizado a lo largo de treinta años, implicó un conjunto de conocimientos, que van desde el análisis musicólogo de cada una de las obras, hasta un cuidadoso trabajo de interpretación en el piano del repertorio completo acorde a la tradición musical de la enseñanza de Gurdjieff. Esto le permite hacer una ejecución de gran profundidad, y muy cercana a la intención de los compositores.



La música que trae el pianista y director Charles Ketcham a la Argentina ha sido presentada en las ciudades de Santa Fé, Albuquerque, San Francisco, Rochester, Little Rock, Salt Lake City en Estados Unidos, en las ciudades de Vancouver, Montreal y Toronto en Canadá, y en varios países de Europa. En América del Sur, Ketcham se ha presentado en Colombia: en las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, en Ecuador: en la ciudad de Quito y en Cuenca, en Venezuela: en su capital, Caracas y en la ciudad de Valencia. En Chile en las ciudades de Santiago de Chile y en Valparaíso.



En la década de 1920, Gurdjieff compuso, en colaboración con Thomas de Hartmann, más de trescientas piezas de carácter único y gran riqueza. Esta obra refleja las influencias que recibió en su infancia y juventud, y en sus numerosos viajes al Lejano Oriente, Asia Central, India y el Tíbet, en su anhelo de un conocimiento primordial que pudiera conducir al despertar del ser. Estas composiciones evocan cantos y danzas rituales de antiguas disciplinas espirituales, que impregnaron su alma al escucharlas en los templos y monasterios que visitó. Desprovista de convencionalismos e incluso, a veces, de carácter pianístico, reducida a lo esencial, la fuerza de la música de Gurdjieff sugiere el misterio de la vida misma y hace vibrar en quien la escucha su fibra más interior.