lunes, 18 de mayo de 2015

Margot Fonteyn


Margaret "Peggy" Hookham, más conocida como Margot Fonteyn, nació en Reigate, Surrey, Inglaterra, el 18 de mayo de 1919 y murió en Panamá, el 21 de febrero de 1991. Bailarina.

El sitio www.biografiasyvidas.com publicó este recordatorio

Margot Fonteyn (Margaret Hookham; Reigate, 1919 - ciudad de Panamá, 1991) Bailarina británica. Hija de un ingeniero irlandés y de una brasileña, Fonteyn comenzó sus estudios de ballet en la ciudad de Hong-Kong, donde su familia se había instalado temporalmente, y en Shangai con Hilda Bosustov y George Gontcharov.

En 1933 regresó a Londres y tuvo ocasión de estudiar con Serafina Astafieva, tras lo cual ingresó en la Escuela del Vic-Wells Ballet un año más tarde, con cuyo cuerpo de baile debutaría en 1935 en Cascanueces; ese mismo año Alicia Markova se marchó de la compañía, lo que dio a Fonteyn la oportunidad de interpretar muchos de sus papeles, entre los cuales destacó especialmente el de Criolla en Río Grande.

Pronto fue ascendida a ballerina principal de la compañía, que pasó a llamarse Sadler's Wells Ballet y finalmente Royal Ballet, en 1946 y 1956, respectivamente. Siguió una temporada de fulgurantes estrenos, con ballets especialmente creados para ella por Frederick Ashton. 

Su primer papel principal completo en un ballet de repertorio lo tuvo en Giselle (1937), que fue seguido de sus particulares interpretaciones de Aurora en La Bella Durmiente (1939) y Odette-Odile en El Lago de los Cisnes (1949).


Su elegante línea y refinado estilo, que hacían de ella el símbolo por excelencia de la bailarina clásica, fueron causa de que muchos otros coreógrafos realizaran ballets para ella. 

Así, estrenó Hamlet (1942), de su inseparable partenaire Robert Helpmann, Les Demoiselles de la Nuit (1948), de Roland Petit con los Ballets de París, Poème de l'extase (1970), de John Cranko con el Ballet de Stuttgart, y The Scarlet Pastorale (1975), de Peter Darrell. 

En diciembre de 1955 contrajo matrimonio con el Roberto Arias, diplomático panameño que quedó imposibilitado en 1964 a causa de un disparo en un atentado.

En 1962, cuando Fonteyn ya había sido nombrada artista invitada del Royal Ballet y su carrera comenzaba a declinar, conoció a Rudolf Nureyev, bailarín ruso que acababa de desertar de su país y había fijado su residencia en Londres. 

Pronto fueron famosos y alabados por todo el mundo, tanto por su impecable interpretación de los ballets del repertorio tradicional como por las coreografías que se crearon especialmente para ellos. Fonteyn intervino también en diversas producciones cinematográficas y ballets televisivos.


A continuación, recordamos a Margot Fonteyn con el Ballet El Lago de los Cisnes de Piotr Ilich Tchaikovsky, en la producción de 1967.



El lago de los cisnes es un cuento de hadas-ballet estructurado en cuatro actos, que fue encargado por el Teatro Bolshói en 1875 y se estrenó en 1877. La música fue compuesta por Piotr Ilich Chaikovski; se trata de su op. 20 y es el primero de sus ballets. En la producción original la coreografía fue creada por Julius Reisinger. El libreto se cree que fue escrito por Vladimir Petrovich Begichev y Vasily Geltser, basándose en el cuento alemán Der geraubte Schleier, o  El velo robado de Johann Karl August Musäus.

Prólogo. Un bosque oscuro.

Sólo se incluye en algunas versiones, esta escena, acompañada por la Obertura muestra la transformación real por la que la princesa Odette es convertida por primera vez en un cisne.

Acto I. Un magnífico parque ante un palacio.

El príncipe Sigfrido celebra su vigésimo primer cumpleaños con su tutor, amigos y campesinos en uno de los jardines de palacio. Las diversiones son interrumpidas por la reina madre de Sigfrido y sus damas de honor, que se preocupa por el estilo de vida despreocupado de su hijo. La reina recuerda a su hijo que la noche siguiente deberá escoger una esposa durante el baile real de celebración oficial de su cumpleaños. A la fiesta estarán invitadas jóvenes muchachas, entre las más hermosas de la comarca, y el príncipe deberá elegir a una de ellas como futura esposa. Esto causa una gran melancolía en Sigfrido ya que no puede casarse por amor. Su amigo Benno y el tutor tratan de levantar su estado de ánimo con problemas. Al caer la noche, Benno ve una bandada de cisnes volando por encima y sugiere una partida de caza. Sigfrido y sus amigos toman sus ballestas y parten en busca de los cisnes.

Acto II

Un claro junto al lago en un bosque junto a las ruinas de una capilla. Una noche iluminada por la luna.

Sigfrido se ha separado de sus amigos. Llega al claro junto al lago, mientras que una bandada de cisnes se posa cerca. Él apunta con su ballesta a los cisnes, pero se queda helado cuando uno de ellos se transforma en una hermosa doncella y princesa llamada Odette. Al principio ella está aterrorizada de Sigfrido, pero él promete no hacerle daño. Entonces ella le cuenta que es la reina cisne Odette, que ella y sus compañeras son víctimas de un terrible hechizo lanzado por Rothbart, el malvado brujo con forma de búho. Durante el día se convierten en cisnes y sólo vuelven a su forma humana por la noche a la orilla del lago encantado creado a partir de las lágrimas de la madre de Odette. El conjuro sólo puede romperse si alguien que nunca ha amado antes jura amar a Odette siempre. Aparece Rothbart y Sigfrido amenaza con matarlo, pero Odette intercede ya que si Rothbart muere antes de que se rompa el hechizo, nunca se podrá deshacer. Rothbart hace que las jóvenes vuelvan a convertirse en cisnes para evitar que el príncipe rompa el hechizo. Odette se aleja convertida en cisne.

Al desaparecer Rothbart, las doncellas cisne llenan el claro. Benno y sus compañeros también llegan y apuntan con sus ballestas a las doncellas. Sigfrido les detiene justo a tiempo y los despide. Ahora, a solas con Odette y las doncellas cisnes Sigfrido se dispone a ganar la confianza de Odette. Se enamoran mutuamente, pero a medida que llega el amanecer el hechizo arrastra a Odette y a sus compañeras de regreso al lago y hace que se transformen en cisnes de nuevo.

Acto III. Una sala opulenta en el palacio.

Se celebra la fiesta en el castillo donde Sigfrido deberá elegir esposa. Entra la reina madre junto a Sigfrido y el maestro de ceremonias da comienzo al festejo. Se presentan las jóvenes casaderas y la reina le pide a Sigfrido que baile con seis princesas y que elija una como una prometida. Sigfrido se queja de que él no ama a ninguna de ellas. Él piensa en Odette, se niega a escoger esposa y su madre se enfada con él. En ese momento el maestro de ceremonias anuncia la llegada de un noble desconocido y su hija. Es el barón Rothbart que llega disfrazado a la fiesta con su hija, la malvada bruja Odile. Ha transformado a Odile para que sea casi idéntica a Odette en todos los aspectos, excepto que viste de negro en lugar de blanco. El príncipe, hechizado por el brujo, cree ver a Odette en Odile, convertida en Odette. Odette aparece como una visión y en vano trata de advertir a Sigfrido de que está siendo engañado. Pero Sigfrido permanece ajeno y proclama ante el tribunal que tiene la intención de hacer su esposa a Odile, convertida en Odette. La reina madre acepta y Sigfrido le jura a Odile amor eterno. Rothbart se descubre y muestra a Sigfrido una visión mágica de Odette a lo lejos. Odile entonces deja de tener el aspecto de Odette y se transforma y recupera su verdadero rostro, contenta con haber engañado a Sigfrido habiéndole hecho creer que Odile era su amada Odette. Sigfrido se da cuenta de su terrible error y, abatido por el dolor, corre desesperado hacia el lago.

Acto IV. En la orilla del lago.

A las orillas del lago las jóvenes-cisnes esperan tristemente la llegada de Odette. Ella llega llorando desesperada por la traición de Sigfrido y les cuenta los tristes acontecimientos de la fiesta en el palacio. Las doncellas cisnes tratan de consolarla, pero ella se resigna a la muerte. Aparece Sigfrido implorando su perdón. Ella lo perdona y la pareja reafirma su amor. Rothbart aparece e insiste en que Sigfrido cumpla su promesa de casarse con Odile, después de lo cual Odette se transformará en un cisne para siempre. Sigfrido y Odette luchan contra él, pero todo es en vano, pues el maleficio no puede ser deshecho. Sigfrido elige morir junto a Odette, así que los dos enamorados se suicidan lanzándose al lago. Ese sacrificio de amor rompe el hechizo de Rothbart sobre las doncellas cisnes, haciéndole perder su poder sobre ellas y morir. Al amanecer se ve aparecer sobre el lago los espíritus de Odette y Sigfrido ya juntos para siempre subiendo al cielo celestial.