jueves, 29 de septiembre de 2016

Murió Raúl Garello

El Diario Clarín, en su edición digital, publicó este artículo.

Llora el tango: murió Raúl Garello

Tenía 80 años
Gran bandoneonista, director y compositor, fue uno de los grandes de nuestra música porteña por excelencia.

El tango, de luto. A los 80 años, murió Raúl Garello -3 de enero de 1936, Chacabuco, Pcia. de Buenos Aires- el gran bandoneonista, director y compositor. "Hoy es un día inmensamente triste, acaba de morir mi viejo." La noticia la dio, vía Facebook, Martina Garello, su hija. Hoy -jueves 29- será velado, desde las 12 hs., en Avda. Córdoba 3677.
"Cuando escuché el bandoneón fue algo mágico", le contó el maestro aClarín en julio de 2012, a propósito de un homenaje al eterno Aníbal Troilo. “Lo que me sedujo del bandoneón fue su sonido. Cuando lo escuché por primera vez, muy de pibe, fue como decir: ‘Ya está, es esto.’ Fue algo mágico, visto a la distancia. Casi de inmediato me fui a estudiar sin avisar en mi casa. Tendría unos 11 años. Desde entonces, tocarlo siempre fue un hermoso desafío, porque es un demonio que no se deja domesticar. Y en eso, Troilo fue una especie de sacerdote mayor. En sus obras no había ni una nota de más, ni una de menos. Sabía muy bien lo que quería. Cuando me propuso que escribiera para él, yo no lo podía creer. Ahí conocí la otra parte de Pichuco. Sin el público, ni la mujer, ni nadie: el solito".
Tras formarse con estudios de armonía con Juan Schultis y Pedro Rubione, a los 18 años ya estaba integrando, la orquesta de radio Belgrano; allí conoce a otro grande del fuelle, Leopoldo Federico -a quien justamente reemplazará en el cuarteto capitaneado por Roberto Firpo-. Eran apenas los primeros pasos de un músico que además de entregar tangos como "Verdenuevo", "Margarita de agosto", "Muñeca de marzo", "Pequeña Martina", "Che Pichín" y "Bien al mango" -entre otros-, también dejó su marca como arreglador; de hecho, asumió ese rol en la orquesta de Aníbal Troilo Pichuco, nada menos. 
Los primeros trabajos de Garello como orquestador se registraron en 1966: “La guiñada”, de Agustín Bardi, para la orquesta Baffa-Berlingieri y “Los mareados”, de Juan Carlos Cobián, para la dePichuco, con quien tocó hasta la desaparición de su director en 1975.
De esa colaboración, surgió una historia que aún se cuenta en ambientes tangueros. Estaba en los estudios de RCA-Victor para encarar una serie de grabaciones con su orquesta. Alguien le hace escuchar un flamante registro de su ex cantor Roberto GoyenechePichuco se queda admirado por el sonido de la orquesta que acompaña al gran Polaco y enseguida quiere saber quién es el responsable de los arreglos. Garello, le dicen. "¿El mismo que toca conmigo?", se sorprende. Después, Troilo encara a Garello y le pregunta si no se anima a hacer algún arreglo para él. Así, en 1967, queda plasmada su primera colaboración: una versión instrumental de “Los mareados”, que luego integraría el volumen 2 de "Troilo for Export".
El propio Garello lo evocaba así: "Al día siguiente cuando estaba llegando a Radio Splendid, para tocar en la audición del domingo al mediodía, Pichuco me llama y me pregunta si era cierto que ese arreglo era mío. Me dice: "¿Usted querrá escribir para mí?". Pero, ¡qué pregunta!, si todos los músicos en esa época queríamos escribir para él. A mí me daba un poco de miedo, le contesté que no sabía si me daba el cuero, que me estaba invitando a algo demasiado grande; yo tenía sólo 29 años. Entonces volvió a preguntar: 'Pero usted escribió ese arreglo, ¿no?'". Cuando asentí me indicó: 'Lo espero en mi casa. Hagamos una versión instrumental de "Los Mareados"'. Así como supo proyectar a Piazzolla, a Julián Plaza, también -en otra escala— me proyectó a mí. Porque saber qué número ganó en la lotería es fácil, la cuestión es saber cuál va ganar antes de que se haga el sorteo. Y él lo sabía", le contó a Clarín en 2004.
Garello también fue director de la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires junto al maestro Néstor Marconi y Carlos Cuacci; desde 1980 la codirigió  junto al ya fallecido compositor Carlos García
Fue galardonado con el Premio Konex en 1985, 1995 y 2005.

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