sábado, 13 de mayo de 2017

El judaísmo revive en Sicilia

El Diario Clarín, en su edición digital, publicó este artículo.

El Mundo

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El ex oratorio barroco de Santa María del Sabato pronto será la primera sinagoga de Palermo en 500 años.

DIARIO DE PALERMO

POR ELISABETTA POVOLEDO

PALERMO, Sicilia — Un decreto español forzó a miles de judíos a marcharse de Sicilia en 1492 y a otros a convertirse al catolicismo. Más de 500 años después, una comunidad judía está echando raíces nuevas allí, reclamando una historia perdida, y a menudo dolorosa, esta vez con la ayuda de la diócesis local.
Corrado Lorefice, el arzobispo de Palermo, les concedió a los judíos el uso de un oratorio desocupado. Se convertirá en la primera sinagoga fija de Palermo en cinco siglos. “La comunidad judía es parte de Palermo y de su historia; los judíos estuvieron 15 siglos aquí”, dijo Evelyne Aouate, nacida en Argelia y criada en París, cuya exploración cada vez más profunda de sus propias raíces impulsó los esfuerzos por buscarle un hogar a la comunidad.
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De manera muy idónea, ese hogar estará ubicado en lo que alguna vez fue conocido como la Giudecca, el antiguo barrio judío de Palermo. El laberinto de edificios desvencijados en el centro está repleto de calles estrechas cuyos nombres aún evocan parte de esa historia, como Piazza Meschita, una palabra que en árabe significa tanto sinagogas como iglesias, o Via dei Calderai, por los hojalateros y herreros cuyos talleres bordearon esa calle prácticamente desde siempre.
La nueva sinagoga estará alojada en el ex oratorio barroco conocido como Santa María del Sabato, o del Sábado. Los documentos muestran que los judíos estaban en Sicilia desde el primer siglo después de Cristo. Los historiadores señalan que el decreto afectó a por lo menos 35 mil judíos sicilianos, al menos 5 mil de ellos estaban en Palermo.
Algunos judíos decidieron quedarse, convirtiéndose al catolicismo contra su voluntad.
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Los archivos municipales de Palermo exhibieron recientemente recuerdos de agravios más recientes ocurridos contra los judíos de Sicilia. Incluían documentos de los años tras las leyes raciales de 1938 de Mussolini, que mostraban cómo los judíos de la ciudad fueron despedidos abruptamente de empleos en la universidad local y el ayuntamiento, para “defender la raza italiana”, señalaba un documento.
Sitios judíos por toda la ciudad albergan señales del sufrimiento pasado. Entre 1601 y 1782, el Palazzo Chiaramonte-Steri —hoy parte de la Universidad de Palermo— sirvió como prisión y tribunal de la Inquisición. Sus paredes preservan los angustiantes escritos arañados por reos pasados, algunos en hebreo.
No está claro cuántos judíos viven en Palermo en la actualidad, pero el rabino Pierpaolo Pinhas Punturello, un emisario de Shavei Israel, una organización con sede en Jerusalén que asiste a quienes investigan sus raíces judías, dijo que había notado un creciente interés en la herencia cultural judía de Sicilia y otras partes del sur de Italia.

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