martes, 27 de febrero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 13 Julián Vat


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa



JULIÁN VAT, flautista. Nace en 1964. Flautista, saxofonista, compositor y director musical, trabaja desde los 15 años, ha creado y dirigido aquí y en el exterior espectáculos con Julio Bocca, Juan Carlos Copes,Tango x 2, Tangokinesis, Norma Aleandro,Cipe Lincovsky, Pepe Cibrian Campoy, Enrique Pinti entre muchos otros.

Lleva compuestas músicas para cuatro largometrajes y más de 30 espectáculos teatrales y coreográficos, en Argentina, México, USA y Europa. Dirigió, grabó e interpretó "María de Buenos Aires" en Puerto Rico, Argentina e Italia.

Desde 2000 hasta la fecha es el Director Musical de la Fundación Astor Piazzolla. Se presentó como Solista junto a la Orquesta Sinfónica de Mar del Plata ejecutando música de Piazzolla Y en el Teatro Colón de Buenos Aires al frente de su formación "Octango"
Graba junto a Cacho Tirao "la Histoire du Tango" presentándola en América y Europa. Lleva editados además Cd:Vat-Macri "Tango Versions", "Hacen tangos" con Marcelo Macri, "Al galope" con Ariel Argañaraz .

Ha sido músico de Mercedes Sosa, Eladia Blázquez, Enrique Morente, Rafael Amargo, Adriana Varela entre muchos otros.

Egresó con Honores del Conservatorio C. L. Bouchardo. Premios y nominaciones: "teatros del Mundo", "Trinidad Guevara", " Hugo al teatro musical", "ACE" y "Martin Fierro". En el año 2016 dirige en el Teatro Colón "María de Buenos Aires" de A. Piazzolla y H. Ferrer.


www.nataliagonzalezfigueroa.com / Instagram @natgonzalezfigueroa / Twitter @nataliapiano

domingo, 25 de febrero de 2018

Shalom - Purim, mucho más que una fiesta


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…


       
                                            Purim, mucho más que una fiesta





sábado, 24 de febrero de 2018

Ludwig van Beethoven. Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125. Josef Krips.


A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, en la versión de los solistas Jennifer Vyvyan, Soprano; Shirley Verret, Mezzo-Soprano; Rudolph Petrak, Tenor; Donaldson Bell, Bajo; junto a la Orquesta Sinfónica de Londres, dirigida por Josef Krips.





jueves, 22 de febrero de 2018

La historia del diario perdido de Alfred Rosenberg, uno de los hombres que forjó el odio racial del nazismo

El Diario Clarín, en su edición digital, publicó este artículo firmado por Juan Brodersen.

CRÓNICA DE UN DESCUBRIMIENTO
La historia del diario perdido de Alfred Rosenberg, uno de los hombres que forjó el odio racial del nazismo
Un exagente del FBI, que participó de uno de los hallazgos más importantes de los últimos años, habló con Clarín. 
 
El diario manuscrito de Rosenberg se extiende a lo largo de diez años y quinientas páginas. (U.S. Holocaust Memorial Museum, Cortesía de Miriam Lomaskin)
El jerarca nazi Alfred Rosenberg tenía un objetivo claro durante el Tercer Reich. Lideraba una fuerza de choque que robaba todas las obras de arte de los judíos que eran enviados a campos de concentración. Su plan era juntar objetos para un museo que construiría más adelante sobre lo que él catalogaba como una “futura raza extinta”. El botín que recolectó fue equivalente a 1.418.000 vagones de tren.

A partir de la primavera de 1941, luego de la entrada de la Unión Soviética en Europa, este autodenominado “ideólogo del nazismo” comenzaría a centrarse en otro tipo de aniquilación. No ya sólo de libros, esculturas y música.

El exterminio sería de personas.

Rosenberg, quien también fue Ministro del Reich para los Territorios ocupados del Este, fue sentenciado a muerte en los tribunales de Núremberg. En octubre de 1946 fue colgado en la horca.

Pero no se llevó sus secretos a la tumba: además de haber publicado en 1930 El mito del siglo XX, donde desplegaba todo su odio racial contra los judíos, dejó atrás un diario personal de 500 páginas. Una serie de anotaciones que tenían una particularidad: nunca debían ser publicadas, a diferencia de otros libros escritos por jerarcas nazis como Mi Lucha de Adolf Hitler.

Por esto, la crudeza del texto en contra de los judíos es perturbadora en su diario.

Como varios manuscritos y objetos del nazismo, su diario permaneció escondido. El texto fue ocultado por los nazis en un castillo en Banz, Baviera, y sería una importante prueba documental del odio hacia el bolchevismo, los comunistas y los judíos.
 
Rosenberg (a la izquierda) y Hitler en Múnich durante el intento de golpe de Estado del Bürgerbräukeller en noviembre de 1923 (Keystone/Getty Images).
El diario personal de Rosenberg, evidencia clave de los Juicios de Núremberg para revelar los planes sistemáticos del exterminio nazi, fue robado por un abogado alemán judío, Robert W. Kempner, quien, luego de ser un fiscal clave en Núremberg, creyó que podía apropiarse del documento para publicarlo en un libro posterior.

Kempner murió en 1993. Años más tarde, el Museo del Holocausto de Estados Unidos lo buscó por toda su casa, pero nunca lo encontró.

A partir de entonces se presume que el texto pasó en manos de coleccionistas clandestinos de objetos nazis. Hasta que en 2015 el investigador (y fundador) de la rama de robos de obras de arte del FBI Robert Wittman dio con el documento y lo publicó en El diario del diablo (Editorial Aguilar, 664 páginas, 569 pesos), en coautoría con el periodista David Kinney (New York Times y Washington Post). El libro se había publicado en ebook a mediados del año pasado, pero recién este mes salió en papel en Argentina.

En diálogo con Clarín, Wittman cuenta los detalles de la búsqueda del documento, e intenta así desentrañar a una de las mentalidades clave del Tercer Reich.

─¿Cuál fue tu trabajo como investigador de robos de obras de arte en el FBI?

─Llegué a ser lo que llaman "Investigador Senior". Mi trabajo era, básicamente, dirigir la rama de investigación de robos de obras de arte (en el FBI se llamaba Art Crime Team). El equipo lo empecé en 2005 y éramos apenas 8 agentes. El trabajo era liderar investigaciones tanto locales como internacionales en torno a robos relacionados al arte. En rigor, relacionados a "propiedad cultural", porque no sólo nos dedicábamos a perseguir el tráfico de pinturas, esculturas y demás, sino también a manuscritos de valor histórico. Como es el caso del diario personal de Rosenberg, al cual llegamos luego de años de investigaciones.

De los personajes más importantes de la jerarquía del Tercer Reich, solo Rosenberg; Joseph Goebbels; y­ Hans Frank, dejaron diarios personales.

Alfred Rosenberg y el sello de la organización que creó para confiscar obras de arte judías. (Wikipedia Commons)


─¿Cómo explicarías la historia de este diario íntimo?

─Para contar la historia dividimos el libro dividido en dos secciones. Primero contamos cómo desaparece el diario y el trabajo que hicimos con el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional y el Fiscal general de Estados Unidos. Desde que se oculta en Europa hasta que, en 2013, logramos recuperarlo para publicarlo. La segunda sección es un intento de explicar qué había en el diario. Estuvo perdido, robado en realidad por 50 años, y tenía 500 páginas que fueron escritas entre 1936 y 1945 por Alfred Rosenberg. Cada notas en su diario es una nueva pista que permite entender la importancia del texto: habla del detrás de escena en el que Rosenberg estuvo involucrado junto a Adolf Hitler.


─El libro jugó un rol clave en los juicios de Núremberg. Además de esto, ¿qué significa este texto a la hora de entender e interpretar el nazismo?

─Creo que es importante porque Rosenberg era el "jefe ideológico" del nazismo, y esto desde bastante temprano. En 1920, cuando regía la República de Weimar, hasta 1930, Hitler mismo estuvo influenciado por las ideas de Rosenberg. De hecho, se afilia antes que Hitler al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP). Fue el arquitecto de las teorías que fundaron al partido nazi. Las ideas de que los judíos tenían que ser exterminados y expulsados de Europa, la concepción de "raza" misma, y que una "raza aria" tenía un lugar especial en la historia universal. Estas son las ideas que Rosenberg introduce en el espectro nacionalsocialista. Ideas que estaban dando vueltas en esa época, claro. Pero que él sistematiza.

El diario de Rosenberg no es un diario más de aquella época. Leer el diario de Rosenberg es escudriñar la mente de un alma oscura.

John Morton, director del Servicio de Inmigración y ­Control de Aduanas

Robert Kempner junto a Jane Lester, su ayudante y traductora, durante el Juicio de los Ministerios celebrado en Núremberg en 1948-1949 (Gentileza Random House Mondadori).
─Robert Kempner es uno de los grandes protagonistas del libro. ¿Podrías contarme un poco sobre él? ¿Por qué robó el diario luego de los juicios de Núremberg?

─Kempner era un abogado que fue refugiado. Como alemán judío, se exilió a Estados Unidos a mediados de los años 30, cuando vio la situación que se vivía. De hecho había sido miembro del Ejército Alemán durante la Primera Guerra Mundial: no sólo era ciudadano alemán sino que sirvió a su país. Pero por ser judío decidió emigrar. Durante la Segunda Guerra hizo contactos con el gobierno estadounidense para proveer información de lo que sabía de Alemania por su paso por la Gran Guerra. A partir de estos contactos con el FBI y el gobierno norteamericano se le pidió que vuelva a Núremberg, para ayudar a asistir a los juicios a los jerarcas. Entre 1945 y 1949 estuvo en Alemania por estos juicios.

─¿Y qué hizo luego de Núremberg?

─En 1949 terminó con este proceso. Interpretó que el mundo estaba cansado de Alemania y de lo que el nazismo había dejado. Los tiempos fueron cambiando, Rusia se convirtió en una potencia, la Guerra Fría comenzó a "calentarse", y Kempner perdió interés por el nazismo. Pero como sabía de la importancia de los documentos a los que había tenido acceso durante el juicio de Núremberg, entre ellos el diario de Rosenberg, se los llevó. Y se los llevó porque, en el fondo, su lucha contra los nazis duraría toda la vida.


─¿Era consciente de que estaba robando documentos de mucha importancia histórica?

─Sí, sin dudas. Sobre todo porque no había copias de estos documentos. De hecho, algunas páginas del diario se las envió a un diplomático francés que había trabajado con Alemania durante la Segunda Guerra. Nuestra interpretación es que Kempner intentó, constantemente, elevar su status en la sociedad. Él envió estas páginas para demostrar cuán importante era. No fue sino hasta que murió, en 1997, que los documentos le llegaron al Museo del Holocausto de Estados Unidos, en Washington. Esto tenía un valor documental impresionante: el pensamiento de uno de los ideólogos del Tercer Reich.

Rosenberg era profundamente anticomunista, y sostenía la superioridad de Alemania.
Robert K. Wittman


─Kempner murió en 1997 y el diario se encontró oficialmente en 2013. ¿Qué pasó en el medio?

─Con exactitud, no podemos saberlo. Pasó por diferentes manos, desde el Estado norteamericano. Seguimos distintas pistas, donde su testamento, en el cual le dejaba todo a sus hijos, Lucian y André, es el punto de partida. En el medio estuvo escondido en archivadores y cajas en las afueras de Filadelfia, y en una localidad perdida del Estado de Nueva York durante más de seis décadas.


─¿Cómo definirías a Rosenberg y su rol al interior del nazismo?

─Diría que era un hombre de ideas pero no un hombre de acción. Por esto luchaba constantemente con otros jerarcas del Tercer Reich: Goebbels, Himmler. Porque éstos eran más pragmáticos. En cambio Rosenberg tenía una perspectiva más de cimentar las bases teóricas del nazismo. Muchas veces el poder que tenía era, incluso, minimizado por sus colegas.

Montones de tesoros robados almacenados en una iglesia de Ellingen, Baviera (National Archives).
─¿Quiénes eran sus adversarios entre los jerarcas nazis?

─En realidad, su único aliado era el mismo Hitler. Con el resto se llevaba bastante mal, y hasta llegaba a creer que eran unos idiotasHimmbler, Goebbels, Göring, por mencionar algunos de los que están nombrados peyorativamente en su diario.

El mito del siglo XX vendió más de un millón de ejemplares. Es un texto central, junto a Mi Lucha de Hitler, del nazismo.

─¿Cuál es la importancia de su diario?

─La crudeza con la que está escrito. Hay otros dos diarios de jerarcas nazis publicados (de Goebbels y Hans Frank). La idea de esos manuscritos era que se publicara. El diario de Rosenberg, no: era algo privado. Esto puede denotar que, a través de él se puede conocer despojadamente el pensamiento desde el interior del nazismo. Incluso con críticas a los propios nazis. Tiene un tono intimista.

─¿Qué aporta el diario de Rosenberg al conocimiento que tenemos hoy sobre el nazismo?

─Por un lado, se puede ver la estrategia política de Hitler, quien asignaba a dos o tres personas distintas la misma tarea, y esto podía generar que se pelearan por cómo hacerla. Basaba, según el diario, sus acciones en la competencia y la creación de problemas. Pero por sobre todo, el diario nos da más información sobre la lucha de Hitler y los nazis contra la religión. Una de las cosas que aparece muy fuerte en el diario es la desconfianza de Hitler sobre las religiones. De hecho, según el diario, los curas serían ejecutados como los judíos una vez terminada (y ganada) la guerra. La idea era que cuando la ideología aria ganase la guerra, no se necesitarían religiones que, en el fondo, eran ideologías que competían entre sí. Este desdén por las religiones ha sido mirado medio por arriba durante mucho tiempo, y es una de las piezas clave para entender el pensamiento de uno de los períodos más oscuros de la historia de la humanidad.

Rosenberg recibe a Hitler en su residencia del barrio berlinés de Dahlem el día de su cuadragésimo quinto cumpleaños (SZ Photo/Scherl/The Image Works).

Sobre el coautor del libro

Robert Wittman recuperó varias obras de arte importantes obras como un Goya original, junto a otras pinturas españolas, valuadas en 50 millones de dólares, el autorretrato original de Rembrandt (US$ 36 millones) y el saqueo de una tumba sagrada inca, la de Sipán, en Perú.

Se convirtió en investigador de robos de obras de arte en el museo de Pensilvania desde 1988 hasta 2008. Sus padres coleccionaban antigüedades. “Era fanático de la serie de televisión Miami Vice”, cuenta.

Por su experiencia en el negocio de las antigüedades, trabajó de incógnito en varias investigaciones.
Trabaja actualmente en un libro sobre el robo de un tesoro en la guerra anglo-estadounidense de 1812.


Fuga y Misterio - Astor Piazzolla - Camerata Porteña

martes, 20 de febrero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 12 Fernanda Morello


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa



FERNANDA MORELLO, pianista. Es una de las pianistas argentinas con mayor actividad y reconocimiento  de su generación. Desarrolla una intensa actividad como solista y como camarista. 

Es invitada habitual en las salas festivales y ciclos más importantes del país, de los que mencionamos Teatro Colón, Festivales Musicales de Buenos Aires, Usina del Arte, Festival Internacional de Música, CETC, Mozarteum del Mediodía en el Gran Rex, Teatro Argentino de la Plata, Festival “EL Camino del Santo”, Centro Cultural Recoleta, Teatro Coliseo, Ciclo Colegio de Escribanos, Alliance Française, Goethe Institut, Semana Musical Llao Llao, Invierno Musical Tunquelen, Ars Nobilis, Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Sinfónica de Rosario, Sinfónica de Salta, Ciclo Pilar Golf, Sinfónica de Bahía Blanca, Ars Contemporánea, Festival de Cámara Mar del Plata, Asociación Argentina de Compositores, C.U.D.A, Asociación Cultrun, Virtuosos de la Sinfonica Nacional, Mozarteum filiales. En el exterior se presentó desde 1996 hasta la fecha en Uruguay, España, Estados Unidos y Alemania.

Ha sido distinguida con la Honorable Mention en el concurso organizado por "Association of Pianists and piano teachers of the Americas ", de la ciudad de Nueva York. Fue galardonada con el Premio Gardel 2006 por el mejor disco de música clásica del año por la obra completa para dos pianos de Debussy y Shostakovich, editado por el sello internacional EMI CLASSICS. Su extensa discografía como solista comprende "Carnavales" de Robert Schumann- Revista Clásica (1998); "Sin Fronteras" Valses de Satie, Debussy, Chopin, Schumann y Schubert  (Gador 1999), "El País de los juguetes" de Francisco Vázquez (IRCO- 2000) y "Premios Edenor" con música argentina contemporánea- Revista Clásica (2000). Además del mencionado disco EMI Classics (2005), junto a Patricia Vila grabo "4 Manos" con obras de Ravel, Debussy y Bizet. En 2011 el Sello Acqua Records editó su nuevo disco solista “Diálogos de Logia” con obras de Schumann y Chopin. En 2014 y con el mismo sello Morello edita dos nuevos trabajos “Once Mujeres”  paráfrasis y obras del compositor Guillo Espel y “En vivo en la Usina del Arte”, obras de Shostakovich y Grieg junto al violoncelista José Araujo.

Nacida en Buenos Aires, egresó del Conservatorio Municipal Manuel de Falla con Medalla de Oro. Estudió con María Fernanda Bruno, Diana Lopszyc, Alicia Hardoy, Juan Kaloustian, Pía Sebastiani Antonio De Raco y Adela Marshall. Se perfeccionó en la ciudad de Nueva York, consultando a Ana María Trenchi y en NYU asistiendo a clases y cursos  de Malcolm Trupp, Ralph Votapek, Alicia de Larrocha  Byron Jannis, Barry Douglas. En 2015 participó como solista en seis funciones de la Trilogía Neoclásica del teatro Colón, con el Ballet Estable y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires interpretando el concierto Nº 3 de Sergei Prokofiev. En 2016 fue directora artística y pianista en el Homenaje a Erik Satie que se realizó en el Teatro Colón con motivo de los 150 años de su nacimiento. Este año presentará su nuevo disco dedicado enteramente a Mozart.

Fernanda Morello es Profesora titular de la Cátedra de Piano Superior en el Conservatorio Superior de Música de la Ciudad de Buenos Aires “Astor Piazzolla” y Profesora de Música de Cámara la Universidad Nacional del Arte (UNA).


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domingo, 18 de febrero de 2018

Shalom - Un testimonio inolvidable


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…


       
                                            Un testimonio inolvidable

sábado, 17 de febrero de 2018

Ludwig van Beethoven. Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125. Christian Thielemann.


A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, en la versión de los solistas: Annette Dasch, Mihoko Fujimura, Piotr Beczała, Georg Zeppenfeld, la Sociedad Coral de Viena, junto a la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigidos por Christian Thielemann.



martes, 13 de febrero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 11 Armando de la Vega


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa


ARMANDO DE LA VEGA, guitarrista. Participó como solista invitado en la Orquesta Municipal de Avellaneda. Integró las agrupaciones de José Ángel Trelles y Amelita Baltar.

Desde 1999 integra el Pablo Ziegler New Tango Trío. Desde 1984 integra el quinteto del bandoneonista y compositor Rodolfo Mederos, Participó como Solista Invitado de la Orquesta Sinfónica de Oviedo. Desde 2004 integra la Orquesta Típica Rodolfo Mederos y el Rodolfo Mederos Trío.

Desde el año 2000 integra como guitarrista y arreglador el trío Gorosito - Cataldi - de la Vega, Participó en actuaciones en vivo y en grabaciones junto a Adriana Varela, Saúl Cosentino, Pablo Mainetti, Nicolás Ledesma, Liliana Herrero, Mercedes Sosa, Antonio Agri, Osvaldo Piro, Selección Nacional de Tango, César Camargo Mariano, Romero Lubambo, Joan Manuel Serrat, Paquito de Rivera, entre otros artistas.

Ha dictado clínicas y seminarios sobre la guitarra en el tango en Suiza, Alemania, Tailandia, Colombia, Brasil, Surinam y Guyana así como en Argentina a través del Plan Nacional del Tango, Polo Bandoneón en la ciudad de Buenos Aires, ciudad de Mar del Plata, y en Mendoza auspiciado por la Secretaría de Cultura de Godoy Cruz.

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domingo, 11 de febrero de 2018

Shalom - Un año más recordamos la Shoá


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…



sábado, 10 de febrero de 2018

La extraordinaria aventura y el astuto ardid de un campeón de ciclismo que salvó de la muerte a 800 judíos

El Diario Infobae, en su edición digital, publicó este artículo

La extraordinaria aventura y el astuto ardid de un campeón de ciclismo que salvó de la muerte a 800 judíos

Benito Mussolini quiso convertirlo en un héroe fascista, pero sufrió la misma humillación que Hitler frente al atleta negro Jesse Owens













Por Alfredo Serra 10 de febrero de 2018
Especial para Infobae

Gino Bartali y Benito Mussolini. El dictador italiano quiso seducir al campeón de ciclismo, quien se alejó del Duce y salvó a cientos de judíos
Es común que la avalancha de turistas que atestan los gloriosos museos de Florencia –el Renacimiento en la cumbre de su esplendor– pase de largo por el modesto y casi ignorado frente del dedicado al ciclista Gino Bartali (1914–2000: nacimiento, vida y final en el florentino pueblo de Ponte a Ema).

Si alguien indaga, sabrá que Gino fue un ciclista famoso apodado Il Ginettaccio (maillot del corredor elegante), aunque no más grande que su mítico compatriota Fausto Coppi y que su rival francés 
Jacques Anquetil, más allá de sus 91 victorias en carreras standard, sus tres Giros de Italia –1936, 37 y 47– y sus dos Tours de Francia –1938 y 1948–.

Por lo demás, su museo no exhibe piezas demasiado excitantes: fotos familiares coronadas, en un rincón, por la bicicleta de cuatro velocidades que montó, con ciertas modificaciones tecnológicas impuestas por el tiempo, durante dos décadas: 1935 a 1954.
 
Gino Bartali, un multicampeón del ciclismo y un héroe de la Segunda Guerra Mundial
Llaman la atención, sí, los honores que lo ornaron: tres medallas de oro italianas al Mérito Civil, y el diploma Justo entre las Naciones… entregado por Israel.

Un enigma…

A priori, nada extraordinario. Difícil presumir y/o deducir por qué. Sobre todo por el decurso de sus primeros años…

Nace el 18 de julio del 14 en Ponte a Ema, donde transcurrirá toda su vida.

Hijo de granjeros pobres –no miserables–, a los 13 años su padre le encuentra empleo: un taller de bicicletas. 
El dueño, ante los méritos del aprendiz, le regala una y lo anima a entrenarse.

Desde entonces, el mundo deja de ser para Gino un par de calles y las paredes del taller. Ancho pero no ajeno, ese mundo le regala cielo, montañas, carreteras, fantásticos espacios abiertos como planetas desconocidos.

Ya es un ciclista, y lo será más aún…

En 1936, drama: su hermano Giulio, también acólito de las dos ruedas, muere atropellado por un auto. Gino empieza a ganar carreras locales y a urdir una familia: se casa con su vecina 
Adriana Bani, y les nacen Andrea y Luigi.

Pero la vida tal como Gino la conoce se invierte. Era luz, es sombra. La sombra de Benito Mussolini, dictador patético y brutal, y socio de Adolfo Hitler y el infierno que desatará sobre el mundo.
  


Mussolini, que así como su atroz patrón decidió que la raza blanca era superior a la negra y en los Juegos Olímpicos de 1936 fue humillado por un negrito de Alabama nacido Jesse Owens –¡cuatro medallas de oro!–, encarama su política en los triunfos de Gino, elegido deportista emblema del fascismo.

Pero el ciclista perpetuo –sus piernas y las ruedas son ya perfecta simbiosis, la misma cosa– desprecia la política, odia a Mussolini, y sólo entrega su alma a la velocidad, a la Acción Católica –ostenta su carnet–, y a la humilde Societá Sportiva Aquila, el club de su pueblo.

Nada más pide. Nada más necesitan su cuerpo y su alma. Eso, el perpetuo pedalear, el vasto cielo, los infinitos caminos…

La otra verdad

En 1938, el fantasmagórico proyecto de Hitler –el exterminio de todos los judíos de Europa–, llega como orden perentoria hasta el bunker de Il Duce.

El drenaje es lento al principio, y tsunami en 1943.

Gino mira. Gino piensa.

Y de pronto, sin despertar sospechas (está en la cumbre profesional), duplica, triplica su entrenamiento. Casi no hay hora del día ni de la noche en que no se lo vea, como un lobo solitario, cruzar comarca tras comarca…

Un domingo, antes de una carrera, los inspectores se disponen a revisar y pesar las bicicletas, sujetas de protocolo y reglamento. Gino interrumpe:

–Revisen, pero con cuidado. Cada tubo de mi máquina está diseñado científicamente. Cualquier alteración puede perjudicarme…

Luego de bajarse de la bicicleta fue DT de San Pelegrino, un pequeño equipo de ciclismo, comentarista de la RAI, asesor técnico fabril, vendedor de bicicletas marca Gino Bartali, y también vino chianti de la Toscana. Y recién poco después de su muerte (5 de mayo de 2000, a sus 85 años), su hijo reveló el enigma de una vida deportiva triunfal y de una noble alma en sombras.
  


Sí. Porque en aquellos años de horror fascista y de alucinadas carreras a bordo de su bicicleta, Gino Bartali… ¡salvó a ochocientos judíos de la deportación y la segura muerte en algunos de los infernales campos nazis!

De punta a punta por las carreteras de la Toscana y la Umbría, las escarpadas montañas, los inmensos llanos, cada tubo de su bicicleta, cada rincón posible, ocultaba documentos y pasaportes –algunos, falsos– para los judíos refugiados en los conventos y monasterios…

Una red organizada por Giorgio Nissim, un implacable antifascista apoyado por varios arzobispos en cuya imprenta se preparaban los salvadores papeles que separaban la vida de la muerte.

Muerto Nissim, sus hijos encontraron en un altillo el diario de su padre: un fiel testimonio de kilómetros recorridos, rutas alternativas ante algún peligro imprevisto, inventario de cada pasaporte, salvoconducto, carta con instrucciones… transportados por un correo insospechable, perfecto, ideal: el campeón, el ídolo Gino Bartali, inconfundible al pasar envuelto en un Ginettaccio con su nombre en el pecho y la espalda…, y vitoreado por la soldadesca de Mussolini.


Muchas veces le preguntaron a Andrea, su hijo, cómo fue posible que esa extraordinaria, cinematográfica historia, fuera callada por Gino durante tantos años, y que no se filtrara. La respuesta fue siempre la misma:

–Mi padre era un católico ferviente. Nunca o casi nunca nos habló de lo que hizo durante la guerra. Decía solamente que "en la vida, esas cosas se hacen, y basta".

Un hombre de carne, hueso, sangre, y la materia de los héroes.

En adelante, después de deslumbrarse en los museos de Florencia y la abrumadora belleza del Renacimiento, no estaría mal detenerse en el pequeño museo Gino Bartali, mirar cara a cara las fotografías de ese hombre, y detenerse en el módico altar en que descansa su bicicleta.

Que aún late…

Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, de Ludwig van Beethoven


La Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, de Ludwig van Beethoven, fue estrenada el 7 de mayo de 1824, en el Kärntnertortheater de Viena. La Sociedad Filarmónica de Londres le había encargado la obra en 1817, Beethoven se puso a trabajar en ella al año siguiente, y finalmente la completó 6 años después.  

La partitura rompió con los moldes y esquemas previos que habían regido a la música hasta entonces. Esta obra es la muestra más clara de ello, por su armonía, por la diversidad polifónica y por la participación de 4 solistas y un coro mixto para el famoso cuarto movimiento de esta sinfonía.

En 1793, cuando Beethoven tenía 23 años, leyó el poema An die Freude, que Friedrich von Schiller escribió en 1785, publicado al año siguiente y que se conoce también como Oda a la alegría. Desde esa época quiso musicalizarlo, objetivo que finalmente logró, casi 30 años después. En la actualidad, esta pieza musical es el Himno Europeo.

El compositor llevaba más de una década sin aparecer en escena y la noche del estreno, el Teatro estaba completo de asistentes que no querían perder esa oportunidad. Michael Umlauf junto a Beethoven condujo la primera función.

A partir de hoy, todos los sábados, compartiré versiones actuales y registros históricos de esta obra impar.

A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, en la versión de los solistas Anna Samuil, soprano; Waltraud Meier, mezzo-soprano; Michael König, tenor; René Pape, bajo; el Coro Nacional de Jóvenes de Gran Bretania, y la Orquesta West-Eastern Divan, dirigida por Daniel Barenboim.


martes, 6 de febrero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 10 Gabriel Said


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa



GABRIEL SAID, percusionista. Percusionista nacido en Buenos Aires en 1970, Gabriel Said comienza su carrera a los 16 años.
Entre sus colaboraciones se destacan Charly García, Dino Saluzzi, Osvaldo Piro, José Luis Merlín y Sui Generis.
Desde 1992 es solista de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto.
En el 2000 fue invitado a “Fabrica” (Treviso, Italia) como artista en residencia. Desde ese momento desarrolla nuevos instrumentos y formas de ejecución, a partir de la combinación de técnicas modernas y tradicionales y la modificación de instrumentos de percusión latinoamericana desarrollando sets no convencionales.
Además de sus conciertos como solista, forma parte del trío “Ego Armand” junto al compositor y pianista Oscar Strasnoy y al guitarrista Pablo Márquez. También forma un dúo con el percusionista Fernando Vallés.
Realizó presentaciones en Argentina, Latinoamérica, Europa y Japón.
Con el auspicio del Mozarteum Argentino realiza periódicamente actividades docentes en el Norte del País, destacándose los cursos, talleres y conciertos en la Ciudad de Jujuy, en Maimara (Quebrada de Humahuaca) y en la Comunidad Wichi de Santa Victoria Este (Chaco Salteño).
Sus estudios terciarios los efectuó en la E.M.P.A. (Escuela de música popular de Avellaneda).
Realizó residencias de especialización en Brasil y Cuba.

www.nataliagonzalezfigueroa.com / Instagram @natgonzalezfigueroa / Twitter @nataliapiano

lunes, 5 de febrero de 2018

Sólo cambié mi actitud y todo cambió


Bautista llevó y lleva a cabo muchas acciones solidarias con el fin de promover la paz a través de los valores del Rugby y nos comparte valiosas historias para inspirarnos a resolver conflictos con la no violencia.

En el 2009 fundó Rugby sin Fronteras, con el objetivo de entrenar los valores para construir una comunidad que viva en armonía y en Paz, realizando acciones de concientización, capacitación y eventos de alto impacto.

Se destacan las misiones de Paz y los homenajes realizados en las Islas Malvinas, Franja de Gaza (donde unió a chicos israelíes y palestinos en pleno conflicto bélico), en Francia, el puente de Fray Bentos, Homenaje a los sobrevivientes de la Tragedia de los Andes en la Cordillera de los Andes, el Homenaje a Nelson Mandela en Sudáfrica, y en Londres la Fundación unió a veteranos de guerra argentinos y británicos en un Encuentro de Rugby por la Paz.


En la actualidad trabaja como coordinador del programa “Valores” en el equipo de desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) y con el equipo argentino de Copa Davis; trabajando además con deportistas de alto rendimiento, líderes empresariales y sociales.

domingo, 4 de febrero de 2018

Un jabon

Shalom - La visita del Presidente Rivlin


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…

sábado, 3 de febrero de 2018

Los guardianes de la memoria del Holocausto

El Diario El País de Madrid, en su edición digital, publicó este artículo con la firma de Constanza Lambertucci.

Los guardianes de la memoria del Holocausto

Superviventes de los campos nazis 'entrenan' a jóvenes en Argentina para que los horrores no se olviden

La superviviente Lea Zajac (izquierda) y su aprendiz Darío Berlinerblau (derecha), en Buenos Aires.
En vídeo, homenaje realizado en el Senado. VÍDEO: ATLAS

CONSTANZA LAMBERTUCCI  Madrid 30 ENE 2018 - 07:59 CET

Los nazis prefirieron llamar a Lea Zajac con el número 33.502 que le tatuaron cuando tenía 16 años. Casi un siglo después, Darío Berlinerblau la mira a los ojos, toca la piel penetrada por la tinta y escucha su voz. Ella, de 91 años, es la maestra y él, de 37, el aprendiz que se ha comprometido a hacer suyos los horrores del Holocausto y a transmitirlos cuando ella y otros supervivientes de los campos de concentración nazi ya no estén. "Cuando alguien te diga que la Shoah no existió, vos le podés decir que me conociste y tocaste el tatuaje que tengo en el brazo", le dijo Lea cuando se conocieron hace dos años en Argentina. Ambos participan de Proyecto Aprendiz, una iniciativa que reúne durante al menos cuatro meses a un superviviente y a un joven de entre 20 y 35 años que escucha y se convierte en guardián y difusor de un archivo imprescindible.

Desde 2009, más de un centenar de personas han participado del proyecto, que tiene dos etapas. La primera es la capacitación de los jóvenes y la segunda, los encuentros presenciales que deben sumar al menos ocho horas, aunque las parejas de maestros y aprendices suelen superar las 30 horas de entrevista, según explica Diana Wang, una de las directoras de la iniciativa y presidenta de Generaciones de la Shoá.

Cuando Darío fue por primera vez a la casa de Lea, en Buenos Aires, tenía miedo —de quedarse sin palabras, de incomodar— y también expectativa. Había preparado algunas preguntas, pero ella, que se define como una historiadora frustrada porque la guerra no le permitió ir a la universidad, se le adelantó. Esta polaca nacida en Micholowo, un pueblo cerca de la frontera con la ex Unión Soviética, le relató los acontecimientos que desembocaron en el ascenso del nazismo y su descenso personal "al infierno".

Tenía 12 años cuando inició la II Guerra Mundial, pero el 1 de septiembre de 1939 no pudo empezar el secundario porque Hitler bombardeó su pueblo. A ella y a su familia los reubicaron en el gueto de Pruzhany hasta su traslado en 1943 a Auschwitz, el mayor de los campos nazis, donde murió más de un millón de personas. Lea recuerda con rigor y poesía la última vez que vio las flores de su ventana, cubiertas de rocío; el hambre "incalificable"; los tres días y tres noches en el tren que la llevó a Auschwitz hacinada, el hedor, los niños muertos.

Sus memorias le sugerían a Darío más preguntas; Lea respondía y continuaba sin saltarse ni una fecha ni una sensación. Iban y venían en la historia hacia atrás, hacia adelante y en profundidad. Los "esbirros nazis", dos palabras que Lea no separa, empezaron a evacuar los campos cuando la guerra llegaba a su fin para esconder la evidencia del genocidio. Lea caminó más de 50 kilómetros con la nieve hasta la rodilla, en una de las llamadas Marcha de la Muerte, donde una de cada cuatro personas murió. Al final, quedó libre, "entre comillas", aclara, porque entonces empezó otra "lucha por la vida". Se instaló en Argentina, donde vive la comunidad más grande de judíos de América Latina y la sexta del mundo, y aunque no quería casarse ni tener hijos formó una familia.

Lea anda con bastón y hace poco terminó de leer Guerra y Paz, de León Tolstói, en español (de joven lo había leído en ruso). Ha sido maestra de cinco aprendices y desde que el campo fue liberado el 27 de enero de 1945 —día por el que este sábado se ha conmemorado el Día Internacional por la Memoria de las Víctimas del Holocausto— siempre ha hablado, pero no todos los supervivientes pueden expresarlo. Algunos solo toleran hacer el proceso una vez, otros no se animan porque el dolor es muy fuerte.

Ella también revive el horror cada vez que cuenta sus memorias y sabe que esa noche no podrá dormir. Pero no deja de hacerlo porque es su obligación moral, asegura. No sabe cómo sobrevivió, pero sabe para qué. "No olviden", pronuncia una y otra vez e insiste para quienes no ven lo que ella cree evidente: "Por el bien de ustedes, lo mío ya pasó".

Su aprendiz, Darío, relata cada vez que puede el testimonio que ya ha hecho propio. Después de firmar un compromiso ético para transmitir las memorias del Holocausto, ha mantenido con Lea el vínculo de un nieto con su abuela: van al teatro, toman el té, intercambian novelas y no dejan de hablar. Darío subraya que es parte de una de las últimas generaciones que van a poder oír el testimonio directo de un superviviente. Quedarán los libros y las películas, pero no será posible conversar con los textos y los filmes, mirarlos a los ojos o tocarles el número en la piel arrugada.