Líderes honestos y sabios, Pueblo feliz
"¡Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti y oyen tu sabiduría! ¡Y bendito sea El Señor tu Dios, que te vio con agrado y te ha colocado en el trono de Israel!, pues Él Señor ha amado siempre a Israel, y te ha puesto como Rey para que hagas Derecho y Justicia"(Reyes I- 10-9).
-La reina de Saba al Rey Salomón durante su visita a Jerusalén-.
El Rey que es honesto asegura a su pueblo la prosperidad. Así lo observó la Reina de Saba cuando visitó Jerusalén en la época que gobernaba el rey Salomón. Salomón tenía un imperio de prosperidad, abundancia, paz y seguridad. Cuentan que los habitantes de Israel en su época no se inclinaban para levantar las pepitas de oro que encontraban de tanta prosperidad.
"El que camina en Justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia que proviene de la violencia, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír calumnias sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras". (Isaías 33).
¿Cómo se generó ese bienestar? Los líderes eran honestos, el Rey Salomón era honesto y la honestidad del líder bendice a su sociedad. Junto con la sociedad se bendice el líder que hace Justicia, se gratifica por la bondad realizada.
Líderes corruptos y necios, pueblo infeliz
"Así dice el Eterno, haz Justicia por la mañana y libra al oprimido de la mano del opresor, para que mi ira no se encienda como fuego y haga arder lo que nadie puede apagar, por la maldad de vuestras acciones". (Jeremías 22 11).
Que mejor alegoría que la del fuego imposible de combatir, que arrasa todo, lo bueno y lo malo, sin distinción, arrasa a aquellos que dedican sus vidas para bien y a los corruptos conjuntamente, porque la falta de justicia perjudica a toda la sociedad. Los esfuerzos de los hombres de bien no harán efecto positivo, si no hay una justicia establecida en la sociedad, respetada y honrada, que vele por los que hacen el bien y castigue a los delincuentes.
La salvación de la humanidad radica en la práctica de la Justicia, como está escrito: "En guardar Justicia y cuidar la ley está la salvación por venir" (Isaías 55). Y "maldito el que toma soborno para dar sentencias contra el inocente" (Deuteronomio 17).
La codicia es un tirano oculto y cuando él que la padece es un Líder puede llegar a destruir la más grande de la sociedades, en lugar de ejercer como guía y modelos de conducta para la prosperidad del Pueblo y los líderes perecen en la desgracia eterna.
El líder corrupto es peor que el ladrón perteneciente a la ciudadanía liderada y gobernada, en tanto que el líder roba aprovechándose de su autoridad y liderazgo. Es el más alto nivel de hipocresía y perversión humana.
"Los ladrones comunes se consumen en las cárceles, pero los ladrones que ostentan cargos públicos de liderazgo gozan de riquezas y se acicalan de oro, se castigan los ladrones y los rateros más los estafadores refinados que se jactan del poder depositado por la sociedad en ellos se amparan en sus fueros y cargos para seguir robando y evitar el castigo por sus afrentas y estafas", escribe el Rabino José Cardoso en La excelencia de los Hebreos (siglo XVII). Y añade: "Ni el temor a Dios les enseña, ni la ley los sojuzga, ni la conciencia los acusa, ni la vergüenza los retiene, son almas muertas en cuerpo vivos".
Tres veces la Biblia repite la prohibición de aceptar sobornos. "No inclinaras el juicio, no reconocerás rostros y no tomarás soborno porque el soborno enceguece la visión de los sabios y desvirtúa las palabras de los justos" (Deuteronomio 16).
Esta prohibición no sólo se aplica a los jueces, sino a todos los gobernantes, líderes, funcionarios, dirigentes de la sociedad civil, religiosa y todos los que se ocupan de las necesidades del público y para ello ostentan algún tipo de poder que le ha depositado el pueblo o parte de él.
Los Tebanos pintaban a jueces sin manos y con vendas en los ojos, transmitiendo así cuál debe ser la actitud del juez, por cuanto no debían distinguir a las personas por su rango o amistad y no recibir en mano ninguna dádiva.
Si los dirigentes roban estafan y toman sobornos, ¿qué tipo de actitud se puede esperar del ciudadano común? Si los líderes son corruptos fomentan la inmoralidad de la sociedad y si son honestos fomentan la honestidad. El pilar de las Justicia terrenal depende de que él que la imparte sea recto.
¿Cómo elegir líderes?
La Biblia ha exhortado como primer paso a la sociedad a tener en cuenta las condiciones morales e intelectuales que deben tener los dirigentes. "Y veras dentro del pueblo personas fuertes, temerosas de Dios, personas verdaderas, que aborrecen la codicia" (Éxodo 18).
Personas fuertes. Se refiere a que no teman a los poderosos, que tengan agallas y fuerza para luchar contra los que se imponen injustamente por medios de la fuerza.
Personas temerosas de Dios. Hace referencia a que no alcanza con que sepan la ley, deben ser interiormente puras, para no utilizar el conocimiento para la maldad y la injusticia. La sabiduría se transforma en perniciosa y ofensiva cuando se carece de moral.
Personas verdaderas. Que están dispuestos a aceptar sus errores si los tuvieron, de manera tal que la verdad está por encima de su honor. Personas que entienden que para hacer justicia deben conocer las leyes y las cosas realmente y no dejarse llevar por sus prejuicios, presiones o análisis superficiales.
Personas que aborrecen la codicia. Se trata de uno de los vicios más comunes del ser humano, por ello el líder debe estar alejado totalmente de la codicia.
Aquellos que hacen justicia que son honestos y fomentan el bien desde sus cargos dirigenciales en el ámbito que sean,son los que cambiarán la sociedad para bien, harán que brille la luz en los ciudadanos y ellos mismos serán gratificados eternamente por el acto real de bondad realizado con la humanidad.
*Isaac Sacca es Gran Rabino de la Comunidad Sefaradí de Buenos Aires y Presidente de Menora.