miércoles, 28 de agosto de 2019

Libros del Zorzal

Libros del Zorzal

Colección Tintas Frescas

Libros del Zorzal lanza en colaboración con el Institut français d'Argentine los primeros cuatro títulos de la colección Tintas Frescas, un panorama de los mejores dramaturgos contemporáneos de Francia seleccionados por el actor y director francés Michel Didym.
Alta-Villa – Contrapunto, traducida por Juan Pablo Pizarro de Trenqualye, es una serie negra en un paisaje de montaña. Karim está contratado para el verano en un hotel en la meseta de Alta Villa. Descubre un pequeño pueblo encerrado sobre sí mismo y la familia de los propietarios atormentada por historias del pasado. Karim se acercará a Faïza, la novia del hijo del jefe. La crisis de estos personajes, entre la huida y la violencia, encuentra su origen, pasando por la guerra de Argelia, en el desarraigo.
El arma, traducida por Lil Scalvo, relata un lirismo frío, una geopolítica obscura, sin idealismo, un materialismo carnicero que guía los conflictos humanos contemporáneos. Un hombre y una mujer están en la cama de una pieza de hotel. ¿Qué hacen ahí, en esa pieza aislada, en este país en guerra al borde del mar?
LANCELOT HAMELIN es autor de novelas, ensayos y obras de teatro. Vive en París. Sus textos de teatro fueron publicados por Théâtre Ouvert, Quartett y Espaces 34. En 2007, su obra Alta Villa fue dirigida por Mathieu Bauer en el Théâtre Ouvert. En 2012, la Comédie Française presenta su Prologue à La Folie d’Héraclès, puesto en escena por Christophe Perton en el Théâtre le Vieux Colombier.
En 2013, participa como dramaturgo en el Lincoln Center Theatre-Directors’ Lab. Sus novelas Le Couvre-feu d’octobre (2012) y À la crête des vagues (2016) fueron publicadas por Gallimard. Desde 2012, colecciona los sueños y las pesadillas de la gente de todo el mundo (Nueva Orleans, Roma, París, Lyon, Calais, Valencia…). Hace una residencia en el Théâtre des Amandiers de Nanterre y es huésped de la Villa Medicis, la Academia de Francia en Roma.
Penthy sobre la franja, traducida por Juan Pablo Pizarro de Trenqualye, cuenta la historia de una traición amorosa y política. Se trata de un hombre y una mujer que se prometieron una fidelidad absoluta en amor como en política. De repente, el hombre decide unirse al clan que siempre combatió, y la mujer ve a su ser querido cambiar de bando y volverse contra ella y su clan.
The Lulu Projekt, traducida por Silvio Mattoni, tiene como protagonista a Lulú, que no es un adolescente como los demás, probablemente porque vive del otro lado de una pared, en una torre en medio de campos, con una madre que tiene problemas para aceptarlo como es y que idolatra a su hermana. ¿El sueño de Lulú? Convertirse en una estrella del rock o del punk, o hacer lo que hizo Valentina Terechkova: conquistar el espacio y las estrellas. Pero Lulú tiene que pasar exámenes escolares que determinarán su futuro. ¡Y no está nada entusiasmado con lo que el futuro le ofrece! Así que, con Moritz, su amigo que está perdiendo la vista, Lulú se escapa al mundo de los sueños, donde se cruza con extraterrestres amables y donde sería posible volver a empezar de cero. Los dos amigos reinventan así un mundo a la altura de su imaginación y de la ceguera que alcanza a Moritz, cuando aparece, como caída del cielo, una joven improbable.
MAGALI MOUGEL nació en 1982 y se formó en dramaturgia en la ENSATT (Lyon), donde interviene de manera regular como formadora. Autora y dramaturga, trabaja sobre lo cotidiano, que interroga a través del prisma de la ficción. Recibió numerosos premios y becas para la escritura de sus obras Varvara essai 1, Waterlily essai 2, Lili essai 3 (publicadas por L’Act Mem) y Erwin Motor, dévotion (traducida al alemán, al español y al inglés). También produce por encargo y colabora con varios directores y directoras, entre los cuales se cuentan Johanny Bert, Simon Delattre, Michel Didym, Baptiste Guiton, Olivier Letellier, Hélène Soulié, con sus textos Pièce A4 mains, Un petit coup de pouce, Pardès, Josse + Coquelicot, Léda, Le Sourire en bannière, Disnuage mon amour, Les véritables petits bonbons d’Antan, Le Pigeonnier, La dernière battue, Le Monde en cage, Traverses, Coeur d’Acier, Poudre Noire y Dinay. Sus textos fueron publicados por las editoriales Espaces 34 y Actes Sud y varios fueron traducidos al alemán, inglés, español y portugués.
En No me acuerdo muy bien, traducida por Walter Romero, Gérard Watkins reconstituye el espacio mental de Antonio, un hombre de 93 años que pierde la memoria. Un médico y una enfermera lo acompañan a lo largo de este viaje sensible durante la pérdida de sus marcas.
Con respecto a Europía, traducida por Silvio Mat­toni, vale decir que si nos planteamos la cuestión de la identi­dad europea, si lo preguntamos a nuestro alrededor, es decir, si nos planteamos la pregunta “¿qué es Europa?” o, más pro­saicamente, “¿Europa?”, es probable que notemos que se pro­duce un silencio musical, el del niño atrapado en el acto, o el del ciudadano que quiere responder con dignidad, pero que se da cuenta de que muchas cosas cambiaron desde la última vez que se detuvo a pensarlo. Escribir un texto sobre la Euro­pa de hoy es entregarse en cuerpo y alma a este silencio, a lo que brota del espacio-tiempo, de la memoria, del espacio de la identidad, que une, en un instante, los atentados de Hambur­go, la peste de Marsella, el movimiento sindical Solidarnosc, la caída de los Ceaucescu, los disturbios de Atenas, la ética de Spinoza, los caballeros teutónicos y el fado.
GÉRARD WATKINS nació en Londres en 1965. Se instaló en Francia el 1973. Escribió su pri­mera obra, Dead End, en 1980. Escribió también letras de cancio­nes para su grupo Western Eyes, en el cual cantó y tocó la guitarra hasta 1988. Durante su formación teatral en el Cours Florent (París), escribió y dirigió Scorches. Mien­tras se formaba en el Conserva­torio Superior de Arte Dramático de París, escribió Barcelone. Actuó también en más de treinta obras de teatro y cuarenta películas.
Desde 1994, dirige su compañía el Perdita Ensemble, con la cual dirigió todos sus textos: La Capi­tale Secrète, Suivez-Moi, Dans la Forêt Lointaine, Icône, La Tour, Identité, Lost, Je ne me souviens plus très bien, Scènes de Violences Conjugales, en diferentes espacios. Ganó el Premio de Literatura Dramática en 2010 con su obra Identité y fue nominado mejor dramaturgo con su texto Scènes de Violences Conjugales. Fue gana­dor del premio de la Fundación Beaumarchais, del Centro Nacio­nal del Libro y de la Villa Médicis, con su proyecto Europia / fable géo-poétique, un espectáculo para los graduados de la ERAC, que dirigió en el teatro de las Bernardines y en el festival de Aviñón.
Sus textos se dirigen en particular a la gente que se siente sobrepasada, excluida, perdida en la sociedad contemporánea y que no tiene particular afición por los temas puestos por lo general en escena. Su escritura busca explorar las lógicas sub­yacentes de la actualidad, los dramas, las leyes y los hallazgos dentro de los cuales se vinculan los seres humanos.
 
En Al fondo del pasillo a la derecha, traducida por Sol Gil, una mujer-muñeca secuestrada intenta convencer a su carcelero de dejarla escapar. A través de su palabra deconstruida, la realidad se fragmenta y se pierde entre el encarcelamiento y el cuestionamiento de su identidad. Detrás de la idea de alienación del individuo desposeído por un sistema, que subyace todo el texto, entrevemos la reflexión política y social de la obra, que resuena con nuestra actualidad.
Investigación sobre una evaporación antes del olvido, traducida por Silvio Mattoni, es la historia de una joven, L., que está a punto de acceder al mundo de los adultos, como cuando se da un gran salto, cuando se muda de piel. Esta obra se aleja de las reglas del viaje iniciático y sigue el camino de L., que se pierde en una sociedad desprovista de poesía, donde no encuentra su lugar. Inasible, y pese a los intentos de normalización de los demás, L. no puede evitar escaparse. Lejos de los clichés de la adolescencia, esta obra está hecha de sutilezas. La lengua se queda en la superficie. En apariencia. Cuanto uno más se acerca a una verdad, más se disuelven las certezas, como un espejismo. Investigación sobre una evaporación antes del olvido está escrita a imagen y semejanza de L., que intenta en vano construirse en un universo sin perspectiva.
AURORE JACOB escribió más de doce obras, de las cuales varias fueron publicadas por Théâtre Ouvert, Lansman, les Éditions Koinè y En Acte(s). Autora y actriz, hizo una maestría en Teatro en la Universidad de la Sorbona en 2008. Le interesa la materialidad de las palabras y el espacio del idioma que trabaja para interrogar nuestra mirada y nuestra relación con la realidad, con una escritura al borde de la performance. Su primera obra, Sans L, fue puesta en escena por Gilda Cavazza en 2009 en el teatro Actuel et Public de Estrasburgo, en el marco del festival Coup de Pouce.
Desde entonces, participó de varios proyectos, entre los que se encuentranSouvenirs au bord de mère, texto puesto en lectura en 2015 en el Théâtre Ouvert por Sophia von Gosen, y Au bout du couloir à droite, obra que fue puesta en escena por Olivia Grandville en el Théâtre Ouvert y publicada para la ocasión. En 2015 y 2016, Aurore Jacob escribió Sur/exposition, obra en la cual sigue deconstruyendo una palabra titubeante que busca redefinirse. Para enriquecer sus búsquedas sobre la escritura con un trabajo en grupo, fundó Traverse-Colectivo de autores, junto a otros seis autores conocidos en la Chartreuse.
 
Estas publicaciones cuentan con el apoyo del Relai spectacle vivant pour l’Amerique du Sud hispanophone (Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores de Francia, Ministerio de la Cultura de Francia, Institut Français),  y del programa Fabula Mundi Playwriting Europe: Beyond Borders.

lunes, 26 de agosto de 2019

Victor Küppers, El valor de tu actitud


Víctor Küppers nos ofrece en este vídeo una serie de claves sobre el poder que tiene la  ‘actitud’ para desarrollar el máximo potencial de las personas: "Tú vales tus conocimientos, tus habilidades y tu actitud, pero la actitud multiplica”, explica.

Victor Küppers es Doctor en Humanidades y Licenciado en Administración y Dirección de Empresas. Profesor universitario y formador, Küppers  es autor de libros de éxito como "El efecto Actitud" y "Vivir una vida con sentido".

Küppers nos anima a cuidar y mantener las relaciones humanas en un mundo tan absorbente como el actual. Entre las claves que aporta están el cariño, el tiempo y la actitud. "Hay veces que las personas se desaniman. Cuando son nuestros hijos yo solo conozco dos palabras: cariño y tiempo. Porque esa es la base de las relaciones humanas".

Apasionado por la psicología positiva, su pensamiento se podría resumir en esta frase: “Que nadie se acerque a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”. Para Küppers esta es la definición de una ‘persona espectacular’.

domingo, 25 de agosto de 2019

Shalom - ERENSYA visita Seattle

                       

   
   

       
       
       
       
            ERENSYA visita Seattle




La niña judía que fue salvada del Holocausto por una mujer católica

El Diario Clarín, en su edición digital, publicó este artículo


Memoria
La niña judía que fue salvada del Holocausto por una mujer católica
Hélène Gutkowski nació en París en 1940. Hoy, en la Argentina, esta socióloga recopila historias similares a la suya y las ha reunido en un libro conmovedor.
Hélène Gutkowski fue entregada por sus padres para salvarla del horror de los nazis./F. De la Orden.


 25/08/2019 - 0:07
Arriba de la mesa hay un álbum de fotos de esos que protegen las imágenes con un vinilo adhesivo. Hélène lo levanta con cuidado, pasa las páginas y señala. Se señala: enterito a cuadros, camiseta blanca de mangas largas, zapatitos blancos. Su padre la tiene abrazada: el delantal de carnicero impecable. Al otro lado, un joven muy flaco de pantalones cortos, su hermano Hersz. La tristeza le roba la cara.
Hélène con Madame Bruno, la mujer católica que la cuidó y la mantuvo a salvo del Holocausto.
Hélène con Madame Bruno, la mujer católica que la cuidó y la mantuvo a salvo del Holocausto.

 “Esto es en el ‘46 –dice Hélène Gutkowski en un castellano perfecto que no pierde ese dejo gutural, francés, de su origen–. Es el momento en el que mi papá pudo recuperar su carnicería que había perdido en el proceso de arianización de los negocios judíos. Había sido ‘comprada’ por franceses de manera ilegal si uno toma como referencia la ley antes de la invasión alemana. Estas ‘ventas’, que hacían los comisarios gerentes, sólo eran legales a ojos del invasor y de los franceses que se beneficiaban de la legislación nazi.” La carnicería está pelada. En la foto se ve la persiana abierta, las columnas labradas, las estanterías vacías. Arriba el cartel dice: M. Fontaine, el nombre del “propietario” beneficiado por los alemanes luego de atestiguar que por sus venas no corría sangre judía.
La familia de Hélène fue la única de su edificio que se salvó de la gran redada que hicieron los alemanes en 1942.
Esa foto es un punto de referencia en la historia de Hélène. No hacía mucho que se había reencontrado con su familia. Nacida en París en 1940, es una de las niñas judías sobrevivientes de la Shoá gracias a que sus padres tomaron la decisión más fuerte de sus vidas: dejarla al cuidado de una mujer católica, en un pequeño pueblo francés, para no exponerla a los peligros de la clandestinidad a los cuales ellos y su hijo de 11 años iban a exponerse al intentar cruzar hacia la zona libre de Francia.
Hélène tiene un objetivo: que experiencias como la de ella no queden en el olvido. Para eso, en un trabajo titánico, entrevistó durante los últimos años a 29 niños y niñas que lograron sobrevivir a la Shoá en Francia y que hoy, ya mayores, residen en la Argentina.
Los primeros nueve testimonios están reunidos en el libro Querido país de mi infancia, editado por Libros del Zorzal. Ahora, trabaja en el segundo tomo, donde se enfrentará al desafío de contar el derrotero de 20 jóvenes más y su propia historia.

“Yo no sabía muy bien cómo había sido lo mío –cuenta–. Sabía que mis padres, en algún momento de la Segunda Guerra, habían tenido que dejar su negocio y también el departamento. No tenía las fechas, ni sabía por qué… Cuando me puse a investigar encontré las listas de asistencia de la escuela a la que concurría mi hermano, nueve años mayor que yo. En estas listas, veo que ingresó por primera vez en el ‘37, salió en el ‘42, volvió a ingresar en el ‘44 y salió definitivamente en el ‘45. Más claro que esto no puede ser: si él salió del colegio en julio del '42 me confirma que nos fuimos de París por causa de la grande rafle (gran redada), que tuvo lugar el 16 y 17 de julio de ese año. Esa fue la fecha bisagra… Después tenía la duda de cuándo habíamos vuelto a París. Yo pensaba que cuando terminó la Guerra, en mayo de 1945, pues no… volvimos casi un año antes, porque la región de París fue liberada en agosto de 1944. Estos mismos documentos me lo confirman, porque mi hermano vuelve a ingresar al colegio en octubre de 1944, quiere decir que salieron de la casa que les sirvió como escondite cuando París fue liberada de la presencia alemana...”
Así funciona la memoria de Hélène: precisión en las fechas, en los lugares, en los datos. Es que ese es su mayor desafío a la hora de enfrentarse a las historias de los sobrevivientes. Pero también a su historia. Ella insiste en aclarar que no quería contar su caso.Que ella era muy pequeña cuando le tocó vivir la tragedia y por lo tanto no tenía recuerdos propios. Sí las historias que se contaban en su casa y, una vez lanzada a la investigación, los documentos y los testimonios que le ayudan a recomponer el pasado como si fuera un rompecabezas con piezas de cristal: finas y frágiles.
Una niña escondida
Hélène cuenta que su padre, al igual que la mayoría de los polacos judíos que habían migrado a Francia en los años treinta, no dudó en alistarse como voluntario para combatir en la Segunda Guerra en defensa de su nueva patria. Esos soldados volvieron a casa luego de la capitulación del 24 de junio de 1940. “Demostraron no ser cobardes, ya que quisieron luchar por Francia”, remarca Hélène, quien llegó a la Argentina en 1961, trabajó como docente en la Alianza Francesa y luego se graduó de socióloga.
La Gran Redada de 1942 es el punto de inflexión de su historia. Hasta entonces las razias apuntaban a los hombres de entre 18 y 45 años, fuertes. La excusa: la necesidad de mano de obra, sobre todo en el campo, para abastecer de comida a las tropas alemanas. Por eso, su papá se había ocultado en la casa de un carnicero amigo, en Vellepinte, un pueblo pequeño a 20 kilómetros de París. En esos días fatídicos de julio, la cosa cambió: los alemanes deportaban de manera indiscriminada a hombres, mujeres y niños. Tenían los datos de dónde vivían las familias judías. Las habían obligado a empadronarse y a portar una estrella de David amarilla cosida a la ropa. Por eso, en la noche del 16 al 17 de julio fueron edificio por edificio, departamento por departamento, llevándose por la fuerza a todos.
Hélène con sus padres y Marie Alice Dregrémont, la mujer que dio refugio al resto de la familia.
Hélène con sus padres y Marie Alice Dregrémont, la mujer que dio refugio al resto de la familia.

Hélène, apenas con dos años, junto a su madre y su hermano, hicieron silencio. Los recuerdos familiares hablaban de que su hermano le tapó la boca para que no emitiera sonido. Los gendarmes golpearon la puerta. La madre –en un gesto increíble– decidió no abrir. La tensión de la espera. Los pasos que se alejan.
Hélène no reconoció a sus padres cuando volvieron por ella. Recién al tocar un lunar en cara de su padre pudo recordar.
“Ese fue el primer milagro de nuestra salvación… Fuimos la única familia de ese edificio que se salvó”, dice Hélène, y todavía hoy los ojos se le cristalizan por la emoción.
Cuando las cosas se tranquilizaron un poco, su madre se dio cuenta de que ya no podían quedarse en París. Agarró a sus hijos y viajó a buscar a su marido. Ahí, en Vellepinte, la familia reunida tomó la decisión de escapar cruzando la línea que dividía a Francia entre el territorio dominado por los nazis y la Francia libre. El viaje y el cruce no eran fáciles. La documentación los delataba. También el acentoyiddish imposible de ocultar detrás de un francés recién aprendido. Llevar a la niña con ellos era exponerla y exponerse. Entonces la decisión: Hélène quedaría allí al cuidado de una mujer católica.
“Ellos tomaron la misma decisión que tomaron 60 mil familias judías de Francia: dejar a sus hijos en manos de familias católicas o protestantes. Es el acto de amor más sublime: visualizar lo que puede pasar y hacer tripa corazón, desprenderse de un niño a pesar de todo el dolor y la incertidumbre que puede provocar semejante decisión de parte de una madre o de un padre... Es como la leyenda bíblica en la que dos mujeres se disputan la maternidad de un niño y el Rey Salomón decide cortarlo a la mitad. La verdadera madre prefirió entregarlo... Yo no sé si sería capaz de hacerlo. Admiro cada vez más a mis padres y a esas personas que han tomado esa decisión.”
¿Conocían a la familia que se quedó con usted?
Supongo que no... A lo mejor el carnicero amigo de mi padre los conocía. Durante mucho tiempo pensé que se trataba de una familia. Pero ahora hablo de Madame Bruno, porque no me consta que haya habido un hombre. A lo mejor era una mujer joven, su marido en la guerra: ya fuera en el frente o preso. Es a este tipo de familias a las que se apuntaba desde las organizaciones judías para que se quedaran con los chicos. A esas mujeres cuyo esposo estaba en el frente o preso o muerto y ya no recibían el ingreso del sueldo de éste, les venía muy bien aceptar cuidar un niño judío ya que recibían un pago mensual que seguramente les ayudaba en parte a mantener también su hogar.
¿Quién les pagaba?
Cuando el trato era directo, como en el caso de mis padres, seguramente dejaron ellos dinero. Hay familias que lo hicieron sin cobrar, por ejemplo el caso de Maurice Ajzensztejn.
Hélène con su papá Joseph y su hermano Hersz en la carnicería recuperada.
Hélène con su papá Joseph y su hermano Hersz en la carnicería recuperada.

Hélène refiere al testimonio que se cuenta en el capítulo tres de su libro. En 1940, la familia de Maurice había llegado a Niort desde Sedan empujada por el Éxodo ordenado por las autoridades.Lograron establecerse y prosperar.
Las razias iban a terminar con todos los judíos. Los amigos le decían al padre de Maurice que se fuera, que escapara con su familia. Pero él se negaba, decía que él era francés, que no iban a hacerle nada. En octubre de 1942, a medianoche, le tocaron la puerta. Dos hombres de negro le presentaron la orden de arresto. La madre de Maurice alcanzó a salir al patio, gritó: “Salven a mis hijos”.
Un matrimonio de vecinos, Maxime y Edmée Rousseau, acudió en ayuda y se llevó a Maurice y a su hermano. El padre de Maurice le entregó a Maxime Rousseau un frasco con todas las joyas de su esposa para venderlas si era necesario. La madre, golpeada por el impacto del terror, perdió la razón. Nunca más pudo recuperarse. Los tíos fueron los que volvieron por los chicos en 1946.
“Fue muy desgarrador para Maxime y Edmée, que ya habían hecho los primeros trámites para adoptar a Maurice y Bernard, su hermano. También fue muy triste para los chicos que los consideraban como sus verdaderos padres. Pero la ley estaba del lado de la familia biológica y los chicos volvieron a vivir en Sedan. En cada período de vacaciones, volvían a visitar a sus tonton y tata (tío y tía en diminutivos afectuosos). Lo notable es que, cuando los chicos se fueron con su tío biológico, Maxime le entregó el frasco de las joyas... intacto.” Entre las historias familiares que recuerda Hélène, está la del día que sus padres volvieron a Vellepinte para buscarla. Ella había pasado dos años y un mes al cuidado de Madame Bruno, por lo que el rostro de sus familiares le era totalmente ajeno. El llanto. La negación a querer volver con ellos. Entonces, su padre le hizo acariciar un lunar que tenía en la cara y eso desencadenó el recuerdo que había quedado guardado en la memoria de esa niña que se había salvado de la barbarie.
El libro
“Somos treinta sobrevivientes que, desde la lejana Argentina, dondenos hemos establecido después de la Guerra o durante ella, hemos asumido el compromiso, no sin temor ni vacilación, de volver juntos a nuestro pasado”, dice la Introducción de Querido país de mi infancia (Libros del Zorzal, 2019), y en la bajada de ese título queda sellada la firma de esa primera persona del plural que Hélène utiliza para contarse: “Memorias entrelazadas de niños que sobrevivieron en la Francia ocupada y emigraron a la Argentina”.
¿Cuándo se da esa emigración?
La mayoría de ellos (Hélène señala la foto de los niños escondidos que ilustra la tapa de su libro en la edición francesa) vinieron a la Argentina entre el ‘47 y el ‘56, más o menos. En esa época, todavía los judíos no podíamos ingresar a la Argentina. La mayoría lo logró clandestinamente, pasando por Bolivia, por Paraguay, Uruguay. Otros llegaron durante la guerra.
¿Cómo fue su caso?
El caso mío y de mi familia fue distinto, no se planteó la idea de buscar un nuevo país. Mis padres y mi hermano amaban Francia, a pesar de todo, y no se les ocurrió emigrar nuevamente. Si yo vine a la Argentina es porque a los 20 años conocí a mi marido, que es el primo lejano de una prima mía. Fue a Francia por trabajo y ahí nos conocimos y nos vinimos juntos a la Argentina en 1961.
¿Cómo fue el trabajo para poder recopilar estas historias y llevarlas a un libro?
Me apasiona la historia del pueblo judío. Este libro es el primero de los que he hecho que trata de la época mía, del lugar en que viví, y de las circunstancias que marcaron y sellaron mi devenir. Es apasionante lo que estoy haciendo; la vida me llevó a hacerlo, no lo pensaba. Todos mis trabajos los hice con grupos de gente mayor que han vivido las mismas circunstancias.
¿Cómo es su método?
Nos reunimos en mi casa; mi mesa de comedor nos recibe, nos reúne y nos nutre en todo sentido. Armo el encuentro sobre un eje y los hago hablar. Todo el mundo tiene derecho a opinar, a intervenir. Hay una empatía muy especial entre las personas de un grupo así. Hay vivencias en común que se aprecian. Yo grabo. Después saco lo esencial y lo vuelvo a traer a la mesa. Eso genera una nueva discusión. Para este libro, somos treinta… ¡Eramos! Dos de mis compañeros se fueron en julio y ocho más ya nos han dejado en distintos momentos de estos 10 años. Siento que el tiempo me corre, nos corre a todos, ya que somos todas personas grandes. Para muchos de mis compañeros, este espacio no solo los mantiene vivos, les levanta la autoestima, impide o alivia la depresión, Somos ahora como una gran familia. Nos necesitamos.


lunes, 19 de agosto de 2019

"Cree en tu talento y trabaja para desarrollarlo". Jorge Ruiz


Jorge Ruiz es el vocalista y compositor del grupo de pop ‘Maldita Nerea’, además de logopeda y maestro. Desde hace años compagina su carrera musical con su labor divulgadora sobre la educación. A través de su historia personal, en éste vídeo Jorge pone el foco en cuestiones como la importancia de desarrollar el talento potencial desde la infancia y de potenciar la creatividad. Como embajador de talento de la ‘Fundación Promete’, defiende un modelo de educación basado en desprender el talento individual de cada niño, e insiste en que el cambio educativo es necesario, posible y tarea de todos.

domingo, 18 de agosto de 2019

Shalom - El empoderamiento de la mujer en el arte

                       

   
   

       
       
       
       
            El empoderamiento de la mujer en el arte




lunes, 12 de agosto de 2019

“Dirigir una orquesta es una buena metáfora para la vida”. Benjamin Zander


Benjamin Zander es uno de los directores de orquesta más reputados del mundo y está considerado uno de los mayores especialistas en la obra de Gustav Mahler y Anton Bruckner. En este vídeo comenta sus ideas pedagógicas y transmite con pasión su amor por la música.

Durante los últimos 50 años, Zander ha destacado como maestro, como intérprete y como fuente de inspiración para estudiantes, músicos profesionales y líderes gracias a sus conferencias y a las ponencias previas a los conciertos. Actualmente dirige la Orquesta Filarmónica de Boston y su división juvenil. El músico inglés es además autor de varios libros entre los que destaca el best seller ‘El arte de lo posible’.

domingo, 11 de agosto de 2019

Shalom - La judería de Plasencia

                       

   
   

       
       
       
       
            La judería de Plasencia




lunes, 5 de agosto de 2019

Shalom - La relación que nunca se rompió

                       

   
   

       
       
       
       
            La relación que nunca se rompió