Hola, soy Leonardo Liberman. Te invito a visitar mi Blog, en el que propongo temas de interés general. Podes mandarme tu comentario al E-mail elmiradornocturno@gmail.com Foto de portada: Magdalena Viggiani.
miércoles, 31 de enero de 2018
martes, 30 de enero de 2018
Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 9 Melina Marcos
La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.
Natalia González Figueroa
MELINA MARCOS, pianista. Nació en Buenos Aires, recibió el título de Profesora Superior Nacional de Música con especialidad en Piano, por el Conservatorio Nacional “Carlos López Buchardo” a los 23 años y al año siguiente el de Licenciada en Artes Musicales y Sonoras por el Instituto Universitario Nacional de Arte en la cátedra de Néstor Zulueta.
En paralelo a sus estudios formales, realizó numerosos
cursos de perfeccionamiento en Argentina y en España. Duranteel año 2011,
Melina Marcos fue becaria de la Fundación Música de Cámara, bajo la guía del
Maestro Opitz. Actuó en prestigiosas salas de Argentina, entre ellas en el
Salón Dorado del Teatro Colón, presentándose tanto en calidad de solista, como
parte de agrupaciones de cámara. A nivel internacional, fue invitada a actuar
en Amsterdam, Paris y diferentes ciudades de España (Madrid, Valencia, Leon,
Valladolid, Palencia).
Se ha desempeñado como pianista acompañante en numerosos
cursos y festivales, en los cuales ha trabajado en colaboración con destacados
artistas y orquestas, tanto nacionales como internacionales.
Desde el 2003 ejerce varios cargos como pianista acompañante
en las cátedras de viola y de saxo, y desde el 2007 es asistente en la cátedra
de Piano del Maestro Néstor Zulueta, en el Instituto Universitario Nacional de
Arte.
www.nataliagonzalezfigueroa.com / Instagram
@natgonzalezfigueroa / Twitter @nataliapiano
domingo, 28 de enero de 2018
Una sobreviviente de Auschwitz: "El olor de la carne quemada me daba ganas de comer"
El Diario Clarín, en su edición digital, publicó este artículo, firmado por Enzo Maqueira
Memoria del horror
Una sobreviviente de Auschwitz: "El olor de la carne
quemada me daba ganas de comer"
Hanka Dziubas Grzmot, polaca de 88 años, recuerda su paso
por un campo de concentración, el hambre inhumano, la sensación
atroz frente a los hornos crematorios.
Hoy Hanka vive en Villa Crespo. Su historia de sobriviviente del Holocausto está reflejada en el libro "Hanka 753", de Alejandro Parisi. / Ariel Grinberg. |
Voy a contar todo, pero no voy a hablar de mi padre porque
me pongo a llorar”, dice Hanka Dziubas Grzmot. La advertencia llega tarde: sus
labios están por contar cómo fue que un soldado nazi se lo arrancó de las manos
cuando ella apenas tenía nueve años. Cómo fue que le pegaron. Cómo lo subieron
a un camión y nunca más lo volvió a ver.
Los ojos celestes, brillantes, limpios de Hanka se
humedecen. Sin embargo a Hanka le hace bien contar lo que le tocó vivir.
“¿Qué siento? –pregunta y mira a Alejandro Parisi, el hombre que escribió su
historia–. ¿Qué siento?”. Alejandro intenta ayudarla a encontrar las palabras.
“Yo ya lo sé –dice–, pero que lo diga ella”. “Me siento mejor –se apura en
contestar Hanka–, porque cuando nos pasó esto y por fin fuimos liberados,
juramos que no íbamos a olvidar a nuestros muertos”.
“
Como la mujer lloraba, con la bota pisó a la criatura en la
cabeza hasta que lo mató. La madre se puso a gritar y besaba la bota donde
estaba la sangre de su hijo. El soldado sacó la bayoneta y la mató.
Hanka
Parisi escribió Hanka 753 (Editorial
Sudamericana) después de un año y medio de visitar a esta polaca sobreviviente
del Holocausto que hoy tiene 88 años y vive en el barrio porteño de
Villa Crespo. El departamento queda a pocos metros de la avenida Corrientes.
Está decorado con decenas de retratos de sus hijos, sus nietos, su marido León.
Plantas que casi tocan el techo. Una mesa redonda donde una empleada atenta
acaba de servir café con leche y budín casero.
Mientras Hanka se deja sacar fotos, el hombre que narró su
historia dice que lo más difícil de todo fue ordenar la información. Es
que Hanka recuerda a borbotones, salta del campo de concentración de Auschwitz
a un tren con olor a carbón y a excrementos, usa un español atravesado que
no alcanza a disimular los horrores que le arrebataron la infancia.
“Un día, en el ghetto de Lodz, vinieron soldados alemanes a
decir que las madres vistieran a los chicos con su mejor ropa, porque los iban
a llevar a un lugar para cuidarlos. Una vecina mía, casada hacía poco tiempo,
tenía un chico de un año. Era su primer hijo. ¿Qué madre podía entregar a su
hijo? Pero un soldado alemán se lo sacó de los brazos. Como la mujer
lloraba, con la bota pisó a la criatura en la cabeza hasta que lo mató. La
madre se puso a gritar y besaba la bota donde estaba la sangre de su hijo. El
soldado sacó la bayoneta y la mató.”
El hecho es apenas uno de las cientos de aberraciones que
Parisi refleja en su novela, que completa su trilogía sobre el Holocausto.
“En mis dos libros anteriores había aprendido que había que dejar que los
sobrevivientes contaran lo que tenían ganas y no lo que yo quería que contaran.
Una vez que terminé con las entrevistas a Hanka y organicé la información,
tardé dos meses y medio en escribir la historia. Cada determinada cantidad de
hojas le pasaba el borrador a ella. Luego lo leyó dos veces más. El
pacto fue que yo iba a respetar su memoria, y que si había algo que no le
gustaba, me lo tenía que decir. Por suerte eso no pasó. El equipo fue: ella
lo vivió, yo lo escribí.”
“
¨Por qué el mundo cayó en esa locura? ¿Por qué? Eran ganas
de matarnos y nada más. Cuando esos treinta y tres países se reunieron, la
respuesta fue que los judíos éramos ladrones y sucios. Hasta hoy no entiendo
tanto odio.
Hanka
"Ustedes conocen la historia? No, ¿qué van a saber!
–dice Hanka y hace un gesto con la mano–. Antes de la guerra, (el presidente
estadonidense) Roosevelt juntó a treinta y tres países para buscar una forma de
ayudar a los judíos, que ya eran perseguidos. Había pasado la Kristallnacht, la
noche de los cristales rotos, ¿Y qué hicieron? Nada”.
La Kristallnacht fue el primer signo de que los nazis
preparaban un plan macabro contra la comunidad judía. Ejecutado por seguidores
y fuerzas parapoliciales de Hitler, ocurrió entre el 9 y el 10 de noviembre de
1938 y dejó centenares de muertos, sinagogas quemadas, negocios saqueados y
treinta mil judíos prisioneros en los campos de concentración. “¿Por
qué el mundo cayó en esa locura? ¿Por qué? –Hanka mira hacia un punto fijo en
el ventanal del living–. Eran ganas de matarnos y nada más. Cuando esos treinta
y tres países se reunieron, la respuesta fue que los judíos éramos ladrones y
sucios. Hasta el día de hoy no entiendo por qué tanto odio”.
–Porque el mundo es así –dice Parisi.
–No, no –Hanka niega con la cabeza. La taza de café con
leche intacta entre sus manos.
–La humanidad es eso. En ese momento querían borrar del mapa
a los judíos.
–¿Pero por qué? ¿Qué daño les hicimos?
Tapa de "Hanka 753", novela de Alejandro Parisi basada en la vida de Hanka Dziubas Grzmot. |
Hanka dice que al principio nadie sabía muy bien qué pasaba.
Alejandro, que los judíos siempre se sintieron muy integrados a la sociedad
alemana, no así con los rusos, con quienes tenían más problemas: “Por eso la
sorpresa fue tan grande –explica–. La gente no creía lo que estaban haciendo
los nazis”.
Y Hanka recuerda: “Una noche, en un Año Nuevo,
dinamitaron un templo con la gente adentro. Quemaron todo: a los chicos, los
hombres, las mujeres, la Torá. Lo más sagrado que teníamos. El mundo recién
reaccionó cuando se vieron amenazados ellos. Rusia, Inglaterra y Estados
Unidos, recién en ese momento hicieron algo. Los bombardeos… ¡mamma
mía! No me quiero ni acordar. La tierra temblaba”.
En uno de esos bombardeos casi pierde la vida. Había sido
obligada a trabajar en una fábrica a cambio de un pedazo de pan que tenía que
repartir con sus dos hermanas. “Las mismas bombas de los aliados, que la
tenían que liberar, estuvieron a punto de matarla –cuenta Alejandro–.
Todavía tiene la esquirla de una bomba en la espalda”.
¿Cómo era la vida de la familia Dziubas antes de que los
nazis –y también los polacos que los apoyaban– se ensañaran con ellos? Mordejai
había enviudado y no había querido volver a casarse para no exponer a sus hijos
a una madrastra que quizás no los tratara como se merecían. Eran siete hermanos,
tres varones y cuatro mujeres.
El padre de Hanka trabajaba duro para que no faltara la
comida y mucho menos la educación. Su deseo era que sus hijos estudiaran y
tuvieran una vida próspera. Pero un día los expulsaron de su casa y los
confinaron al ghetto. Uno de sus hijos decidió escapar porque sabía que en
cualquier momento iban a llevárselo. Otro salió a visitar a una novia y nunca
más se supo de él. El tercero también desapareció.
Del hambre todavía se acuerda esta sobreviviente y dice que
es lo peor que lo tocó sufrir. Peor, incluso, que esperar su turno desnuda
frente a los hornos. "El olor a carne quemada me daba ganas de
comer".
Los ojos de Hanka se humedecen: “Un día mi papá volvía
del trabajo y justo pasó por un instituto de alemanes. Lo agarraron, lo
desnudaron, le cortaron media barba y el pelo, pusieron música y lo hicieron
bailar para ellos. Después de un rato lo tiraron a la calle. Era pleno
invierno. Se tuvo que vestir en la calle. Cuando llegó a casa llamó de abajo y
le pidió a mi hermana que le bajara un gorro. Mi otra hermana me dijo que me
fuera a dormir. ‘¿Y papá?’, pregunté. ‘Lo vas a ver mañana’, me contestaron.
Ellas me protegían para que yo no tuviera miedo. Cuando se lo llevaron,
mis hermanas me decían que ya iba a volver, que había ido a buscar comida”.
Alejandro dice que una de las cosas más difíciles de
escribir la novela fue la búsqueda de esa nena de nueve años que Hanka no pudo
ser, y de ese padre que todavía hoy extraña. “Fue difícil no tener protagonismo
como narrador, sino ser el instrumento de su memoria. Transmitir eso que ella
misma transmite. Yo no quería opinar sobre el Holocausto. Quería concentrarme
en esa historia que habla de un montón de teorías que se construyeron después,
una de diez millones de historias que muestran todo lo que después se dijo, se
justificó, sobre el nazismo. La presión de Hanka era ‘cuente sólo lo que le
pasó y vio’”.
Esta mujer que hoy luce un vestido oscuro y un living limpio
y ordenado, una cadenita dorada y una fuerza arrolladora, se animó a contar
después de muchos años de silencio. Su marido León, en cambio, fue
pionero en eso de entender que el relato de aquel horror era indispensable para
mantener encendida la llama de la memoria. La muerte de León llevó a Hanka a
tomar la decisión de continuar con su legado.
Del hambre todavía se acuerda esta sobreviviente y dice
que es lo peor que le tocó sufrir. Peor, incluso, que esperar su turno desnuda,
junto a cientos de mujeres, treinta y seis horas frente a los hornos: “El olor
a carne quemada me daba ganas de comer”. Dice también que ya no les
importaba vivir o morir, que querían terminar con el sufrimiento.
“
Los chicos del ghetto estaba atrapados en un sótano. No
tenían comida, luz ni aire. Cuando los alemanes llegaron para dinamitarlos, con
su propia sangre escribieron en la pared: No nos olviden. Y no los vamos a
olvidar.
Hanka
Las migas del budín sobre la mesa, bocinas que llegan desde
la avenida, un café con leche que Hanka dejó sin tocar. Setenta y dos
años después del fin de aquel infierno, el último recuerdo de esta mañana en
Villa Crespo será para los chicos del ghetto que resistieron hasta que no
pudieron más: “Estaban atrapados en un sótano. No tenían comida, luz ni
aire. Cuando los alemanes llegaron para dinamitarlos, con su propia sangre
escribieron en la pared: ‘No nos olviden’. Y no los vamos a olvidar”.
Shalom - Tu Bishvat: Ya llegó la primavera
Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean
la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar
de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el
lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante
que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la
cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos
descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como
ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…
sábado, 27 de enero de 2018
Holocausto: un recuerdo permanente y federal
El Diario Infobae, en su edición digital, publicó este artículo
Holocausto: un recuerdo permanente y federal
Argentina tiene un fuerte compromiso con respecto a la
tragedia del Holocausto y un sostenido combate contra el antisemitismo,
aspectos que la ponen en un espacio de ponderación en la comunidad
internacional
Por Claudio Avruj 27
de enero de 2018
Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la
Nación
De los errores históricos que cometió nuestro país con respecto al tratamiento, la condena y su reacción ante los perpetradores del mayor ataque contra la humanidad del siglo XX, el Holocausto, con el paso del tiempo fue surgiendo una corriente diferente, un compromiso distinto para recordar y concientizar a las nuevas generaciones sobre el alcance de aquella barbarie.
De los errores históricos que cometió nuestro país con respecto al tratamiento, la condena y su reacción ante los perpetradores del mayor ataque contra la humanidad del siglo XX, el Holocausto, con el paso del tiempo fue surgiendo una corriente diferente, un compromiso distinto para recordar y concientizar a las nuevas generaciones sobre el alcance de aquella barbarie.
Durante el desarrollo del nazismo y su inmensa crueldad, con
su consecuente Segunda Guerra Mundial, Argentina tuvo un comportamiento que
mereció la reprobación del mundo, una daga que se clavó en el corazón de los
sobrevivientes de la masacre. Es necesario expresarlo con toda claridad: fuimos
empáticos con el nazismo, nos negamos a recibir judíos que huían de Europa en
búsqueda de refugio y, como execrable contrapartida, el poder político de turno
recibió calurosamente a numerosos jerarcas nazis después de la caída del
régimen.
Los años transcurridos y la recuperación de la democracia
provocaron cambios radicales en el manejo de la agenda política, en la cual las
temáticas de derechos humanos pasaron a ocupar un lugar central. Hoy
podemos decir que Argentina tiene un fuerte compromiso con respecto a la
tragedia del Holocausto y un sostenido combate contra el antisemitismo,
aspectos que la ponen en un espacio de ponderación en la comunidad
internacional.
Este cambio se sustanció en varios hitos conocidos. En
primer lugar, fue fundamental la decisión tomada por el ex presidente Fernando
de la Rúa de que nuestro país asistiera a la Conferencia de Estocolmo, y
posicionarlo como único Estado latinoamericano fundador e integrante de la
Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA, por sus siglas en
inglés). Claro que esa iniciativa no fue casual, sino el producto de acciones
precedentes llevadas a cabo durante decenios principalmente por instituciones
de la comunidad judía, que venían sembrando la semilla de la pelea contra el
antisemitismo, muy arraigado en nuestra sociedad.
En ese sentido, no se puede soslayar la tarea del Comité
contra el Antisemitismo; la apertura de cátedras abiertas en universidades
referidas al Holocausto; el diálogo ecuménico inspirado a partir de Nostra
Aetate, declaración del Concilio Vaticano II de 1965; la ley
antidiscriminatoria de 1988, aprobada por el Congreso; la creación del Museo
del Holocausto; la conformación en el ámbito de la Cancillería de la Comisión
de Estudio de las Actividades Nazis en la Argentina (Ceana); la llegada de la
Casa Ana Frank y del Centro Wiesenthal; la fundación Raoul Wallenberg; las
Generaciones de la Shoá; el trabajo de la DAIA, la AMIA y las asociaciones de
sobrevivientes del Holocausto en la misión de mantener la memoria; el Proyecto
Testimonio de la DAIA sobre la política exterior argentina durante el nazismo;
y la captura y la extradición de genocidas nazis en nuestro país como Eichmann,
Schwammberger y Priebke, solo por citar algunas referencias.
Con el mismo criterio, el entonces canciller
Adalberto Rodríguez Giavarini reconoció, junto a la DAIA, a los diplomáticos
argentinos que, mediante la entrega de visados, salvaron la vida de muchos
judíos en Europa, más allá de las órdenes que recibían del Ministerio de
Relaciones Exteriores de no hacerlo.
Un tercer episodio ratifica aquel giro inalterable:
Argentina ejerció el liderazgo, a través del ex canciller Rafael Bielsa, para
la adopción de la resolución 60/7 de Naciones Unidas, donde se establece el 27
de enero como Día Internacional en Conmemoración en Memoria a las Víctimas del
Holocausto, en recuerdo de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz.
Se conmina así a los demás Estados a llevar a cabo conmemoraciones y actos que
reafirmen el compromiso de sus gobiernos.
Se han producido también en estos tiempos hechos de tamaña
importancia, como la inauguración del Monumento Nacional a la Memoria de las
Víctimas del Holocausto y la entrega de los archivos secretos de la Cancillería
Argentina de aquellos años, realizada por el presidente Mauricio Macri, cuando
la reciente visita del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
Este año vinimos a Chaco a conmemorar otro 27 de enero.
Queremos que estas recordaciones tengan un espíritu federal, por eso las vamos
a llevar a cada rincón del país. Al pie del Monumento a la Humanidad, en
Resistencia, todos juntos les rendiremos homenaje a las víctimas y los
sobrevivientes del Holocausto.
(Adrián Escandar) |
Educación y memoria son los pilares fundamentales en la
búsqueda de una sociedad fortalecida en valores como el diálogo, el respeto y
la inclusión plural.
Hoy en Argentina la agenda de derechos humanos es una
política de Estado que trasciende a un gobierno, no tiene dueños ni se aborda
con una mirada oblicua que pondere a algunos derechos en detrimento de otros.
Venimos llevando a cabo una agenda federal que contiene a todos los argentinos
por igual. Ese es el país que soñamos y el que estamos haciendo realidad.
jueves, 25 de enero de 2018
martes, 23 de enero de 2018
Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 8 Pablo Fenoglio
La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.
Natalia González Figueroa
PABLO FENOGLIO, trombonista. Es uno de los músicos más activos y versátiles de Argentina. Integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional participa como solista invitado en la Orquesta Estable del Teatro Colón.
Se ha presentado como solista junto a la Orquesta Sinfónica
Nacional, las Sinfónicas de de Córdoba, Santa Fé y Rosario. Junto a las
Orquestas de Cámara de Rosario y Córdoba. Se presentó además como solista en
Brasil junto a la orquesta Sinfónica de Campinas y a la Orquesta de la
Universidad de Campinas.
Participa además en
variados proyectos como el Sexteto de Tango de Sonia Possetti, el octeto de
Jazz de Mariano Otero, el Cuarteto
Viento Sur Trombones, con proyectos de música contemporánea y en grabaciones de discos de importantes
artistas nacionales.
Es habitual invitado como docente e intérprete a festivales
de música clásica en la Argentina, Perú, Brasil y EEUU. (Festival Internacional
de Música de Santa Catarina, Festival Carlos Gomes en Campinas y International
Trombone Festival, EEUU) y junto a su grupo, Viento Sur Trombones a realizar
giras y clases magistrales en universidades de EEUU y América Latina.
Se formó entre otros con Branimir Slokar y Ulrich Flad en Alemania,
y en Argentina con Carlos Ovejero, recibiendo clases además de Juan Carlos
Maestri, Adrián Verra, Cesar Ahumada y
con Eddie Gagliardi en el Conservatorio Provincial “Félix T. Garzón” de
Córdoba, del que es egresado con medalla de oro.
domingo, 21 de enero de 2018
Engaño criminal: el nazi holandés que prometió proteger a los judíos, les robó sus bienes y los mandó a las cámaras de gas
El Diario Infobae, en su edición digital, publicó este artículo
–Trabajo con los nazis, pero estuve casado con una judía… ¡y no pude salvarla! Eso me decidió a ayudarla. Y no sólo a usted…
Engaño criminal: el nazi holandés que prometió proteger a
los judíos, les robó sus bienes y los mandó a las cámaras de gas
No sólo se salvó de la condena: huyó a la Argentina, se hizo
amigo de Juan y Eva Perón y colaboró con sus servicios secretos
Por Alfredo Serra 21 de enero de 2018
Especial para Infobae
Si nos fueran dados la maravilla y la crueldad del Aleph,
ese punto que según el cuento de Borges está en un escalón de una desvencijada
casa de la calle Garay, y contiene todos los puntos, seres y objetos del
universo –hasta cada grano de arena de cada desierto–, podríamos, en el espacio
dedicado al Mal Absoluto, aterrarnos con Hitler, los nazis, su
Tercer Reich y su plan de La Solución Final: el exterminio de todos los judíos
de Europa, y más tarde, del entero mundo.
El diabólico proyecto llevó a su desiderátum las
proverbiales eficacia y eficiencia alemanas. Los judíos eran capturados,
despojados de todos sus bienes, enviados a los campos de exterminio, y después
de hacerlos trabajar hasta la extenuación con poca comida y mucho látigo,
asesinados en las cámaras de gas y convertidos sus cuerpos en materia prima
rentable: carne, grasa, huesos, oro de los dientes postizos…
No alcanzarían los nueve círculos de Dante, de su Divina
Comedia, para el castigo eterno de los creadores y ejecutores de esa
maquinaria.
Sin embargo, believe it or not, un
personaje fue aún peor que el peor de esa factoría de degradación, dolor y
muerte.
Su nombre: Andreas Riphagen. Su
sobrenombre: Dries. Su nacionalidad: Holandés, nacido en Amsterdam
el 7 de septiembre de 1909.
Undécimo hijo de padre alcohólico y de madre muerta antes de
los cinco años de Andreas, fue un adolescente difícil, un díscolo cadete de la
marina, un inmigrante ilegal en los Estados Unidos aprendiendo, entre otros
oficios, el de matón a sueldo, y eligiendo como ídolo y modelo a Al
Capone…
Y de vuelta en Holanda, a sus 18 años, antisemita,
proxeneta, ladrón de autos y de joyas(sus pasiones…), estricto personaje de
los bajos fondos, vio un nuevo amanecer cuando, en 1940, las hordas nazis
ocuparon su país.
No tardó en jurar fidelidad al invasor y –a fuerza de
delaciones y otras canalladas–, entrar en la temible y elitista SD
(Sicherheitsdienst), servicio de seguridad alemán que operaba como apoyo de las
SS, la más feroz de las fuerzas de choque del nazismo.
Pero aún faltaba la última –o penúltima– vuelta de tuerca…
Durante la requisa de una casa cuya familia escondía a
Esther Schaap, judía, cuyo marido ya había sido deportado, Riphagen descubrió
que la mujer ocultaba en su pelo una bolsita con diamantes. Un
mínimo y dudoso reaseguro de las familias judías como vaga esperanza de eludir
su muerte y comprar su fuga al mundo todavía libre… Diamantes, anillos,
collares, relojes, muchos de valor más sentimental que material, y frágiles
esperanzas… Y en ese instante, ante la bolsita y algunos diamantes que cayeron
al suelo, los ojos de Riphagen brillaron más que esas piedras.
Educado y casi dulce ante el terror y el temblor de la
mujer, le dijo "Yo puedo ayudarla".
Fue su Sésamo, ábrete… El principio de un negocio que
superaba en crueldad y cinismo a la habitual rutina de la Solución Final
ordenada por Hitler y urdida por Adolf Eichman contra el pueblo judío.
Ante el estupor y la desconfianza de Esther, que le preguntó
cómo y por qué quería y podía ayudarla a escapar del tiro en la nuca, el rito
aplicado a quienes escondían bienes, Riphagen inventó una historia conmovedora:
–Trabajo con los nazis, pero estuve casado con una judía… ¡y no pude salvarla! Eso me decidió a ayudarla. Y no sólo a usted…
La trampa fue de alta, altísima perversión. Anticipo
de la célebre estafa urdida por el italiano Carlo Ponzi (1882–1949):
la pirámide financiera de estrepitoso final que imitó con igual destino el
norteamericano Bernard Madoff, hoy de 79 años, y condenado a un
siglo y medio de cárcel…
La incauta y luego desdichada Esther Schaap, previo pago de
unos pocos diamantes, lograría protección y casa hasta el fin de la guerra, y
debía presentarle a Riphagen, para el mismo fin, otras familias judías que,
siempre con previo pago, estarían a salvo y bajo techo… en casas vacías y
amuebladas ya incautadas por los nazis, y cuyos habitantes sufrían o habían
muerto en los campos cuyo mayor y más atroz modelo fue Auschwitz.
Para que el negocio pareciera aún más serio y
confiable, Riphagen se hacía fotografiar con las familias protegidas, y
les entregaba recibos por los valores entregados… que les serían devueltos al
acabar la pesadilla bélica. Y por si fuera poco, el espantoso
benefactor solía tomar el té con todos ellos…
Entretanto y usando lo contrario, la extorsión y la
amenaza de pena de muerte, logró que Bette Wery, una joven mujer que
militaba en la resistencia antinazi, entregara a sus compañeros a cambio de que
Riphagen no ordenara matar a su familia, refugiada en Polonia…
Ya cerca del fin de la guerra, Riphagen le puso el broche
trágico a su plan. Mientras en un banco de Luxemburgo sus cajas de seguridad
apenas podían contener tantas joyas y rollos de dinero, en un coupe de
foudre, un rayo, delató a todos sus judíos protegidos –tenía sus
nombres y sus fotos– y los mandó a morir en las cámaras de gas.
Y ante los primeros cañonazos aliados, huyó de modo
novelesco: abandonó Amsterdam oculto en el ataúd de un coche fúnebre, un ex
agente secreto, Frits Kerkhoven, lo ayudó a pasar a Bélgica, y en bicicleta por
una de las rattenlinien (las Rutas de las Ratas por la que muchos criminales
huyeron de Europa a Sudamérica), este doble Judas llegó a España.
Preso por no tener documentos, Kerkhoven vuelve a ayudarlo.
Le compra ropa, le consigue documentos falsos, y unos diamantes escondidos en
los tacos de sus zapatos completan la fuga: el siniestro Riphagen llega
–¡oh casualidad!– a la Argentina, no tarda en acercarse y ganar la amistad
de Juan y Eva Perón, y más aún: como tantos de los criminales de
guerra amparados bajo la bandera azul y blanca y el escudo peronista, fue
un factótum para organizar los servicios secretos del peronismo. Por
ejemplo, la siniestra Sección Especial, donde volvió a funcionar la
picana eléctrica creada por el execrable hijo del poeta fascista Leopoldo
Lugones, y donde verdugos como el comisario Cipriano Lombilla, y los oficiales
José González, José Faustino Amoresano y Salomón Wasserman molían a golpes
–eléctricos o de puño– a los contreras nombre genérico de todo
antiperonista. Golpes que, por supuesto, violaban las reglas
establecidas para ese deporte por John Douglas, noveno marqués de Queensberry y
padre de lord Alfred, amante, dicha y desdicha de Oscar Wilde.
Entre otros intelectuales, uno de los atormentados en la
Sección Especial fue el historiador Félix Luna.
Según una anécdota que ya es leyenda, Luna le
dijo a Perón:
– En su gobierno hay torturadores, general.
– Por favor, Luna, no macanee… ¿A quién torturaron?
– A mí, general.
En 1988 llegó al país un pedido internacional de captura
para Riphagen. Demasiado tarde. En 1977, a sus 63 años, murió de cáncer
en una clínica de Suiza.
Post scriptum. Un día de 1953 la Sección Especial –o tres
de sus esbirros, por lo menos– llegó a mi casa. Fui testigo lúcido, no un
niñito bobo: tenía 14 años y cursaba el tercer ciclo del secundario. Por leer
"de corrido" a los cuatro años se acortó mi ciclo primario… Los
hombres se parecían a los burdos y amenazantes dioses que Borges describe en su
brillante pieza Ragnarök, de su deslumbrante libro El
Hacedor. Cito: "El lugar era la Facultad de Filosofía y Letras (…)
Elegíamos autoridades (…) Bruscamente nos aturdió un clamor de manifestación o
de murga. Alaridos humanos y animales llegaban desde el Bajo. Una voz gritó:
¡Ahí vienen! Y después ¡Los Dioses! ¡Los Dioses! Cuatro o cinco sujetos
salieron de la turba y ocuparon la tarima del Aula Magna. Uno sostenía una rama
(…) Otro extendía una mano que era una garra (…) Todo empezó por la sospecha
(tal vez exagerada) de que los Dioses no sabían hablar (…) Frente muy bajas,
dentaduras amarillas, bigotes ralos de mulato o de chino y belfos bestiales
publicaban la degeneración de la estirpe olímpica. Sus prendas no correspondían
a una pobreza decorosa y decente sino al lujo malevo de los garitos y de los lupanares
del Bajo. En un ojal sangraba un clavel; en un saco ajustado se adivinaba el
bulto de una daga. Bruscamente sentimos que jugaban su última carta, que eran
taimados, ignorantes y crueles como viejos animales de presa y que, si nos
dejábamos ganar por el miedo o la lástima, acabarían por destruirnos.
Sacamos los pesados revólveres ( de pronto hubo revólveres en el sueño) y alegremente dimos muerte a los dioses".
Sacamos los pesados revólveres ( de pronto hubo revólveres en el sueño) y alegremente dimos muerte a los dioses".
Hombres como esos preguntaron por mi abuelo Justo, obrero
ferroviario, y le dijeron que el gobierno peronista sufría muchas amenazas y
conspiraciones, y que por eso recurrían a vecinos antiguos y respetables: para
que delataran cualquier reunión o cosa rara que descubrieran en el barrio
(Núñez, para más datos). Mi abuelo no necesitó que de pronto hubiera revólveres
en el sueño. Entró a su pieza, sacó de su caja de cedro el Orbea de cinco tiros
que trajo desde Aragón en su atadito de inmigrante, y apenas vieron relucir su
caño cromado… ¡los dioses huyeron como ratas!
Por estas y muchas cosas ni siquiera vale la pena
preguntarse porqué ese gobierno protegió a criminales nazis. O porqué fueron
sus amigos y guardaespaldas otros atroces alemanes y croatas. O porqué fueron
protegidos por el peronismo y vivieron a sus anchas nazis como Adolf Eichmann,
Walter Kutschmann, Edward Roschmann y hasta estuvieron de paso, y con
documentos legales entregados por el peronismo, monstruos como Klaus Barbie y
Josef Mengele. O porqué, en mis primeros años de periodismo, colegas que me
doblaban en edad se reían cuando yo, o algún otro joven, mencionaban ese primer
e histórico encuentro de Perón y Eva en el verano del 44, Luna Park, festival
para lograr fondos de ayuda a las víctimas del terremoto de San Juan. Recuerdo
las exactas palabras de uno de ellos, que acompañó a Perón en casi todo su
periplo madrileño:
–Pibe, ésa es la estampita… Perón y Eva se conocieron antes en la embajada alemana en Buenos Aires. Tenían mucho que ver con esa gente. Negocios, ¿sabés?…
–Pibe, ésa es la estampita… Perón y Eva se conocieron antes en la embajada alemana en Buenos Aires. Tenían mucho que ver con esa gente. Negocios, ¿sabés?…
Shalom - La dimensión espiritual en un mundo cambiante
Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean
la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar
de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el
lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante
que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la
cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos
descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como
ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…
jueves, 18 de enero de 2018
miércoles, 17 de enero de 2018
martes, 16 de enero de 2018
Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 7 Antonio Russo
La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.
Natalia González Figueroa
ANTONIO MARÍA RUSSO, director – compositor. Antonio María Russo nació en el año 1934 en Messina, Sicilia, Italia. Llegó a Argentina a fines de 1951 y en 1960 tomó la carta de ciudadanía argentina. Estudió con los maestros Erwin Leuchter, Roberto Kinski, Enrique Sivieri, Carlos Suffern y Julio Floriani.
Es egresado del Conservatorio Municipal "Manuel de
Falla" como Profesor Superior de Piano y del Instituto Superior de Arte
del Teatro Colón como maestro Preparador y Director de Orquesta.
DIRECTOR DE COROS: inició su carrera musical como director
de coros teniendo a su cargo el Coro de Niños del "Collegium Músicum"
y el Coro Universitario de la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Nacional de Buenos Aires. Ha sido director del Coro de la Asoc. Wagneriana de
Buenos Aires (1966-1990), Coro Bach de Buenos Aires (1965-1985), Coro Polifónico
Nacional de la República Argentina (1987-1990) y Coro Estable del Teatro Colón
de Buenos Aires (1989-1992).
Fue también director del Coro del Conservatorio Nacional de
Música Carlos López Buchardo de Buenos Aires desde 1973 hasta 1977.
DIRECTOR DE ORQUESTA En forma sostenida e ininterrumpida ha
tenido numerosas actuaciones al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional
Argentina, Orquesta Filarmónica y Orquesta Estable del Teatro Colón de Buenos
Aires, Orquesta del Teatro Argentino de La Plata, Orquesta Sinfónica de
Mendoza, Tucumán, San Juan, Bahía Blanca, Santa Fe y Mar del Plata en
Argentina; Orquesta del SODRE y Sinfónica Municipal de Montevideo en Uruguay,
Sinfónica Nacional de Chile y Orquesta Sinfónica de Porto Alegre (Brasil). En
1982 fue Director Titular de la Orquesta Filarmónica del Teatro Colón y durante
los años 1983 a 1986 Director General y Artístico del Teatro Argentino de la
Plata. En 1988 fue Director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional
de San Juan y durante 1989 fue co Director de la Orquesta de la Cámara del
Teatro Colón de Buenos Aires. En el año 1992 fue nombrado por segunda vez
Director Artístico del Teatro Argentino de La Plata. Desde su creación en 1999,
es el Principal Director Invitado de Juventus Lyrica, asociación de ópera con
la cual realiza anualmente una intensísima actividad operística.
COMPOSITOR Desde 1992 ha intensificado su tarea de
compositor. Ha compuesto música para coro a capella, canto y piano, conjuntos
de cámara, orquesta sinfónica, coro de niños y diversas formaciones vocales e
instrumentales.
Se ha desempeñado en el Conservatorio Provincial Juan José
Castro como Profesor Titular de la cátedra de Dirección Coral, de la carrera de
Dirección Coral, de la cual fue fundador, desde su creación en 1996 hasta el
2002. En el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo de Buenos
Aires fue Profesor Titular de la cátedra Práctica Coral desde 1977 hasta el año
2000. Entre los años 1980 a 1985 ejerció las cátedras de Dirección Orquestal y
Dirección Coral en la UCA. Entre los años 1997 y 2000 ejerció la Cátedra de
Dirección Orquestal y Dirección Coral en el Instituto Nacional Superior de
Artes de la Provincia de Río Negro. Desde el año 2001 es titular de la Cátedra
de la Carrera de Dirección Coral en el I.U.N.A. (Instituto Universitario
Nacional de Artes) en Buenos Aires. Es profesor de Dirección Orquestal en el
Conservatorio Beethoven de Buenos Aires desde el año 2004.
www.nataliagonzalezfigueroa.com / Instagram
@natgonzalezfigueroa / Twitter @nataliapiano
domingo, 14 de enero de 2018
Shalom - Israel: colores y sabores
Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…
sábado, 13 de enero de 2018
Sergio Pángaro
En Dios Me Liberman, por nacionalrock.com y Nacional Rock 93.7 conversamos con Sergio Pángaro sobre sus presentaciones en Bebop Club.
Conducción: Leonardo Liberman / Puesta en el aire: Ulises Mendoza / Coordinación: Guillermo Cabezudo
SERGIO PÁNGARO CANTA BOLEROS, hoy a la media noche en Bebop Club, Moreno 364. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Melodrama, cursilería y kitsch. Adjetivos muy apropiados
para distinguir sensibilidad de sensiblería. El amor musicalizado nos llega de
otros tiempos siempre traicionado por la contención o el exceso. En el caso del
bolero, es por ambos. La romanza, la balada y otros géneros románticos sonríen al
ver que sus métricas encuentran un compás y sus anhelos un amor, en la clave y
el bongó.
jueves, 11 de enero de 2018
martes, 9 de enero de 2018
Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 6 Manuel Fraga
La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.
Natalia González Figueroa
MANUEL FRAGA, pianista. Su formación incluye estudios de
armonía, forma, composición y análisis musical con Manolo Juárez. Reconocido en
nuestro país y en el exterior como uno de los grandes improvisadores, con
especialización en jazz.
Desde sus inicios ha estudiado y analizado el funcionamiento
del mecanismo del piano con el objetivo de potenciar su técnica, como una forma
de lograr la mayor eficiencia posible en su especialización como improvisador.
Es uno de los pianistas argentinos que manejan con más
ductilidad los diferentes estilos del jazz, desde el stride, el swing, el
boogie-woogie y el blues hasta los tumbados afro latinos.
Se ha presentado en teatros y salas de nuestro país y en
festivales internacionales de los Estados Unidos, Canadá y Alemania.
Menciones y premios obtenidos en su carrera profesional:
Pianista All Star del Sacramento Jazz Festival (California, 1984), el Premio
Prensario 1979, el ACE 1993, el Konex 1995, Carlos Gardel 2015 y Diploma al
Mérito 2015 de la Fundación Konex.
Sus discos más recientes incluyen "Swing Summit",
con Pablo Motta y Oscar Giunta, "Viva el Swing", a dos pianos con
Jorge Navarro y “Woody & Jazz”, al frente de su trío, con clásicos del jazz
de las películas de Woody Allen.
Con más de 30 años de experiencia docente, desde hace varios
años viene desarrollando una importante actividad pedagógica en distintos
conservatorios, institutos y escuelas de todo el país, dictando talleres y
seminarios sobre la importancia del funcionamiento del mecanismo del piano en
la técnica pianística, junto al pianista clásico y docente Daniel Goldstein,
director de la fundación “El Sonido y el Tiempo”.
Facebook / manuelfraga
lunes, 8 de enero de 2018
Carlos Rodríguez Ares
En Dios Me Liberman, por nacionalrock.com y Nacional Rock 93.7 conversamos con Carlos Rodríguez Ares, sobre la presentación de su nuevo libro elvis@argentina 1956 / 1962.
Conducción: Leonardo Liberman / Puesta en el aire: Ulises Mendoza / Coordinación: Guillermo Cabezudo
Este nuevo libro de Carlos Rodríguez Ares, muestra el impacto de
Elvis en Argentina entre 1956 y 1962, su influencia sobre los artistas que
vinieron después, la discografía y filmografía completas, recortes de prensa,
críticas a los lanzamientos discográficos y sus films, revistas, material de
promoción, label copies, hojas de ruta RCA y todo lo concerniente al período
antes mencionado en nuestro país.
Prensa: Luis Viviant #luisviviantcomunicacion
domingo, 7 de enero de 2018
Shalom - Todo sobre el judaísmo
Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean
la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar
de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el
lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante
que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la
cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos
descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como
ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)