martes, 30 de enero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 9 Melina Marcos


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa



MELINA MARCOS, pianista. Nació en Buenos Aires, recibió el título de Profesora Superior Nacional de Música con especialidad en Piano, por el Conservatorio Nacional “Carlos López Buchardo” a los 23 años y al año siguiente el de Licenciada en Artes Musicales y Sonoras por el Instituto Universitario Nacional de Arte en la cátedra de Néstor Zulueta.

En paralelo a sus estudios formales, realizó numerosos cursos de perfeccionamiento en Argentina y en España. Duranteel año 2011, Melina Marcos fue becaria de la Fundación Música de Cámara, bajo la guía del Maestro Opitz. Actuó en prestigiosas salas de Argentina, entre ellas en el Salón Dorado del Teatro Colón, presentándose tanto en calidad de solista, como parte de agrupaciones de cámara. A nivel internacional, fue invitada a actuar en Amsterdam, Paris y diferentes ciudades de España (Madrid, Valencia, Leon, Valladolid, Palencia).

Se ha desempeñado como pianista acompañante en numerosos cursos y festivales, en los cuales ha trabajado en colaboración con destacados artistas y orquestas, tanto nacionales como internacionales.

Desde el 2003 ejerce varios cargos como pianista acompañante en las cátedras de viola y de saxo, y desde el 2007 es asistente en la cátedra de Piano del Maestro Néstor Zulueta, en el Instituto Universitario Nacional de Arte.


www.nataliagonzalezfigueroa.com / Instagram @natgonzalezfigueroa / Twitter @nataliapiano

domingo, 28 de enero de 2018

Una sobreviviente de Auschwitz: "El olor de la carne quemada me daba ganas de comer"

El Diario Clarín, en su edición digital, publicó este artículo, firmado por Enzo Maqueira

Memoria del horror

Una sobreviviente de Auschwitz: "El olor de la carne quemada me daba ganas de comer"

Hanka Dziubas Grzmot, polaca de 88 años, recuerda su paso por un campo de concentración, el hambre inhumano, la sensación atroz frente a los hornos crematorios.  
 
Hoy Hanka vive en Villa Crespo. Su historia de sobriviviente del Holocausto está reflejada en el libro "Hanka 753", de Alejandro Parisi. / Ariel Grinberg.

Voy a contar todo, pero no voy a hablar de mi padre porque me pongo a llorar”, dice Hanka Dziubas Grzmot. La advertencia llega tarde: sus labios están por contar cómo fue que un soldado nazi se lo arrancó de las manos cuando ella apenas tenía nueve años. Cómo fue que le pegaron. Cómo lo subieron a un camión y nunca más lo volvió a ver.

Los ojos celestes, brillantes, limpios de Hanka se humedecen. Sin embargo a Hanka le hace bien contar lo que le tocó vivir. “¿Qué siento? –pregunta y mira a Alejandro Parisi, el hombre que escribió su historia–. ¿Qué siento?”. Alejandro intenta ayudarla a encontrar las palabras. “Yo ya lo sé –dice–, pero que lo diga ella”. “Me siento mejor –se apura en contestar Hanka–, porque cuando nos pasó esto y por fin fuimos liberados, juramos que no íbamos a olvidar a nuestros muertos”.

Como la mujer lloraba, con la bota pisó a la criatura en la cabeza hasta que lo mató. La madre se puso a gritar y besaba la bota donde estaba la sangre de su hijo. El soldado sacó la bayoneta y la mató.
Hanka

Parisi escribió Hanka 753 (Editorial Sudamericana) después de un año y medio de visitar a esta polaca sobreviviente del Holocausto que hoy tiene 88 años y vive en el barrio porteño de Villa Crespo. El departamento queda a pocos metros de la avenida Corrientes. Está decorado con decenas de retratos de sus hijos, sus nietos, su marido León. Plantas que casi tocan el techo. Una mesa redonda donde una empleada atenta acaba de servir café con leche y budín casero.

Mientras Hanka se deja sacar fotos, el hombre que narró su historia dice que lo más difícil de todo fue ordenar la información. Es que Hanka recuerda a borbotones, salta del campo de concentración de Auschwitz a un tren con olor a carbón y a excrementos, usa un español atravesado que no alcanza a disimular los horrores que le arrebataron la infancia.
 
El campo de concentración de Auschwitz. Ahí estuvo encerrada Hanka en 1944.
“Un día, en el ghetto de Lodz, vinieron soldados alemanes a decir que las madres vistieran a los chicos con su mejor ropa, porque los iban a llevar a un lugar para cuidarlos. Una vecina mía, casada hacía poco tiempo, tenía un chico de un año. Era su primer hijo. ¿Qué madre podía entregar a su hijo? Pero un soldado alemán se lo sacó de los brazos. Como la mujer lloraba, con la bota pisó a la criatura en la cabeza hasta que lo mató. La madre se puso a gritar y besaba la bota donde estaba la sangre de su hijo. El soldado sacó la bayoneta y la mató.”

El hecho es apenas uno de las cientos de aberraciones que Parisi refleja en su novela, que completa su trilogía sobre el Holocausto. “En mis dos libros anteriores había aprendido que había que dejar que los sobrevivientes contaran lo que tenían ganas y no lo que yo quería que contaran. Una vez que terminé con las entrevistas a Hanka y organicé la información, tardé dos meses y medio en escribir la historia. Cada determinada cantidad de hojas le pasaba el borrador a ella. Luego lo leyó dos veces más. El pacto fue que yo iba a respetar su memoria, y que si había algo que no le gustaba, me lo tenía que decir. Por suerte eso no pasó. El equipo fue: ella lo vivió, yo lo escribí.”

¨Por qué el mundo cayó en esa locura? ¿Por qué? Eran ganas de matarnos y nada más. Cuando esos treinta y tres países se reunieron, la respuesta fue que los judíos éramos ladrones y sucios. Hasta hoy no entiendo tanto odio.
Hanka

"Ustedes conocen la historia? No, ¿qué van a saber! –dice Hanka y hace un gesto con la mano–. Antes de la guerra, (el presidente estadonidense) Roosevelt juntó a treinta y tres países para buscar una forma de ayudar a los judíos, que ya eran perseguidos. Había pasado la Kristallnacht, la noche de los cristales rotos, ¿Y qué hicieron? Nada”.

La Kristallnacht fue el primer signo de que los nazis preparaban un plan macabro contra la comunidad judía. Ejecutado por seguidores y fuerzas parapoliciales de Hitler, ocurrió entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938 y dejó centenares de muertos, sinagogas quemadas, negocios saqueados y treinta mil judíos prisioneros en los campos de concentración. “¿Por qué el mundo cayó en esa locura? ¿Por qué? –Hanka mira hacia un punto fijo en el ventanal del living–. Eran ganas de matarnos y nada más. Cuando esos treinta y tres países se reunieron, la respuesta fue que los judíos éramos ladrones y sucios. Hasta el día de hoy no entiendo por qué tanto odio”.

–Porque el mundo es así –dice Parisi.

–No, no –Hanka niega con la cabeza. La taza de café con leche intacta entre sus manos.

–La humanidad es eso. En ese momento querían borrar del mapa a los judíos.

–¿Pero por qué? ¿Qué daño les hicimos?

Tapa de "Hanka 753", novela de Alejandro Parisi basada en la vida de Hanka Dziubas Grzmot.
Hanka dice que al principio nadie sabía muy bien qué pasaba. Alejandro, que los judíos siempre se sintieron muy integrados a la sociedad alemana, no así con los rusos, con quienes tenían más problemas: “Por eso la sorpresa fue tan grande –explica–. La gente no creía lo que estaban haciendo los nazis”.

Y Hanka recuerda: “Una noche, en un Año Nuevo, dinamitaron un templo con la gente adentro. Quemaron todo: a los chicos, los hombres, las mujeres, la Torá. Lo más sagrado que teníamos. El mundo recién reaccionó cuando se vieron amenazados ellos. Rusia, Inglaterra y Estados Unidos, recién en ese momento hicieron algo. Los bombardeos… ¡mamma mía! No me quiero ni acordar. La tierra temblaba”.

En uno de esos bombardeos casi pierde la vida. Había sido obligada a trabajar en una fábrica a cambio de un pedazo de pan que tenía que repartir con sus dos hermanas. “Las mismas bombas de los aliados, que la tenían que liberar, estuvieron a punto de matarla –cuenta Alejandro–. Todavía tiene la esquirla de una bomba en la espalda”.
 
Hanka de niña, abajo a la izquierda, en un retrato familiar tomado en Polonia.
¿Cómo era la vida de la familia Dziubas antes de que los nazis –y también los polacos que los apoyaban– se ensañaran con ellos? Mordejai había enviudado y no había querido volver a casarse para no exponer a sus hijos a una madrastra que quizás no los tratara como se merecían. Eran siete hermanos, tres varones y cuatro mujeres.

El padre de Hanka trabajaba duro para que no faltara la comida y mucho menos la educación. Su deseo era que sus hijos estudiaran y tuvieran una vida próspera. Pero un día los expulsaron de su casa y los confinaron al ghetto. Uno de sus hijos decidió escapar porque sabía que en cualquier momento iban a llevárselo. Otro salió a visitar a una novia y nunca más se supo de él. El tercero también desapareció.

Del hambre todavía se acuerda esta sobreviviente y dice que es lo peor que lo tocó sufrir. Peor, incluso, que esperar su turno desnuda frente a los hornos. "El olor a carne quemada me daba ganas de comer".

Los ojos de Hanka se humedecen: “Un día mi papá volvía del trabajo y justo pasó por un instituto de alemanes. Lo agarraron, lo desnudaron, le cortaron media barba y el pelo, pusieron música y lo hicieron bailar para ellos. Después de un rato lo tiraron a la calle. Era pleno invierno. Se tuvo que vestir en la calle. Cuando llegó a casa llamó de abajo y le pidió a mi hermana que le bajara un gorro. Mi otra hermana me dijo que me fuera a dormir. ‘¿Y papá?’, pregunté. ‘Lo vas a ver mañana’, me contestaron. Ellas me protegían para que yo no tuviera miedo. Cuando se lo llevaron, mis hermanas me decían que ya iba a volver, que había ido a buscar comida”.

Alejandro dice que una de las cosas más difíciles de escribir la novela fue la búsqueda de esa nena de nueve años que Hanka no pudo ser, y de ese padre que todavía hoy extraña. “Fue difícil no tener protagonismo como narrador, sino ser el instrumento de su memoria. Transmitir eso que ella misma transmite. Yo no quería opinar sobre el Holocausto. Quería concentrarme en esa historia que habla de un montón de teorías que se construyeron después, una de diez millones de historias que muestran todo lo que después se dijo, se justificó, sobre el nazismo. La presión de Hanka era ‘cuente sólo lo que le pasó y vio’”.
 
Hanka, en su departamento, con Parisi, que escribió la historia de ella./ Ariel Grinberg.
Esta mujer que hoy luce un vestido oscuro y un living limpio y ordenado, una cadenita dorada y una fuerza arrolladora, se animó a contar después de muchos años de silencio. Su marido León, en cambio, fue pionero en eso de entender que el relato de aquel horror era indispensable para mantener encendida la llama de la memoria. La muerte de León llevó a Hanka a tomar la decisión de continuar con su legado.

Del hambre todavía se acuerda esta sobreviviente y dice que es lo peor que le tocó sufrir. Peor, incluso, que esperar su turno desnuda, junto a cientos de mujeres, treinta y seis horas frente a los hornos: “El olor a carne quemada me daba ganas de comer”. Dice también que ya no les importaba vivir o morir, que querían terminar con el sufrimiento.

Los chicos del ghetto estaba atrapados en un sótano. No tenían comida, luz ni aire. Cuando los alemanes llegaron para dinamitarlos, con su propia sangre escribieron en la pared: No nos olviden. Y no los vamos a olvidar.
Hanka


Las migas del budín sobre la mesa, bocinas que llegan desde la avenida, un café con leche que Hanka dejó sin tocar. Setenta y dos años después del fin de aquel infierno, el último recuerdo de esta mañana en Villa Crespo será para los chicos del ghetto que resistieron hasta que no pudieron más: “Estaban atrapados en un sótano. No tenían comida, luz ni aire. Cuando los alemanes llegaron para dinamitarlos, con su propia sangre escribieron en la pared: ‘No nos olviden’. Y no los vamos a olvidar”.

El valor del ser humano


Shalom - Tu Bishvat: Ya llegó la primavera


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…

sábado, 27 de enero de 2018

Holocausto: un recuerdo permanente y federal

El Diario Infobae, en su edición digital, publicó este artículo

Holocausto: un recuerdo permanente y federal
Argentina tiene un fuerte compromiso con respecto a la tragedia del Holocausto y un sostenido combate contra el antisemitismo, aspectos que la ponen en un espacio de ponderación en la comunidad internacional














Por Claudio Avruj 27 de enero de 2018
Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación


De los errores históricos que cometió nuestro país con respecto al tratamiento, la condena y su reacción ante los perpetradores del mayor ataque contra la humanidad del siglo XX, el Holocausto, con el paso del tiempo fue surgiendo una corriente diferente, un compromiso distinto para recordar y concientizar a las nuevas generaciones sobre el alcance de aquella barbarie.

Durante el desarrollo del nazismo y su inmensa crueldad, con su consecuente Segunda Guerra Mundial, Argentina tuvo un comportamiento que mereció la reprobación del mundo, una daga que se clavó en el corazón de los sobrevivientes de la masacre. Es necesario expresarlo con toda claridad: fuimos empáticos con el nazismo, nos negamos a recibir judíos que huían de Europa en búsqueda de refugio y, como execrable contrapartida, el poder político de turno recibió calurosamente a numerosos jerarcas nazis después de la caída del régimen.

Los años transcurridos y la recuperación de la democracia provocaron cambios radicales en el manejo de la agenda política, en la cual las temáticas de derechos humanos pasaron a ocupar un lugar central. Hoy podemos decir que Argentina tiene un fuerte compromiso con respecto a la tragedia del Holocausto y un sostenido combate contra el antisemitismo, aspectos que la ponen en un espacio de ponderación en la comunidad internacional.

Este cambio se sustanció en varios hitos conocidos. En primer lugar, fue fundamental la decisión tomada por el ex presidente Fernando de la Rúa de que nuestro país asistiera a la Conferencia de Estocolmo, y posicionarlo como único Estado latinoamericano fundador e integrante de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés). Claro que esa iniciativa no fue casual, sino el producto de acciones precedentes llevadas a cabo durante decenios principalmente por instituciones de la comunidad judía, que venían sembrando la semilla de la pelea contra el antisemitismo, muy arraigado en nuestra sociedad.

En ese sentido, no se puede soslayar la tarea del Comité contra el Antisemitismo; la apertura de cátedras abiertas en universidades referidas al Holocausto; el diálogo ecuménico inspirado a partir de Nostra Aetate, declaración del Concilio Vaticano II de 1965; la ley antidiscriminatoria de 1988, aprobada por el Congreso; la creación del Museo del Holocausto; la conformación en el ámbito de la Cancillería de la Comisión de Estudio de las Actividades Nazis en la Argentina (Ceana); la llegada de la Casa Ana Frank y del Centro Wiesenthal; la fundación Raoul Wallenberg; las Generaciones de la Shoá; el trabajo de la DAIA, la AMIA y las asociaciones de sobrevivientes del Holocausto en la misión de mantener la memoria; el Proyecto Testimonio de la DAIA sobre la política exterior argentina durante el nazismo; y la captura y la extradición de genocidas nazis en nuestro país como Eichmann, Schwammberger y Priebke, solo por citar algunas referencias.

Con el mismo criterio, el entonces canciller Adalberto Rodríguez Giavarini reconoció, junto a la DAIA, a los diplomáticos argentinos que, mediante la entrega de visados, salvaron la vida de muchos judíos en Europa, más allá de las órdenes que recibían del Ministerio de Relaciones Exteriores de no hacerlo.

Un tercer episodio ratifica aquel giro inalterable: Argentina ejerció el liderazgo, a través del ex canciller Rafael Bielsa, para la adopción de la resolución 60/7 de Naciones Unidas, donde se establece el 27 de enero como Día Internacional en Conmemoración en Memoria a las Víctimas del Holocausto, en recuerdo de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. Se conmina así a los demás Estados a llevar a cabo conmemoraciones y actos que reafirmen el compromiso de sus gobiernos.

Se han producido también en estos tiempos hechos de tamaña importancia, como la inauguración del Monumento Nacional a la Memoria de las Víctimas del Holocausto y la entrega de los archivos secretos de la Cancillería Argentina de aquellos años, realizada por el presidente Mauricio Macri, cuando la reciente visita del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.


(Adrián Escandar)
Este año vinimos a Chaco a conmemorar otro 27 de enero. Queremos que estas recordaciones tengan un espíritu federal, por eso las vamos a llevar a cada rincón del país. Al pie del Monumento a la Humanidad, en Resistencia, todos juntos les rendiremos homenaje a las víctimas y los sobrevivientes del Holocausto.

Educación y memoria son los pilares fundamentales en la búsqueda de una sociedad fortalecida en valores como el diálogo, el respeto y la inclusión plural.

Hoy en Argentina la agenda de derechos humanos es una política de Estado que trasciende a un gobierno, no tiene dueños ni se aborda con una mirada oblicua que pondere a algunos derechos en detrimento de otros. Venimos llevando a cabo una agenda federal que contiene a todos los argentinos por igual. Ese es el país que soñamos y el que estamos haciendo realidad.

martes, 23 de enero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 8 Pablo Fenoglio


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa



PABLO FENOGLIO, trombonista. Es uno de los músicos más activos y versátiles de Argentina.  Integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional participa como solista invitado en la Orquesta Estable del Teatro Colón.
Se ha presentado como solista junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, las Sinfónicas de de Córdoba, Santa Fé y Rosario. Junto a las Orquestas de Cámara de Rosario y Córdoba. Se presentó además como solista en Brasil junto a la orquesta Sinfónica de Campinas y a la Orquesta de la Universidad de Campinas.
Participa además en variados proyectos como el Sexteto de Tango de Sonia Possetti, el octeto de Jazz  de Mariano Otero, el Cuarteto Viento Sur Trombones, con proyectos de música contemporánea y en grabaciones de discos de importantes artistas nacionales.
Es habitual invitado como docente e intérprete a festivales de música clásica en la Argentina, Perú, Brasil y EEUU. (Festival Internacional de Música de Santa Catarina, Festival Carlos Gomes en Campinas y International Trombone Festival, EEUU) y junto a su grupo, Viento Sur Trombones a realizar giras y clases magistrales en universidades de EEUU y América Latina.
Se formó entre otros con Branimir Slokar y Ulrich Flad en Alemania, y en Argentina con Carlos Ovejero, recibiendo clases además de Juan Carlos Maestri, Adrián Verra, Cesar Ahumada y con Eddie Gagliardi en el Conservatorio Provincial “Félix T. Garzón” de Córdoba, del que es egresado con medalla de oro.

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domingo, 21 de enero de 2018

Engaño criminal: el nazi holandés que prometió proteger a los judíos, les robó sus bienes y los mandó a las cámaras de gas

El Diario Infobae, en su edición digital, publicó este artículo

Engaño criminal: el nazi holandés que prometió proteger a los judíos, les robó sus bienes y los mandó a las cámaras de gas

No sólo se salvó de la condena: huyó a la Argentina, se hizo amigo de Juan y Eva Perón y colaboró con sus servicios secretos










Por Alfredo Serra 21 de enero de 2018
Especial para Infobae


Si nos fueran dados la maravilla y la crueldad del Aleph, ese punto que según el cuento de Borges está en un escalón de una desvencijada casa de la calle Garay, y contiene todos los puntos, seres y objetos del universo –hasta cada grano de arena de cada desierto–, podríamos, en el espacio dedicado al Mal Absoluto, aterrarnos con Hitler, los nazis, su Tercer Reich y su plan de La Solución Final: el exterminio de todos los judíos de Europa, y más tarde, del entero mundo.
El diabólico proyecto llevó a su desiderátum las proverbiales eficacia y eficiencia alemanas. Los judíos eran capturados, despojados de todos sus bienes, enviados a los campos de exterminio, y después de hacerlos trabajar hasta la extenuación con poca comida y mucho látigo, asesinados en las cámaras de gas y convertidos sus cuerpos en materia prima rentable: carne, grasa, huesos, oro de los dientes postizos…
No alcanzarían los nueve círculos de Dante, de su Divina Comedia, para el castigo eterno de los creadores y ejecutores de esa maquinaria.
Sin embargo, believe it or not, un personaje fue aún peor que el peor de esa factoría de degradación, dolor y muerte.
 
Andreas Riphagen
Su nombre: Andreas Riphagen. Su sobrenombre: Dries. Su nacionalidad: Holandés, nacido en Amsterdam el 7 de septiembre de 1909.

Undécimo hijo de padre alcohólico y de madre muerta antes de los cinco años de Andreas, fue un adolescente difícil, un díscolo cadete de la marina, un inmigrante ilegal en los Estados Unidos aprendiendo, entre otros oficios, el de matón a sueldo, y eligiendo como ídolo y modelo a Al Capone

Y de vuelta en Holanda, a sus 18 años, antisemita, proxeneta, ladrón de autos y de joyas(sus pasiones…), estricto personaje de los bajos fondos, vio un nuevo amanecer cuando, en 1940, las hordas nazis ocuparon su país.

No tardó en jurar fidelidad al invasor y –a fuerza de delaciones y otras canalladas–, entrar en la temible y elitista SD (Sicherheitsdienst), servicio de seguridad alemán que operaba como apoyo de las SS, la más feroz de las fuerzas de choque del nazismo.

Pero aún faltaba la última –o penúltima– vuelta de tuerca…

Durante la requisa de una casa cuya familia escondía a Esther Schaap, judía, cuyo marido ya había sido deportado, Riphagen descubrió que la mujer ocultaba en su pelo una bolsita con diamantes. Un mínimo y dudoso reaseguro de las familias judías como vaga esperanza de eludir su muerte y comprar su fuga al mundo todavía libre… Diamantes, anillos, collares, relojes, muchos de valor más sentimental que material, y frágiles esperanzas… Y en ese instante, ante la bolsita y algunos diamantes que cayeron al suelo, los ojos de Riphagen brillaron más que esas piedras.
Educado y casi dulce ante el terror y el temblor de la mujer, le dijo "Yo puedo ayudarla".

Fue su Sésamo, ábrete… El principio de un negocio que superaba en crueldad y cinismo a la habitual rutina de la Solución Final ordenada por Hitler y urdida por Adolf Eichman contra el pueblo judío.



Ante el estupor y la desconfianza de Esther, que le preguntó cómo y por qué quería y podía ayudarla a escapar del tiro en la nuca, el rito aplicado a quienes escondían bienes, Riphagen inventó una historia conmovedora:

Trabajo con los nazis, pero estuve casado con una judía… ¡y no pude salvarla! Eso me decidió a ayudarla. Y no sólo a usted…

La trampa fue de alta, altísima perversión. Anticipo de la célebre estafa urdida por el italiano Carlo Ponzi (1882–1949): la pirámide financiera de estrepitoso final que imitó con igual destino el norteamericano Bernard Madoff, hoy de 79 años, y condenado a un siglo y medio de cárcel…

La incauta y luego desdichada Esther Schaap, previo pago de unos pocos diamantes, lograría protección y casa hasta el fin de la guerra, y debía presentarle a Riphagen, para el mismo fin, otras familias judías que, siempre con previo pago, estarían a salvo y bajo techo… en casas vacías y amuebladas ya incautadas por los nazis, y cuyos habitantes sufrían o habían muerto en los campos cuyo mayor y más atroz modelo fue Auschwitz.

Para que el negocio pareciera aún más serio y confiable, Riphagen se hacía fotografiar con las familias protegidas, y les entregaba recibos por los valores entregados… que les serían devueltos al acabar la pesadilla bélica. Y por si fuera poco, el espantoso benefactor solía tomar el té con todos ellos…

Entretanto y usando lo contrario, la extorsión y la amenaza de pena de muerte, logró que Bette Wery, una joven mujer que militaba en la resistencia antinazi, entregara a sus compañeros a cambio de que Riphagen no ordenara matar a su familia, refugiada en Polonia…



Ya cerca del fin de la guerra, Riphagen le puso el broche trágico a su plan. Mientras en un banco de Luxemburgo sus cajas de seguridad apenas podían contener tantas joyas y rollos de dinero, en un coupe de foudre, un rayo, delató a todos sus judíos protegidos –tenía sus nombres y sus fotos– y los mandó a morir en las cámaras de gas.

Y ante los primeros cañonazos aliados, huyó de modo novelesco: abandonó Amsterdam oculto en el ataúd de un coche fúnebre, un ex agente secreto, Frits Kerkhoven, lo ayudó a pasar a Bélgica, y en bicicleta por una de las rattenlinien (las Rutas de las Ratas por la que muchos criminales huyeron de Europa a Sudamérica), este doble Judas llegó a España.

Preso por no tener documentos, Kerkhoven vuelve a ayudarlo. Le compra ropa, le consigue documentos falsos, y unos diamantes escondidos en los tacos de sus zapatos completan la fuga: el siniestro Riphagen llega –¡oh casualidad!– a la Argentina, no tarda en acercarse y ganar la amistad de Juan y Eva Perón, y más aún: como tantos de los criminales de guerra amparados bajo la bandera azul y blanca y el escudo peronista, fue un factótum para organizar los servicios secretos del peronismo. Por ejemplo, la siniestra Sección Especial, donde volvió a funcionar la picana eléctrica creada por el execrable hijo del poeta fascista Leopoldo Lugones, y donde verdugos como el comisario Cipriano Lombilla, y los oficiales José González, José Faustino Amoresano y Salomón Wasserman molían a golpes –eléctricos o de puño– a los contreras nombre genérico de todo antiperonista.  Golpes que, por supuesto, violaban las reglas establecidas para ese deporte por John Douglas, noveno marqués de Queensberry y padre de lord Alfred, amante, dicha y desdicha de Oscar Wilde.



Entre otros intelectuales, uno de los atormentados en la Sección Especial fue el historiador Félix Luna.

Según una anécdota que ya es leyenda, Luna le dijo a Perón:

– En su gobierno hay torturadores, general.

– Por favor, Luna, no macanee… ¿A quién torturaron?

– A mí, general.

En 1988 llegó al país un pedido internacional de captura para Riphagen. Demasiado tarde. En 1977, a sus 63 años, murió de cáncer en una clínica de Suiza.



Post scriptum. Un día de 1953 la Sección Especial –o tres de sus esbirros, por lo menos– llegó a mi casa. Fui testigo lúcido, no un niñito bobo: tenía 14 años y cursaba el tercer ciclo del secundario. Por leer "de corrido" a los cuatro años se acortó mi ciclo primario… Los hombres se parecían a los burdos y amenazantes dioses que Borges describe en su brillante pieza Ragnarök, de su deslumbrante libro El Hacedor. Cito: "El lugar era la Facultad de Filosofía y Letras (…) Elegíamos autoridades (…) Bruscamente nos aturdió un clamor de manifestación o de murga. Alaridos humanos y animales llegaban desde el Bajo. Una voz gritó: ¡Ahí vienen! Y después ¡Los Dioses! ¡Los Dioses! Cuatro o cinco sujetos salieron de la turba y ocuparon la tarima del Aula Magna. Uno sostenía una rama (…) Otro extendía una mano que era una garra (…) Todo empezó por la sospecha (tal vez exagerada) de que los Dioses no sabían hablar (…) Frente muy bajas, dentaduras amarillas, bigotes ralos de mulato o de chino y belfos bestiales publicaban la degeneración de la estirpe olímpica. Sus prendas no correspondían a una pobreza decorosa y decente sino al lujo malevo de los garitos y de los lupanares del Bajo. En un ojal sangraba un clavel; en un saco ajustado se adivinaba el bulto de una daga. Bruscamente sentimos que jugaban su última carta, que eran taimados, ignorantes y crueles como viejos animales de presa y que, si nos dejábamos ganar por el miedo o la lástima, acabarían por destruirnos.
Sacamos los pesados revólveres ( de pronto hubo revólveres en el sueño) y alegremente dimos muerte a los dioses".

Hombres como esos preguntaron por mi abuelo Justo, obrero ferroviario, y le dijeron que el gobierno peronista sufría muchas amenazas y conspiraciones, y que por eso recurrían a vecinos antiguos y respetables: para que delataran cualquier reunión o cosa rara que descubrieran en el barrio (Núñez, para más datos). Mi abuelo no necesitó que de pronto hubiera revólveres en el sueño. Entró a su pieza, sacó de su caja de cedro el Orbea de cinco tiros que trajo desde Aragón en su atadito de inmigrante, y apenas vieron relucir su caño cromado… ¡los dioses huyeron como ratas!

Por estas y muchas cosas ni siquiera vale la pena preguntarse porqué ese gobierno protegió a criminales nazis. O porqué fueron sus amigos y guardaespaldas otros atroces alemanes y croatas. O porqué fueron protegidos por el peronismo y vivieron a sus anchas nazis como Adolf Eichmann, Walter Kutschmann, Edward Roschmann y hasta estuvieron de paso, y con documentos legales entregados por el peronismo, monstruos como Klaus Barbie y Josef Mengele. O porqué, en mis primeros años de periodismo, colegas que me doblaban en edad se reían cuando yo, o algún otro joven, mencionaban ese primer e histórico encuentro de Perón y Eva en el verano del 44, Luna Park, festival para lograr fondos de ayuda a las víctimas del terremoto de San Juan. Recuerdo las exactas palabras de uno de ellos, que acompañó a Perón en casi todo su periplo madrileño:
–Pibe, ésa es la estampita… Perón y Eva se conocieron antes en la embajada alemana en Buenos Aires. Tenían mucho que ver con esa gente. Negocios, ¿sabés?…



La historia de Audi


Shalom - La dimensión espiritual en un mundo cambiante


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…

martes, 16 de enero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 7 Antonio Russo


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa



ANTONIO MARÍA RUSSO, director – compositor. Antonio María Russo nació en el año 1934 en Messina, Sicilia, Italia. Llegó a Argentina a fines de 1951 y en 1960 tomó la carta de ciudadanía argentina. Estudió con los maestros Erwin Leuchter, Roberto Kinski, Enrique Sivieri, Carlos Suffern y Julio Floriani.
Es egresado del Conservatorio Municipal "Manuel de Falla" como Profesor Superior de Piano y del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón como maestro Preparador y Director de Orquesta.
DIRECTOR DE COROS: inició su carrera musical como director de coros teniendo a su cargo el Coro de Niños del "Collegium Músicum" y el Coro Universitario de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Ha sido director del Coro de la Asoc. Wagneriana de Buenos Aires (1966-1990), Coro Bach de Buenos Aires (1965-1985), Coro Polifónico Nacional de la República Argentina (1987-1990) y Coro Estable del Teatro Colón de Buenos Aires (1989-1992).
Fue también director del Coro del Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo de Buenos Aires desde 1973 hasta 1977.
DIRECTOR DE ORQUESTA En forma sostenida e ininterrumpida ha tenido numerosas actuaciones al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional Argentina, Orquesta Filarmónica y Orquesta Estable del Teatro Colón de Buenos Aires, Orquesta del Teatro Argentino de La Plata, Orquesta Sinfónica de Mendoza, Tucumán, San Juan, Bahía Blanca, Santa Fe y Mar del Plata en Argentina; Orquesta del SODRE y Sinfónica Municipal de Montevideo en Uruguay, Sinfónica Nacional de Chile y Orquesta Sinfónica de Porto Alegre (Brasil). En 1982 fue Director Titular de la Orquesta Filarmónica del Teatro Colón y durante los años 1983 a 1986 Director General y Artístico del Teatro Argentino de la Plata. En 1988 fue Director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan y durante 1989 fue co Director de la Orquesta de la Cámara del Teatro Colón de Buenos Aires. En el año 1992 fue nombrado por segunda vez Director Artístico del Teatro Argentino de La Plata. Desde su creación en 1999, es el Principal Director Invitado de Juventus Lyrica, asociación de ópera con la cual realiza anualmente una intensísima actividad operística.
COMPOSITOR Desde 1992 ha intensificado su tarea de compositor. Ha compuesto música para coro a capella, canto y piano, conjuntos de cámara, orquesta sinfónica, coro de niños y diversas formaciones vocales e instrumentales.
Se ha desempeñado en el Conservatorio Provincial Juan José Castro como Profesor Titular de la cátedra de Dirección Coral, de la carrera de Dirección Coral, de la cual fue fundador, desde su creación en 1996 hasta el 2002. En el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo de Buenos Aires fue Profesor Titular de la cátedra Práctica Coral desde 1977 hasta el año 2000. Entre los años 1980 a 1985 ejerció las cátedras de Dirección Orquestal y Dirección Coral en la UCA. Entre los años 1997 y 2000 ejerció la Cátedra de Dirección Orquestal y Dirección Coral en el Instituto Nacional Superior de Artes de la Provincia de Río Negro. Desde el año 2001 es titular de la Cátedra de la Carrera de Dirección Coral en el I.U.N.A. (Instituto Universitario Nacional de Artes) en Buenos Aires. Es profesor de Dirección Orquestal en el Conservatorio Beethoven de Buenos Aires desde el año 2004.


www.nataliagonzalezfigueroa.com / Instagram @natgonzalezfigueroa / Twitter @nataliapiano


domingo, 14 de enero de 2018

Shalom - Israel: colores y sabores


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…


sábado, 13 de enero de 2018

Sergio Pángaro


En Dios Me Liberman, por nacionalrock.com y Nacional Rock 93.7 conversamos con Sergio Pángaro sobre sus presentaciones en Bebop Club.

Conducción: Leonardo Liberman / Puesta en el aire: Ulises Mendoza / Coordinación: Guillermo Cabezudo


SERGIO PÁNGARO CANTA BOLEROS, hoy a la media noche en Bebop Club, Moreno 364. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Melodrama, cursilería y kitsch. Adjetivos muy apropiados para distinguir sensibilidad de sensiblería. El amor musicalizado nos llega de otros tiempos siempre traicionado por la contención o el exceso. En el caso del bolero, es por ambos. La romanza, la balada y otros géneros románticos sonríen al ver que sus métricas encuentran un compás y sus anhelos un amor, en la clave y el bongó.

martes, 9 de enero de 2018

Natalia González Figueroa - El músico bien temperado – 6 Manuel Fraga


La curiosidad es parte de nuestra vida porque es uno de los motores en nuestro aprendizaje, en el contacto con el mundo, con el pensamiento, con el arte. Gracias a esa curiosidad, tantos músicos buscaron sonidos, consonancias, disonancias, temperamento. Éste es un homenaje a todos ellos, a los que buscan, y a todos los artistas maravillosos que me regalaron su tiempo para compartir 24 tonalidades de su mundo con nosotros. Los invito a compartir un poquito del mundo de mis queridos colegas presentando: El músico bien temperado: 24 preguntas.

Natalia González Figueroa



MANUEL FRAGA, pianista. Su formación incluye estudios de armonía, forma, composición y análisis musical con Manolo Juárez. Reconocido en nuestro país y en el exterior como uno de los grandes improvisadores, con especialización en jazz.
Desde sus inicios ha estudiado y analizado el funcionamiento del mecanismo del piano con el objetivo de potenciar su técnica, como una forma de lograr la mayor eficiencia posible en su especialización como improvisador.
Es uno de los pianistas argentinos que manejan con más ductilidad los diferentes estilos del jazz, desde el stride, el swing, el boogie-woogie y el blues hasta los tumbados afro latinos.
Se ha presentado en teatros y salas de nuestro país y en festivales internacionales de los Estados Unidos, Canadá y Alemania.
Menciones y premios obtenidos en su carrera profesional: Pianista All Star del Sacramento Jazz Festival (California, 1984), el Premio Prensario 1979, el ACE 1993, el Konex 1995, Carlos Gardel 2015 y Diploma al Mérito 2015 de la Fundación Konex.
Sus discos más recientes incluyen "Swing Summit", con Pablo Motta y Oscar Giunta, "Viva el Swing", a dos pianos con Jorge Navarro y “Woody & Jazz”, al frente de su trío, con clásicos del jazz de las películas de Woody Allen.
Con más de 30 años de experiencia docente, desde hace varios años viene desarrollando una importante actividad pedagógica en distintos conservatorios, institutos y escuelas de todo el país, dictando talleres y seminarios sobre la importancia del funcionamiento del mecanismo del piano en la técnica pianística, junto al pianista clásico y docente Daniel Goldstein, director de la fundación “El Sonido y el Tiempo”.

Facebook / manuelfraga

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lunes, 8 de enero de 2018

Carlos Rodríguez Ares


En Dios Me Liberman, por nacionalrock.com y Nacional Rock 93.7 conversamos con Carlos Rodríguez Ares, sobre la presentación de su nuevo libro elvis@argentina 1956 / 1962.

Conducción: Leonardo Liberman / Puesta en el aire: Ulises Mendoza / Coordinación: Guillermo Cabezudo



Este nuevo libro de Carlos Rodríguez Ares, muestra el impacto de Elvis en Argentina entre 1956 y 1962, su influencia sobre los artistas que vinieron después, la discografía y filmografía completas, recortes de prensa, críticas a los lanzamientos discográficos y sus films, revistas, material de promoción, label copies, hojas de ruta RCA y todo lo concerniente al período antes mencionado en nuestro país.

Prensa: Luis Viviant #luisviviantcomunicacion

domingo, 7 de enero de 2018

Shalom - Todo sobre el judaísmo


Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…