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jueves, 30 de agosto de 2018
domingo, 26 de agosto de 2018
sábado, 25 de agosto de 2018
Ludwig van Beethoven. Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125. Eliahu Inbal.
A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, en la versión de los solistas: Shinobu Sato, Naoko Ihara, Kazuo Kobayashi, Toshimitu Kimura, junto al Coro del Colegio de Música Kunitachi, y la Orquesta Sinfónica del NHK, dirigida por Eliahu Inbal.
jueves, 23 de agosto de 2018
martes, 21 de agosto de 2018
lunes, 20 de agosto de 2018
Algo no salio bien. Jamas toco un instrumento y compuso los mejores boleros de la historia: le bastaba su silbido
El Diario La Nación, en su edición digital, publicó este artículo firmado por Carlos Manzoni
Algo no salio bien
Jamas toco un instrumento y compuso los mejores boleros de la historia: le bastaba su silbido
17 de agosto de 2018 • 14:18
Fue uno de los más grandes compositores de México sin haber
estudiado nunca música y sin saber siquiera tocar un instrumento. A él se le
deben más de 300 canciones, que componía silbando y que le valieron 16 discos
de oro, entre otro centenar de premios. Pero por desgracia, José Alfredo
Jiménez, que de él se trata, no pudo con un vicio que lo llevó a la tumba con
solo 47 años: la bebida. Cuando llegó su hora, hacía ya tiempo que había
elegido su propio epitafio: "La vida no vale nada".
José Alfredo Jiménez nació el martes 19 de enero de 1926, en
Dolores Hidalgo, estado de Guanajuato, México, a 243 kilómetros de la capital
de ese país. Era hijo de Agustín Jiménez, que tenía una farmacia, y de Carmen
Sandoval, ama de casa. Tuvo tres hermanos: Concepción, Víctor e Ignacio.
Vivió hasta los 10 años en su ciudad natal, hasta que en
1938, dos años después de la muerte de su padre, se fue a Ciudad de México, más
impulsado por la necesidad que por otra cosa. Ahí lo recibió su tía Refugio, a
quién llamaba Cuca y a quien consideró siempre su segunda madre. Poco después,
llegaron su mamá y sus hermanos.
A los 11 años empezó a mostrar su talento: como se dijo,
componía sin tener ningún conocimiento de música puesto que nunca había
estudiado. Según Miguel Aceves Mejía, que le apadrinó en sus primeras
grabaciones profesionales, no sabía tocar ningún instrumento y ni siquiera
conocía los términos "vals" ni "tonalidad".
¿Cómo componía, entonces? "Silbando, método que utilizó
hasta su muerte en sus rancheras, corridos y huapangos. Él imaginaba la música
en su cabeza. Ya cuando lo veía muy pensativo ni le hablaba, porque me daba
cuenta de que estaba preparando algo", cuenta su hijo José Alfredo
Jiménez, en comunicación con La Nación, desde México.
José Alfredo Jiménez |
Siempre corrido por la necesidad económica, debió trabajar
en múltiples oficios, entre los que se destacaron el de camarero y el de
jugador de fútbol. Sí, jugador de fútbol. Debutó como arquero a los 18 años y
llegó a jugar en Primera División con los clubes Oviedo (amateur) y Marte (un
equipo del ejército, de primera división), pero dejó las canchas por los
escenarios y los estudios de grabación. "El Cuervo", como se lo
conocía en el ambiente futbolístico, decidió tomar la pluma, el papel y el
micrófono para cantarle a México.
Su hijo relata cómo fue su retiro del fútbol. "Él me
contaba que una vez estaba en una posada y alguien lo escuchó cantar. Entonces
le ofreció 100 pesos para que fuera a cantarle serenata a su novia. Mi padre
fue a cantar y siguió tomando tequila hasta la madrugada. De ahí se fue directo
a jugar un partido y le metieron nueve goles, así que fue su despedida del
fútbol", recuerda José Alfredo (h).
Así fue que en 1947 debutó en la radio XEL, de la mano de
Alfonso Esparza Oteo, con el Trío Los Rebeldes. Quiso el destino que a
principios de 1950 el restaurante en el que trabajaba, La Sirena, fuera
frecuentado por Andrés Huesca, gran artista mexicano que cantaba en
"Andrés Huesca y Los Costeños". José Alfredo le cantó la canción
"Yo" y él la llevó a RCA Víctor, donde fue grabada por Mariano Rivera
Conde, el director artístico.
A partir de esa fecha, 22 de febrero de 1950, se catapultó a
la fama. Se cree que compuso más de 300 canciones; muchas de ellas interpretadas
por el Mariachi Vargas de Tecalitlán, una famosa agrupación de música
folclórica mexicana. Pero hubo más de 1000 intérpretes que cantaron sus
canciones, entre las que se destacan El rey, Si nos dejan, Te solté la rienda,
Camino de Guanajuato, Ella, Amanecí en tus brazos, La media vuelta y Que te
vaya bonito.
Columna Algo no salió bien, en Lo que el día se llevó 10:23
Sus creaciones tienen arreglos de grandes de la música mexicana, como Rubén Fuentes, Eduardo Magallanes, Jesús Rodríguez de Hijar y Rigoberto Alfaro, a los que José Alfredo simplemente les silbaba la melodía. "Chifló duro y convocó a buenos artistas para que lo respaldaran en la ejecución", comenta su hijo.
En 27 de junio 1952, se casó con Paloma Gálvez, con quien tuvo dos hijos, José Alfredo (9 de noviembre de 1955) y Paloma (28 de febrero de 1954). Quien fuera su única esposa murió recientemente, el 1° de agosto de este año, a los 97 años. "A mi mamá le escribió Paloma querida, Amor del alma, Corazón Corazón, Serenata sin luna", detalla José Alfredo (h).
En su libro, "Pero sigo siendo el rey. Un encuentro con mi padre", que fue editado por Planeta y que ya vendió 15.000 ejemplares, José Alfredo (h) cuenta: "Nací hijo de un Rey y de una Paloma. Crecí en un mundo raro, donde la soledad busca otras soledades, rodeado de gigantes con nombres pequeños: Pedro, Lola, Jorge, Lucha, Miguel. Mis amigos fueron: El jinete, El perro negro, El caballo blanco-que no es otro que un auto Chrysler Imperial Newyorker del año 1957-, Los gavilanes, El borrego, El coyote, La que se fue, etc. Mis juguetes eran el mariachi, la Banda Sinaloense, aquella guitarra muda que tantas veces vio llorar a mi padre, que dando pinceladas a la luna y las estrellas daba forma a una obra admirable".
El gran compositor tuvo tres hijos más, fruto de la unión con María Medel. "Él nunca se fue de la casa ni se divorció de mamá; sino que estaba un tiempo afuera, iba y venía. Recuerdo cuando llegaba de las giras, venía lleno de regalos y trofeos que ganaba, así también como presentes que le obsequiaba la gente que lo adoraba", señala su hijo. Y agrega: "Traía discos nuevos de sus canciones y los ponía tantas veces hasta que se rayaban. Todos disfrutábamos mucho con él escuchando sus temas".
Mujeriego como pocos, su táctica de seducción era escribirles canciones a las mujeres. Pero con un detalle: siempre lo hacía con un profundo temor a no ser correspondido, a ser rechazado. A todas las que tuvo les compuso una, pero a Alicia Juárez, su último romance, le dedicó algunas de las más bellas, entre las que se destaca "Le solté la rienda", que dice: ".y cuando al fin comprendas, que el amor bonito, lo tenías conmigo, vas a extrañar mis besos, en los propios brazos, del que esté contigo.".
José Alfredo decía: "La canción es el medio para limpiarme el alma". Era un frecuentador incansable de la emblemática cantina Tenampa, que está en la Plaza Garibaldi, donde todavía hoy los mariachis cantan sus canciones. "Él y Chavela Vargas se pasaban horas ahí", destaca José Alfredo (h).
El hijo del pueblo |
Las canciones de José Alfredo Jiménez ayudaron a consolidar el éxito y la fama de muchos artistas que interpretaron magistralmente sus temas. Joaquín Sabina lo nombra en el tema "Por el boulevard de los sueños rotos", donde dice: "Las amarguras no son amargas, cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo".
Obtuvo más de 100 premios en reconocimiento de su labor como compositor y cantante, entre ellos, 16 discos de oro. Era llamado "El Embajador de la Música Ranchera Mexicana", "El As de la Música Ranchera" y "El Hijo del Pueblo". Tenía el mundo a sus piés: éxito, dinero, fama y mujeres. Pero, siempre hay un "pincelazo" que lo arruina todo.
El hombre tenía dos grandes vicios: la bebida y las mujeres. A los que no renunció nunca. "Chavela decía que ya en México no había más tequila bueno, porque ella y José Alfredo se lo habían tomado todo en el Tenampa", relata José Alfredo (h). Eso le trajo complicaciones de salud, hasta que se le diagnosticó una cirrosis hepática, que lo tuvo a maltraer sus últimos años. "En 1969 estaba grabando unos programas y tuvo la primera hemorragia", precisa su hijo.
Finalmente, el gran compositor murió a las nueve de la mañana del viernes de 23 de noviembre de 1973, con apenas 47 años. Se apagó así, el rey de la música mexicana, el que para muchos fue "el más grande". Sus restos descansan en el cementerio de su pueblo natal, tal y como anticipó en su canción "Camino de Guanajuato". Como se dijo, en su tumba se puede leer el epitafio que él mismo escogió: "La vida no vale nada".
* Si querés ver la columna en vivo, sintonizá los viernes a las 23 Lo que el día se llevó (martes a viernes) por LN+: 715 y 1715 de DirecTV, Cablevisión 19 Digital/ 618 HD y Flow, Telecentro 705 Digital, TDA 25.3, Telered 18 digital y Antina 6 digital.
Por: Carlos Manzoni
domingo, 19 de agosto de 2018
sábado, 18 de agosto de 2018
Ludwig van Beethoven. Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125. Sergiu Celibidache.
A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, en la versión de los solistas: Helen Donath, Doris Soffel, Siegfried Jerusalem, Peter Lika, junto al Coro y la Orquesta Filarmónica de Munich, dirigidos por Sergiu Celibidache.
jueves, 16 de agosto de 2018
Novedades editoriales de agosto de Catapulta Editores
MIRAZUR
Mauro Colagreco
Cocina de frontera sin fronteras
Nacida a partir de distintas tradiciones culinarias, la cocina de Mirazur sabe de la alquimia entre el savoir vivre francés y la bella vita italiana. Combinaciones inéditas surgen de la interacción entre la fuerza ondulante del mar, la sabiduría de la montaña, la explosión de colores y aromas de los jardines y la perfecta quietud del horizonte.
En la Costa Azul, escenario donde convergen las tradiciones gastronómicas más admiradas, se erige Mirazur, el restaurante de Mauro Colagreco. Su carta se prepara cada día según la disponibilidad de los mejores productos de la zona, y refleja la historia de quienes los elaboran. Fue destacado por la guía Michelin con dos estrellas y actualmente se ubica en el tercer lugar de World´s 50 best restaurants.
MIREMOS DENTRO DEL T.REX
Dennis Schatz
¡Explora el dinosaurio más famoso del mundo!
¿Sabías que el T-Rex tenía dos estómagos? ¿Sabías que aunque los adultos llegaban a medir 12 metros, las crías nacían de huevos que tenían el tamaño de un pomelo? Este libro te permitirá mirar dentro del sistema óseo, digestivo, cardiopulmonar, y conocer todo acerca de uno de los animales más misteriosos.
Edad sugerida: +7 años
MIREMOS DENTRO DEL CUERPO HUMANO
Luann Colombo
¡Explora la máquina más sorprendente del mundo: vos!
¿Sabías que el pulmón de un adulto tiene la medida de una pelota de fútbol americano? ¿Sabías que aunque tienes dos riñones podrías vivir muy bien con uno solo? Este libro te permitirá mirar dentro del fascinante sistema óseo, respiratorio, nerviosos, muscular… Al comprender cómo funciona tu cuerpo, aprenderás cómo lograr que funcione a la perfección.
Edad sugerida: +7 años
GATURRO LA MALDICIÓN DE LOS ZOMBIS
Nik
Si algo puede salir mal, con Gaturro en el medio, seguro saldrá mal.
En una clase de química, Gaturro y sus amigos hacen mal un experimento y generan una nube tóxica sobre la ciudad que despertará la maldición de los zombis. Deberán valerse de todo su ingenio y valentía para luchas contra este tenebroso ataque zombi, y recuperar la calma de la ciudad.
Edad sugerida: +8 años
miércoles, 15 de agosto de 2018
Este fin de semana Un congreso sobre cultura de Sefarad, la España de los judíos
El Diario Clarín, en su edición digital, publicó este artículo
Este fin de semana
Un congreso sobre cultura de Sefarad, la España de los
judíos
Expulsados en 1492, los judíos llevaron su cultura y su
lengua por el mundo.
Pintado. “La expulsión de los judíos" en 1942, de Emilio Sala. |
Aunque hacía cientos de años que los judíos residían en la
que solemos llamar “Madre Patria”, el 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos
firmaron el edicto de Granada decretando su expulsión de la península. El
sentido, decían, era evitar que siguieran judaizando a los
cristianos españoles. Los judíos que no se bautizaran no tenían ninguna
posibilidad de vida digna en el reino y fueron perseguidos y condenados por la
Inquisición. A pesar de que se cree que fue la brujería a quien la Inquisición
dedicaba todos sus esfuerzos, en general tenían el ojo puesto antes que
nada en herejes y judaizantes. Eran quienes podían ser desposeídos y pagar
altas multas por sus palabras y su fe.
Proverbios. Grabados que contienen los proverbios medievales de la cultura sefardí se expusieron en Nueva York. / EFE |
La población judía en Sefarad (España) era por aquel
entonces era muy numerosa en los reinos, había grandes sabios como Maimónides,
médicos de los reyes y artistas. Hablaban el español del Arcipreste de Hita y
cantaban los romances españoles, como el del Conde Niño y Estaba
la Catalina, que todos los lectores conocemos hoy día. Claro, que las
canciones de las que fueron protagonistas por ese tiempo, no eran justamente de
buen tono. De una canción castellana de aquel tiempo se conservan aun los dos
primeros -y desgraciados- versos: “¡Ea, judíos, a enfardelar!”, que
aludía a la rapidez con la cual debieron armar sus fardos para salir del
lugar. Emigraron en principio a Portugal y Navarra; otros cruzaron al África.
Desde Portugal hubo dos rutas: una por barco hacia América y otra por
el Mediterráneo, Francia, Italia, Grecia, la antigua Yugoslavia y los países de
los Balcanes y Turquía.
Donde fueron, los judíos sefardíes, llevaron sus cantos y su
lengua, el español que hablaban en Sefarad y que durante un tiempo largo fue
llamado "ladino" hasta que, por sus connotaciones infamantes, su
nombre viró a "judeoespañol"
El Cidicsef (Centro de Investigación y Difusión Cultura
Sefardí) organiza para este fin de semana en Buenos Aires el VII Simposio
Internacional de Estudios Sefardíes en la Universidad Maimónides. La apertura,
el sábado, estará a cargo del profesor Edwin Seroussi de la Universidad Hebrea
de Israel, que habará sobre la canción sefaradí. Después, las
interpretará el cantante Jorge Mehaury.
Los temas del día siguiente son sumamente atractivos y van
desde la genealogía y etimología de los apellidos judíos, los asentamientos en
América, canciones y costumbres sefardíes, una conferencia sobre los mitos y
supersticiones acerca de la sal, y otra sobre la astrología sefardí.
La exposición trata sobre la carta autógrafa de Cresques Abnarrabí, médico
judío de Lérida, con fecha del 28 de septiembre de 1468 en esa ciudad, en la
que comunica al rey aragonés que, pese a que le ha operado con éxito de la
catarata del ojo derecho "en aquel día elegidísimo de 11 de
septiembre" de ese año, no le es posible fijar fecha para realizar la
misma intervención en el ojo izquierdo, porque habrían de pasar doce
años hasta que la conjunción astrológica fuera tan favorable como lo
había sido en la anterior ocasión. (Los fanáticos de las
series pueden encontrarse con esta escena en la serie Isabel de
la RTVE que puede verse gratuitamente en
http://www.rtve.es/television/isabel-la-catolica/)
El Cidicsef, invita a toda la comunidad a participar:
cualquier persona que simplemente se inscriba ese mismo día, puede participar
de todo el Simposio. Los que no viven en Buenos Aires, y residen en el interior
o en el extranjero, pueden ver todo el Simposio a través de la página de
Facebook Cidicsef Simposio 2018, donde será transmitido.
La historia de los sefardíes es apasionante. A medida que se
integraban a sus nuevas tierras, incorporaban a su lengua palabras regionales,
y con esto también enriquecieron su habla. Llevaron sus costumbres adonde
pisaban y la mayoría era resistida al principio y bienvenida después. Desde sus amuletos
contra el mal de ojo como la Hamsá o el Ojo turco que vemos hoy
proliferar en pulseras y colgantes, a la berenjena como plato usual.
Fue en la Italia del Renacimiento donde se creó el primer
ghetto judío del que se tenga memoria, el ghetto de Venecia, que más tarde
Shakespeare inmortalizará con su obra El mercader de Venecia, con
un personaje que pide como garantía por su préstamo “una libra de carne”.
Consideraciones aparte sobre la obra de Shakespeare, considerada antisemita hoy
día pero normal en su tiempo, los judíos fueron una comunidad importante
en Italia; para ellos el zapallito seguía siendo costoso y la berenjena,
posible. Un gastrónomo de la época, Andrea Mattioli, escribirá en 1557 que la
berenjena era “esa hortaliza que comen los judíos”. Poco a poco, los
italianos comprendieron que la “melanzane” -palabra que venía de mela
insane, “manzana insalubre”- era comestible y hasta podía ser sabrosísima.
Era un alimento tan popular entre los sefardíes que hasta le dedicaron una
canción tradicional, sobre los siete modos de guisarlas y que hoy podemos oír
en la voz de María Salgado, por ejemplo.
Un siglo atrás, casi todas las comunidades sefardíes tenían
su periódico, sus editoriales y su teatro representado en la lengua. (Una de
las mayores exponentes fue la escritora Laura Papo, bosnia, quien recogió un
romancero en judeoespañol y en la misma lengua escribió la obra teatral Esterka).
Hoy por hoy, es una lengua que vive más que nada en la intención y la voluntad
de poetas, historiadores y creadores. Así escribió Juan Gelman su libro de
poemas Dibaxu y aun lo hace la poeta tucumana Denise León.
Escuchar o leer el judeoespañol, no exige mayores esfuerzos que aquellos textos
de la España medieval que debíamos enfrentar en la escuela secundaria.
Mario Cohen, presidente del Cidicsef, explica acerca del
judeo español: “Si bien se cree que es una de las lenguas que irá morir en el
siglo XXI, debido a la cantidad de hablantes, (hoy se calculan que son entre
300 y 400 mil, aunque nunca es una lengua materna, sino segunda o tercera
lengua) el idioma resiste y persiste en congresos y estudiosos de todo el
mundo. Justamente este año, la Real Academia Española, decidió crear la
academia número 24 de toda América Latina y España, la cual estará en Israel y
será dedicada exclusivamente al estudio del judeoespañol.” En Buenos Aires,
puede aprenderse judeoespañol en algunas instituciones sefardíes, lo mismo que
leer los periódicos virtuales.
Fragmento del Edicto de los Reyes Católicos
“… mandamos a todos los judíos e judías de qualquier hedad
que sean que biuen e moran e estan en los dichos nuestros reynos e señorios
assy los naturales dellos como los no naturales que en qualquier manera e por
qualquier causa ayan venido e estan en ellos, que fasta en fin del mes de
jullio primero que viene deste presente año salgan de todos los dichos nuestros
reynos e señorios con sus hijos e hijas e criados e criadas e femailiares judíos
assy grandes como pequeños de qualquier hedad que sean. E queno sean osados de
tornar a ellos ny estar en ellos ny en parte alguna dellos de biuienda ni de
passo ny de otra manera alguna, so pena que si no lo fiziesen e cumplieren
assy… incurran en pena de muerte e confiscación de todos sus bienes para la
nuestra camara e fisco” (Edicto de Expulsión).
Cuándo, dónde
El simposio abre este sábado 11 a partir de las 20
horas y sigue el domingo 12 de 9 a 18 horas. En la Universidad
Maimónides (Hidalgo 775). Gratis.
domingo, 12 de agosto de 2018
sábado, 11 de agosto de 2018
Ludwig van Beethoven. Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125. Xian Zhang.
A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 9 en
Re Menor Op. 125, en la versión de los solistas: Erin Wall, Sonia Prina, Simon
O'Neill, Alexander Vinogradov, junto al Coro de la Orquesta Sinfónica de la
Ciudad de Birmingham, el Coro y la Orquesta Nacional de la BBC de Gales, dirigidos
por Xian Zhang.
viernes, 10 de agosto de 2018
Jacqueline Sigaut
En el marco del festival Jacqueline Sigaut presenta RESILIENCIA TANGO, el lunes 13 de agosto a las 19:00 en la Academia del Tango, Av. de Mayo 833 con entrada libre y gratuita. Las entradas se retiran desde una hora antes del show hasta agotar la capacidad de la sala.
En esta ocasión estará acompañada por: Chino
Molina en bandoneón, Andres Serafini en contrabajo, Patricio Villarejo en violonchelo, Luis Alberto Simo en violín, Víctor Simón en piano, Juan
Martínez y Leonardo Andersen en guitarras y Osvaldo Avena en percusión.
jueves, 9 de agosto de 2018
domingo, 5 de agosto de 2018
sábado, 4 de agosto de 2018
Ludwig van Beethoven. Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125. Carlo Maria Giulini.
A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 9 en
Re Menor Op. 125, en la versión de los solistas: Carol Neblett, Claudine
Carlson, Robert Tear, Simon Estes, junto al Coro y la Orquesta Filarmónica de
Loa Angeles, dirigida por Carlo Maria Giulini.
jueves, 2 de agosto de 2018
miércoles, 1 de agosto de 2018
Novedades editoriales de agosto de Siglo Veintiuno Editores
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