lunes, 31 de mayo de 2021

Naomi Munakata

Naomi Munakata nació en Hiroshima, Japón, el 31 de mayo de 1955, y murió en São Paulo, Brasil, el 26 de marzo de 2020. Directora de orquesta, músico y directora de coro.

Cuando tenía 2 años su familia se instaló en Brasil. A los 4 años comenzó a estudiar piano, y a los 7 se integró al coro que dirigía su padre. También estudió violín y arpa y se graduó en composición y dirección en la Facultad de Música del Instituto Musical de São Paulo. Sus maestros fueron Eleazar de Carvalho, Hugh Ross, Sérgio Magnani, John Neschling, Hans Joachim Koellreutter y Eric Ericson. Recibió el premio al Mejor Director Coral de la Asociación de Críticos de Arte de São Paulo, y una beca del gobierno japonés para perfeccionarse en la Universidad de Tokio. Fue directora de la Escuela Municipal de Música de São Paulo y estuvo a cargo del Coro Juvenil del Estado como regente y directora artística. Durante dos décadas dirigió el Coro de la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo, y hasta antes de su fallecimiento fue la directora principal del Coro Paulistano Mario de Andrade.

A continuación, la recordamos en el día de su nacimiento, con su interpretación al frente del Coro de la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo, con la Suite de los Pescadores de Dorival Caymmi.


domingo, 30 de mayo de 2021

Shalom - 50 aniversario de la comunidad judía de Ceuta

 

Mieczysław Fogg


Mieczysław Fogiel, más conocido como Mieczysław Fogg, nació en Varsovia, Polonia, el 30 de mayo de 1901, y murió en su ciudad, el 30 de septiembre de 1990. Cantante.

Luego de finalizar sus estudios se unió al coro de la Iglesia de Santa Ana. Posteriormente estudió música con Jan Łysakowski, Eugeniusz Mossakowski, Wacław Brzeziński, e Ignacy Dygas entre otros. Integró el coro dirigido por el músico y compositor Władysław Dan Daniłowski, y en 1927 cantó con la orquesta de tango de Jerzy Petersburski. Uno de sus grandes éxitos fue Tango Milonga, que se convirtió en un suceso internacional que acrecentó su fama. Tenía el registro de barítono lirico y presencia en el escenario, y en poco tiempo se convirtió en uno de los intérpretes polacos más populares. Sus compatriotas lo comparaban con el cantante francés Tino Rossi. 

Después de 1932, realizó una gira por varios países como Alemania, Letonia, la Unión Soviética, Finlandia, Noruega, Suecia, Austria, Italia, y Estados Unidos. Tenía facilidad para cantar en los idiomas locales de los países que visitó. Realizó una serie de dúos con otros artistas populares de la época, incluidos Hanka Ordonówna, Stefcia Górska, Zula Pogorzelska y Adolf Dymsza, y participó en 11 películas. En 1938 fue elegido por la Radio Polaca como el cantante más popular. En 1939 grabó Czekam cię, la versión en polaco de la canción J'attendrai, que marcó otro éxito en su carrera. 

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial permaneció en Varsovia, se unió a la resistencia Armia Krajowa, y continuó cantando en los pocos cafés disponibles bajo ocupación alemana. Tuvo activa participación durante el Levantamiento de Varsovia. Dio innumerables conciertos tanto en las barricadas, en los hospitales y en los refugios antiaéreos debajo de la ciudad. Por sus esfuerzos para mantener alta la moral de los soldados y los civiles, fue galardonado con algunas de las más altas condecoraciones. 

Además de su actividad en la Resistencia, ayudó a varios de sus amigos judíos. Ignacy Singer, conocido por su nombre artístico como Ivo Wesby, era el director del cabaret político “Quid pro quo”. Pudo escapar del gueto de Varsovia con su esposa, Lola, y su hija, y encontraron refugio en el departamento de Fogg. Estuvieron escondidos hasta el final de la guerra y luego emigraron a los Estados Unidos. También ayudó a Stanisław Tempel, que había escapado del gueto, pero regresó a buscar a su familia. Stanisław Kopf era profesor de canto, y también estuvo bajo su protección. Ignac Zalcsztain, otro de sus amigos estuvo escondido en el edificio donde vivía Fogg, y después de la guerra emigró a Bélgica. Como reconocimiento a sus acciones humanitarias, el 26 de octubre de 1989, Yad Vashem lo reconoció como Justo entre las Naciones. 

Después de 1945, abrió su propio café en las ruinas de Varsovia. Funcionó como el primer teatro musical, y sirvió como uno de los pocos centros culturales. Poco después fue nacionalizado por las nuevas autoridades comunistas de Polonia y cerró al poco tiempo. También dirigió su sello discográfico Fogg Records, que compartió el destino del café en 1951. 

Continuó dando cientos de conciertos en toda Polonia y su popularidad como cantante se mantuvo alta. En 1958 fue nuevamente elegido por la audiencia de la Radio Polaca, como el cantante más popular, a 20 años después de recibir el mismo título por primera vez. A lo largo de sus 60 años de carrera, cantó en todos los países de Europa, Brasil, Israel, Ceilán, Nueva Zelanda, Australia, Canadá y los Estados Unidos.

Con información de Yad Vashem.

A continuación, su interpretación de Czekam cię, la versión en polaco de la canción J'attendrai. 


What a Wonderful World - Louis Armstrong / Rod Stewart



sábado, 29 de mayo de 2021

El Mirador Nocturno – Radio / Cecilia Levit presenta: Tributo a Michael Stolowitzky.

 

Michael Stolowitzky: una promesa cumplida

Cecilia Levit produce semanalmente este programa que se emite por Radio Sefarad.

TRIBUTO: HISTORIAS QUE CONSTRUYEN MEMORIA DE LA SHOÁ, CON CECILIA LEVIT – Michael Stolowitzky nació en Varsovia, en 1936, el único hijo de una rica familia judía. Cuando los nazis invadieron Polonia, su padre quedó atrapado en París, adonde había viajado para tratar de arreglar sus asuntos comerciales, dejando a Michael al cuidado de su madre y su devota niñera católica, Gertruda Bablinska. Cuando la madre de Michael sufrió un derrame cerebral, Gertruda le prometió que criaría al niño como si fuera su propio hijo, siempre manteniendo su identidad judía, y lo llevaría a Palestina.

Hacé click en el reproductor para escuchar el programa.


Danny Elfman

Daniel Robert Elfman, más conocido como Danny Elfman, nació en Los Ángeles, Estados Unidos, el 29 de mayo de 1953. Compositor, músico, cantautor y productor discográfico.

El sitio www.dannyelfman.com publicó esta biografía.

Durante más de 30 años, el cuatro veces nominado al Oscar, Danny Elfman, se ha establecido como uno de los compositores cinematográficos más versátiles y consumados de la industria. Ha colaborado con directores como Tim Burton, Gus Van Sant, Sam Raimi, Peter Jackson, Ang Lee, Rob Minkoff, Guillermo del Toro, Brian De Palma, James Ponsoldt y David O 'Russell. Comenzando con su primera banda sonora en Pee- wee's Big Adventure de Tim Burton, Elfman ha compuesto más de 100 películas, entre ellas: Milk (nominada al Oscar),  Good Will Hunting (nominada al Oscar), Big Fish (nominada al Oscar),  Men in Black (nominada al Oscar), Eduardo Manostijeras, Batman, Para morirse, The Nightmare Before Christmas, Alice in Wonderland, Silver Linings Playbook, American Hustle, Justice League, Spiderman, A Simple Plan, Midnight Run, Sommersby, Dolores Claiborne y los documentales de Errol Morris The Unknown Known y Standard Operating Procedure. Más recientemente, ha proporcionado la música para la película de Tim Burton Dumbo para Disney y The Grinch  para Universal, y actualmente está trabajando en la próxima película The Voyage of Dr. Doolittle. (2020), protagonizada por Robert Downey Jr.

Nacido en Los Ángeles, Elfman creció amando la música de cine. Viajó por el mundo cuando era joven, absorbiendo su diversidad musical. Ayudó a fundar la banda Oingo Boingo y llamó la atención de un joven Tim Burton, quien le pidió que escribiera la partitura de Pee-wee's Big Adventure. 34 años después, los dos han forjado una de las colaboraciones entre compositor y director más fructíferas de la historia del cine. Además de su trabajo cinematográfico, Elfman escribió el icónico tema musical de la serie de televisión Los Simpson  y Amas de casa desesperadas.

A continuación, celebramos su cumpleaños, con La suite de la película El joven Manos de Tijeras, en la presentación de Hollywood en Viena 2017.  John Mauceri dirigió al Coro y la Orquesta Sinfónica de Viena. 


Ludwig van Beethoven. Sinfonía Nº 4 en Si Bemol Mayor Op. 60. Jesús López Cobos.

A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 4 en Si Bemol Mayor Op. 60, en la versión de la Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por Jesús López Cobos.

 


viernes, 28 de mayo de 2021

Giovanni Sgambati

 

Giovanni Sgambati nació en Roma, Italia, el 28 de mayo de 1841, y murió en su ciudad, el 14 de diciembre de 1914. Compositor, pianista y director de orquesta italiano.

Recibió su primera educación en Trevi, donde escribió algunas obras, y adquirió experiencia como cantante y director. En 1860 se trasladó a Roma, donde dirigió varias obras de compositores alemanes, rechazada en esa época en Italia. La influencia y la ayuda de Franz Liszt, que desde 1861 se encontraba en Italia, fue una ventaja para él. Entre 1864 y 1865 compuso varias obras. Entre ellas un cuarteto, dos quintetos para piano, un octeto y una obertura. En 1866 dirigió la Sinfonía Dante de Franz Liszt, y conoció la música de Richard Wagner en Múnich, a donde viajó en compañía de su profesor. Junto con Ettore Pinelli fundó el Liceo Musical de Santa Cecilia en Roma, donde ocupó la cátedra desde 1877, y en 1874 con Pinelli y De Sanctis la Sociedad Orquestal Romana dedicada a la difusión de la música sinfónica. En 1870 publicó su primer álbum de canciones. En 1881 su primera sinfonía fue interpretada en el Palazzo del Quirinale. Al año siguiente viajó por primera vez a Inglaterra donde presentó su 1º sinfonía, y un concierto para piano. Regresó a Londres en 1891. En 1901 ofreció en Roma su Misa de Réquiem

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con la Sinfonia Nº 1 Op. 16, en la versión de la Orquesta Sinfónica de Roma, dirigida por Francesco La Vecchia.


jueves, 27 de mayo de 2021

Ivete Sangalo

Ivete Maria Dias de Sangalo nació en Juazeiro, Brasil, el 27 de mayo de 1972. Cantante, instrumentista, actriz y compositora.

El sitio www.cmtv.com.ar publicó esta biografía.

Ivete Maria Dias de Sangalo, nacida el 27 de mayo de 1972, es una cantante brasileña. Nació en el interior de Bahía, en una familia de músicos. Comenzó a cantar cuando todavía era una niña y, aún en el colegio, aprovechaba los recreos para tocar la guitarra. En las fiestas familiares, se encargaba de la percusión. Fue a vivir a Salvador a los diecisiete años, habiendo trabajado como modelo, mas no resistió la pasión por la música, que siempre fue su sueño. Comenzó tocando en pequeños bares, como la mayoría y, en seguida, realizó algunos shows en ciudades del interior de Bahía, llegando a presentarse en Pernambuco. En su ciudad natal, recibió una invitación para abrir el show de Geraldo Azevedo, en el teatro del Centro de Cultura João Gilberto. De regreso a la capital bahiana, fue invitada a participar de una micareta en la ciudad de Moorro do Chapéu, donde conoció al productor Jonga Cunha, fundador de Bloque Eva. Con ello se inicia el reinado de Ivete en Banda Eva, grupo con el que lanzó seis álbumes, vendiendo más de cuatro millones de copias.

En 1992 la artista ganó el trofeo Dorival Caymmi a la mejor intérprete. Su carrera comenzó oficialmente a fines del miércoles de ceniza de 1999, su último carnaval con la Banda Eva. Entre abril, mayo y junio de ese mismo año grabó las 14 canciones que componen su primer disco solista "Ivete Sangalo". Al año siguiente lanzó "Beat Beleza", comenzando una gira nacional por Salvador. A fines de 2001 lanzó su tercer disco "Festa". En agosto de 2003 lanzó su cuarto disco solista, "Clube Carnavalesco, Inocentes em Progresso". En marzo de 2004 grabó un concierto para MTV, editado bajo el nombre "MTV ao vivo" y a fines de 2005 lanzó su disco "As supernovas", para luego, grabar su éxito "Abalou". En Portugal Ivete Sangalo ganó su reputación durante el Rock in Río 2004, y a partir de ahí la cantante comenzó a conquistar Portugal, haciendo conciertos en Lisboa, Madeira, etc. Volvió en Rock in Rio 2006, en el primer día (el más vendido), haciendo cantar junto a ella a más de 100.000 personas. Es considerada la mayor cantante brasileña de la actualidad, tanto en su país natal como en Portugal. Su colaboración en el álbum de Miguel Bosé "Papito", publicado en marzo de 2007 y repleto de colaboraciones de estrellas de carácter mundial, le abrió las puertas del mercado español. En 2007 lanzó su primer single en español, "Si yo no te amase tanto así".

En 2010 grabó un álbum con colaboraciones, titulado "Duetos", en el cual participaron Alejandro Sanz, Alexandre Pires, Roberto Carlos, Marcelo Carmelo, Gilberto Gil, Maria Bethânia y otros. En el mismo año logra llenar un estadio Madison Square Garden, a partir del cual editó un CD+DVD. En dicho concierto cantó "Ahora ya sé", a dúo con Diego Torres.

En 2012 editó "Real fantasia", un álbum compuesto por 12 canciones y 2 bonus track. El corte de difusión es "No brilho desse olhar". Paralelamente salió al mercado el disco "Baladas de Ivete", compuesto por las mejores baladas de su carrera.

El 24 de mayo de 2014 presenta el CD+DVD "Multishow Ao Vivo Ivete Sangalo 20 Anos", grabado en el concierto que la artista dio ante más de 40 mil personas en el estadio Fonte Nova, en Salvador. El domingo 13 de julio cantó en la ceremonia de clausura del Mundial FIFA Brasil 2014 en el estadio Maracaná, compartiendo escenario con Shakira, Carlinhos Brown, Carlos Santana, Alexandre Pires y Wyclef.

A continuación, celebramos su cumpleaños, con 2 canciones: Corazón partío y una selección de temas: Pais Tropical / Arerê / Taj Mahal. 


miércoles, 26 de mayo de 2021

Rubén González

 

Rubén González nació en Santa Clara, Cuba, el 26 de mayo de 1919, y murió en La Habana, Cuba, el 8 de diciembre de 2003. Pianista.

El sitio www.last.fm publicó este recordatorio.

Rubén González

Rubén González (Santa Clara, 26 de mayo de 1919 – La Habana, 8 de diciembre de, 2003) fue un afamado pianista cubano.

Aprendió a tocar el piano en el Conservatorio de Cienfuegos. Estudió medicina, pero abandonó los estudios debido a problemas económicos. En 1943, grabó su primer disco, junto con Arsenio Rodríguez. Pronto se hizo famoso en Cuba y otros lugares de América Latina.

González se retiró a finales de los ochenta, pero comenzó una segunda carrera en 1996 con un disco solista. El año siguiente, el estadounidense Ry Cooder produjo Buena Vista Social Club, álbum en el que aparecían González, Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Omara Portuondo, Elíades Ochoa y otros músicos cubanos. Wim Wenders hizo una película biográfica con el mismo nombre y González y sus colegas alcanzaron la fama mundial.

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con Siboney.


martes, 25 de mayo de 2021

El Mirador Nocturno – Radio / Antonin Dvořák – Romanza para Violín y Orquesta en Fa Menor Op. 11, Canción a la luna, de la ópera Rusalka, Sinfonía Nº 9 en Mi Menor Op. 95, Desde el Nuevo Mundo.

 

Hoy les presento el 4º programa de La Música de Todos Los Tiempos, dedicado a de Antonin Dvořák, con la Romanza para Violín y Orquesta en Fa Menor Op. 11, la Canción a la luna, de la ópera Rusalka, y la Sinfonía Nº 9 en Mi Menor Op. 95, Desde el Nuevo Mundo.

Hacé click en el reproductor para escuchar el programa.



Aldo Clementi

 

Aldo Clementi nació en Catania, Italia, el 25 de mayo de 1925, y murió en Roma, Italia, el 3 de marzo de 2011. Compositor.

El sitio www.bach-cantatas.com publicó este recordatorio.

Aldo Clementi (Compositor)

Nacimiento: 25 de mayo de 1925 - Catania, Sicilia, Italia

Muerte: 3 de marzo de 2011 - Roma, Italia

El compositor italiano Aldo Clementi inició sus estudios de piano a los trece años y recibió su diploma en 1946 bajo la dirección de Giovanna Ferro, alumna de Alfredo Casella. En 1947, Clementi asistió a la clase magistral de piano de Pietro Scarpini en Siena. En 1941, a la edad de dieciséis años comenzó a estudiar composición en Catania, donde más tarde se convirtió en alumno de Alfredo Sangiorgi (alumno de Arnold Schoenberg en Viena en 1922-1923), quien lo introdujo en la técnica de la composición en doce tonos (Catania-Bolzano 1945-1952). De 1952 a 1954 estudió y se graduó en Roma bajo la dirección de Goffredo Petrassi. Asistió a los cursos de Darmstadt de 1955 a 1962. Sus composiciones Tre Studipara orquesta de cámara (1956-1957), Composizione n. 1 para piano (1957) y Triplum (1960) se interpretaron aquí por primera vez.

En 1956 Aldo Clementi conoció a Bruno Maderna, quien lo abrió a horizontes desconocidos, marcando un punto de inflexión decisivo en su pensamiento musical. Asistió al Estudio de Fonología de Milán de 1956 a 1962: esta fue otra etapa fundamentalmente importante en su desarrollo, y fue allí donde compuso Collage 2 (1960), Collage 3 (Dies Irae) (1967) y Collage 4 ( Jesu, meine Freude ) (1979). La primera representación de una de sus obras tuvo lugar en 1947 en Viena (Poesia di Rilke, 1946) con la soprano Lydia Stix y el pianista Erik Werba.

La primera interpretación importante de una pieza de Clementi, tras finalizar sus estudios de composición, fue Cantata, fragmentada por Calderón de la Barca (1954), emitida por la Radio de Hamburgo en 1956 como parte del ciclo Das neue Werk.

En 1959 Aldo Clementi ganó el segundo premio en el concurso ISCM con Episodi (1958) y en 1963 obtuvo el primer premio en el mismo concurso por Sette scene da "Collage" (1961). En 1961, Collage , una obra basada en material visual de Achille Perilli, se presentó en la Accademia Filarmonica Romana de Roma. Su ópera Interludi. Musica per il Mito di Eco e Narciso se representó en 1992 durante el Festival "Orestiadi" en Gibellina y ganó el Premio Abbiati 1992. El Teatro Scala le encargó una nueva ópera, Carillon.

De 1971 a 1992, Aldo Clementi enseñó teoría musical en la Universidad de Bolonia (DAMS). A menudo fue invitado a dar conferencias y cursos de composición.

Durante el año 2005 numerosos conciertos monográficos han celebrado el 80 aniversario del compositor; en particular, la Universidad de Catania (Università degli Studi) ha organizado un congreso internacional sobre la música de Clementi, en cuya ocasión el compositor ha sido galardonado con el laurea honoris causa; durante el Festival Pontino di Musica (Latina) los "Incontri Internazionali di Musica Contemporanea" (Congreso Internacional de Música Contemporánea) le han dedicado dos conciertos monográficos, una mesa redonda y una exposición retrospectiva de su obra gráfica, la primera hasta la fecha. Durante el Festival "Suoni e Colori in Toscana" (Rignano sull'Arno - Firenze) el compositor ha sido galardonado con el premio "Presidente della Repubblica".

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con Madrigale, de 1979, en la versión del Ives Ensemble.


lunes, 24 de mayo de 2021

Hambre, muerte y una habitación para 17 personas: habla un sobreviviente del desconocido gueto judío de Shanghai

El Diario Infobae, en su edición digital publicó este artículo firmado por Hugo Martin. 

HISTORIAS

Hambre, muerte y una habitación para 17

personas: habla un sobreviviente del 

desconocido gueto judío de Shanghai 

Pedro Lievendag, hoy de 86 años, debió huir de Alemania con su familia cuando tenía apenas 6 años. 

El único destino posible para los judíos, entonces, era aquella remota ciudad china. Cuando Japón

entró a la guerra en 1941, fueron confinados al barrio más pobre. Hacinados, con escasa comida y

condiciones sanitarias deplorables, padecieron siete años. Una vez liberados, llegó como ilegal a

nuestro país en 1948

Pedro Lievendag, cuando estaba en el gueto de Shanghai y en su llegada a Buenos Aires
Pedro Lievendag, cuando estaba en el gueto de Shanghai y en su llegada a Buenos Aires


En el 818 de Tong Shan Road, en Shanghai, China, hay una suerte de conventillo. Adentro, en una de las esquinas del laberinto de pasillos, frente a una puerta roja con el número 34, un hombre nacido en Alemania, judío y con acento porteño se detiene por un instante. Golpea tres veces. La puerta se abre. Entra. Es una habitación pequeña, oscura y agobiante. A Pedro Lievendag lo inundan los recuerdos de su infancia. Muchas veces hizo ese viaje en su mente y retrocedió el reloj hasta 1941, cuando llegó a esa ciudad con sus padres y su hermana escapando del horror de los nazis. No tenían opción, contará luego. Allí, agazapada, los aguardaba otra pesadilla: el gueto judío de Shanghai. Pequeño en escala y espanto comparado con las atrocidades que vivían los judíos en sitios mucho peores en Europa. Y por eso mismo, mucho más desconocido. La cámara del documental que grabó su hija hace 17 años (y se llama como la dirección del vecindario) sigue su mirada por esa casa que no eligió. Un minúsculo ambiente donde convivió junto a 17 personas.

Ahora es 2021. Pedro habla con Infobae y vuelve a recorrer los 8517 kilómetros que hizo entre Hamburgo, donde nació, y esa ciudad de Oriente. Cuenta la crueldad de la guerra y el estigma del racismo, pero nunca lo hace como una víctima. Que lo fue: sobrevivió a los nazis; sobrevivió al exilio; sobrevivió a la ocupación japonesa en China cuando llegó a Shanghai y a la entrada de los nipones a la guerra como aliados de Alemania; sobrevivió al rechazo que soportaron los judíos cuando ningún país los quería recibir; sobrevivió a su llegada a la Argentina como un polizón, sin papeles; y, de yapa, el año pasado sobrevivió al COVID-19. De tanto sobrevivir, Pedro se recibió de experto, con medalla de oro, en eso que llamamos Vida.

Pedro, de pequeño en Hamburgo, con sus padres Siefred y Adele
Pedro, de pequeño en Hamburgo, con sus padres Siefred y Adele

Días antes de ese retorno a Shanghai, en esa gira de recuerdos junto a su hija, había vuelto a su ciudad natal, Hamburgo, invitado por el gobierno local a pasar una semana allí. Como él, viajaron judíos de muchas partes del mundo. En la filmación, y mientras prepara la valija en forma metódica, advierte un poco irónico: “No es que tenga manía con estas cosas. Simplemente, soy alemán”.

Una vez en Alemania, otros fueron los sentimientos que dejó aflorar. “Mis recuerdos de Hamburgo eran vagos. Mi infancia debe haber sido muy bonita. Pero por otro lado, como judíos no podíamos sentarnos en cualquier banco ni lugar a partir de cierta fecha”. Llegó, en esa oportunidad, a otra puerta en la calle Gottschestrabe 18, la casa donde nació y vivió en su niñez. Sabía que el edificio de cuatro pisos había sido destruido durante la guerra y reconstruido en lo que se llamó “El Milagro Alemán”. Se paró frente al timbre, pero algo lo detuvo. “No tenía ganas de entrar”, dijo. Y se marchó. Sí quiso ver la casa de su abuela Minna, cerca de allí. Tocó el timbre y al señor que lo atendió le explicó quién era, que allí habían vivido sus abuelos y si podía pasar un momento. “La respuesta fue típicamente alemana: ‘Nein (no)”, dijo con resignación mientras caminaba hacia su hotel.

Una captura del documental Tongshan Road 818: Pedro muestra una foto de la casa de su abuela y cómo es ahora en Hamburgo
Una captura del documental Tongshan Road 818: Pedro muestra una foto de la casa de su abuela y cómo es ahora en Hamburgo

Sí pudo recorrer el cementerio judío (Jüdischer Friedhof Ohlsdorf) donde reposan los restos de sus abuelos y la sinagoga donde rezaban. “Fue quemada en la Noche de los Cristales, mi abuelo Hartog entró corriendo para salvar su talit y libros de rezos. Pocos días después falleció, no se si fue suicidio o muerte natural… Creo que al irme de ahí volví a mirar a Hamburgo con menos odio, con más comprensión”, asegura.

“Hamburgo tenía unos 17 mil judíos en 1933, poco después de la llegada del nazismo al poder. Era, en ese momento, la ciudad con mejor nivel de vida de Alemania -repasa Pedro-. Yo nací en 1935. Y nos quedamos con mi familia hasta 1941. Fuimos de los últimos mil judíos que pudimos salir de Alemania. Mi familia se quedó hasta último momento porque por el lado paterno eran holandeses, y del materno, checoslovacos. Pensaban que por ese motivo tendrían un resguardo especial. Quedarnos fue lo peor que nos podía haber pasado”.

Pedro Lievendag con su hermana Úrsula
Pedro Lievendag con su hermana Úrsula

El tiempo de la persecución nazi lo tiene grabado. “No quiero hacer una larga historia. Mi padre, Siegbert, se escondió hábilmente de la Gestapo. Iba de un lado a otro en tren. Una vez, la Gestapo vino a casa y mi madre, Adele, les dijo que no sabía dónde estaba. En el ínterin metieron presa en una cárcel nazi a mi hermana Úrsula, que tenia 10 años mas que yo, sólo por salir a navegar con amigos que no eran no judíos. Consideraban que ella, como judía, manchaba a los arios con su presencia. ¡Mi hermana tenía 14 años! La historia la escribió un sobrino mío. Mi hermana y ellos viven en Estados Unidos, decía que a un país fascista ella no iba. El único boludo que vino para acá fui yo”, dice y se ríe fuerte.

Después de tres semanas, su hermana salió de la cárcel. La familia pensó que era un buen momento para decirle adiós a Alemania. Para que los autorizaran a viajar, el padre tuvo que ir a la Gestapo. “Llevó, en una cajita, las medallas que había ganado combatiendo por Alemania en la Primera Guerra Mundial: una cruz de hierro y otra de plata. Estaba considerado un héroe: fue herido y gaseado 5 veces. Y se salvó. Cuando le mostró las condecoraciones al nazi que lo atendió, éste le preguntó en que batalla las habia ganado. Había sido en Somme y en Verdún, las batallas más terribles. Tuvo la suerte que el nazi también había estado en ellas. Y le dijo ‘Salí en siete días, tomátelas y hacemos de cuenta que yo no te vi. Sos un judío de mierda pero me doy cuenta que fuiste un gran soldado’”, recuerda Pedro aquella brutal despedida.

Las cruces de Hierro y Plata que mostró el padre de Pedro a la Gestapo. Era una héroe de la Primera Guerra Mundial y eso les permitió salir de Alemania (Captura de Tongshan Road 818)
Las cruces de Hierro y Plata que mostró el padre de Pedro a la Gestapo. Era una héroe de la Primera Guerra Mundial y eso les permitió salir de Alemania (Captura de Tongshan Road 818)

Partieron de Hamburgo a principios de enero de 1941. Primero tomaron un tren a Berlín. Y allí, en pleno invierno, subieron a un vuelo rumbo a Moscú. Pero a cada paso había un obstáculo que sortear. “Era tal la tormenta de nieve que nos tuvimos que desviar. Llegamos al día siguiente en otro vuelo. Cuando pisamos Moscú, a mi padre le dijeron que sabían que los judíos tenían dinero. Lo obligaron a dárselos y pudimos pasar. En Moscú tomamos el Transiberiano y llegamos a Haarbin. En el tren cumplí mis seis años. Era el invierno más jodido de los últimos 15 años. Hacía 40 grados bajo cero… Eso no se te borra jamás. Yo estaba en pantalón corto, y mi padre me enseñaba que no tenía que pishar al aire libre porque se podía congelar”, vuelve a reír.

-¿Por qué viajaron tan lejos, a Shanghai?

-Porque para los judíos sólo estaba abierta esa ciudad. Era el único sitio del mundo donde no nos pedían documentos ni visa. Todos los demás países, que después se alababan de ser amigos de los judios de Alemania, no nos dejaban. El primero que cerró sus puertas fue Estados Unidos, con las famosas cuotas. A mi que no me cuentan historias porque las conozco. Y que no me cuenten de Argentina tampoco, porque tuve que entrar al país en forma clandestina. Llegué al Tigre el 15 de enero de 1948 a las 4 de la mañana en una lancha. Justo para mi cumpleaños número 13, mi Bar Mitzva.

Una imagen del Gueto judío (Captura de Tongshan Road 818)
Una imagen del Gueto judío (Captura de Tongshan Road 818)

A Shanghai arribaron “el 2 o 3 de febrero, un mes después”, fuerza la memoria. Aunque la primera impresión fue sentir que se habían salvado, el cambio cultural fue brutal: “Papá me dijo ‘Pedro, en este lugar más de siete días no aguantamos’. Tenía razón en el siete nomás, porque nos quedamos siete años”.

Shanghai era un “puerto libre” para los judíos que huían de los nazis. Tenía fama de ser una ciudad insalubre y peligrosa. Existía una élite de comerciantes británicos y norteamericanos. Se instalaron allí unos 4 mil judíos rusos y más de 17 mil de judíos alemanes y austríacos. La mayor parte de ellos vivían hacinados. Los más pobres directamente en barracas. Las secuelas de la guerra entre China y Japón -que había destruido barrios enteros- les dió una oportunidad para prosperar.

Pedro Lievendag con sus amigos del Gueto de Shanghai. Sólo él vive en la actualidad. Pero le dejó amigos para siempre.
Pedro Lievendag con sus amigos del Gueto de Shanghai. Sólo él vive en la actualidad. Pero le dejó amigos para siempre.

Los refugiados solían reunirse en el Café Louis, un sitio manejado por la familia Eisfelder, que habían llegado en 1938. Pronto comenzaron a establecerse pequeñas fábricas, muchos trabajaron como médicos y profesores. Y otros, como arquitectos o constructores del barrio Hongkew, donde se estableció la mayoría. Tal movimiento comercial hizo que un área fuese conocida como Little Vienna.

“En Shanghai, mi papá y otro inmigrante compraron una casa que alquilaban a terceros. Hasta finales del ’41 vivimos fuera del gueto, no existía el gueto. Mucho no me acuerdo, pero estábamos bien. Iba al colegio, no recuerdo a cual, sí que lo odiaba. Era un colegio de inmigrantes europeos, de centro Europa, de Hungría, Alemania, Austria, Polonia, de todas partes”.

Pedro, recién llegado a la Argentina
Pedro, recién llegado a la Argentina

Hongkew se hallaba en una zona dominada por Japón, que catalogó a los judíos como “refugiados apátridas”. “Con los chinos que vivían allí, la relación era muy buena. Pero cuando el 7 de diciembre del 41 los japoneses entraron en la guerra al atacar Pearl Harbor, nuestra situación cambió. Y nos obligaron a ir al gueto. La verdad, creo que lo hicieron porque eran aliados de los alemanes. No tenían interés, pero algo tenían que hacer con nosotros. Sin embargo, ni ellos ni los chinos conocían la palabra antisemitismo. Inclusive, los nazis mandaron un capo de las SS a Shanghai en 1943 y para convencerlos que podían poner una cámara de gas y así terminar con el problema de tener que alimentarnos. Los japoneses se opusieron, porque pensaron que algún día eso les podía jugar en contra”, cuenta.

El gueto fue constituido en un sector de dicho barrio. “Éramos unos 22 mil judíos hacinados en el sector más pobre de de Hongkew. Por una vez, nuestra familia tuvo suerte. Como entregamos nuestra casa, nos dieron una vivienda con inodoro, que tenía que alcanzar para los 17 que estábamos ahí. En realidad, era una habitación chica. A mi edad no me molestaba. Dormía en un catre militar que desarmaba a la mañana para que hubiera más lugar. No sabía lo que era un colchón. Había gente que vivía de a 200 en una habitación enorme. La única división entre ellas era con ropa colgada. Y sin embargo nacían chicos, moría gente… Pero no tenían un inodoro como nosotros. La mayor parte de la gente se las arreglaban con un tacho que a la mañana vaciaban en un carro que pasaba por la calle y al grito de ‘¡morá morá!’ llevaba todo eso para usarlo como abono en el campo. Pero en invierno, uno se despertaba con los gritos de dos carros: el de los excrementos y el que se llevaba a los muertos por el frío que pasaban por las noches…”. La memoria de Pedro, en este punto, se ensombrece.

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Trailer del documental Tongshan Road 818, de Marlene Lievendag, la hija de Pedro


Uno de los peores momentos, dice, fue cuando escuchó discutir a sus padres: “Para sobrevivir, papá tuvo que vender las alianzas del casamiento con mi madre”. El otro episodio, ominoso, no tendría retorno: “Fue ver fallecer a mi tío en las calles de Shanghai. En su desesperación, le robó comida a otro judío. Lo apalearon, lo metieron preso en la prisión de los judíos y murió en plena calle, vestido con un traje hecho con bolsas de harina”.

Las condiciones sanitarias del gueto eran deplorables. A los 8 años, Pedro enfermó de tifus. “Debo haber tomado agua en mal estado. Vivíamos con picaduras en las piernas porque había alacranes, una especie de ciempiés venenosos… Cuando tuve tifus me atendieron en el hospital del gueto. Estuve un mes y cuando salí no podía ni caminar. Por eso en Buenos Aires, a los 16, tuve tuberculosis. Lo mismo le pasó a mi hermana. Pero ella, pobre, la pasó mucho peor, porque ya vivía como grande todos los problemas”.

Pedro y su hija Marlene en Shanghai hace 17 años
Pedro y su hija Marlene en Shanghai hace 17 años

“En el gueto no la pasamos bien. Pero el ser humano se acostumbra a todo. Los japoneses nos daban una comida de mierda. Era mijo cocido en aceite rancio y no se que otra cosa. Si no querías comer, no comías. Pero al cuarto día te juro que comías eso o cualquier cosa. Pasamos hambre. El resto del tiempo era ir al colegio, que estaba afuera y era el único lugar al que dejaban salir. Hasta que mi padre se encontró con mi profesora en la calle y le preguntó qué tal iba yo en el colegio. ‘¿qué hijo? Hace meses que no aparece’, le respondió. ¡Sabes la paliza que me dio! Así que mi viejo averiguó en qué colegio le pegaban más a los alumnos. Y entré a un colegio de curas franciscanos misioneros que estaba dentro del gueto. Me anotó y fui por un año y medio. Cada dos días, algo ligaba… Si lo escribís no te lo creen: 7.20 hacías cola para entrar. Pasaba el cura y si no estabas bien parado, te daba una bofetada. Al segundo día te parabas bien. Y en el aula tenían un bambú y con eso te pegaban en la mano... ¡Y si llorabas, te pegaban otra vez hasta que parabas! Pero así y todo, estábamos mil veces mejor que en el gueto de Varsovia”, relata.

Algo que los japoneses no les impidieron a los judíos del gueto fue profesar libremente su religión. “No estaba prohibido. Una vez di testimonio acá en un templo de Buenos Aires, y una persona me preguntó si podíamos festejar los días sagrados judíos. Y le respondí que sí. Especialmente el Yom Kippur, porque ese día no comemos ni bebemos por 24 horas”, sonríe.

La dirección del condominio donde vivía dentro del Gueto de Shanghai (captura de Tongshan Road 818)
La dirección del condominio donde vivía dentro del Gueto de Shanghai (captura de Tongshan Road 818)

Sin embargo, aún desde el fondo de aquellos años aciagos, Pedro logra rescatar lo positivo. “En el gueto hice amistades por el resto de mi vida. El momento más feliz era cuando volvía de la escuela y me reunía con ellos para jugar. Tengo una foto donde somos 8 o 9 pibes. Soy el único sobreviviente. Uno de ellos fue un íntimo amigo mío durante 70 años: Pedro Halevy. Nació el 9 de enero de 1935 en Austria. Era estudioso, tocaba el piano, tenía buenos modales. Se fue a vivir a Israel... Otro era Wolfie Gottel, que vivía en Chile y nos encontrábamos todos los meses en un restaurante chino”.

No fue la única sorpresa: “Después de estar en Buenos Aires unos años, trabajando en el cuero, yo iba a almorzar a un restaurante céntrico donde comían los jóvenes que se dedicaban a la exportación. Un tipo se sentó al lado mío, lo miré un poco y le dije: ‘Vos viviste en Shanghai’. Se quedó: ‘Si… vos y yo fuimos al mismo colegio. Te digo algo, a vos te fajaban todos los dias, a mi dia por medio’, Hicimos una amistad muy linda. Era un italiano que había estado en un gueto en Shintao, otra ciudad de China, que era mucho más bravo que el nuestro. Porque los italianos ya habían salido de la guerra y el padre tenía una flota de barcos que no quería entregar a los japoneses”.

Aquí se hacinaban 22 mil judíos en la ciudad china (captura de Tongshan Road 818)
Aquí se hacinaban 22 mil judíos en la ciudad china (captura de Tongshan Road 818)

La rendición total de los nazis entre el 7 y el 9 de mayo de 1945 los ilusionó. Pero el conflicto, en el Lejano Oriente, duró hasta el 15 de agosto de ese año, cuando Japón capituló y, ahí sí, finalizó la Segunda Guerra Mundial. Los Lievendag, en ese momento, se podrían haber ido de China. Pero no lo hicieron. Pedro explica que siguieron viviendo ahí por una simple razón: “No teníamos dónde ir. No teníamos un mango. Al final salimos porque estaba llegando Mao y no teníamos ganas de estar cuando entrara a Shanghai. Yo digo que ser comunista a los 18 es aceptable. Pero ser comunista después de los 25... hay que ser boludo, eh. Igual salimos sin problemas de China. Nos podíamos llevar lo que quisiéramos. Igual no teníamos nada. ¿Qué podés tener después de vivir cinco años en un gueto? Con suerte una pelota de trapo”.

Después de todo lo que vivió, Pedro lamenta una cosa de su paso por Shanghai: “¡No aprendí chino! Fue por gil, nomás, jaja. Pero hablaba bastante bien el japonés y lo escribía. Es más fácil que el chino, y además era obligatorio. Ahora recuerdo frases. Cuando veo japoneses se las digo y se ríen”.

Pedro ante la puerta número 23. Allí vivió en un lugar minúsculo junto a 17 personas. (Captura de Tongshan Road)
Pedro ante la puerta número 23. Allí vivió en un lugar minúsculo junto a 17 personas. (Captura de Tongshan Road)

El otro problema que enfrentaban los Lievendag era la falta de documentación. Pero con el fin del conflicto, para quienes habían sufrido tanto la situación se contempló. “Cuando terminó la guerra no teníamos papeles para irnos. Después nos mandaron unos para emigrar a Australia. Ahí teníamos primos con mucha plata, hablábamos inglés y podíamos entrar libremente como judíos. En vez de eso mi madre eligió venir a la Argentina porque su mamá ya vivía acá. Mi abuela vino en 1940 siguiendo, a su vez, a su hermana. No podíamos entrar libres, no sabíamos el idioma y los parientes eran buena gente... pero no tan buenos”.

De Shanghai viajaron en 1947 a los Estados Unidos en barco. Los norteamericanos les dieron una carta donde demostraban que eran personas desplazadas. La primera escala fue en Honolulu, Hawai. “Ahí vi un árbol por primera vez, porque en el gueto no había, y de Hamburgo no recordaba nada. Los yanquis nos recibieron con regalos, pero no teníamos ni ropa”, cuenta Pedro.

Pedro Lievendag en el balneario Atlántida junto a su esposa Emia Marta Krom y sus cuatro hijos
Pedro Lievendag en el balneario Atlántida junto a su esposa Emia Marta Krom y sus cuatro hijos

También en los Estados Unidos, asegura, se podrían haber quedado. Pero su madre insistió con viajar a nuestro país. “En esa decisión intervinieron cosas hasta psicológicas, en fin… Mi hermana, que con mi papá trabajaron un tiempo para el ejército norteamericano, se quedó”.

Finalmente, como contó, el 15 de enero de 1948 llegaron a la Argentina en una bote a vela desde Carmelo, Uruguay, como ilegales. “Desde el Tigre al centro nos acompañó un contrabandista, porque no sabíamos hablar español. Nos tomamos el 60 y después otro colectivo a la casa de mi abuela, que vivía en la calle Cochabamba. Encontramos vivienda en la casa de mi tía, nos dejaron en la parte de servicio. A mis padres no les molestaba porque eran más educados que yo, pero le dije a mi viejo ‘el año que viene no me pidas que estudie, yo quiero hacer plata y que nos mudemos de acá’”.

con Verónica Bontha, su pareja desde hace 37 años, en el pueblo de la entonces Checoslovaquia donde nació su madre, Adele
con Verónica Bontha, su pareja desde hace 37 años, en el pueblo de la entonces Checoslovaquia donde nació su madre, Adele

El primer trabajo que consiguió fue en una fábrica textil de Villa Lynch, en el turno de 12 de la noche a 6 de la mañana. “Qué no hice después, hasta contrabandeaba cigarrillos… Un día, a mis 19 años, un pariente me dijo que una empresa de exportación de cueros buscaba gente joven con idiomas. Yo tenía un perfecto alemán e inglés. El dueño me preguntó cuánto quería ganar, le dije y me tomó. ¡El triple le tendría que haber pedido!”

Su vida continuó ligada a la industria del cuero. Se casó a los 23 años con “una mujer maravillosa, Emia Marta Krom, Meneka, abogada y profesora de la facultad de Derecho, porque antes no me alcanzaba la guita”. Como si no hubiera pasado por suficientes pruebas, a los 48 años enviudó. Tenía 4 hijos. Pero a Pedro la vida siempre le dió una mano más: “A los pocos meses me presentaron a otra persona maravillosa, y nos enganchamos los dos. Nunca nos casamos, pero hace 37 años que estoy junto a Verónica Bontha”. Hoy tiene 7 hijos y 16 nietos.

Pedro con toda su familia en su cumpleaños número 80
Pedro con toda su familia en su cumpleaños número 80

Después de tantas peripecias, Pedro Lievendag, a los 86, cuenta que piensa escribir un libro, “y te lo voy a vender barato a vos”, bromea. Este hombre se empecinó cada segundo de su existencia en ver la mitad del vaso lleno. “Una vez, en una charla en una escuela, un chico me preguntó cómo podía hablar del Holocausto con una sonrisa. Y le dije que no hablaba del Holocausto, sino de lo que pasaba un chico de 10 años, con las cosas alegres y las muchas tristes que sucedían”. Pedro bien podría haber inspirado a Roberto Benini y su film La vida es bella, o anticipado aquella famosa frase de Héctor Alterio en Caballos Salvajes: “¡La puta que vale la pena estar vivo!”. Él, por supuesto, tiene la suya: “La vida sigue, no se detiene solamente en la tristeza”.

Fotografías gentileza del Museo del Holocausto de Buenos Aires