jueves, 13 de octubre de 2011

Dia de la Madre

De chico en la escuela me enseñaron muchas poesías, entre ellas una que en particular me emocionaba mucho y lo sigue haciendo. En sus primeros versos decía: Ven para acá, me dijo dulcemente mi madre... de Olegario Víctor Andrade.

Con el tiempo me fueron llegando muchas otras canciones y textos referidos a las madres.

Recuerdo "Maternidad" de José Pedroni, "La silla vacía" de Evaristo Carriego y muchas mas.


En esta oportunidad elegí para compartir un soneto y una canción de Joan Manuel Serrat y un texto que rescate de un libro de Claudio María Domínguez.


Soneto a Mamá

No es que no vuelva, porque me he olvidado

de tu olor a tomillo y a cocina.

De lejos, dicen que se ve más claro,

que no es igual quién anda y quién camina.

Y supe que el amor tiene ojos verdes,

que cuatro palos tiene la baraja,

que nunca vuelve aquello que se pierde

y la marea sube y luego baja.

Supe que lo sencillo no es lo necio,

que no hay que confundir valor y precio,

y un manjar puede ser cualquier bocado

si el horizonte es luz y el rumbo un beso.

No es que no vuelva porque me he olvidado:

es que perdí el camino de regreso, Mamá...

Aquí, Joan Manuel Serrat en TVE 1974 cantando De Parto



Para completar este homenaje al Día de la Madre, un texto titulado Angeles, del libro Un collar de maravillas con prólogo y selección de Claudio María Domínguez.

Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer le dijo un día a Dios:

Me dicen que me vas a enviar muy pronto a la tierra, pero ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?

Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te estará esperando. El te cuidará.

Pero, dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.

Tu ángel te cantará y te sonreirá todos los días, y tú sentirás mucho amor y serás feliz.

¿Y cómo voy a entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?

Tu ángel te dirá las palabras más dulces y tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.

¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?

Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.

He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?

Tu ángel te defenderá, incluso a costa de su vida.

Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor.

Tu ángel te hablará siempre de Mí y te enseñará a descubrir que Yo siempre estaré a tu lado.

En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, y ya se oían voces terrestres.

Entonces el niño dijo suavemente:

Dios mío, ya me voy…dime su nombre, ¿Cómo se llamará mi ángel?

Su nombre no importa. Tú le dirás mamá.


Feliz día Mamá.

Leonardo Liberman