“Un evento musical, cultural y religioso único” en el Colón para evocar el abrazo de las 3 religiones
En mayo de 2014, tres argentinos, un rabino, un líder musulmán y el papa Francisco se abrazaron en Jerusalén. “No es chauvinismo, sino algo que nos debe comprometer ante el mundo”, dijo Sergio Rubin, organizador del acto
"Si bien existe toda una doctrina filosófica ética laica, que permite justificar la conveniencia de hacer el Bien sin acudir a la Providencia, es mi convencimiento que sin la guía del Dios único el mundo seguirá como va", fue el impactante mensaje de Mario Morando, presidente de la Fundación Banco Ciudad, co-organizadora del acto, junto con el suplemento Valores Religiosos (diario Clarín), cuyo editor es Sergio Rubin.
En nuestra sociedad posmoderna y descreída, es poco habitual que alguien se exprese de esta manera. El liderazgo político en particular considera demodé siquiera nombrar a Dios.
"El liberalismo -seguía diciendo el mensaje de Morando, leído en el intervalo del concierto que tuvo lugar en la noche del lunes 5 en el Teatro Colón- acude al egoísmo como motor, y el comunismo termina siempre en una dictadura de la uniformidad. Por eso desde la Fundación Banco Ciudad hemos generado este espacio de encuentro para simbolizar la unión de las diferentes culturas, y al hacerlo, inducir a que todos los seres de buena voluntad olviden sus diferencias doctrinarias, se tomen de la mano y caminen juntos. Simplemente los espera el Paraíso Terrenal".
"A 3 años de un gesto histórico protagonizado por tres argentinos, y no es chauvinismo señalarlo, sino algo que nos compromete ante la humanidad; evocamos ese abrazo que dio la vuelta al mundo", dijo Sergio Rubin, periodista y coautor, junto con Francesca Ambrogetti, de El Jesuita (2010), la entrevista-biografía del entonces todavía cardenal Jorge Bergoglio, libro que es referencia obligada de todo el que quiera asomarse a la vida del actual papa Francisco.
En palabras del presidente del Banco Ciudad, Javier Ortiz Batalla, leídas por Rubin, "Abracemos Juntos un Mundo Mejor" fue concebido como "un evento musical, cultural y religioso único", organizado con "la firme convicción de que la diversidad fortalece las relaciones culturales de los hombres". "Hoy, y como preludio de este siglo que se presenta lleno de oportunidades para todos quienes pretendan enarbolar los valores de sacrificio, esfuerzo y tolerancia de nuestros primeros inmigrantes, les proponemos este abrazo cultural por un mundo mejor", concluía el mensaje.
En el intervalo, dos de los protagonistas de aquel gesto ("no pudimos traer al Papa", bromeó Rubín), el rabino Abraham Skorka y el dirigente musulmán Omar Abboud, subieron al escenario, escoltados por el padre Guillermo Marcó, cofundador y presidente del Instituto de Diálogo Interreligioso.
"Se puede rezar de muchas formas, la más común es con la palabra", dijo el rabino Skorka tras citar a David en los Salmos ("con todos mis huesos he de rezar"). Se puede rezar con los pies, como lo hicieron los líderes religiosos que marchaban por los derechos en los Estados Unidos, ejemplificó. En la misma línea queda "ese momento en que nos abrazamos en Israel", dijo. "Un judío, un musulmán y un cristiano católico se confundieron en un abrazo junto al muro que resguarda uno de los lugares más sagrados para los judíos, donde acontecieron los últimos momentos de la vida de Jesús y donde el profeta Mahoma ascendió a alas alturas", describió.
"Queda esa imagen como nuestro clamor para una Humanidad que no siempre sabe de paz, que no siempre obra con la paz", agregó. Y exhortó: "Empecemos a trabajar juntos para alcanzar una humanidad en paz que es la forma más genuina de adorar a Dios".
A su turno, Omar Abboud señaló: "La pregunta que siempre me hice es:¿qué es más sagrado, el sepulcro, el muro, la mezquita? Lo más sagrado es la vida". "Celebrando los tres años de aquel abrazo -dijo-, pedimos a Dios que ese gesto se multiplique y, en este mes de Ramadán en que se abren las puertas del cielo, que éstas se abran para todos y podemos crear un mundo mejor".
El padre Marcó recordó que el sueño de ese abrazo concretado en 2014, se gestó hace 15 años en Buenos Aires cuando, en tiempos del arzobispado de Jorge Bergoglio, se creó el Instituto para el Diálogo Interreligioso y exhortó a cada uno de los presentes a volverse "embajadores" de esta causa.
Los 17 músicos de la Orquesta Arabe Judía -jóvenes de entre 16 y 28 años, judíos, musulmanes, drusos y cristianos- dieron un concierto de temas regionales, con la inclusión de una versión bilingüe de Alfonsina y el mar (de Ariel Ramírez). Diversidad religiosa e instrumental es el rasgo de esta orquesta: con un coro vocal, piano, cuerdas (un violín occidental y uno oriental, y un oud), flautas, acordeón y dos percusionistas que descollaron, impecable nivel y ejecución, bajo la dirección del profesor Taiseer Elías.
Le siguió Manuel Pennisi, un joven compositor e intérprete no vidente, que junto al Sexteto Folklórico interpretó tres temas de nuestro folklore, y para el cierre se le sumaron los coros del Ministerio de Educación de la Ciudad en la interpretación de la Misa Criolla de Ariel Ramírez.
Más de 150 personas sobre el escenario, con la dirección del maestroHernán Sánchez Arteaga, con perfecta coordinación, ejecutaron el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus y el Agnus Dei, siempre con la voz de Pennisi.
VIDEO: El Gloria (Misa Criolla), por Nahuel Pennisi, el Sexteto Floklórico y los coros del Ministerio de Educación de la Ciudad, dirigidos por Hernán Sánchez Arteaga. (IMPORTANTE: El concierto completo podrá verse a partir del 1º de julio en Internet, en la web de la Fundación Banco Ciudad)