Wilhelm Hosenfeld nació en Mackenzell, población cercana a Fulda, Alemania el 2 de mayo de 1895 y falleció en Stalingrado, Rusia el 13 de agosto de 1952. Fue profesor en su juventud, luego oficial alemán de la Wehrmacht en la Segunda Guerra Mundial que alcanzó el rango de capitán al final de la guerra.
Ayudó a rescatar y esconder a polacos, incluyendo judíos, en la Polonia ocupada por los nazis. Salió del anonimato gracias a la novela autobiográfica del músico polaco Władysław Szpilman (El pianista del gueto de Varsovia), popularizada por la película de Roman Polański El pianista.
Tras finalizar su formación pedagógica, participó en la I Guerra Mundial, desde 1914, en la infantería. Retornó en 1917, herido de gravedad.
A partir de 1918 trabajó como maestro rural, animado de un fuerte compromiso social y cristiano, primero en la comunidad de Biebergemünd en el Spessart, más adelante en Thalau, pequeña población cercana a Fulda in der Rhön.
En 1920 se casó con Annemarie Krummacher, hija de uno de los pintores de Worpswede. Con ella tuvo cinco hijos; todos ellos terminaron trabajando en profesiones médicas.
Convocado a filas en agosto de 1939 y tuvo como destino Polonia desde mediados de septiembre de 1939 hasta su captura por el ejército soviético el 17 de enero de 1945.
Su primer destino fue Pabianice, donde estuvo encargado de la construcción y dirección de un campo de prisioneros de guerra. Su siguiente destino, a partir de diciembre de 1939, fue Wegrów, donde permaneció hasta que su batallón fue enviado a Jadów a finales de mayo de 1940.
Finalmente fue destinado a Varsovia en julio de 1940, donde pasó el resto de la guerra asignado, en su mayor parte, al Wachbataillon 660, Batallón de guardia, donde ocupó el cargo de oficial de administración y de deportes.
Aunque era miembro del partido nazi desde 1935, Hosenfeld fue desencantándose del partido y sus dirigentes conforme pasaba el tiempo: ya en Alemania y, especialmente, cuando vio la forma en la que eran tratados los polacos. Él y otros compañeros oficiales sentían simpatía por el pueblo de la Polonia ocupada.
Avergonzado de lo que sus compatriotas estaban haciendo, se ofrecieron a quienes necesitaban su ayuda cuando fue posible.
Hosenfeld entabló amistad con numerosos polacos e incluso se esforzó en aprender su lengua. También, como cristiano, acudía a los oficios religiosos y comulgaba, a pesar de que esto estaba prohibido.
Sus actos en favor de los polacos comenzaron ya en el otoño de 1939 cuando, en contra del reglamento, permitió que los prisioneros de guerra polacos tuvieran acceso a sus familias e incluso logró la liberación anticipada de uno de ellos.
Durante su etapa en Varsovia utilizó su cargo para dar refugio a personas que estaban en peligro de ser arrestadas por la Gestapo, independientemente de su procedencia, incluso llegó a dar cobijo a un alemán perseguido.
Solía ayudarles consiguiéndoles los papeles adecuados para trabajar en el centro deportivo que estaba a su cargo, a veces dándoles empleo bajo nombres falsos.
El 17 de noviembre de 1944 en Varsovia, en una casona abandonada que estaba siendo acondicionada para convertirse en el cuartel general de las fuerzas de ocupación, Wilm Hosenfeld encontró a Władysław Szpilman, que se había construido un escondite en la buhardilla.
Władysław Szpilman |
El oficial pidió al pianista probar su condición de músico y Szpilman, con las manos aún entumecidas, tocó un fragmento de "Ballada No. 1 Sol Menor" de Chopin.
Un momento de la película El Pianista |
Poster de la película El Pianista |
Hosenfeld le ayudó a mejorar su escondite y le proveyó de comida durante un mes, envuelta en papel de periódico que daba noticias de la pronta caída de Alemania.
Con posterioridad Hosenfeld fue capturado por los soviéticos en Błonie, una pequeña ciudad a unos 30 kilómetros al oeste de Varsovia, junto con los hombres de la compañía que comandaba.
Fue sentenciado a 25 años de trabajos forzados por supuestos crímenes de guerra, acusación sustentada únicamente por su pertenencia al Ejército. Fue internado en un campo de concentración soviético: primero fue interrogado duramente en Minsk; tras seis meses de tortura y régimen de aislamiento su salud se quebrantó gravemente: sufrió el primer accidente cerebro-vascular.
Sin probarle ningún delito fue condenado a 25 años de trabajos forzados. En varias ocasiones intentó ser deportado a Polonia. A pesar de las numerosas peticiones de liberación realizadas en su favor, entre otros por las personas que había salvado, los soviéticos se negaron a admitir que no estaba involucrado en crímenes de guerra. Falleció en el campo de concentración soviético de Stalingrado, hemipléjico y agotado, tras un grave y largo deterioro de su salud, el 13 de agosto de 1952, poco antes de las 10 de la noche, por una rotura de la aorta torácica.
En octubre de 2007 el presidente de Polonia concedió a Wilm Hosenfeld la Cruz de Comandante de la Orden Polonia Restituta o Krzyż Komandorski Orderu Odrodzenia Polski.
El hijo de Władysław Szpilman, Andrzej Szpilman, solicitó a Yad Vashem que reconociera a Wilm Hosenfeld como Justo entre las Naciones, un título que se concede a los no judíos que arriesgaron su vida por salvar a los judíos.
El 25 de noviembre de 2008 se produjo dicho reconocimiento. Israel honró la figura de Hosenfeld el 19 de junio de 2009 en una ceremonia celebrada en Berlín. Hosenfeld se convertía así en uno de los pocos militares alemanes que participaron en la II Guerra Mundial en recibir el título de "Justo entre las Naciones".
Los hijos de Hosenfeld y Szpilman asistieron a la ceremonia. "Somos conscientes de que este es el mayor honor con que el Estado de Israel reconoce a los no judíos", declaró el hijo del capitán alemán, Detlev Hosenfeld.
Por su parte, Andrzej Szpilman manifestó entonces que Hosenfeld "ayudó a mucha gente distinta al principio de la guerra, independientemente de su origen, religión o raza".
Władysław Szpilman y Andrzej Szpilman |
El embajador adjunto de Israel en Berlín, Ilan Mor sostuvo "El salvador de la vida de judíos al que honramos muestra que hubo gente de uniforme, incluso bajo la dictadura y el terror, que defendieron la humanidad y la compasión".
Gracias a las memorias de Władysław Szpilman, Wilm Hosenfeld fue identificado. De esta forma se comprobó su labor humanitaria de salvación de numerosas personas perseguidas por los nazis en Polonia. Con sus diarios y cartas se publicó un voluminoso libro que retrata esta personalidad.
La agencia de noticias Reuters, en un despacho fechado en Berlín, da cuenta del acto de reconocimiento póstumo al Capitan Wilhelm Hosenfeld.
BERLIN, 20 Junio 2009,
(Reuters).- Un oficial del Ejército alemán que ayudó a
los judíos durante la Segunda Guerra Mundial y que fue caracterizado
en la película ganadora de un Oscar "The Pianist", fue
honrado postumamente por Israel durante una ceremonia en Berlín.
La historia de cómo el capitán
Wilhelm Hosenfeld salvó la vida del pianista judío Wladyslaw
Szpilman captó la atención mundial a través de la cinta del 2002
de Roman Polanski, que obtuvo tres premios de la Academia y diversos
premios a nivel mundial.
Hosenfeld es uno de los pocos
soldados de la Segunda Guerra Mundial que recibe el título de
"Justos entre las Naciones", un reconocimiento dado por el
memorial israelí del Holocausto, Yad Vashem, a aquellos que ayudaron
a judíos a escapar de la muerte durante el genocidio nazi que mató
a seis millones de personas.
Yad Vashem anunció en febrero que
Hosenfeld recibiría el reconocimiento, el cual ha sido otorgado a
más de 22.000 personas. Los hijos de Hosenfeld y Szpilman asistieron
a la ceremonia en Berlín.
Hosenfeld, uno de los 460 alemanes
reconocidos por Yad Vashem, estuvo en Varsovia durante la ocupación
Nazi desde 1940 a 1944. Allí el capitán sirvió como oficial de
deportes y cultura, pero también estuvo involucrado en algunos
interrogatorios.
"El salvador de una vida judía
que hoy reconocemos, mostró a través de su valeroso acto que hubo
personas uniformadas, incluso bajo una dictadura y bajo el terror,
que defendieron la humanidad y la compasión", dijo Ilan Mor, el
vice-embajador de Israel.
Nacido en 1895 y criado en una
familia católica devota, Hosenfeld se integró al partido Nazi en
1935 y fue reclutado en las Fuerzas Armadas poco antes de que
Alemania invadiera a Polonia en 1939.
En Varsovia, Hosenfeld registró la
brutalidad de los ocupadores alemanes contra la población polaca y
judía de la zona en sus diarios y cartas. En ellos mostraba que
expresó su "horror frente a la exterminación de las personas
judías" a manos de su país, dijo Yad Vashem.
"Nos hemos impuesto una
maldición eterna y estaremos cubiertos por siempre de vergüenza",
escribió el oficial.
Además arriesgó su vida para salvar
a Szpilman y a otro judío Leon Warm, al entregarles documentos
falsos y ayudarlos hasta el final de la Guerra.
Hosenfeld fue capturado por el
Ejército Rojo cerca del final del conflicto y falleció en una
cárcel soviética en 1952.
Al hijo de Hosenfeld se le entregó
un certificado y una medalla.
"Somos conscientes del hecho de
que este es el mayor honor que entrega el Estado de Israel para los
que no son judíos", señaló Detlev Hosenfeld.
Andrzej Szpilman, cuyo padre
Wladyslaw falleció en el 2000, dijo de Hosenfeld: "El fue una
persona que ayudó a muchas personas distintas desde el comienzo de
la guerra, independiente de su origen, religión o raza".
Ilan Mor (segundo desde la izquierda), vice embajador
israelí en Alemania, entrega la medalla Yad Vashem a los hijos del
capitán Wilhem Hosenfeld, Jorinde (izquierda) Detlev y Annemone, en
Berlín. Foto: Reuters.