Artículo publicado en Infobae
Aguinis a Timerman: "La palabra traidor es honorífica para este tipo de bajeza
El escritor aseguró que el memorándum con Irán busca
darle “un punto final” a la causa. Evaluó que Cristina Kirchner quiere
reemplazar la figura de Chávez como líder de "países bolivarianos" y
criticó que Argentina elija el tren del retroceso
Crédito foto: NA
El acuerdo entre la Argentina e Irán
para formar una comisión de la verdad por la voladura de la causa AMIA
continúa cosechando críticas desde distintos sectores. Esta vez fue el
escritor Marcos Aguinis, quien a través de un agudo análisis evaluó la conducta del canciller Héctor Timerman y la dirección de las últimas políticas instrumentadas por el gobierno de Cristina Kirchner.
Aguinis, quien se describió como un argentino de tradición judía, aseguró que las palabras “traidor o irresponsable” son “honoríficas” para describir “una conducta de esta bajeza”,
al ser consultado sobre qué opinión percibía en la comunidad judía
hacia Timerman, ministro del gobierno que instrumentó el pacto con
Teherán.
"Hay un asombro casi
paralizante. Al principio no se sabía bien. La DAIA titubeaba porque no
podía entender que esto fuera cierto, pero mientras se fue clarificando
el acuerdo… hay una encuesta de Poliarquía que registró que más del 80%
de la comunidad judía está en contra de esto y se siente profundamente
herida”, repasó.
Aguinis recordó que el ministro de Relaciones Exteriores, integrante de la comunidad judía, fue “salvado” por Israel de “la mano de la dictadura”.
“Porque el padre y toda su familia pudo salir del país en la dictadura
por gestiones de Israel, como también se hicieron por otros judíos y por
otras personas en general”, repasó.
Y continuó: “Percibo lo que siente la
comunidad judía; hay una sensación de extraordinaria sorpresa,
perplejidad, de no poder salir del asombro”. “Después de 20 años de la
bomba, de la noche de los paraguas en Plaza de Mayo, ¿cómo se toma esta
medida tan absurda y que excede al canciller, en este momento, un
judío?”, prosiguió.
En diálogo con el periodista Marcelo Longobardi en Radio Mitre, Aguinis
señaló que hay dos conceptos que engloban los sentimientos con respecto
a lo que busca el Gobierno con el entendimiento firmado en Teherán: obediencia debida y punto final.
“La obediencia debida a la
Presidenta obliga a ponerle punto final al caso de la AMIA. Y la
obediencia debida está claramente manifestada porque hemos llegado al
extremo de que la Presidenta ordene cuándo tiene que terminar una sesión
en el Senado, como se ha sabido”, indicó.
“El caso de la AMIA pasa a ser un punto
final. Tanto griterío, tanta lucha, no va a haber justicia ni nada. Y
hace pocos meses en Naciones Unidas, la Presidenta prometió que no iba a
tomar medidas sin consultar con el arco político argentino y con la
comunidad argentina”, ahondó Aguinis.
“Una republiqueta”
Políticas como las instrumentadas en el
caso AMIA son las que llevan a la Argentina hacia una “republiqueta”,
estimó Aguinis. Según su visión, el Gobierno ha elegido subirse a “la locomotora del retroceso,
de la teocracia iraní, de los grupos terroristas, de los grupos más
despreciables del planeta”, en contraposición de países como Chile, Brasil, Colombia e incluso Uruguay que están aferrados a la “locomotora del progreso”.
“Estamos bajo una esclerosis que pasó por Cuba, luego a Venezuela y
ahora terminado el período de Chávez se viene la sucesión”, declaró.
“¿Cree que Cristina Kirchner busca
suceder a Hugo Chávez como representante de ese tipo de países?”,
preguntó Longobardi. Y Aguinis contestó: “Es una idea muy
acertada; Correa ganó gracias a la mordaza a la prensa, pero Correa no
puede ser el sucesor de Chávez porque no tiene un país grande”.
“La posición de ser líder del
grupo bolivariano le correspondería a Cristina, ser la líder del grupo
bolivariano, del falso progresismo del Siglo XXI, un grupo de países que
se hace notar por sus cosas negativas y no por el progresismo”, aseguró Aguinis.
Y resaltó: “A Cristina le
hubiera gustado ser Dilma (Rousseff) o Angela Merkel, pero no le da el
piné, así que se va a conformar con ser la sucesora de Chávez”.
El escritor remarcó que en los últimos
discursos públicos la presidente cambió su forma de expresarse, con una
suerte de “imitación” de Chávez, a quien ella considera un líder,
alguien importante. “Es una situación tan triste que la sociedad argentina esté adormecida, anestesiada ante esto”, reflejó con tristeza.
”Ayer miré un programa sobre Hitler
y cómo se lograba mostrarlo como una persona atractiva, cómo la
juventud estaba enloquecida por sus discursos, y cómo inmensas
multitudes estaban convencidas de que era un hombre infalible…Y uno toma
esos ejemplos y las masas son muy fáciles de seducir”, alertó.
Y completó: “Las psicologías de
las masas reflejan eso. Las masas dejan de tener pensamientos críticos.
Los individuos quedan en una suerte de inmersión y por lo tanto la masa
es fácilmente seducible y se la puede llevar de un lado al otro con
poca dificultad. Basta con saber hacerlo”.