El Diario Clarín, en
su edición digital, publicó este artículo firmado por Maximiliano Kronenberg
Exposición en River
Cuando el nazismo manchó la pelota
Desde partidos en campos de exterminio hasta jugadores que
se negaron a representar asesinos, una muestra vincula el deporte y la
Historia.
En el club. Crear conciencia con una muestra. / Silvana Boemo |
¿Cómo se vinculan el deporte más hermoso del mundo con las
aberraciones del nazismo? Una respuesta a esto -y mil preguntas- la da una
muestra que se exhibe ahora mismo en el Museo River.
“No fue un juego” es la recopilación de once historias de
supervivencia y resistencia ocurridas durante el Tercer Reich. Hay casos
espeluznantes como el de Matthias Sindelar, el máximo ídolo del seleccionado de
Austria que en 1938 se negó a jugar para Alemania tras la anexión de su país al
Tercer Reich.
Un año más tarde, la estrella del Austria Viena apareció muerto
en su casa por inhalación de monóxido de carbono. Su caso nunca fue esclarecido.
Hirschl. Sobreviviente del Holocausto, fue el primer director técnico extranjero en la Argentina. /Silvana Boemo |
La exposición surgió de manera curiosa. El partido entre
Ajax de Amsterdam y Schalke 04, por los cuartos de final de la Europa League de
2017, inspiró la idea: el club asociado a la colectividad judía de Holanda se
enfrentaba al equipo alemán, el favorito de Adolf Hitler, ganador de seis
campeonatos sobre nueve entre los años ’30 y ‘40, en pleno auge del nazismo.
Leonardo Albajari, periodista deportivo y docente de la Universidad Católica
tuvo la sensibilidad de detectar historias de vida más allá de una pelota de
fútbol.
El resultado de aquel partido era lo de menos (Ajax avanzó a
semifinales). Albajari se comunicó con el Museo del Holocausto, que
inmediatamente se sumó a la iniciativa. Ahora, cuenta con el apoyo de las
embajadas de Alemania, Austria, Israel y Polonia.
“Leo vino con la propuesta y nosotros le dimos
asesoramiento. La idea es promover la temática a un público que
naturalmente no se acerca a investigarla. Confiábamos en que iba a tener
repercusión por el fútbol ya que el nazismo sigue estando presente”, cuenta
Jonathan Karszenbaum, Director Ejecutivo del Museo del Holocausto.
Y el tema pegó: la muestra estará en River hasta el 15 de
mayo pero Racing y San Lorenzo también se interesaron en mostrarla, al igual
que varios establecimientos educativos, instituciones y clubes del interior.
También hay pedidos de universidades de Brasil e Israel para hacerla más
adelante.
Todo dicho. La interpretación de algunos artistas. /Silvana Boemo |
Allí, el visitante se enterará de casos como el de la Liga
Terezín (1942-44) en el campo de concentración de Praga, en la actual República
Checa, donde el fútbol se exhibía como elemento de propaganda nazi para mostrar
ante la Cruz Roja Internacional “las buenas condiciones” que se encontraban los
judíos deportados.
Los documentos de la época dan cuenta de que en ese campo de
concentración el fútbol significaba el único momento de esparcimiento para
sentirse vivo, jugando en condiciones infrahumanas. Allí murieron 33.000 judíos
y otros 90.000 fueron trasladados a otros campos de exterminio.
Tal vez, el caso más cercano haya sido el de Emérico
Hirschl, el húngaro de origen judío que logró escapar de la Segunda Guerra. Fue
preparador físico y el primer director técnico extranjero en el fútbol
argentino. Dirigió al “Expreso” de Gimnasia y Esgrima La Plata y también a
River, siendo uno de los promotores de “La Máquina”, campeón en 1936-37.
Pero su lado oculto es mucho más inquietante. Haciendo gala
de su influencia en el fútbol, acudía con frecuencia al puerto de Buenos Aires
para hacer bajar a los judíos de los barcos en forma clandestina.
Hirschl fue un héroe para la época ya que iba a contramano de un decreto
argentino que negaba visas a toda persona “indeseable o expulsada” de la Europa
nazi.
En el Museo River también hay diarios deportivos austríacos
con propaganda nazi, fotos de equipos femeninos y de niños jugando en la
preguerra, testimonios recogidos del diario de Ana Frank, fragmentos de la
tremenda obra del escritor italiano Primo Levi, el reglamento deportivo de la
Alemania nazi y una réplica de la camiseta del Makabi Warzawa de Polonia
(1938).
Schalke 04. El equipo de Hitler. /Silvana Boemo |
“La muestra tiene una función educativa en un terreno que no
estaba explorado. Se pueden modificar ciertas actitudes, y esto viene a
contribuir a la mala utilización del fútbol. Es el resultado de un proceso
histórico para que la gente conozca la temática”, subraya Albajari.
Además, una pelota bañada en sangre, otra con alambres de
púa, un balón con esvásticas y otro con la insignia amarilla para marcar a los
judíos en el nazismo fueron ilustradas por Jorge Meijide, Diego Rodríguez,
Augusto Costhanzo, Sergio Lenger, Rica Núñez y Gustavo Nemirovsky para reflejar
la crueldad del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial.
“No fue un juego” invita a la memoria y a la reflexión en
torno al racismo y las atrocidades cometidas durante la Shoá (Holocausto). Para
crear conciencia a través del futbol en el año del Mundial de Rusia, a 40 años
del Mundial ‘78 -plena dictadura militar- y, sobre todo, al cumplirse 80 años
de la mayor manifestación nazi celebrada en el Luna Park (10 de abril de 1938),
el acto antisemita más importante realizado fuera de Europa.