"En 1969 cinco jóvenes músicos, todos relativamente
desconocidos para el gran público, pero
destinados a convertirse en artistas internacionales de gran categoría, se
unieron para tocar el Quinteto la trucha de Schubert, en el nuevo Queen
Elizabeth Hall, en la orilla sur del Támesis, en Londres. Sus nombre son:
Daniel Barenboim, ltzhak PerIman, Pinchas Zukerman, Jacqueline du Pré y Zubin
Mehta.
El concierto tuvo lugar el 30 de agosto y yo presagié que se
convertiría en algo legendario. Lo que estaba claro era que había que hacer una
película al respecto porque las películas recuerdan a nuestros artistas y sus
personalidades de una forma que ningún otro medio consigue.
La idea no consistía solo en grabar el concierto, sino en
grabar los preparativos durante la semana anterior y, al hacerlo, presentar
muchas más facetas de cada uno de estos grandes talentos y espléndidos músicos
jóvenes, en el trabajo, tocando y también interpretando, captar parte del
espíritu que había más allá del acontecimiento y la actuación en sí.
Todo esto se llevó a cabo gracias a las nuevas y ligeras
cámaras silenciosas de 16 mm, que hicieron posible un nuevo tipo de cine. Pudimos
llevar las cámaras con los músicos a lugares en los que nunca antes había
llegado una cámara y pusimos imágenes en la pantalla que nunca habían estado
allí. El resultado fue dinamita para el año 1969 porque se hizo algo que jamás
se había logrado, y de una forma que nunca se había visto en un proyecto de
música clásica. De alguna manera, marcó un hito.
La primera parte de la película, en la que se presenta a
cada uno de los artistas por turnos, acaba con los últimos 7 minutos de los
preparativos entre bastidores antes del concierto. Esos minutos contienen
escenas que han dejado huella en las historias de la música y del cine. La
película continúa con la actuación, grabada exactamente tal y como fue, en
directo, sobre el escenario, sin ninguna toma añadida, filmada con cinco de
esas nuevas y silenciosas cámaras. Fue un acontecimiento histórico tanto
técnica como musicalmente.
La película que salió de ahí, La Trucha, se convertiría con
casi total seguridad en la película de música clásica más emitida de todos los
tiempos. Cuando se emitió por octava vez en Alemania, el 25 de mayo de 1994, en
el canal ARTE, obtuvo la mayor audiencia del año de todas las retransmisiones
de música clásica de ese canal, ¡25 años después de que apareciera por primera
vez! Se ha convertido en el emblema mejor recordado de una época de la música
que se ha ido, y parece que para siempre."
Christopher Nupen