Llego la hora de aprovechar las oportunidades, la hora de ponernos de pie y dar rienda suelta a la creatividad para crecer en serio.
Los países de Latinoamérica enfrentan diferentes realidades pero en general viven procesos de crecimiento de sus economías con la consecuente mejora de sus sociedades.
Brasil es un ejemplo destacado con relación a los países de la región. En estos últimos 10 años generaron las condiciones para sacar de la pobreza a casi 40 millones de personas y las incorporaron a la clase media.
Si nos ponemos a pensar en la magnitud del número, vamos a caer en la cuenta que estamos hablando de la casi totalidad de la población argentina.
La clase media es la que sostiene el consumo interno, fomenta la expansión de la economía, genera riqueza y el Estado recauda más por medio de los impuestos, promoviendo el círculo virtuoso del progreso y el bienestar.
El Estado tiene que generar, promover y articular las condiciones para que esto ocurra, porque cuenta con los medios e instrumentos para llevarlo a cabo.
La creación de infraestructura alienta la generación de riqueza por medio del desarrollo.
Hace poco tiempo se inauguró la Autopista Rosario – Córdoba. Este hecho genero un cambio significativo, ya que supone un desafío para reconvertir y adaptar los comercios y negocios que dejaron de recibir el intenso flujo de circulación por el antiguo trazado y a la vez invita a los empresarios a brindar productos y servicios en las zonas aledañas del nuevo recorrido. Hay todo por hacer.
El asistencialismo debe ser una etapa de muy corto plazo. El Estado mientras ayuda a las familias por medio de planes, tiene que generar las condiciones y oportunidades para la creación de micro emprendimientos con la capacitación adecuada, el fomento de Pymes y la creación de polos industriales.
Tenemos un vasto territorio absolutamente despoblado y centros urbanos superpoblados y con muchos focos de marginalidad.
Es inadmisible que en un país como el nuestro haya hermanos que pasan hambre. Podremos pasar por situaciones de no tener dinero, pero no puede haber compatriotas que pasen hambre.
Leonardo Liberman