Vladimir Chernovol |
Después del fallecimiento de su padre fue colocado en un orfanato. En vísperas de la invasión alemana de la Unión Soviética se graduó de un curso de capacitación de maestros y comenzó a trabajar en una aldea del distrito de Zhitomir.
Después del comienzo de la ocupación alemana Chernovol decidió volver a su aldea de origen. Por el camino se encontró con un hombre de su edad que se presentó como un piloto soviético que había sido hecho prisionero por lo alemanes y que había conseguido escapar. Poco después el hombre le confesó que se llamaba Grigoriy Lantsman, que era judío, y que era el único superviviente de su familia. Chernovol lo invitó a unirse a él y ambos llegaron a Vodyana.
Ya en la aldea Chernovol llevó a Lantsman a su antiguo hogar, explicando a todos que su acompañante era un amigo del orfanato. A pesar de que el jefe del poblado creyó la historia exigió que la identidad de Lantsman fuera verificada por la autoridad regional. Chernovol no dudó y al día siguiente se dirigió con Lantsman a la oficina del comandante militar local en Dobrovelichivka. El secretario del comandante recordaba a Chernovol y a sus padres y firmó el documento requerido sin hacer demasiadas preguntas. Munido con el documento Lantsman pudo vivir en la aldea hasta el otoño de 1943. Por entonces fue llevado por los alemanes, junto con otros ucranianos, para realizar trabajos forzados.
Después de haber sido llevado a un punto de reunión en Mikolayiv Lantsman consiguió escapar. Dos meses después llegó a la casa de Chernovol, debilitado y desnutrido. Una vez más Chernovol le dio albergue en su casa. Con el tiempo Lantsman fue descubierto pero Chernovol sobornó al policía local para que no revelase la presencia de aquél. Después de la liberación de la región en marzo de 1944, Lantsman se alistó en el Ejército Rojo y luchó en sus filas hasta el fin de la guerra. Se mantuvo en contacto con Chernovol durante muchos años.
El 10 de noviembre de 1996 Yad Vashem reconoció a Vladimir Chernovol como Justo de las Naciones.