Florencio Sánchez nació en Montevideo, Uruguay, el 17 de enero de 1875 y murió en Milán, Italia, el 7 de noviembre de 1910. Dramaturgo y periodista.
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Florencio Sánchez (Montevideo, 1875 - Milán, 1910)
Dramaturgo uruguayo, uno de los fundadores del teatro rioplatense y autor de
relevancia en la escena latinoamericana. Comenzó su labor en su país natal,
pero escribió en Argentina la mayor parte de sus obras, estrenadas sobre todo
por la compañía de los hermanos Podestá. Consiguió llevar a escena una veintena
de piezas en un período de apenas seis años, desde 1903, en que estrenó M'hijo
el dotor, hasta 1909, con la última de ellas, Un buen negocio.
Fue un dinámico participante del acontecer de su tiempo. En
1897, sublevado el partido blanco, al cual pertenecía, participó en dos
batallas contra el gobierno de su país. En 1900 publicó en el diario El Sol de
Buenos Aires sus "cartas de un flojo", donde analizó los desastres
que el caudillismo acarreaba a su país. Se nutrió espiritualmente de los
autores anarquistas, y basó en estas ideas los artículos que le trajeron
innumerables problemas con los propietarios de los periódicos para los que
escribió en sus comienzos.
La incipiente tradición escénica local y las corrientes
teatrales europeas le proporcionaron los fundamentos de su fuerte realismo
escénico, congruente con su postura ideológica y su temperamento. Todas sus
piezas constituyen cuadros costumbristas llenos de colorido, reveladores de la
penetrante capacidad de observación del autor. Se propuso trasladar a la escena
un panorama de la realidad rioplatenese en el que se visualizara la
problemática social y sus derivaciones éticas.
El resultado de sus planteos fue amplio y matizado y abarca
desde el submundo del hampa La tigra y Moneda falsa (1907) hasta las clases
altas -Nuestros hijos y Los derechos de la salud (1907)-; desde la realidad
rural El desalojo (1906) hasta la urbana, en algunas de sus mejores piezas como
En familia y Los muertos (1905). En el teatro de Sánchez hay una intuición de
la psicología del ambiente, del lenguaje y el ritmo teatrales.
Sus sainetes trajeron elementos nuevos: disminuyeron el
elemento folclórico y acentuaron la humanidad de los personajes humildes en
lucha por la vida. Una de las obras que marcaron el inicio de su éxito en
Argentina fue Canillita (1903), cuyo protagonista era un joven vendedor de
periódicos; al popularizarse la obra, pasó a llamarse con este apodo a los
jóvenes que desempeñaban ese trabajo.
El 26 de abril de 1905 se estrenó en el teatro Apolo de
Buenos Aires Barranca abajo, considerado su texto más perfecto. La estructura
de la pieza es impecable; la progresión dramática, sabiamente graduada, crece
inexorablemente hacia un final fatalizado que confiere a la obra corpulencia de
tragedia; hay en toda ella una excepcional creación lingüística que revela un
diestro manejo del lenguaje popular, y que sin dejar de ser realista adquiere
otros valores. Todas las figuras dramáticas, incluso las secundarias, tienen
auténtica vida y hay un par de creaciones maestras: don Zoilo y Martiniana, dos
de los grandes personajes de la literatura platense.