martes, 26 de enero de 2016

Aniversario del estreno de la ópera Così fan tutte de Wolfgang Amadeus Mozart


Così fan tutte, ossia La scuola degli amanti KV 588, es un drama jocoso en dos actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en italiano de Lorenzo da Ponte.

Se estrenó el 26 de enero de 1790, en el Burgtheater de Viena, y obtuvo un éxito discreto. La crítica tampoco la recibió con particular interés, pues parecía un retroceso respecto a las dos óperas anteriores, Las bodas de Fígaro y Don Giovanni, ambas con libreto de Lorenzo Da Ponte.

Mozart y Da Ponte tomaron el tema de la fidelidad de las novias puesta a prueba, tenía antecedentes en la ópera bufa, con Wieland y Goldini. El tema ya había sido tratado por Ovidio o Ariosto, y con notables antecedentes como el Decamerón de Boccaccio y el Cimbelino de Shakespeare.

Se representó 5 veces, y a la muerte del emperador José II, los teatros cerraron durante el período de duelo en la corte. En los meses de junio, julio y agosto de ese año se ofreció en 5 oportunidades.



A continuación, recordamos a Wolfgang Amadeus Mozart, con la ópera Cosi Fan Tutte, en la versión de Edita Gruberova como Fiordiligi; el papel de Dorabella, interpretado por Delores Ziegler, Teresa Stratas es Despina; Ferruccio Furlanetto interpreta a Guglielmo; Ferrando, cantado por Luis Lima, y Paolo Montarsolo es Don Alfonso, junto al Coro de la Staatsoper de Viena y la Orquesta Filarmónica de Viena, todos bajo la conducción de Nikolaus Harnoncourt.


La acción se desarrolla en Nápoles, en el siglo XVIII.

Acto I

Escena 1: Terraza de un café

En un café, Ferrando y Guglielmo, dos oficiales, manifiestan que sus novias les serán eternamente fieles. Don Alfonso se une a ellos y hace una apuesta de cien cequíes con los dos oficiales, diciendo que él puede probar en un solo día que estas dos mujeres (como todas las mujeres) son volubles. Aceptan la apuesta: los dos oficiales fingirán que les llaman a la guerra; luego volverán disfrazados y cada uno intentará enamorar a la amada del otro.

Las dos mujeres, que son hermanas, están alabando a sus enamorados. Alfonso llega y anuncia las malas noticias: los oficiales han sido llamados a la guerra. Ferrando y Guglielmo llegan, con el corazón roto, y se despiden de ellas (quinteto: Sento, o Dio, che questo piedo è restio—"Siento, oh Dios, mis pies están reacios"). Conforme el barco se aleja hacia alta mar, Alfonso y las dos hermanas les desean un buen viaje (trío: Soave sia il vento—"Que el viento sea suave") luego Alfonso, que se ha quedado solo, se regodea prediciendo que las mujeres (como todas las mujeres) serán infieles (arioso: Oh, poverini, per femmina giocar cento zecchini?—"Oh, pobrecitas, apostarse 100 zequinos a una mujer").

Escena 2: Una habitación en casa de las hermanas

Despina, su doncella, llega y les pregunta qué va mal. Dorabella lamenta su tormento de haber sido abandonada (aria: Smanie implacabili—"Tormentos implacables"). Despina se burla de las hermanas, aconsejándolas tomar nuevos amantes que reemplacen a los antiguos (aria: In uomini, in soldati, sperare fedeltà?—"En hombres, en soldados, ¿esperáis fidelidad?"). Después de su marcha, llega Don Alfonso. Teme que Despina reconozca a los hombres a pesar de sus disfraces, así que la soborna para que le ayude a ganar la apuesta. Llegan los dos hombres, disfrazados como albaneses con bigotes. Entran las hermanas y se alarman por la presencia de hombres desconocidos en su casa. Los "albaneses" intentan conquistar a las hermanas, llegando Guglielmo a señalar sus distintos encantos masculinos (aria: Non siate ritrosi—"No seas tímida"), pero sin resultado. Fiordiligi manifiesta que será leal (aria: Come scoglio—"Como una roca"). Ferrando, que se queda solo y nota que va a ganar, alaba a su amor (aria: Un'aura amorosa—"Una brisa amorosa").

Escena 3: Un jardín

Las hermanas se lamentan de su situación. De repente (todo combinado con Alfonso) entran los "albaneses" y amenazan con envenenarse con arsénico por ser objeto de crueldad de parte de las hermanas. Don Alfonso intenta calmarlos, pero entonces beben el "veneno" y se desmayan. Poco después, llega un médico, que no es otro que Despina disfrazada, que, usando un gran imán (véase magnetismo animal), consigue revivir a los "albaneses". Los hombres, recuperados pero en tono de sufrir una alucinación, exigen un beso de las diosas que están ante ellos. Las hermanas los rechazan, aunque Don Alfonso y el doctor (Despina) les instan a que lo hagan, ya que es todo efecto del magnetismo y del envenenamiento.

Acto II

Escena 1: Dormitorio de las hermanas

Despina pide a las hermanas que accedan a los deseos de los "albaneses" (aria: Una donna a quindici anni—"Una mujer de quince años"). Después de que ella se va, Dorabella confiesa a Fiordiligi que se siente tentada, y las dos se muestran conformes en que un mero flirteo no hará daño y las ayudará a pasar el rato que tienen que esperar hasta que regresen sus amados (dúo: Prenderò quel brunettino"—"Yo tomaré al morenito").

Escena 2: El jardín

Dorabella y el disfrazado Guglielmo están emparejados, como los otros dos. La conversación es bastante incómoda, y Ferrando se marcha con Fiordiligi. Ahora que están solos, Guglielmo intenta cortejar a Dorabella. Ésta no se resiste mucho y acaba entregándole un medallón, con el retrato de Ferrando en su interior, a cambio de un dije con forma de corazón (dúo: Il core vi dono—"Te entrego mi corazón"). Ferrando tiene menos éxito con Fiordiligi (aria de Ferrando: Ah, lo veggio—"Ah, ya veo," y aria de Fiordiligi: Per pietà, ben mio, perdona—"Por favor, amado mío, perdona"), así que se enfada cuando más tarde descubre que el medallón con su retrato ha sido tan rápidamente entregado al nuevo amante. Guglielmo al principio simpatiza con Ferrando, (aria: Donne mie, la fate a tanti—"Señoras mías, se lo hacéis a tantos") pero luego presume, porque su enamorada le es fiel. Don Alfonso dice que pronto cambiarán las cosas.

Escena 3: La habitación de las hermanas

Dorabella admite su indiscreción ante Fiordiligi (È amore un ladroncello—"El amor es un ladronzuelo"). Fiordiligi, disgustada, decide seguir al ejército para encontrar a su enamorado. Antes de que pueda irse, sin embargo, llega Ferrando y sigue cortejándola; al final, Fiordiligi acaba en sus brazos (dúo: Fra gli amplessi—"En los abrazos"). Guglielmo queda afligido. Ferrando se burla de él lo mismo que él antes había sido burlado. Don Alfonso, ganador de la apuesta, dice que las perdonen, porque Così fan tutte ("Todas las mujeres hacen lo mismo"), y así lo acaban admitiendo Ferrando y Guglielmo.

Escena 4


La escena comienza como una doble boda para las hermanas y sus novios "albaneses". Despina, disfrazada de notario, presenta el contrato de matrimonio, y todos lo firman. Justo entonces se oye música militar a lo lejos, anunciando el regreso de los oficiales. Don Alfonso confirma los temores de las jóvenes: Ferrando y Guglielmo regresan. Los "albaneses" corren a esconderse (en realidad, para cambiarse el disfraz). Vuelven en su uniforme de oficial y manifiestan su amor. Guiglelmo descubre a Despina disfrazada y el contrato nupcial, y, cuando lo leen, se enfadan. Las hermanas se escudan en que fueron objeto de un juego cruel de don Alfonso y de Despina. Don Alfonso les dice que es verdad, y que la prueba está escondida, señalando el lugar a donde habían entrado los oficiales poco antes. Entonces se marchan y vuelven poco después, vestidos la mitad como "albaneses" y la otra mitad como oficiales. Se descubre que el médico era en realidad Despina y las hermanas se dan cuenta de que las han engañado. Al final, todo se perdona, y el grupo entero alaba la habilidad para aceptar todos los momentos de la vida, tanto los buenos como los malos, con la moraleja: feliz aquél que todo lo toma por el lado bueno.