Historia
El simple pero efectivo sabotaje de Citroën al ejército nazi en la Segunda Guerra
Fue durante la ocupación en Francia, cuando las fábricas producían para los alemanes.
El proyecto TPV, que nació antes de la Segunda Guerra, dio origen al famoso Citroën 2CV. |
Con los festejos por los 100 años que está cumpliendo Citroën en este 2019, se vuelven a contar historias de los hechos, personajes y autos que construyeron la imagen que tiene el fabricante francés.
Y entre ellas aparece una que involucra a uno de los presidentes más importantes que tuvo la compañía, que terminó provocando un sabotaje simple pero de una efectividad altísima en contra del ejército nazi, durante la Segunda Guerra Mundial.
Pierre-Jules Boulanger, presidente de Citroën hasta 1950 y responsable del sabotaje.
El personaje central de esta historia es Pierre-Jules Boulanger, un francés que empezó estudiando bellas artes pero que las urgencias económicas lo obligaron a dejar su formación y ponerse a trabajar.
Durante su período en el servicio militar, entre 1906 y 1908, conoció a Marcel Michelin, sobrino del fundador de la compañía de neumáticos, que sería clave para su futuro.
Pero antes, JPB, como lo llamaban sus colegas, fue convocado por el ejército francés para ir al frente en la Primera Guerra Mundial.
Allí prestó servicio como fotógrafo aéreo con un alto desempeño, lo que le valió finalizar la campaña con el rango de capitán y recibir distintas condecoraciones, entre ellas, la de la Legión de Honor.
Recién después del conflicto pudo iniciar su carrera empresarial y lo hizo dentro de la empresa de neumáticos Michelin, reportando de forma directa al fundador y director, Edouard Michelin.
En 1934, Citroën estaba abrumada por las deudas y Michelin, uno de sus principales acreedores, pasa a ser su principal accionista y quien llevará las riendas del fabricante de autos en los años siguientes.
Pierre Michelin (segundo hijo de Edouard) es nombrado presidente pero fallece en 1937, y desde allí es Boulanger quien se pone al frente de marca del doble chevrón.
Ya desde un año antes, Boulanger había sido el responsable de llevar adelante el proyecto de TPV (Très Petite Voiture, auto muy pequeño en francés), que daría vida, recién en 1948, al 2CV, el modelo que hizo popular a Citroën.
Es que la Segunda Guerra Mundial había estallado y con ella llegó la ocupación alemana sobre Francia. Eso también significaba que tenían control total sobre las fábricas, que seguían funcionando pero produciendo bajo órdenes del ejército alemán.
Los camiones T45 de Citroën se fabricaron entre 1934 y 1954.
Boulanger no podía negarse a construir para los nazis, pero su pasado militar lo llevó a elaborar una estrategia para contribuir de algún modo a la liberación de su país. Sus esfuerzos por sabotear la operación alemana están descriptos el libro Citroën 2CV, de John Reynold.
El primero de ellos fue establecer un proceso de producción muy pausado para construir los camiones que ordenaba el ejército alemán.
Pero el más genial de todos fue el que ordenó hacer en las varillas que indicaban el nivel de aceite en el motor. Ordenó que la marca de nivel máximo de aceite en el depósito se hiciera más abajo, para que una poca cantidad de lubricante indicara como si estuviera completo.
Lo inteligente de esta decisión era que el desperfecto en el motor, que inevitablemente se iba a producir por la falta del lubricante que suaviza el rozamiento de piezas metálicas, recién llegaba a kilómetros de la fábrica. Y sin una causa aparente, ya que el indicado seguiría marcando una buena cantidad de aceite.
Citroën está celebrando sus 100 años en 2019.. (Photo by GUILLAUME SOUVANT / AFP)
Más adelante, cuando la resistencia francesa asalta el cuartel general de la Gestapo en París, según cuenta la publicación Core77, se descubre que el nombre de JPB figura entre los "Enemigos del Tercer Reich".
Boulanger dirigió Citroën hasta 1950, año en que murió en un accidente de tránsito. Tenía 65 años.