Ludwig van Beethoven nació en Bonn, Alemania, el 16 de diciembre de 1770 y murió en Viena, Austria, el 26 de marzo de 1827. Compositor, director de orquesta y pianista.
Para recordar su fallecimiento, seguidamente la Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125.
En 1817 la Sociedad Filarmónica de Londres le encargó a
Beethoven la composición de la sinfonía, comenzó a trabajar en 1818 y finalizó la
obra a principios de 1824. Sin embargo, tanto la parte coral como las notas de
la sinfonía disponen de fuentes para datarlas en un momento temprano en la
carrera de Beethoven. El poema de Friedrich Schiller An die Freude, escrito en noviembre
de 1785, fue publicado al año siguiente y en 1808 la versión definitiva, provocó
en Beethoven la intención de musicalizarlo ya desde 1793 cuando tenía 22 años. Beethoven encarna el tránsito del estilo clásico al estilo
romántico, rompiendo el esquema cerrado de las formas musicales para adaptarlas
a esta incipiente libertad individual.
El estreno se produjo el 7 de mayo de 1824 en el
Kärntnertortheater de Viena, junto con la obertura de Die Weihe des Hauses y
las tres primeras partes de la Missa Solemnis. Esta fue la primera aparición en
escena de Beethoven después de doce años y la sala estuvo llena. La interpretación fue oficialmente dirigida por el maestro
de capilla, Michael Umlauf, ambos compartieron el escenario. Beethoven, ya completamente sordo, siguió la interpretación con
una copia de la partitura.
Al final de la ejecución, él todavía estaba enfrascado en su partitura, por lo que uno de los solistas le tocó el brazo y lo hizo girar para que pudiera ver al público que lo ovacionaba. Entonces el compositor se inclinó y saludó a la audiencia. La obra está dedicada al rey Federico Guillermo III de Prusia, y fue publicada en agosto de 1826 por B. Schott's Söhne.
Al final de la ejecución, él todavía estaba enfrascado en su partitura, por lo que uno de los solistas le tocó el brazo y lo hizo girar para que pudiera ver al público que lo ovacionaba. Entonces el compositor se inclinó y saludó a la audiencia. La obra está dedicada al rey Federico Guillermo III de Prusia, y fue publicada en agosto de 1826 por B. Schott's Söhne.
A continuación, recordamos a Ludwig van Beethoven, con la Sinfonía Nº 9 en Re Menor Op. 125, en la versión de Anna Samuil, soprano; Waltraud Meier, mezzo-soprano; Michael König, tenor; René Pape, bajo; junto al Coro Nacional de Jovenes de Gran Bretaña y la West-Eastern Divan Orchestra, dirigidos por Daniel Barenboim.
Solo de barítono
¡Oh amigos, no esos tonos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!
Solo de Cuarteto de voces y Coro
¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.
Quien logró el golpe de suerte,
de ser el amigo de un amigo.
Quien ha conquistado una noble mujer
¡Que una su júbilo al nuestro!
¡Sí! que venga aquel que en la Tierra
pueda llamar suya siquiera un alma.
Pero quien jamás lo ha podido,
¡que se aparte llorando de nuestro grupo!
Se derrama la alegría para los seres
por todos los senos de la Naturaleza.
todos los buenos, todos los malos,
siguen su camino de rosas.
Ella nos dio los besos y la vid,
y un amigo probado hasta la muerte;
Al gusanillo fue dada la Voluptuosidad
y el querubín está ante Dios.
Solo de Tenor y Coro Masculino
Alegres como vuelan sus soles,
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta
Alegres, como el héroe hacia la victoria.
Coro
¡Abrazaos Millones de seres!
¡Este beso al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amante.
¿Os postráis, Millones de seres?
¿Mundo, presientes al Creador?
Búscalo por encima de las estrellas!
¡Allí debe estar su morada!
Coro
¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.
¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Alegría, bella chispa divina!