Fidela Campiña Ontiveros nació en Tíjola, Almería, España, el 28 de enero de 1894, y murió en Buenos Aires, Argentina, el 28 de diciembre de 1983. Soprano.
A los 6 años comenzó sus estudios de solfeo y piano en el
Conservatorio de Madrid, y canto con el barítono Ignacio Tabuyo, que en 1899 actuó
en el Teatro Colón de Buenos Aires junto a Enrico Caruso.
En 1913 se presentó en el Teatro Real de Madrid, interpretando
el rol de Margarita en la ópera Mefistófeles,
de Arrigo Boito. Su éxito fue tan importante, que se mantuvo en cartel hasta el
cierre del teatro en 1925.
En 1919, estrenó en Barcelona la ópera La Morisca, de Jaime
Pahissa. En 1926 debutó en el Metropolitan Opera House de Nueva York, con
Otello, de Giuseppe Verdi. En 1934 se presentó en el Teatro Alla Scala de Milán
con Tristán e Isolda, de Richard Wagner y Nerón, de Pietro Mascagni.
En Buenos Aires se presentó en el Teatro Colón y en el
Teatro Avenida, donde sorprendió con su voz de amplitud wagneriana, y triunfó
durante muchos años, con óperas y zarzuelas. Las cualidades de su voz le
permitieron interpretar las partes de mezzosoprano, como las de soprano
lírico-dramática. En palabras del crítico Florentino Hernández Girbal:
"Tenía cuatros ases que guardaba para las grandes ocasiones: voz amplia,
dicción impecable, temperamento arrebatador y talento interpretativo."
Cantó también en distintas salas de ópera como en Roma, París,
Londres, y Montecarlo. En 1940 actuó en la Exposición Universal de Nueva York
con una destacada respuesta y repercusión. En 1948 realizó su última
presentación en Trieste, con la ópera El ocaso de los dioses, de Richard
Wagner.
Fidela Campiña fue una de las voces más polivalentes de la
ópera española del siglo XX.
A continuación, recordamos a Fidela Campiña, junto a Jesús
de Gaviria, en el dúo final de la ópera La Dolores, de Tomás Bretón.