viernes, 9 de septiembre de 2011

Desde Méjico el Tenor Rolando Villazón

Rolando Villazón nació en la Ciudad de México en 1972 y es reconocido internacionalmente como uno de los principales tenores líricos de nuestra era y ha sido aclamado por sus exitosas presentaciones en teatros de tremendo prestigio mundial, incluyendo el Metropolitan Opera, Royal Opera House Covent Garden, Berliner Staatsoper, Bayrische Staatsoper, Liceu de Barcelona, Deutsche Oper Berlin, Teatro dell'Opera di Roma, Teatro del Palacio de Bellas Artes, Hamburger Staatsoper, Opera National de Paris, Opéra de Lyon, Opéra de Nice y New York City Opera, por citar los teatros más importantes.

A la edad de 11 años ingresó al Centro de Capacitación Artística Espacios, en donde estudió música, actuación, danza contemporánea y ballet.

En 1990, Villazón conoció al barítono Arturo Nieto, quien lo introdujo en el mundo de la ópera y luego se convirtió en su maestro de canto. 

Dos años más tarde ingresó al Conservatorio Nacional de Música para continuar su preparación vocal con Enrique Jaso.

Allí encarnó el personaje de Dorvil en La Scala di Seta, a Florville, en Il Signor Bruschino y a Alessandro en Il Re Pastore.

Después de ganar dos concursos nacionales en la Ciudad de México y Guanajuato, Villazón comenzó a estudiar con el reputado barítono Gabriel Mijares, con quien continuó sus estudios antes de iniciar su carrera internacional.

Tomó clases de canto con la legendaria soprano Joan Sutherland en los Estados Unidos y ganó el segundo premio en el concurso Operalia del maestro Plácido Domingo en 1999, así como los premios de Zarzuela y del Público en ese mismo evento.

Debutó en Europa con el rol de Des Grieux en la Manon de Massenet en el teatro Carlo Felice de Génova, para luego aparecer como Rodolfo en La Bohème de la Opéra de Lyon en diciembre de 1999.

Cantó su primera Traviata en el Teatro Verdi de Trieste, y la repitió inmediatamente después en la Opéra Bastille de París en mayo de 2000. 

Todas estas apariciones comenzaban a atraer la atención de la crítica y del público sobre él, pero faltaba todavía el suceso que lo catapultaría a la fama internacional.

El evento llegó en agosto de 2005, cuando repitió, con Anna Netrebko y Thomas Hampson como co-estrellas, el papel de Alfredo en La Traviata, durante el Festival de Sazburgo, bajo la batuta de Carlo Rizzi y la dirección escénica de Willy Decker, obteniendo entusiastas reseñas y clamorosos aplausos.

Fue en este evento cuando se acuñó la denominación, para él y Netrebko, de "pareja estelar de la ópera".
La crítica coincidió en afirmar: "...desde Pavarotti y Sutherland no habíamos visto tal compenetración, tal química en el escenario...".

En julio de 2006 participó en un concierto con motivo de la Copa Mundial de Fútbol, de nuevo junto a Netrebko y Plácido Domingo, en el Waldbühne berlinés.

Después de la serie de conciertos que dio en Alemania acompañado por Netrebko en el verano de 2007, canceló el resto de las representaciones del año debido a problemas de salud, para reaparecer en la temporada 2008, con una agenda repleta de recitales, conciertos, óperas, etc., hasta bien entrado 2009.

Desafortunadamente, en ese año y tras una nueva cancelación de una serie de compromisos, el más notable el rol de Edgardo que cantaría junto con Anna Netrebko en el Met de Nueva York en febrero, cancelado pocas horas antes de la función y sustituido porPiotr Beczala, Villazón entró en mayo a quirófano para que le fuera extirpado un quiste de las cuerdas vocales, por lo que, aconsejado por su médico, canceló todas sus apariciones hasta 2010.

El Elixir de Amor de Gaetano Donizetti

Fue estrenada en el Teatro della Canobbiana de Milán el 12 de mayo de 1832.

La acción se desarrolla en una aldea de Italia, a finales del siglo XVIII.  


Nemorino, joven melancólico e ingenuo, está enamorado de Adina que sólo le transmite indiferencia excitando los celos del chico.

Desesperado, Nemorino compra el misterioso elixir que vende el doctor Dulcamara, un charlatán embaucador que le asegura que tiene que despertar una pasión incontenible en la chica.

Se trata, de hecho, de vino de Burdeos. Este hecho irrita todavía más a Adina, que por despecho anuncia su casamiento inminente con Belcore, un sargento que ha llegado al barrio con su regimiento.

Nemorino, desesperado, pide a Dulcamara una nueva dosis del elixir milagroso que acabe de decidir a Adina.

Pero no tiene dinero y se alista en el ejército como soldado, con lo cual, gana al instante veinte escudos.
Las chicas del pueblo se enteran que Nemorino ha heredado una gran fortuna de su fallecido tío y lo persiguen, lo cual el chico atribuye a la eficacia milagrosa del elixir. 

Adina, que nada sabía de esto, al verlo rodeado de mujeres y atrapado en el júbilo que le proporcionó el "elixir", se siente descorazonada al creer que él la ha olvidado. Entonces, Dulcamara le explica que logró engañar a Nemorino con la historia del elixir y que ha vendido su libertad para conseguir más dinero para éste.

En este momento, Adina reflexiona sobre lo cruel que ha sido siempre con el chico y comprende, finalmente, cuánto la amaba, y se enternece por la fidelidad y la pasión del muchacho. Adina deshace su compromiso para casarse con Nemorino

Belcore, herido en su orgullo, responde que tiene a su alcance todas las mujeres que quiera. Dulcamara declara que toda la situación es debido a su prodigiosa poción mágica. Fascinados por el resultado, todos corren a comprar botellas del «elixir amoroso».

Rolando Villazón en el papel de Nemorino cantando el Aria "Una Furtiva Lacrima", de la Opera El Elixir de Amor de Gaetano Donizetti, junto a la Orquesta de la Staatsoper de Viena con la dirección de Alfred Eschwe.



La ópera logra conmovernos y disfrutar mucho.

Leonardo Liberman