José Calixto Serrano Simeón, más conocido como José Serrano, nació en Sueca, Valencia, España, el 14 de octubre de 1873 y murió en Madrid, España, el 8 de marzo de 1941. Compositor.
Su padre, director de una banda de música, le dio sus
primeras clases. A los 5 años ya sabía solfeo y a los 12 años tocaba la
guitarra y el violín.
En 1889 ingresó en el Conservatorio de Valencia para
proseguir con sus estudios con Salvador Giner.
Comenzó a estudiar piano, aunque
pronto abandonó este instrumento, y continuó sus estudios de violín y
composición.
En 1892, se trasladó a Madrid y gracias a una beca por un
año siguió con sus estudios. Para poder sobrevivir, compuso canciones, a 25
pesetas cada una, que servían para promocionar a artistas menores.
Por su colaboración con Manuel Fernández Caballero, el
autor Gigantes y cabezudos, y que padecía una ceguera progresiva, pudo darse a conocer en el mundo teatral, y gracias a eso, los hermanos Álvarez
Quintero, le ofrecieron el libreto de El motete, que se estrenó con mucho éxito,
el 24 de abril de 1900, y que fue la primera composición con la que se dio a
conocer.
En 1909 compuso el Himno a la Exposición, estrenada en la
Exposición Regional Valenciana, y que fue elegida en 1925 como himno regional.
En 1923, la Diputación de Valencia le encargó un himno conmemorativo de la
Coronación de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia. El estreno de
esta obra tuvo lugar el 24 de mayo de 1923 ante unas 30.000 personas, y
constituyó un clamoroso éxito.
Entre sus obras se destacan, La Reina mora, con texto de los
Hermanos Álvarez Quintero; Moros y cristianos, El Perro chico, El pollo Tejada y
El Príncipe Carnaval, en colaboración con Quinito Valverde, Alma de Dios, El
amigo Melquíades, La canción del olvido, Los de Aragón, Los claveles y La
Dolorosa.
Las obras de José Serrano, tienden hacia un teatro popular,
simple pero cargado de emoción dramática. La influencia de Giacomo Puccini y el
verismo italiano es evidente en muchas de sus obras.
Recordamos a José Serrano, con la zarzuela La Dolorosa, en
una grabación realizada en el Teatro Calderón de Madrid en 1996.
La Dolorosa es una zarzuela en dos actos, con música del
compositor español José Serrano y libreto de Juan José Lorente, y estrenada en
el Teatro Apolo de Valencia el 23 de mayo de 1930.
El primer acto introduce el personaje de Rafael, fraile
recién llegado al convento, buscando ambientación para su obra; una Dolorosa
que está pintando y que le recuerda tal cantidad de vivencias que hasta el
Prior y fray Lucas se dan cuenta y dudan de la serenidad espiritual del recién
llegado. El huerto del convento es un lugar apropiado para la inspiración.
Perico, su ayudante, quiere aprender a pintar y ruega a Rafael que le explique
el cuadro, a lo que accede cantando una romanza dolorida.
Acto seguido y estando Perico solo, intentando emular a su
maestro, llega Nicasia y, en lenguaje muy llano, le declara su amor. Perico no
quiere perder la chica, ni caer en sus redes, pero acaba cediendo a sus
pretensiones amorosas. Contentos por su felicidad, el baile es interrumpido por
Bienvenido, padre de la chica, que prohíbe las relaciones de su hija. José,
padre de Perico, pretende poner paz entre todos y acaban aceptando la voluntad
de los jóvenes.
Por la tarde, José llega al convento pidiendo socorro para
una mujer que han encontrado desvanecida y llevando en brazos a un hijo muy
pequeño. Perico, al verla reconoce en ellas las facciones de la Dolorosa que
pinta Rafael, y éste que llega con medicamentos, descubre a la mujer que otro
la había amado.
El acto segundo sigue abundando en la dualidad de parejas.
Nicasia y Perico están preparando la boda con algazara; y Rafael y Dolores
tienen ocasión de encontrarse a solas y darse explicaciones. Ella, que había
dejado a Rafael por otro hombre, se ha visto abandonada y anda a la desventura
con el fruto de sus amores. Rafael, por su parte, duda entre sus sentimientos
hacia Dolores y su obligación monacal.
La acción continúa en el interior del convento. Es la hora
de maitines y el prior pensando en la dudosa situación de Rafael y éste oyendo
la rondalla que está cantando en el exterior, al no presentarse en la capilla,
el Prior lo va a buscar, Rafael pide que le confiese y cuenta su situación: no
quiere dejar que Dolores quede sin ayuda.
El cuadro final es la alegre boda de Nicasia y Perico.
Rafael, que ha obtenido licencia del prior para abandonar el convento y colgar
los hábitos, se encuentra con Dolores y reconciliados cantan su alegría.