Chiara Lubich nació en Trento, Italia, el 22 de enero de 1920 y murió en Rocca di Papa, Italia, el 14 de marzo de 2008. Fundadora y presidenta del Movimiento de los Focolares.
A principios de los años 40 enseñaba como maestra en su
ciudad natal y se matriculó en la Facultad de Filosofía de la Università Ca'
Foscari de Venecia.
Durante los años de la guerra la familia quedó sumida en
graves problemas económicos, por lo que Chiara comenzó a trabajar para costearse
sus estudios universitarios.
El 13 de mayo de 1944, durante uno de los bombardeos más
violentos que sufrió Trento durante la Segunda Guerra Mundial, su casa fue
destruida, su familia buscó amparo en las montañas cercanas, pero Chiara decidió
quedarse en la ciudad.
Abrazando entre los escombros, a una madre enloquecida por la
muerte de sus cuatro hijos, sintió el deber de abrazar el dolor de la
humanidad, y así, junto a un pequeño grupo de personas, que la siguieron en su
decisión de tratar de vivir el Evangelio al pie de la letra, privilegiando a
los pobres de su ciudad, continuaron con la obra.
En 1948 Chiara Lubich conoció Igino Giordani, un prestigioso
político, diputado, escritor, periodista y padre de 4 hijos, que la ayudó a
encarnar en la sociedad la espiritualidad de la unidad, por lo que está
considerado como el cofundador del Movimiento. Giordani fue pionero del
ecumenismo, y la Iglesia católica inició hace unos años su causa de
beatificación.
Al año siguiente conoció a Pasquale Foresi, un joven
seminarista deseoso de conjugar evangelio y vida en la Iglesia. Fue ordenado
presbítero en 1954, y se convirtió en el primer sacerdote del Movimiento de los
Focolares.
En 1956 surgió una nueva rama de su Movimiento, los Voluntarios,
constituida por personas comprometidas libremente en todos los ámbitos
sociales: política, economía, justicia, salud, educación, arte, medios de
comunicación, entre otros, y en 1966 los jóvenes se sumaron con el Movimiento Gen, o Generación
Nueva.
En 1991, en Brasil, se sintió impactada por el contraste
social y la miseria de las "favelas", y generó un proyecto que se convirtió en una realidad en creciente desarrollo de esta
novedosa teoría y praxis económica, la Economía de Comunión, sobre la que se
publicaron tesis y trabajos de investigación en universidades de todo el mundo,
y centenares de empresas la aplican en todas las latitudes.
Entre 1997 y 1998 se abrieron nuevas perspectivas en el
diálogo interreligioso, y Chiara Lubich fue invitada a hablar de su experiencia
interior en Tailandia ante 800 monjes y monjas budistas; en Nueva York de EEUU,
a 3.000 musulmanes negros en la mezquita de Harlem, y en Argentina a la
comunidad judía de Buenos Aires.
Ceremonia realizada en B'nai B'rith Argentina |
A principios de marzo de 2008, fue internada por una
insuficiencia respiratoria grave en el Policlínico Gemelli de Roma, donde recibió
la visita del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.
Pocos días después, al agravarse su estado de salud, regresó, por un expreso deseo suyo, a su residencia de Rocca di Papa, donde acompañada
por sus hijos espirituales de todo el mundo, falleció serenamente el 14 de
marzo de 2008 a las 2 de la mañana.
Tras conocer la noticia, el papa Benedicto XVI, dijo:
"He recibido con emoción la noticia de la muerte de Chiara Lubich, al
final de una vida larga y fecunda caracterizada incansablemente por su amor a
Jesús abandonado. En esta hora de separación dolorosa estoy cercano
espiritualmente y expreso mi cariño a los familiares y a toda la Obra de María
-Movimiento de los Focolares-, que ella fundó, así como a todos los que han
apreciado su compromiso constante por la comunión en la Iglesia, el diálogo
ecuménico y la hermandad entre todos los pueblos. Doy gracias a Dios por el
testimonio de su existencia dedicada a la escucha de las necesidades del ser
humano contemporáneo en la total fidelidad a la Iglesia y al Papa. Mientras
confío su alma a la Bondad Divina para que la acoja en el seno del Padre, deseo
que cuantos la conocieron y encontraron, admirando las maravillas que Dios ha
cumplido a través de su entrega misionera, sigan sus huellas manteniendo vivo
su carisma. Con esos votos invoco la intercesión materna de María e imparto a
todos mi bendición apostólica".
La Confraternidad Argentina Judeo – Cristiana por su parte
expresó: "el mundo pierde una mujer excepcional, madre y guía espiritual
de muchísimos hombres, su generosidad en el vivir la plenitud de la Palabra de
Dios ha ido más allá del mundo cristiano”.
El 27 de enero de 2015 el obispo Raffaello Martinelli abre
oficialmente la causa de beatificación y canonización de Chiara Lubich.