Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…
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domingo, 31 de enero de 2016
Shalom - Alberto Ruiz Gallardón. Premio Or Hanukah
Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…
Felice Romani
Felice Romani nació en Génova, Italia, el 31 de enero de 1788 y murió en Moneglia, Italia, el 28 de enero de 1865. Poeta, libretista y profesor de literatura y mitología.
Estudió leyes en Pisa pero su pasión era la literatura.
Posteriormente ingresó en la Universidad de Génova, y mientras estudiaba
traducía literatura francesa. Su conocimiento del francés y la antigüedad se
refleja en los libretos que escribió; la mayoría están basados en literatura
francesa y también en fuentes mitológicas o antiguas.
Romani viajó por España, Grecia, Alemania y Francia, y en
1814 se estableció en Milán, donde granjeó la amistad de importantes figuras
del mundo literario y musical y comenzó a escribir para la ópera. Produjo dos
obras para el compositor Simon Mayr, que le lograron un puesto en La Scala.
Romani se convirtió en el libretista más apreciado de su época, escribiendo
casi cien obras.
Por lo general, Romani no creaba sus propias historias; se
mantenía al día con lo que ocurría en el teatro parisino y adaptaba obras
populares. Pero esta estrategia no era siempre segura, dada la escasa
legislación sobre derechos de autor y copia que había para el momento. En una
ocasión Romani utilizó una obra de Victor Hugo para una ópera de Donizetti
(Lucrezia Borgia). Pero luego de las primeras funciones en París en 1840, Hugo
obtuvo un amparo para evitar otras representaciones. El libreto fue modificado
y retitulado como La Rinegata, y los personajes italianos se transformaron en
turcos.
Felice Romani escribió los libretos de las siguientes
óperas: de Vincenzo Bellini, Il Pirata, I Capuleti e i Montecchi, La Straniera,
La sonnambula, Norma, Zaira y Beatrice di Tenda; de Gioacchino Rossini, Il
turco in Italia; y de Donizetti, Anna Bolena y L'elisir d'amore, y con Giuseppe
Verdi colaboró con el libreto de Un giorno di regno.
En 1834 fue nombrado editor de la Gazzetta Ufficiale
Piemontese para la cual escribía crítica literaria.
Felice Romani está considerado como uno de los mejores
libretistas, junto a Pietro Metastasio y a Arrigo Boito.
A continuación, recordamos a Felice Romani, con la ópera Beatrice di Tenda, con música de Vincenzo Bellini, en la versión de Dimitra Theodossiou como Beatrice, el rol de Filippo interpretado por Michele Kalmandi, Josè Maria Lo Monaco encarnó a Agnèse, el personaje de Orombello cantado por Alejandro Roy, Michele Mauro es Anichino, y Alfio Marletta como Rizzardo, junto al Coro y la Orquesta del Teatro Massimo Bellini, todos dirigidos por Antonio Pirolli.
La ópera narra un episodio de la vida de Beatrice Lascaris,
viuda de Facino Cane, casada en segundas nupcias con Filippo Maria Visconti, en
el Milán del siglo XV. Filippo se había cansado de su esposa Beatrice; ella
lamenta su impetuoso matrimonio con él después de la muerte de su primer
esposo, un matrimonio que ha sometido a ella y a su pueblo al poder tiránico
del duque.
Acto I
Filippo acude a un baile en el castillo Binasco en Italia,
ensombrecido como es habitual por el siniestro Rizzardo. Está cansado con todo
el mundo que rinde ocediencia a su esposa. Sus cortesanos le dicen cuánto
simpaltizan con él, y sugiere que los servidores de Beatrice están todos
conspirando contra él.
Se oye bella música de arpa. Agnese, el objeto actual del
deseo de Filippo, canta desde lejos que la vida está vacía sin amor. Filippo se
hace eco de sus pensamientos y afirma cuánto la ama; ella no tiene igual. Sus
cortesanos de nuevo simpatizan con él y lo animan a aprovechar el momento.
Agnese desaparece y se marchan todos. Luego reaparece Agnese, esta vez cantando
por Orombello. Misteriosamente, ella desea que su corazón lo guía hasta sus
brazos y el objeto de su deseo aparece. Orombello dice que él no sabe dónde
está o por qué está allí. Reconfortado por Agnese, empieza a relajarse y está
conforme en que él está profundamente enamorado y, cuando le preguntan por una
carta, le muestra a ella la que él porta. La carta a la que se refiere es una
de las muchas que él ha escrito a Beatrice y no la que Agnese ha enviado a él.
Beatrice entra en uno de sus lugares secretos con sus damas.
Es feliz, pero pronto pierde su aplomo y lamenta cuán desencaminada ha sido por
casarse con el maligno duque Filippo. Cuando todos se van a ir, Filippo los ve
a lo lejos y, creyendo que ella le está eludiendo, exige que ella vuelva. Los
dos se acusan y se enfurecen entre sí, con Filippo presentando algunos papeles
robados del apartamento de Beatrice.
En otra escena, los soldados de Filippo discuten su
silencio. Beatrice entra llevando un retrato de su amado esposo difunto,
Facino. Ella lamenta que todos la han abandonado cuando entra Orombello
protestando que él no lo ha hecho. Excitadamente, le habla a ella de sus planes
de reunir tropas y ayudar a liberarla. Ella le dice que no es muy experto en
asuntos de seguridad. Asombrado, Orombello protesta su amor e, incluso cuando
se lo ruegan, no dejarán su presencia; en lugar de ello, se arrodilla en frente
de ella, momento en el que Agnese y Filippo entran y acusan a los dos traidores
de tener un lío. Todo el mundo se une ahora con acusación, contra acusación,
ataque y defensa. Filippo hace que arresten a la pareja — para ser enjuiciados
por adulterio.
Acto II
Los cortesanos averiguan la terrible tortura que ha sido
aplicada a Orombello. Luego, la corte es reunida y Filippo presenta el caso
para la acusación. Traen a Beatrice a rastras, y ella protesta que el tribunal
carece de jurisdicción. Después llevan a Orombello y, después de buscar
desesperadamente el perdón de Beatrice, proclama su inocencia. Beatrice
recupera su voluntad de vivir y algo en su habla conmueve el corazón de
Filippo. Anuncia que la sentencia debe demorarse. El tribunal indica que la
tortura debe continuar hasta que se diga la verdad. De nuevo, Filippo cambia de
idea y, apoyando la decisión del tribunal, considera que es precisa más
tortura. El tribunal se disuelve.
Filippo y Agnese, lleno de remordimiento, se quedan a solas
y Agnese, dándose cuenta de que las cosas han ido más lejos de lo que ella
esperaba, ruega a Filippo que retire los cargos; pero Filippo, no deseando
parecer débil, rechaza la idea.
Filippo ahora pasa por diversos tormentos y está obviamente
enamorado todavía de Beatrice. Justo cuando había decidido retirar los cargos,
llegan los hombres que aún son leales al difunto condotiero Facino, para
invadir el castillo. Como resultado, Filippo firma la sentencia de muerte, e
intenta justificarse ante el pueblo, culpando a Beatrice.
sábado, 30 de enero de 2016
Shlomo Perel
El Diario El Mundo de España, en su edición digital, publicó este artículo
Día Internacional de Conmemoración del Holocausto
ISRAEL
Día Internacional de Conmemoración del HolocaustoNazi de día, judío de noche
Sholomo Perel, de 91 años, sobrevivió a la Alemania de Hitler enrolándose en sus juventudes
De día, gritaba ciegamente "Heil Hitler" contra su propio pueblo en una marea juvenil cubierta con la cruz gamada. De noche, dibujaba con lágrimas una silenciosa estrella de David en la ventana del internado nazi. Su imposible dualidad se hizo posible configurando una historia tan increíble que acabó en la gran pantalla.
El Día Internacional de Conmemoración del Holocausto reaviva hoy los dilemas esquizofrénicos y secretos vitales de Shlomo (Sally) Perel. Este judío nacido hace 91 años en Peine (Alemania) recuerda cada detalle de su doble vida entre los verdugos de su familia y las víctimas de la ideología hitleriana que abrazó para sobrevivir.
Ante el acecho de los nazis en Polonia Perel tuvo que elegir entre dos ruegos, dramáticamente enfrentados, de sus padres. Condenados a la reclusión y segura muerte en el gueto polaco de Lodz, enviaron al chaval de 14 años y su hermano Isaac (30) a la entonces Unión Soviética. Fue la última voluntad de su padre, que murió de hambre en el gueto, y de su madre gaseada en un camión lleno de judíos agolpados como sardinas. Su hermana fue fusilada.
"Tienes que vivir"
-"Nunca olvides quién eres", le exhortó su padre en Yidish, idioma de los judíos de Europa Oriental
- "Tú tienes que vivir", intervino su madre, que le exigía anteponer la vida a la identidad judía, incompatibles en el Holocausto.
Seguir siendo judío o seguir viviendo. Perel hizo caso a su madre aunque para ello tuviese que convertirse en nazi . "Nunca quise ser un héroe sino sobrevivir", confiesa a EL MUNDO desde su casa de la ciudad israelí de Guivataim antes de viajar a Auschwitz. En un hebreo con acento alemán, añade: "Es importante que los jóvenes conozcan la barbarie nazi y sus lecciones como, por ejemplo, no odiar y ponerse en el pellejo del otro". En su caso, el otro se puso en su pellejo.
El papel que interpretó durante casi cuatro años fue criticado por algunos supervivientes de los campos de exterminio pero le excluyó de la lista de seis millones de judíos asesinados en la Shoa.
"No tengo armas. Soy alemán."
Tras despedirse de sus padres y huir del gueto, se refugió en un orfanato soviético de Grodno. Al cabo de dos años, la invasión alemana truncó sus sueños. Los soldados de la Wehrmacht le atraparon en su huida junto a un grupo de judíos cerca de Minsk. Colocado en la fila ordenada por los militares, vivió su primer milagro gracias a la suerte y su dominio de alemán y ruso.
"Un oficial me registró. Cogí seguridad y le dije en alemán de la calle: ¡Ves!, no tengo armas. Me miró fijamente y me preguntó si era judío. Sabía perfectamente que, si decía la verdad, sería asesinado allí mismo. Pensé en el consejo de mi madre y respondí en alemán: No, soy alemán", cuenta. El oficial le creyó y, entre tanta oscuridad, le lanzó una sonrisa. A diferencia del resto, no le obligó a desnudarse para ver si estaba circuncidado.
En ese momento fue declarado "niño alemán liberado". En ese instante murió el judío Shlomo Perel y nació el nazi Josef Periel. "Fue el primer nombre que se me ocurrió", comenta. En lugar de ser enterrado como número de una terrible estadística, resucitó como Jupp, el intérprete del Ejército alemán. Empezaba así su propio Holocausto psicológico con el enemigo ocupando su alma.
Le hizo una foto a Hitler
Quién hubiera dicho a sus padres del gueto que el pequeño Shlomo llegaría a estar a pocos metros del mismísimo Adolf Hitler. "En el 42, nos visitó. Saqué la cámara e hice la foto. Tras la guerra, muchos me preguntaron por qué no intenté matarlo", afirma.
¿No lamentó tener una cámara en lugar de un arma? ¿Quizá hubiera podido cambiar el curso de la historia y salvar a su propia familia?, pregunto. "No quiero entrar en situaciones hipotéticas. Si hubiese disparado a Hitler, no sé si le hubiera alcanzado pero a mí me hubieran matado en el acto", responde y confiesa: "Preferí ser antihéroe y vivir".
Antes de ser enviado a un internado de las Juventudes Hitlerianas, sufrió un abuso sexual de un oficial alemán que le sorprendió por la espalda en la ducha e intentó violarle. Fue el primero y último que descubrió que estaba circuncidado. "Se quedó de piedra y me dijo: Eres judío", recuerda. No le delató ya que no quería que sus superiores supiesen que era homosexual. Secreto frente a secreto.
Dos enemigos: ducharse y soñar
En la academia nazi, lidió con dos grandes enemigos: ducharse y soñar. "En las duchas, intenté evitar que vieran mi circuncisión. En los sueños, como es algo incontrolable, temía gritar sobre mis padres o los nazis y que alguien en el cuarto lo escuchara".
De día era un cachorro nazi que amamantaba la teoría de la raza aria. De noche, un judío que se retorcía en la cama llorando por los suyos y...por su alma. Hoy no olvida el horror visto en el gueto de sus padres desde el tranvía vestido con el uniforme juvenil nazi.
Tras la guerra, se reencontró con su hermano, superviviente del infierno de Dachau. "Nunca podía imaginarme que cerca pasaban los trenes de la muerte ni la dimensión del Holocausto", confiesa al recordar sus conversaciones con supervivientes de Bergen-Belsen.
Escribir para liberar los fantasmas
Perel participó en la guerra de independencia de Israel en 1948. Padre de dos hijos, disfruta de sus tres nietos. Escribir su biografía le sirvió de terapia liberadora de fantasmas y pesadillas. Claudia Müller-la traductora de su libro al español "Tú tienes que vivir" (Ediciones Xorki)- se siente "impresionada por su historia y personalidad. Es joven de espíritu, abierto a todo lo nuevo, maneja las nuevas tecnologías a la perfección y es fan del Barça".
Su historia inspiró la película "Europa Europa" de Agnieszka Holland. Perel recuerda su encuentro con el oficial que le aceptó como alemán. "En mi interior me convencí que decías la verdad"·, le comentó décadas después. No se arrepiente de la mentira. Si llega a desoír a su madre hubiera acabado como ella. Es un superviviente diferente pero al fin y al cabo un superviviente.
Ferviente defensor de la paz con los palestinos, este ateísta declarado no tiene miedo a la muerte. Ni necesidad de ser otro para esquivarla. "Tú tienes que vivir", se repite, como el hijo que cumple la última voluntad de su madre antes de ser gaseada
Thomas Tallis
Thomas Tallis nació en Kent, Reino Unido, el 30 de enero de 1505 y murió en Greenwich, Reino Unido, el 23 de noviembre de 1585 Compositor.
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Thomas Tallis (Leicestershire?, actual Reino Unido, hacia
1505 - Greenwich, id., 1585) Compositor y organista inglés. Las características
de la música inglesa de finales del siglo XV anticiparon aspectos del estilo
clásico del Renacimiento; el autor británico que mejor reflejó la variedad de
estilos que se dieron entre principios y finales del siglo XVI fue Thomas
Tallis, autor entre otras obras de unas Lamentaciones del profeta Jeremías que
ejemplifican el interés de los autores ingleses por la relación entre el texto
y la música.
Poco es lo que se conoce de su vida: la primera referencia
que se conserva de él lo sitúa en 1532 como organista de la abadía benedictina
de Dover. Desde 1543 fue organista de la capilla real, cargo que conservó bajo
los reinados Enrique VIII, Eduardo VI, María Tudor e Isabel I. Asociado al
también compositor William Byrd, en 1575 logró un privilegio de la Corona por
el cual se le concedía el monopolio de la impresión musical en Inglaterra.
Su producción incluye sobre todo música vocal destinada a
los oficios divinos, tanto protestantes como católicos. En inglés y latín,
respectivamente, veinte anthems y nueve salmos conforman el núcleo del primero,
mientras que el segundo, caracterizado por el uso de un elaborado y complejo
contrapunto, halla su más lograda expresión en sus tres misas y cincuenta y dos
motetes, entre los que se encuentra el célebre motete a cuarenta voces Spem in
alium non habui (No he tenido esperanza en lo ajeno). Tallis compuso también
cierto número de obras para teclado.
A continuación, de Thomas Tallis, If Ye Love Me Op. 139, en
la versión de The Cambridge Singers, dirigidos por John Rutter.
Robert Schumann. Cuarteto para Cuerdas en La Menor Op. 41 Nº 1.
En 1842 Robert Schumann compuso 3 Cuartetos para Cuerdas, agrupados en el Op. 41 y en las siguientes tonalidades: en la menor, fa mayor y la mayor.
A continuación, de Robert Schumann, el Cuarteto para Cuerdas
en La Menor Op. 41 Nº 1, en la versión de Timothy Kantor y Aaron Schwebel en
violines, Yoni Gertner en viola, y Davin Lee en violoncello.
viernes, 29 de enero de 2016
Antón Chéjov
Antón Pávlovich Chéjov nació en Taganrog, Rusia, el 29 de enero de 1860 y murió en Badenweiler, Baden-Wurtemberg, Alemania, el 15 de julio de 1904. Médico, escritor y dramaturgo.
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Antón Chéjov (Antón Pávlovich Chéjov; Taganrog, 1860 -
Badenweiler, 1904) Narrador y dramaturgo ruso. Considerado el representante más
destacado de la escuela realista en Rusia, su obra es una de las más
importantes de la dramaturgia y la narrativa de la literatura universal. Su
estilo está marcado por un acendrado laconismo expresivo y por la ausencia de
tramas complejas, a las que se sobreponen las atmósferas líricas que el autor
crea ayudado por los más sutiles pensamientos de sus personajes. Chéjov se
apartó decididamente del moralismo y la intencionalidad pedagógica propios de
los literatos de su época en una Rusia convulsa y preocupada por su destino,
para apostar por un tipo de escritor carente de compromiso y pasión, plasmando
una idea de la literatura que rechazaba el principio del autor como narrador
omnisciente.
Procedía de una familia de hábitos sencillos y escasos
medios, cuya cabeza, el modesto mercader Pavel, era nieto de un siervo de la
gleba. Chéjov acabó los estudios secundarios en Taganrog, donde permaneció solo
tras la marcha de sus familiares a Moscú. Entre 1879 y 1884 cursó medicina en
la universidad de la capital; pero, más interesado en la literatura que en la
ciencia médica desde hacía algunos años, pospuso ésta a aquélla, y pronto
difundió su nombre a través de varias narraciones humorísticas, reunidas en un
libro titulado Cuentos de varios colores (1886).
Alentado por el escritor Grigorovich y el director del
periódico Novoe vremja (Tiempo nuevo), Suvorin, con quien estableció una
cordial y duradera amistad, y librado ya de las formas un tanto forzadas del
cuento humorístico, hacia el año 1888 ya era ampliamente conocido por el
público, tanto por su obra humorística como por textos de alcance más profundo,
en los que la incisiva descripción de las miserias y la existencia humanas
fueron desplazando los recursos humorísticos.
En ese año apareció, en la revista Severny Vestnik de San
Petersburgo, el relato La estepa, inspirado en un viaje al sur del país, donde
los idílicos paisajes de su infancia habían desaparecido por la
industrialización, contra la que el autor se rebela. Aquí introdujo uno de los
elementos más característicos de su enfoque narrativo: la supeditación del
argumento a la atmósfera del relato. El punto de vista del autor omnisapiente
se diluye en la mirada de un personaje, Egorushka, que no alcanza a comprender
lo que sucede a su alrededor. Los elementos que mueve este relato aparecerán
una y otra vez en la obra de Chéjov, pues La estepa está poblada por una
galería de personajes (el campesino Dymov, el empresario Varlamov o el pope Kristofor)
que constituyen una genuina representación del "inconsciente
colectivo" de la Rusia finisecular.
Otro significativo relato del período que se abre a partir
de 1888 (en el que el autor disminuyó el ritmo de su producción literaria: de
unos cien relatos al año en 1886, pasa a escribir diez en 1888) es Una historia
aburrida (1889), penetrante estudio de la mente de un viejo profesor de
medicina, profesión que ejerció esporádicamente el propio Chéjov. Pertenece a
una serie de obras del autor que fueron llamadas "clínicas", por
tener como personajes a enfermos físicos o mentales. Acaso el relato más
conocido de esa serie sea Palata Nº 6 (1892), acerba crítica de la psiquiatría
en el que la relación entre el paciente Gromov y el doctor Ragin se resuelve dramáticamente
con el ingreso del segundo en su propia clínica, para terminar muerto por mano
de uno de los celadores.
En adelante, la existencia del autor careció de
acontecimientos relevantes, excepto un viaje a la isla de Sakhalin, realizado a
través de Siberia a la ida, y a lo largo de las costas de la India al regreso;
de tal expedición dejó constancia en el libro La isla de Sakhalin (1891).
Durante la penuria de 1892-93, que azotó a la Rusia meridional, Chéjov
participó en la obra de socorro sanitario. Luego vivió largo tiempo en la
pequeña propiedad de Melichovo, no lejos de Moscú, donde escribió la mayor
parte de sus narraciones y de sus textos teatrales más famosos. Enfermo de
tuberculosis, hubo de trasladarse a Crimea, y desde allí, por razones de la
cura, realizó frecuentes viajes a Francia y Alemania.
En los últimos años del siglo se produjeron en su existencia
dos hechos que sin duda modificaron su curso: la nueva orientación del escritor
hacia la izquierda, que le alejó de su amigo Suvorin, conservador, y el éxito
de su drama La gaviota en el Teatro de Arte de Moscú, de Stanislavski y
Nemirovich-Danchenko. A sus nuevas tendencias y al ejemplo de Korolenko se
debió también su dimisión de la Academia, que, tras haber nombrado miembro
honorario a Gorki, acató la orden del gobierno y tuvo que anular el
nombramiento.
La fortuna de La gaviota convenció inesperadamente a Chéjov
de su capacidad como escritor dramático, tras sus propias dudas acerca de ello
debidas al fracaso del mismo drama en el Teatro Aleksandrinski de San
Petersburgo. A la obra citada siguieron, con no menor éxito, El tío Vania en
1898-99, Tres hermanas en 1901 y El jardín de los cerezos en 1904. Mientras
tanto, el número de sus narraciones había aumentado considerablemente, y a algunas
de ellas se debió su progresiva fama como representante asimismo del humor y el
espíritu de su época y del característico producto de ésta, la
"inteligentzia" (así Mi vida, La sala n.º 6, Relatos de un
desconocido, El monje negro, Una historia aburrida, etc.).
Como en los dramas, también en las narraciones resulta
posible percibir una atmósfera determinada: la que fue llamada precisamente
"chejoviana", particular estado de ánimo definido por Korolenko como
el de un alegre melancólico. Cabe advertir que existe un nexo entre el Chéjov
jovial e irreflexivo de la adolescencia y la primera juventud, interesado,
según describe su hermano, en la recopilación de anécdotas destinadas a
facilitar su colaboración en las revistas humorísticas, y el de la madurez, inquieto
como una gaviota que, en vuelo sobre el mar, no sabe dónde posarse (según la
bella imagen empleada por la actriz Olga Knipper, que en 1898 llegó a ser su
esposa).
La aguda intuición de la tristeza de la vida, que muchos
atribuyen erróneamente sólo al Chéjov de los años maduros, se hallaba ya en él
precisamente tras la alegría y la despreocupación del joven estudiante de
medicina, oculto, como si de revelar su propia naturaleza se avergonzara, bajo
algunos seudónimos. De la misma forma, la capacidad de ver a las criaturas
humanas en envolturas hechas adrede para provocar la risa continuó
caracterizando su estilo, aun cuando atenuada en matices de parodia, fantasía o
espejismo, y de transposición, finalmente, fuera de la realidad cotidiana,
hacia un hipotético futuro lejano.
Dentro de su diversidad, efectivamente, Chéjov resultó
uniforme en cuanto a los aspectos artístico y espiritual. Como lo afirmó él de
la existencia, se mostró a la vez extraordinariamente simple y complejo, y si
pese a no juzgarse pesimista puso de relieve los pliegues más tristes y ocultos
de la naturaleza humana, fue precisamente porque, según dijo él mismo, amó la
vida. Todo ello, como es natural, quedó también reflejado en la forma, o sea en
el estilo propiamente dicho. Sin embargo, la plena conciencia del valor
artístico de la obra de Chéjov no se alcanzó hasta más tarde; sea como fuere,
cabe recordar la admiración que hacia ella experimentaron Tolstoi y Gorki y la
influencia ejercida por Chéjov, ya fuera de Rusia, en Katherine Mansfield.
A continuación, recordamos a Antón Chejov, con la obra Petición
de mano, en la versión de Jaime Blanch, Pedro del Río y Tina Sainz, dentro del
ciclo de TEATRO de TVE.
Síntesis argumental.
Iván Vassiliyitch Lomov, propone matrimonio a Natalia, la hija 25 años de su vecino, el anciano Stepan Stepanovich Chubukov. Tras recibir el consentimiento, Lomov se esfuerza por convencer a la joven. Sin embargo el diálogo termina en disputa sobre la propiedad de unos terrenos entre ambas propiedades; Lomov, que es un hipocondríaco, comienza a sentir "palpitaciones" y entumecimiento en la pierna. Cuando el padre se da cuenta de que están discutiendo, explulsa a Iván de la casa. Sin embargo Natalia sufre un ataque de nervios, y le ruega a Stepan que traiga a Lomov de regreso. Cuando el pretendiente vuelve a la casa, los jóvenes vuelven a discutir, esta vez sobre la superioridad de sus respectivos perros de caza, los Otkatai y Ugadi. Iván sufre un colapso durante la discusión, y padre e hija temen que haya muerto. Sin embargo, poco después recupera la conciencia, y Chubukov obliga a ambos jóvenes a aceptar la propuesta que queda sellada con un beso. Inmediatamente después del beso, la pareja comienza una nueva discusión.
Daniel Auber
Daniel-Françoise Esprit Auber, más conocido como Daniel Auber, nació en Caen, Normandía, Francia, el 29 de enero de 1782 y murió en París, Francia, el 12 de mayo de 1871. Compositor.
El sitio www.biografiasyvidas.com publicó este recordatorio
Daniel-Françoise Esprit Auber (Caen, 1782-París, 1871)
Compositor francés. Fue discípulo de Cherubini, director del Conservatorio de París
y maestro de capilla de Napoleón III. En colaboración con el dramaturgo Scribe,
compuso más de 40 óperas cómicas, influidas por Rossini (La muda de Portici,
1828; Fra Diavolo, 1830).
A continuación, recordamos a Daniel Auber, con el Rondo para
Violoncello y Orquesta, en la versión de Martin Ostertag, junto a la Orquesta
Sinfónica de la Radio de Berlín, dirigida por Roberto Paternostro.
jueves, 28 de enero de 2016
Reynaldo Hahn
Reynaldo Hahn de Echenagucia nació en Caracas, Venezuela, el 9 de agosto de 1874 y murió en París, Francia, el 28 de enero de 1947. Compositor, cantante, pianista, director de orquesta y crítico musical.
Su padre, de origen alemán, fue ingeniero, inventor y hombre
de negocios en Venezuela. Reynaldo fue el menor de 11 hermanos y cuando este
contaba muy pocos años, su padre instaló sus negocios en Francia.
Siempre mostró un enorme interés por la
música venezolana, pero Francia determinó y definió la identidad musical de Reynaldo Hahn.
Fue un niño prodigio y debutó en el salón de la princesa
Mathilde Bonaparte, donde cantó, acompañándose en piano, arias de Jacques
Offenbach, y a los 8 años comenzó a componer.
Pese a un rechazo inicial, Reynaldo Hahn ingresó a los 10
años al Conservatorio de París. Tuvo como profesores a Jules Massenet, Charles
Gounod y Camille Saint-Saëns, y entre sus compañeros a Alfred Cortot y Maurice
Ravel.
Fue crítico musical del periódico Le Figaro de París,
cultivo amistad con Sergei Diaghilev y Marcel Proust. Su relación con Proust
inspiró el personaje del músico Vinteuil en la obra En busca del tiempo
perdido.
Durante la Primera Guerra Mundial integró la infantería, y en
el frente compuso el ciclo de cinco canciones inspiradas en poemas de Robert
Louis Stevenson y parte de la opera Le Marchand de Venise de Shakespeare. En
1924 fue distinguido como Comandante de la Legión de Honor.
Dentro de su producción musical se destacan los ciclos de Mélodie française, equivalentes al Lied alemán, entre las que se destacan: Si mes vers avaient des ailes, A Chloris y Quand la nuit n'est pas étoilée. También compuso óperas, operetas, música de cámara y música orquestal.
Actuó en varias oportunidades como director invitado en los
festivales de Salzburgo y como empresario en el Teatro de la Opera de
Montecarlo.
Durante la ocupación de los nazis en Francia se refugió en el
Principado de Mónaco. En 1945 ingresó en la
Academia de Bellas Artes de Francia y tras la muerte de Alfred Bachelet fue
designado director de la Ópera de París, cargo que mantuvo hasta su muerte en
1947. Fue enterrado con honores en el cementerio Père Lachaise de París.
A continuación, recordamos a Reynaldo Hahn, con dos obras. En
primer término, L'heure exquise, del ciclo Chansons grises Nº 5, en la versión
del contratenor Philippe Jaroussky, junto a Jérôme Ducros en piano.
Completando el homenaje a Reynaldo Hahn, la Sonatina en Do Mayor, en la interpretación de Daniel Blumenthal en piano.
miércoles, 27 de enero de 2016
Shalom - Se puede sobrevivir en el infierno
Descubrimos cada semana los elementos esenciales que crean
la causa y base de la existencia del Pueblo de Israel y su existencia a pesar
de las circunstancias adversas. Estos elementos no dependen de la tierra, el
lenguaje, la cultura, la raza o la herencia genética. El único factor constante
que preservó al Pueblo judío de todas las vicisitudes es la tenacidad con la
cual se adhieren a su herencia espiritual. Y es esta herencia la que Shalom nos
descubre cada domingo a través del análisis sobre temas de actualidad como
ciencia, educación, festividades, cocina medicina, mística…
Wolfgang Amadeus Mozart
Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, más
conocido como Wolfgang Amadeus Mozart, nació en Salzburgo, Austria, el 27 de
enero de 1756 y murió en Viena, Austria, el 5 de diciembre de 1791. Compositor
y pianista.
A continuación, recordamos a Wolfgang Amadeus Mozart en el día de su nacimiento, con el
Concierto para Clarinete y Orquesta en La Mayor K 622, en la versión de Sharon
Kam, junto a la Orquesta Filarmónica Checa, dirigida por Manfred Honeck,
grabado en vivo en el Teatro Estatal de Praga, el 27 de enero de 2006.
martes, 26 de enero de 2016
Aniversario del estreno de la ópera Così fan tutte de Wolfgang Amadeus Mozart
Così fan tutte, ossia La scuola degli amanti KV 588, es un
drama jocoso en dos actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en
italiano de Lorenzo da Ponte.
Se estrenó el 26 de enero de 1790, en el Burgtheater de Viena,
y obtuvo un éxito discreto. La crítica tampoco la recibió con particular
interés, pues parecía un retroceso respecto a las dos óperas anteriores, Las
bodas de Fígaro y Don Giovanni, ambas con libreto de Lorenzo Da Ponte.
Mozart y Da Ponte tomaron el tema de la fidelidad de las
novias puesta a prueba, tenía antecedentes en la ópera bufa, con Wieland y
Goldini. El tema ya había sido tratado por Ovidio o Ariosto, y con notables
antecedentes como el Decamerón de Boccaccio y el Cimbelino de Shakespeare.
Se representó 5 veces, y a la muerte del emperador José II,
los teatros cerraron durante el período de duelo en la corte. En los meses de
junio, julio y agosto de ese año se ofreció en 5 oportunidades.
A continuación, recordamos a Wolfgang Amadeus Mozart, con la
ópera Cosi Fan Tutte, en la versión de Edita Gruberova como Fiordiligi; el
papel de Dorabella, interpretado por Delores Ziegler, Teresa Stratas es Despina;
Ferruccio Furlanetto interpreta a Guglielmo; Ferrando, cantado por Luis Lima, y
Paolo Montarsolo es Don Alfonso, junto al Coro de la Staatsoper de Viena y la
Orquesta Filarmónica de Viena, todos bajo la conducción de Nikolaus Harnoncourt.
La acción se desarrolla en Nápoles, en el siglo XVIII.
Acto I
Escena 1: Terraza de un café
En un café, Ferrando y Guglielmo, dos oficiales, manifiestan
que sus novias les serán eternamente fieles. Don Alfonso se une a ellos y hace
una apuesta de cien cequíes con los dos oficiales, diciendo que él puede probar
en un solo día que estas dos mujeres (como todas las mujeres) son volubles.
Aceptan la apuesta: los dos oficiales fingirán que les llaman a la guerra;
luego volverán disfrazados y cada uno intentará enamorar a la amada del otro.
Las dos mujeres, que son hermanas, están alabando a sus
enamorados. Alfonso llega y anuncia las malas noticias: los oficiales han sido
llamados a la guerra. Ferrando y Guglielmo llegan, con el corazón roto, y se
despiden de ellas (quinteto: Sento, o Dio, che questo piedo è
restio—"Siento, oh Dios, mis pies están reacios"). Conforme el barco
se aleja hacia alta mar, Alfonso y las dos hermanas les desean un buen viaje
(trío: Soave sia il vento—"Que el viento sea suave") luego Alfonso,
que se ha quedado solo, se regodea prediciendo que las mujeres (como todas las
mujeres) serán infieles (arioso: Oh, poverini, per femmina giocar cento
zecchini?—"Oh, pobrecitas, apostarse 100 zequinos a una mujer").
Escena 2: Una habitación en casa de las hermanas
Despina, su doncella, llega y les pregunta qué va mal.
Dorabella lamenta su tormento de haber sido abandonada (aria: Smanie
implacabili—"Tormentos implacables"). Despina se burla de las
hermanas, aconsejándolas tomar nuevos amantes que reemplacen a los antiguos
(aria: In uomini, in soldati, sperare fedeltà?—"En hombres, en soldados,
¿esperáis fidelidad?"). Después de su marcha, llega Don Alfonso. Teme que
Despina reconozca a los hombres a pesar de sus disfraces, así que la soborna
para que le ayude a ganar la apuesta. Llegan los dos hombres, disfrazados como
albaneses con bigotes. Entran las hermanas y se alarman por la presencia de
hombres desconocidos en su casa. Los "albaneses" intentan conquistar
a las hermanas, llegando Guglielmo a señalar sus distintos encantos masculinos
(aria: Non siate ritrosi—"No seas tímida"), pero sin resultado.
Fiordiligi manifiesta que será leal (aria: Come scoglio—"Como una
roca"). Ferrando, que se queda solo y nota que va a ganar, alaba a su amor
(aria: Un'aura amorosa—"Una brisa amorosa").
Escena 3: Un jardín
Las hermanas se lamentan de su situación. De repente (todo
combinado con Alfonso) entran los "albaneses" y amenazan con
envenenarse con arsénico por ser objeto de crueldad de parte de las hermanas.
Don Alfonso intenta calmarlos, pero entonces beben el "veneno" y se
desmayan. Poco después, llega un médico, que no es otro que Despina disfrazada,
que, usando un gran imán (véase magnetismo animal), consigue revivir a los
"albaneses". Los hombres, recuperados pero en tono de sufrir una
alucinación, exigen un beso de las diosas que están ante ellos. Las hermanas
los rechazan, aunque Don Alfonso y el doctor (Despina) les instan a que lo
hagan, ya que es todo efecto del magnetismo y del envenenamiento.
Acto II
Escena 1: Dormitorio de las hermanas
Despina pide a las hermanas que accedan a los deseos de los
"albaneses" (aria: Una donna a quindici anni—"Una mujer de
quince años"). Después de que ella se va, Dorabella confiesa a Fiordiligi
que se siente tentada, y las dos se muestran conformes en que un mero flirteo
no hará daño y las ayudará a pasar el rato que tienen que esperar hasta que
regresen sus amados (dúo: Prenderò quel brunettino"—"Yo tomaré al
morenito").
Escena 2: El jardín
Dorabella y el disfrazado Guglielmo están emparejados, como
los otros dos. La conversación es bastante incómoda, y Ferrando se marcha con
Fiordiligi. Ahora que están solos, Guglielmo intenta cortejar a Dorabella. Ésta
no se resiste mucho y acaba entregándole un medallón, con el retrato de
Ferrando en su interior, a cambio de un dije con forma de corazón (dúo: Il core
vi dono—"Te entrego mi corazón"). Ferrando tiene menos éxito con
Fiordiligi (aria de Ferrando: Ah, lo veggio—"Ah, ya veo," y aria de
Fiordiligi: Per pietà, ben mio, perdona—"Por favor, amado mío,
perdona"), así que se enfada cuando más tarde descubre que el medallón con
su retrato ha sido tan rápidamente entregado al nuevo amante. Guglielmo al
principio simpatiza con Ferrando, (aria: Donne mie, la fate a
tanti—"Señoras mías, se lo hacéis a tantos") pero luego presume,
porque su enamorada le es fiel. Don Alfonso dice que pronto cambiarán las
cosas.
Escena 3: La habitación de las hermanas
Dorabella admite su indiscreción ante Fiordiligi (È amore un
ladroncello—"El amor es un ladronzuelo"). Fiordiligi, disgustada,
decide seguir al ejército para encontrar a su enamorado. Antes de que pueda
irse, sin embargo, llega Ferrando y sigue cortejándola; al final, Fiordiligi
acaba en sus brazos (dúo: Fra gli amplessi—"En los abrazos").
Guglielmo queda afligido. Ferrando se burla de él lo mismo que él antes había
sido burlado. Don Alfonso, ganador de la apuesta, dice que las perdonen, porque
Così fan tutte ("Todas las mujeres hacen lo mismo"), y así lo acaban
admitiendo Ferrando y Guglielmo.
Escena 4
La escena comienza como una doble boda para las hermanas y
sus novios "albaneses". Despina, disfrazada de notario, presenta el
contrato de matrimonio, y todos lo firman. Justo entonces se oye música militar
a lo lejos, anunciando el regreso de los oficiales. Don Alfonso confirma los
temores de las jóvenes: Ferrando y Guglielmo regresan. Los
"albaneses" corren a esconderse (en realidad, para cambiarse el
disfraz). Vuelven en su uniforme de oficial y manifiestan su amor. Guiglelmo
descubre a Despina disfrazada y el contrato nupcial, y, cuando lo leen, se
enfadan. Las hermanas se escudan en que fueron objeto de un juego cruel de don
Alfonso y de Despina. Don Alfonso les dice que es verdad, y que la prueba está
escondida, señalando el lugar a donde habían entrado los oficiales poco antes.
Entonces se marchan y vuelven poco después, vestidos la mitad como
"albaneses" y la otra mitad como oficiales. Se descubre que el médico
era en realidad Despina y las hermanas se dan cuenta de que las han engañado.
Al final, todo se perdona, y el grupo entero alaba la habilidad para aceptar
todos los momentos de la vida, tanto los buenos como los malos, con la
moraleja: feliz aquél que todo lo toma por el lado bueno.
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