Luego del accidentado ensayo en la Sociedad de Amigos de la
Música, y debido a las constantes quejas de los músicos por la dificultad y lo
extenso de la partitura, se la llevó a su casa, y no pudo estrenarla. Recordemos
que Schubert falleció en Viena, el 19 de noviembre de 1828.
Diez años después, Robert Schumann visitó su tumba, y posteriormente fue a la casa de Ferdinand Schubert, su
hermano, donde descubrió la obra en medio de una inmensa pila de manuscritos y
papeles desordenados.
Gracias a su iniciativa, Felix Mendelssohn la estrenó, el 21 de marzo de ese año, al frente de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, representación que fue elogiada por el Neue Zeitschrift, “reconociéndose merecidamente su verdadero valor”.
Tiempo después la sinfonía pasó a integrar el
repertorio de las grandes orquestas de todo el mundo.
Seguidamente, de Franz Schubert, la Sinfonía en Do Mayor Nº 9 D. 944, en la versión de la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Wolfgang Sawallisch.