jueves, 3 de noviembre de 2022

Aniversario del estreno de la ópera I due Foscari, de Giuseppe Verdi.


I due Foscari, o Los dos Foscari, es una ópera en tres actos compuesta por Giuseppe Verdi, con libreto en italiano de Francesco Maria Piave, basada en el drama histórico The Two Foscari, de Lord Byron. La obra narra las intrigas políticas de la antigua república de Venecia.

En 1843 Verdi, le propuso la ópera al Teatro La Fenice en Venecia, pero fue rechazada, considerada como inapropiada, ya que planteaba una crítica a las acciones de la República de Venecia, y ofendía a las grandes familias de Venecia que la habían gobernado, incluyendo a los descendientes de Foscari.

Finalmente el Teatro Argentina de Roma, accedió a estrenarla, y subió a escena, el 3 de noviembre de 1844. En París se presentó en 1846, y al año siguiente en Londres y Boston.

A continuación, de Giuseppe Verdi, la ópera I due Foscari, en la versión de Leo Nucci, tenor, como Francesco Foscari; el personaje de Jacopo Foscari, cantado por el tenor Francisco Casanova; Lucrezia, es la soprano Dimitra Theodossiou; el bajo Giorgio Giuseppini en el rol de Jacopo Loredano; el personaje de Barbarigo, en la interpretación del tenor Antonello Ceron; y la soprano Tiziana Tramonti, en el papel de Pisana; junto al Coro y la Orquesta del Teatro alla Scala de Milán, dirigidos por Riccardo Muti.


Síntesis argumental.

Acto I

En el palacio ducal, los miembros del Consejo de la Serenísima República de Venecia se han reunido para deliberar sobre un caso en que está involucrado Jacopo Foscari hijo del Dux, al que conducen ante ellos para aclarar su implicación en un delito de traición a la patria. Mientras tanto, en la cárcel, Jacopo se queja amargamente de su destino. En una de las salas del palacio de los Foscari, Lucrecia Contarini, esposa de Jacopo, se dispone a pedir justicia para su marido pero le llega la noticia de que ha sido condenado al exilio en Creta. Los miembros del Consejo de los Diez comentan entre ellos que Jacopo no se ha defendido de la acusación de haber mantenido relaciones secretas con un Sforza (familia enemiga de la república) y que por esa razón es justa la sentencia, a pesar de ser hijo del Dux. En su habitación privada, el viejo Dux Francesco Foscari, tremendamente amargado, se enfrenta con las contradicciones que le atormentan a una penosa lucha interior entre el deber del hombre político y el cariño paterno. Llega Lucrecia quejándose de la decisión del Consejo, dictada, según ella, por odio y venganza. Solicita la ayuda de su suegro, pero éste, por su condición, no puede influir en la sentencia. Francesco queda impresionado por el coraje de su nuera.

Acto II

En la prisión estatal, Jacopo se considera inocente, pero sabe que su padre no podrá defenderlo. Presintiendo su muerte, delira con espantosas visiones que le hacen caer al suelo desfallecido. Llega Lucrecia, quien le comunica la noticia de su destierro. Hace también su entrada el Dux, para aportar a la pareja un poco de consuelo. Se presenta el manipulador y malvado Loredano, enemigo de los Foscari, quien indica al Dux que debe confirmar la sentencia.

En la sala del Consejo del palacio ducal sus miembros solicitan la condena de Jacopo, que es acusado de tener tratos con el enemigo y haber dado muerte a Donati (miembro de una noble familia veneciana). Ni las súplicas de Jacopo a su padre, ni las de su esposa, ni la emotiva presencia de sus hijos hacen que el viejo Dux deje de ratificar la sentencia.

Acto III

La plaza de San Marcos al atardecer. Está a punto de comenzar una regata. Hay ambiente de fiesta entre los venecianos. En medio de tanta alegría aparece el cortejo que conduce a Jacopo al exilio. El joven se vuelve a su esposa rogándole que alivie el dolor de su padre y eduque a sus hijos en el valor y la virtud.

En los aposentos privados del Dux, el viejo Foscari llora y lamenta la partida de su hijo. En esos momentos le llega la noticia de que el verdadero asesino de Donati ha confesado su culpa con su último aliento. Por tanto, Jacopo puede demostrar su inocencia. Esta alegría resulta efímera, ya que Lucrecia llega en esos momentos, tremendamente afectada, para comunicarle a su suegro que Jacopo ha muerto de dolor, camino del destierro.

El Dux recibe un aviso para presentarse ante el Consejo de los Diez, quienes le exigen su inmediata dimisión. Francesco Foscari reacciona con orgullo ante el Consejo, alegando que durante sus treinta y cuatro años de mandato ha intentado dimitir en diferentes ocasiones y el Consejo no se lo ha consentido. Finalmente, el viejo Dux entrega el anillo y el tricornio, símbolos de su poder. En ese momento suenan las campanas que anuncian la elección del nuevo Dux, un miembro de la familia de los Malipiero. Los enemigos de los Foscari, dirigidos por Loredano, han ganado la partida. El viejo Foscari muere de angustia invocando el recuerdo de su hijo.