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publicó este recordatorio firmado por Oscar Zucchi.
Alberto Gambino
Nació en la ciudad de Buenos Aires. Su primera infancia
transcurrió compartida con la de los hermanos De Caro, las dos familias vivían
en casas linderas. Su padre fue maestro de música y quien le inculcó las
primeras nociones de teoría musical y la técnica de ejecución del violín,
instrumento con el que comenzó su carrera profesional.
Al mismo tiempo cursaba el colegio secundario que pronto
abandonó. Fue en el año 1911, cuando llegó a sus manos por primera vez un
bandoneón. El padre había inaugurado una confitería con orquesta típica e
incorporó un fueye pues el músico contratado no poseía uno. Al poco tiempo,
desertó y el instrumento ocupó un rincón de la casa. Cuando Alberto lo
descubrió, imitando lo que había visto, fue sacando algunas notas. El
entusiasmo lo llevó a practicar con ahínco.
Mientras tanto era violinista en el conjunto de El Rusito
Antonio Gutman en un café de San Juan, entre Maza y Boedo, fue entonces que le
solicitó a su director que le enseñara a tocar el bandoneón. Gutman no era un
dechado de técnica ni un paciente maestro y sólo le indicó los tonos que ya
conocía y había sacado de oído.
La primera pieza que aprendió fue “La payanca”. El destino
quiso que en ese local conociera al autor, Augusto Berto, que al escucharlo le
propuso integrar su orquesta, siempre como violinista. Actuó en los carnavales
de 1914 y también en el L'Hipodrome. En 1915, se presentó en el Teatro Coliseo,
donde quedó hasta 1921, formando parte de orquestas típicas y también, de las
de repertorio clásico.
De 1925 a 1928, se transformó en músico itinerante por la región
patagónica y tocando uno u otro instrumento. Al mismo tiempo, estudiaba para
perfeccionarse con el bandoneón, que iba desplazando al violín, su último
trabajo con éste, fue a su regreso, un reemplazo a Alejandro Scarpino.
Como fueyero se incorpora al elenco de LOY Radio Nacional
(luego llamada Belgrano). Tocó con la Típica Muraro en el restaurante El
Tráfico, de Avenida Alvear. Luego, estuvo en la orquesta del violinista César
Petrone, con actuaciones en LS9 La voz del aire. En 1930, fue director de la
orquesta de Radio Nacional, en el popular radioteatro Chispazos de Tradición.
Ya establecido con orquesta propia supo tener en sus filas a
Héctor Varela, a Alberto Marino en sus inicios y, en 1938, como primer
bandoneón a Ismael Spitalnik y como arreglador a Argentino Galván. También,
pasó por su conjunto Ernesto Famá que dejó dos temas grabados.
Como compositor no fue muy prolífica su producción, algo más
de 20 títulos. De ellos se destacan: “Acacias”, letra propia, grabado por
Francisco Lomuto con Fernando Díaz y también por Mercedes Simone, “A que mentir
ni jurar”, letra de Ivo Pelay, registrado por Gambino con Famá, “Callecita de
ensueño”, letra de J. L. Menache, grabado por Roberto Firpo con Príncipe Azul,
“Melenudo”, letra de Pablo Rodríguez, registrado por Mercedes Simone, con
guitarras, “Mi carnaval”, letra de Francisco Laino, grabado por la Típica
Ciriaquito, dirigida por Ciriaco Ortiz con Carlos Lafuente, “Mosterio”,
registrado por Lomuto con Fernando Díaz, “La porfiada” (ranchera) grabado por
Firpo con Príncipe Azul, “Pedile permiso”, letra de Jesús Fernández Blanco
(polca humorística), registrado por Francisco Canaro con Roberto Maida, “Fuegos
de artificio” (marcha), letra de Pelay, grabado por Gambino con Famá.
Extraído del libro: El Tango, el bandoneón y sus
intérpretes, Volume II, Editorial Corregidor.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con su interpretación de A Que Mentir Ni Jurar, en la voz de Ernesto Famá.