El Daruma es un típico amuleto japonés que
suele regalarse como deseo de buena suerte. Esta tradición tiene su centro en
el templo de Daruma en el monte Shorizan, prefectura de Gunma. Allí se honra la
memoria de Bodidharma (Daruma), un maestro zen que pasó nueve años sentado sin
moverse en meditación profunda dentro de una cueva. Todo un modelo de
autodisciplina y perseverancia. Cada 6 y 7 de enero se celebra el festival que
lo honra y puede encontrarse miles de estos pequeños muñecos. Su forma y su
tendencia a recuperar el equilibrio simbolizan la perseverancia y el esfuerzo
continuo.
La tradición dice que debes pintarle un ojo
mientras pides un deseo y se debe pintar el otro ojo cuando el deseo se haya
cumplido. La suerte se te desea para conseguir pronto el propósito, no para que
no hagas el esfuerzo.
Durante muchas generaciones fue usado para
pedir por una buena pesca o cosecha, pedir por salud y bienestar. Actualmente
suele regalarse en año nuevo, cumpleaños, al comienzo de algún proyecto, etc. "NANA KOROBI YA OKI" si siete veces
tropiezas, 8 te levantarás.
Prensa: Sergio Miyagi
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