José Cura nació en Rosario, Santa Fe, Argentina, el 5 de
diciembre de 1962. Director de orquesta, compositor y tenor.
Comenzó sus estudios musicales aprendiendo guitarra con Juan
di Lorenzo, y a los 15 años debutó como director coral. Al año siguiente,
comenzó a estudiar composición con Carlos Castro, y piano con Zulma Cabrera.
En 1982, estudió en la Escuela de arte de la Universidad Nacional
de Rosario, al año siguiente ocupó el cargo de director asistente del coro de
la institución. A los 21 años, ganó una beca para estudiar en la escuela de
arte del Teatro Colón de Buenos Aires, donde integró durante varios años en el
Coro, mientras cursaba composición y dirección.
En 1988 conoció a Horacio Amauri, quien le enseñó las bases
de su técnica de canto y en 1991, se radicó en Europa. Al año siguiente conoció al
tenor Vittorio Terranova, bajo cuya guía adquirió su maestría en el estilo de
ópera italiana.
En febrero de 1992 hizo su debut teatral en Verona,
interpretando el rol del padre en Pollicino de Henze, en Génova interpretó el Remendado de Carmen y el Capitán del Crossbowmen en Simón Boccanegra.
Son celebradas sus interpretaciones de Verdi y Puccini así
como los roles franceses, y es un actor comprometido, y carismático intérprete
en escena, que se ha presentado en producciones de ópera y conciertos, televisadas para
todo el mundo.
José Cura creó Cuibar Producciones, destinada a promover el
género y sus intérpretes, y es padrino de la ópera de New Devon y
vicepresidente de la British Youth Opera.
A continuación, celebramos el cumpleaños de José Cura, con
su interpretación de la ópera Cavalleria Rusticana, de Pietro Mascagni en una
producción de la Opera de Zurich.
Cavalleria rusticana es un melodrama en un acto con música
de Pietro Mascagni y libreto en italiano de Giovanni Targioni-Tozzetti y Guido
Menasci, basado en un relato del novelista Giovanni Verga. Está considerada
como una de las clásicas óperas del verismo, y se estrenó el 17 de mayo de 1890
en el Teatro Constanzi de Roma.
La acción se desarrolla en la Sicilia del siglo XIX en el
día de Pascua.
Turiddu, un joven del pueblo, ha vuelto del servicio militar
para encontrarse con el hecho de que, mientras él estaba afuera, su amor Lola,
se ha casado con Alfio, el próspero carretero del pueblo. En venganza, Turiddu
seduce a Santuzza, una muchacha del pueblo. Al empezar la ópera, Lola, muerta
de celos por Santuzza, ha comenzado una relación adúltera con Turiddu.
Sin haberse levantado aún el telón, comienza la ópera con
uno de los fragmentos para solistas más famosos, la serenata conocida como La
siciliana, que Turiddu dedica a Lola O Lola ch'ai di latti -"Oh, Lola,
bella como los brillantes brotes de la primavera". Lola y Turiddu hablan
fuera de escena. El telón se alza sobre la plaza principal del pueblo. Se ve,
al fondo a la derecha una iglesia y a la izquierda, la taberna y la casa de
Mamma Lucía, donde ella vive con su hijo Turiddu. Los hombres corren al reclamo
de amor de las mujeres, como vuela el pájaro al reclamo de su amada. Todo el
pueblo está reunido en la iglesia, delante de la taberna de Mamma Lucia. Los
parroquianos van entrando en la iglesia. Canta un coro Gli aranci olezzano -
""El aire es dulce con la flor de azahar", que se interpreta
frecuentemente en conciertos de coros de ópera, y un himno a la Virgen María.
Algunos campesinos entran en la iglesia, otros van paseando mientras su canto
disminuye.
Mamma Lucía sale de la taberna. Santuzza, que ha tenido
relaciones con Turiddu y sospecha que la ha traicionado con Lola, está
preocupada y se acerca a Lucía; le pregunta por Turiddu, pero ésta le responde
que él ha ido a Francofonte a comprar vino. Santuzza le dice que lo han visto
entrada la noche por el pueblo. Lucia le pide que entre para hablar, pero justo
en aquel momento Alfio se presenta con su carro, acompañado por los campesinos.
Él alaba las alegrías de la vida del carretero y la belleza de su esposa. Le
pide a Mamma Lucía algo de su mejor vino añejo. Ella le dice que se ha quedado
sin él y que Turiddu se ha ido a comprar más. Alfio replica que vio a Turiddu
por la mañana cerca de su casa. Lucia empieza a expresar su sorpresa, pero
Santuzza la detiene.
Alfio se une a los demás en la iglesia. En la procesión de
Pascua de Resurrección, todo el pueblo entona un himno de Pascua (Regina Coeli
Laetare) en el cual Santuzza y el coro entremezclan sus voces con sus
plegarias. El intermezzo musical y la oración Regina Coeli Laetare son los
fragmentos más famosos de esta ópera.
Todos entran en la iglesia. Sólo quedan fuera Mamma Lucia y
Santuzza. Mamma Lucía le pregunta a Santuzza por qué la ha hecho callar cuando
Alfio dijo que había visto a Turiddu aquella mañana. Santuzza revela su
sufrimiento (Voi lo sapete, o mamma - "Ahora lo sabrás", una de las
piezas para solistas más destacadas): antes de que Turiddu se hiciera soldado,
él le había jurado a Lola fidelidad eterna y cuando volvió, Lola se había
casado con Alfio. Turiddu trató de apagar la llama de su corazón con un nuevo
amor (Santuzza), pero parece que nunca se ha apagado la llama de su amor por
Lola. Lola, celosa, se ha dedicado desde entonces a seducir a Turiddu (me l'ha
rapito). Lucia se apena por Santuzza, a quien los habitantes del pueblo consideran
excomulgada debido a que ha sido seducida por Turiddu. Santuzza no puede entrar
en la iglesia, pero le ruega a Lucia que entre y que rece por ella.
Mamma Lucía entra a la Iglesia y llega Turiddu a la taberna,
según él, viene de Francofonte. Santuzza le dice que quiere hablarle, que por
la mañana ella lo vio, y también Alfio. Le dice que ella sabe que estuvo con
Lola. Turiddu piensa que lo ha espiado. Entonces empieza un dúo musical donde
Santuzza suplica a Turiddu que no la deje (oh, Turiddu, rimani ancora). Entra
Lola y canta su solo Fior di gaiggiolo, coquetea con Turiddu y se burla de
Santuzza; de ahí entra a la Iglesia. Turiddu se vuelve para seguir a Lola, pero
Santuzza le ruega que se quede. Turiddu la desdeña, la tira al suelo y se va a
la Iglesia. Santuzza termina deseándole una mala Pascua (D.: No, no Turiddu).
Entra en escena Alfio, buscando a Lola. Santuzza le cuenta
la infidelidad de Lola. Alfio está furioso y jura que se vengará (Ad essi, non
perdono, vendeta avro). Al quedarse la plaza vacía, suena el Intermezzo,
intermedio orquestal, pieza que suele interpretarse en conciertos.
Luego salen los pueblerinos de la iglesia. Turiddu está alegre
porque está con Lola y parece que Santuzza se ha ido. Invita a sus amigos a la
taberna de su madre, y canta un brindis Viva, il vino spumeggiante -
"¡Viva el vino espumoso!". Entonces llega Alfio; Turiddu le ofrece un
vaso de vino y Alfio lo rechaza violentamente, diciendo que se puede convertir
en veneno dentro de su pecho. Turiddu le responde "como quieras" y
arroja el vino. Las mujeres se llevan a Lola. Alfio reta a Turiddu; siguiendo
la costumbre siciliana, los dos hombres se abrazan y Turiddu, como muestra de
su aceptación, muerde la oreja de Alfio, haciéndole sangre, lo que significa
una lucha a muerte. Alfio se marcha y Turiddu llama a su madre. Le dice que va
a salir a airearse y, presintiendo el desenlace, Turiddu pide a su madre que lo
bendiga y que, si algo le pasara, cuidase de Santuzza como una hija (A.: Mamma,
quel vino è generoso.... Un bacio, mamma! Un altro bacio! — Addio! -
"Mama, aquel vino es generoso... Un beso, ¡mamá! ¡Otro beso! -
¡Adiós!".
Turiddu se marcha apresuradamente. Lucia, llorando, vaga sin dirección afuera de su casa. Santuzza se le acerca y la abraza. Los pueblerinos comienzan a rodearlas. En el huerto, Alfio mata a Turiddu. Se oyen voces a lo lejos, y una mujer grita Hanno ammazzato compare Turiddu - "Han matado al compadre Turiddu". Santuzza se desmaya y Mamma Lucía se desvanece en los brazos de las mujeres del pueblo.