Aída Elsa Ada Falcone, más conocida como Ada Falcón, nació en Buenos Aires, el 17 de agosto de 1905 y murió en Córdoba, el 4 de enero de 2002. Cantante de tangos.
El sitio www.todotango.com
publicó este recordatorio con la firma de Néstor Pinsón
Las voces femeninas en el tango irrumpieron casi al mismo
tiempo. Eso ocurrió en la década del veinte, entre 1923 y 1930. Llegaron y se
quedaron para siempre.
Si bien surgieron otros nombres en los años siguientes, para
sumarse a estas pioneras, ninguna las superó.
Cada una con su estilo y con su propio repertorio siguen
vigentes en las grabaciones. Tales los casos de Azucena Maizani y Rosita
Quiroga, que debutaron en el disco en 1923, Mercedes Simone y Tita Merello en
1927 y Tania en 1930.
Ada Falcón pertenece a esta generación de precursoras de
nuestro tango, quien comienza a grabar el 15 de julio de 1925.
Nació en el centro de la ciudad el 17 de agosto de 1905 y
fue la menor de tres hermanas, también cantantes. Amanda Falcón, sin mayor
trascendencia, y Adhelma Falcón, quien llegó al disco por lo menos en dos
oportunidades.
En su momento la cantante comentó que era hija natural de un
señor de rancio apellido de la sociedad argentina y, que en un lapsus de amor,
raptó a su madre y ella fue el resultado de tan atrevida gestión. Valga como
anécdota, no comprobada.
Pero sea cierta o no, resulta interesante atento la serie de
hechos que marcaron su conducta posterior. La ingerencia de su madre fue
notoria, pues fue ella la que decidió que su hija tuviera un destino artístico.
A los cinco años debuta ante el público como La Joyita
Argentina. Antes del año veinte actúa en un film mudo. Toda esta actividad
impidió que concurriera normalmente a la escuela y debió instruirse en su
propia casa.
Más adelante cuando está en su esplendor, el éxito y el reconocimiento público la embelesan, comportándose con los caprichos propios de una diva del cine estadounidense. Los hombres admiran su belleza y cantan loas a sus ojos verdes. Rehuye al contacto con el público, a tal punto que para sus presentaciones en Radio El Mundo —ya en el último tramo de su carrera— se niega a actuar en la sala principal y elige la sala F, de pequeñas dimensiones y a la que llaman la Sala Falcón.
Se pasea en un automóvil descapotable de color rojo, vive en
una casa de tres plantas en la zona más residencial de la ciudad, y ostenta
joyas y pieles. Hasta que comienzan sus distracciones, los largos encierros en
su mansión y llega a la curiosa situación de entrar a la iglesia de Nueva
Pompeya de rodillas y a hablar en voz alta con las imágenes.
A fines de 1942, la eclosión, abandona definitivamente la
vida artística, se retira y con su madre se traslada a un pueblo de la
provincia de Córdoba, ambas convertidas en terciarias Franciscanas. Esta
actitud la mantiene hasta la actualidad, enero del año 2000.
Ada Falcón posee un registro que iba de mezzosoprano a
soprano en las notas altas, un tono ligeramente engolado y cierta pretensión de
gorjeos líricos que le dieron un estilo personal e irrepetible. Todo lo cual se
sumaba a su natural temperamento que ponía la emoción en el lugar justo. Su
canto fue emotivo, de corte romántico, con la sensación que lo dirigía a un
amor perdido. Pese a la gravedad del color de su voz, se caracterizó por un
tono plañidero.
Como dijimos llegó al disco en 1925 acompañada por la
orquesta del maestro Osvaldo Fresedo para el sello Víctor. Retorna en 1929,
para el sello Odeon, luego del visto bueno del pianista Enrique Delfino, quien
la acompaña junto al guitarrista Manuel Parada en 14 temas.
Finalmente, es acompañada por el hombre fundamental en su vida, el director Francisco Canaro. Juntos llegaron al disco en alrededor de 180 oportunidades, comenzando un 24 de julio de 1929 cuando Ada Falcón hace el estribillo del tango “La morocha”, finalizando el 28 de septiembre de 1938. En 1942, graba su último disco con dos temas, el tango “Corazón encadenado” y el vals “Viviré con tu recuerdo” (ambos de Francisco Canaro e Ivo Pelay).
Con él tuvo una relación sentimental muy duradera. Y dos
hechos anecdóticos: el primero pinta a Canaro frente a una realidad. El
segundo, si no fue el detonante, por lo menos una circunstancia más para la
determinación final de Ada Falcón. Ambas historias me fueron contadas por un
músico de su orquesta, biógrafo parcial pero minucioso de Canaro.
Ada insistía en la separación de Canaro para que contrajera matrimonio con ella, ante esta requisitoria Canaro pareció estar de acuerdo, pero antes de comunicarle nada a la cancionista lo consultó con su abogado sobre las características del trámite y el tema económico. La respuesta fue obvia, la mitad de su dinero le correspondería a su esposa. Canaro nunca más pensó en separarse.
La segunda anécdota ocurrió durante el descanso de la
orquesta en un ensayo, donde Ada estaba sentada en las rodillas de Canaro. De
pronto se abrió la puerta de la sala donde se encontraban y apareció La
Francesa, apelativo con que se conocía a la señora de Canaro. Abrió su cartera,
sacó un revólver y amenazó furiosamente a Ada que salió corriendo. A los pocos
días se produjo la separación artística de la cantante con la orquesta.
En su trayectoria hizo una película sonora Ídolos de la
Radio, junto al gran cantor Ignacio Corsini y que fuera estrenada en octubre de
1934. En ella aparecen las cancionistas Tita Merello y Dorita Davis.
Fue excéntrica, vanidosa y arrogante, pero su belleza y sus grandes condiciones artísticas la convierten en uno de los hitos de las voces femeninas de nuestra música popular.
A continuación, recordamos a Ada Falcón, con su interpretación de Sentimiento gaucho.