miércoles, 26 de agosto de 2015

Guillaume Apollinaire


Wilhelm Albert Włodzimierz Apolinary de Kostrowicki, más conocido como Guillaume Apollinaire, nació en Roma, Italia, el 26 de agosto de 1880 y murió en París, Francia, el 9 de noviembre de 1918. Poeta, novelista y ensayista.

El sitio www.biografiasyvidas.com publicó este recordatorio

Guillaume Apollinaire (Wilhelm Apollinaris de Kostrowitzky; Roma, 1880 - París, 1918) Poeta francés que tuvo una influencia decisiva en la formación de las vanguardias de principios de siglo XX.

Hijo de una aristócrata polaca y de padre desconocido (acaso el oficial italiano Francesco d'Aspermont o un príncipe de la Iglesia), después de estudiar en liceos de Mónaco, Cannes y Niza viajó junto a su madre a París, pero las dificultades para encontrar empleo le obligaron a colocarse como preceptor de una familia en Alemania durante dos años. Frecuentó los círculos artísticos y literarios de la capital francesa, donde adquirió cierta notoriedad. 

Trabajó como contable en la Bolsa y como crítico para varias revistas, desde las que teorizó en defensa de las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Pablo Picasso y Georges Braque y el fauvismo de Henri Matisse, con los que compartió la vida bohemia de la época.
  
El núcleo de su obra fue la poesía, a la que entendía como un arte inseparable del conjunto de experiencias de la vida cotidiana. Fue una pieza clave en el paralelismo entre pintura y poesía que fracturó la problemática estética de las décadas anteriores y generó nuevas prácticas de vanguardia en la literatura y el arte modernos. 

Desde sus primeros poemas, escritos en 1897, expresó su inquietud por temas como el recuerdo, la angustia, el amor, la melancolía y el erotismo, y su intento de innovación literaria lo situó como una figura de transición entre el movimiento simbolista y el surrealista. Dirigió y editó una colección de clásicos eróticos (Los maestros del amor, 1909), colaboró en numerosas publicaciones, como París-midi, Mercure de France y Les Marges, en las que hacia 1909 firmaba con el seudónimo de Louise Lalane, y fundó las revistas Le Festin d'Esope (1903) y Les Soirées de París (1912).


Escribió las novelas eróticas Las once mil vergas (1908) y Las hazañas de un joven Don Juan (1908), y las prosas de El encantador en putrefacción (1909), obra basada en la leyenda de Merlín y Viviana al que siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso. 

Su libro de poemas El bestiario o el Cortejo de Orfeo (1911) refleja la influencia del simbolismo, al tiempo que introduce ya importantes innovaciones formales; el reconocimiento de la crítica le llegó con Alcoholes (1913), poemario que establecerá un singular puente entre las experiencias del simbolismo y las inmediatas vanguardias. 

En los años siguientes publicó La antitradición futurista (1913), Los pintores cubistas (1913), defensa encendida del nuevo movimiento como superación del realismo, La Roma de los Borgia (1914) y El poeta asesinado (1916), texto fantástico iniciado en 1900 en el que aplicó su refinada ironía en la propuesta de una campaña para exterminar a todos los poetas del mundo.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se alistó como voluntario en el ejército francés, donde obtuvo el grado de teniente y la condecoración de la Cruz de Guerra. El 17 de marzo de 1916 recibió una herida de metralla en la cabeza que dejó secuelas en su salud, y durante su convalecencia escribió algunos de sus textos más recordados, como los poemas gráficos de Caligramas (1918), "ideogramas líricos" que abrirán el camino a los experimentos de la poesía visual durante el resto del siglo, y los dramas surrealistas Los pezones de Tiresias (1917) y El color del tiempo (1918). El 2 de mayo de 1918 contrajo matrimonio con Jacqueline Kolb, y el 9 de noviembre del mismo año murió víctima de la epidemia de gripe que azotaba París.

En los poemas de Caligramas, aparecidos póstumamente, Guillaume Apollinaire llevó al extremo la experimentación formal de sus anteriores obras, preludiando la escritura automática surrealista al romper deliberadamente la estructura lógica y sintáctica del poema. Son célebres, por otro lado, sus «ideogramas», en que la tipografía servía para «dibujar» objetos con el texto mismo del poema, en un intento de aproximarse al cubismo y como expresión del afán vanguardista de romper las distinciones de géneros y artes.



A continuación, de Guillaume Apollinaire, el poema Le pont Mirabeau, en la interpretación de Léo Ferré.


El puente Mirabeau

El puente Mirabeau mira pasar el Sena
Mira pasar nuestros amores.
Y recuerda al alma serena
Que la alegría siempre viene tras de la pena
Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan.
Y aquí me dejan
Frente a frente mirémonos -las manos enlazadas-
Mientras que pasan bajo el puente
De nuestros brazos -fatigadas-
Las hondas silenciosas de nuestras dos miradas
Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan
Y aquí me dejan
El amor se nos fuga como esta agua corriente
El amor se nos va
Se va la vida lentamente
Cómo es de poderosa la esperanza naciente
Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan
Y aquí me dejan
Huyen el lento día y la noche serena
Mas nunca vuelven
Los tiempos que pasaron ni el amor ni la pena
El puente Mirabeau mira pasar el Sena
Viene la noche suena la hora
y los días se alejan
y aquí me dejan


Versión de Andrés Holguín