domingo, 21 de febrero de 2021

Henri Meilhac

Henri Meilhac nació en París, Francia, el 21 de febrero de 1831, y murió en su ciudad, el 6 de julio de 1897. Autor dramático, y libretista de operetas y ópera

El sitio www.ecured.cu publicó este recordatorio.

Henri Meilhac

Henri Meilhac fue un autor dramático, libretista de operetas y ópera francés. En colaboración con Halévy, escribió óperas bufas, a las que Offenbach puso música (La bella Helena, 1864; La gran duquesa de Gérolstein, 1867; La Perrichola, 1868; El pequeño duque, 1878) y varias comedias (Fru-fru, 1869; La bola, 1874)

Síntesis biográfica

Nació en Paris el 21 de febrero de 1831. Estudió en el Collège Louis-le-Grand y, después, se puso a trabajar en una librería. Trabajó seguidamente como diseñador para el "Journal pour rire", de 1852 a 1855 firmando con el pseudónimo de Thalin, además de colaborar con artículos en diversas revistas.

Conoció a Ludovic Halévy en 1860 y comienza una colaboración que duraría más de veinte años, y durante la cual escribieron los más célebres libretos para las operetas de Jacques Offenbach: La Belle Hélène (1864); La vie parisiense (1866); La Grande-Duchese de Gérolstein (1867); y La Périchole (1868). Asimismo escribieron el libreto de Carmen de Georges Bizet (1875). Fue el autor de los libretos de Charles Lecocq y de Florimond Ronger, llamado Hervé.

Participó en la confección de otros libretos con Mam’zelle Nitouche (1883), con Albert Millaud (1844) y Manon de Jules Massenet con Philippe Gille. Y ayudó a Georges Feydeau en sus comienzos.

Fue nombrado miembro de la Academia francesa el 26 de abril de 1888, ocupó el sillón nº 15, sucediendo a Eugene Labiche. Murió en París el 6 de mayo de 1897.

A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento, con la ópera Manon, ópera en cinco actos y seis escenas con música de Jules Massenet y libreto en francés de Henri Meilhac y Philippe Gille, basado en la novela del abate Prévost, Manon Lescaut, que también inspiró la ópera homónima a Giacomo Puccini. Fue estrenada la Opéra-Comique de París el 19 de enero de 1884.

 

Personajes e intérpretes:

Manon Lescaut: Elsa Dreisig; Poussette: Elbenita Kajtazi; Javotte: Narea Son; Rosette: Ida Aldrian; El Caballero Des Grieux: Ioan Hotea; El Conde Des Grieux: Dimitry Ivashchenko; Lescaut: Björn Bürger; Guillot-Morfontaine: Daniel Kluge; de Brétigny: Alexey Bogdanchikov; junto al Coro y la  Orquesta Filarmónica de la Opera Estatal de Hamburgo, dirigida por Sébastien Rouland.

La acción se desarrolla en Francia, durante el reinado de Luis XV.

Acto I

El patio de una posada en Amiens

De Brétigny, un noble, acaba de llegar, en compañía de Guillot, un viejo libertino que es Ministro de Finanzas, junto con tres jóvenes y coquetas actrices. Mientras el posadero sirve la cena a la partida, la gente de la ciudad se reúne para la llegada de la diligencia desde Arras. Entre ellos está Lescaut, un guardia, que dice a sus camaradas que planea encontrarse con una paisana. Aparece la diligencia, y entre la multitud Lescaut rápidamente identifica a su frágil prima, Manon, quien aparece algo confundida (Je suis encore tout étourdie) pues este es su primer viaje, el que la lleva al convento.

Manon es acosada por el oportunista Guillot, quien le dice que tiene un carruaje esperando, y en el cual pueden marcharse juntos. Su torpe seducción es interrumpida por el regreso de Lescaut, quien entonces aconseja a la joven (Regardez-moi bien dans les yeux) sobre el comportamiento apropiado. Él la deja desatendida una vez más y ella admira a las tres actrices vestidas a la moda, pero se lo reprocha a ella misma (Voyons, Manon), jurando de manera poco convincente librarse de todas las visiones mundanas.

Des Grieux, que viaja a casa para ver a su padre, ve a Manon, e instantáneamente se enamora de ella. Cuando se le acerca, ella queda encantada por su comportamiento caballeroso (Et je sais votre nom), y rápidamente intercambian votos de amor. Los dos viajes planeados para ellos, la de ella al convento y el de des Grieux a su casa, se abandonan inmediatamente, pues deciden huir juntos (Nous vivrons à Paris). Pero hay insinuaciones de aspiraciones incompatibles: mientras él regresa, una y otra vez, a "tous les deux" (juntos), la frase que ella repetidamente acaricia es "à Paris". Haciendo buen uso del carruaje proporcionado por el disgustado Guillot, los amantes se escapan.

Acto II

Manon y Des Grieux en su apartamento de París

Con poca esperanza, Des Grieux escribe a su padre, pidiéndole permiso para casarse con Manon. Lescaut entra con la intención de crear una escena, acompañado por De Brétigny, quien está disfrazado de guardia. Pero su preocupación por el ofendido honor de la familia es solo camuflaje de su alianza con su amigo. Intentando demostrar sus intenciones honorables, Des Grieux muestra a Lescaut la carta a su padre. Mientras tanto, De Brétigny advierte a Manon que Des Grieux va a ser secuestrado esa tarde, por orden de su padre, y le ofrece a ella su protección y riqueza, intentando convencerla de que puede aspirar a un futuro mejor.

Después de que los dos visitantes se vayan, Manon parece dudar entre aceptar la oferta de Brétigny y advierte a Des Grieux. Cuando su amante se va a enviar la carta, ella se despide del humilde hogar que han compartido (Adieu, notre petite table) lo que deja claro que ha decidido irse con De Brétigny. Desconociendo su cambio de corazón, Des Grieux vuelve y transmite su visión más modesta de su futura felicidad (En fermant les yeux, la "Canción del sueño", en un tiempo famosa). Saliendo fuera para investigar una aparente perturbación, él es secuestrado y deja a Manon sola.

Acto III

Escena 1: París, el malecón de Cours-la-Reine en un día festivo.

Entre la lista de los veraneantes y vendedores de todo tipo, se encuentran Lescaut y Guillot, el último aun flirteando con las jóvenes actrices, mientras Lescaut expresa los gozos del juego (À quoi bon l'économie?). De Brétigny llega, pronto se le une Manon, ahora suntuosamente vestida y con una fila de admiradores. Ella canta sobre su nueva situación (Je marche sur tous les chemins), a lo que le sigue una gavota (Obéissons quand leur voix appelle) sobre las alegrías del amor y la juventud.

El padre de Des Grieux, el conde, saluda a de Brétigny y Manon oye que su anterior amante ya no es Chevalier sino Abbé porque ha entrado en el seminario de Saint-Sulpice. Acercándose al conde, Manon intenta descubrir si su hijo aun la ama. Guillot luego intenta ganar a Manon llevando bailarines de ballet de la Académie Royale de Musique, que ella había dicho que deseaba ver. Sin embargo Manon queda atrapada por el deseo de ver a Des Grieux una vez más, y admite, cuando se lo preguntan, que ella no presta atención a los bailarines, para disgusto de Guillot. Manon se apresura a ir al seminario de Saint-Sulpice.

Escena 2: Saint-Sulpice

Desde la capilla, la congregación está saliendo, entusiasta por el sermón del nuevo abate (Quelle éloquence!). Des Grieux entra, con vestidura sacerdotal, y su padre añade su voz al coro de alabanza, pero intenta disuadir a su hijo de esta nueva vida, de manera que pueda perpetuar el nombre familiar (Epouse quelque brave fille).

Él se marcha, habiendo fracasado a la hora de hacer cambiar de opinión a su hijo y Des Grieux, a solas, recuerda a Manon (Ah! Fuyez, douce image). Al rezar, aparece la propia Manon, para implorar el perdón por su deslealtad. Furiosamente, intenta rechazarla, pero cuando (en N'est-ce plus ma main?) ella recuerda sus pasadas intimidades, vence su resistencia y sus voces se unen en un apasionado reconocimiento de amor.

Acto IV

Un salón de juego en el Hôtel de Transylvanie

Lescaut y Guillot están jugando, y las tres jóvenes actrices están preparadas para unirse a cualquiera de los ganadores. Manon llega con Des Grieux quien le declara su total amor: (Manon! Manon! Sphinx étonnant). Le convencen para jugar, con la esperanza de obtener la riqueza que ella ansía. Juega a las cartas con Guillot, y le gana una y otra vez, mientras Guillot dobla y redobla la apuesta. Mientras Manon se regocija, Guillot acusa a Des Grieux de hacer trampas. Des Grieux lo niega y Guillot se marcha, regresando poco después con la policía, ante quien denuncia a Des Grieux como timador y a Manon como disoluta.

Entra el padre de Des Grieux y dice a su hijo que intercederá por él, pero no por Manon. En un gran conjunto, con Guillot regocijándose por su venganza, Manon lamentando el final de toda alegría, Des Grieux jurando defenderla y el resto expresando consternación y horror, se llevan a la pareja arrestada.

Acto V

Un lugar desolado cerca de la carretera a Le Havre

Condenada como mujer de mala fama, Manon ha sido sentenciada a ser deportada. Des Grieux, liberado por la intervención de su padre, y un penitente Lescaut, ahora su aliado, esperan asaltar el convoy en el que llevan a Manon al puerto. Un destacamento de soldados llega con sus prisioneros. Los rescatadores en potencia reconocen lo desesperado de atacar una escolta tan fuerte, pero Lescaut consigue sobornar a un sargento para que permita a Manon retrasarse hasta la tarde. El convoy marcha adelante, y una enferma y agotada Manon cae al suelo a los pies de Des Grieux.

En sus brazos, cerca del delirio, ella revive su anterior felicidad. Des Grieux le dice que el pasado puede volver pero Manon, ahora calmada, sabe que es demasiado tarde. Con las palabras Et c'est là l'histoire de Manon Lescaut ella muere.