martes, 23 de febrero de 2021

Aniversario del estreno de la obra de teatro El Barbero de Sevilla

El barbero de Sevilla o La precaución inútil, es una obra de teatro en cuatro actos de Pierre-Augustin de Beaumarchais. Fue representada por primera vez el 23 de febrero de 1775 en la Comédie-Française del Palacio de las Tullerías en París. Es la primera parte de La trilogía de Fígaro. La completan Las bodas de Fígaro de 1778, llevada a escena en 1784, y La madre culpable de 1792. El argumento está inspirado en La escuela de las mujeres, de Molière, que a su vez se inspiró en una obra de Paul Scarron, y en la obra El celoso extremeño de Miguel de Cervantes.

El conde de Almaviva, enamorado de Rosina está dispuesto a arrebatársela a Bartolo, su viejo tutor, que la pretende para casarse. Disfrazado intenta llevar a cabo su plan y se encuentra con Fígaro, un antiguo criado suyo que lo ayudará a cumplir sus deseos.

El barbero de Sevilla fue adaptada dos veces a la ópera. El primera fue la de Giovanni Paisiello en 1782, y la segunda, la de Gioachino Rossini en 1816. Las bodas de Fígaro, inspiró la ópera Le nozze di Figaro con música de Wolfgang Amadeus Mozart, y estrenada en Viena en 1786.

El barbero de Sevilla, título original en italiano, Il barbiere di Siviglia, es una ópera bufa en dos actos con música de Gioachino Rossini y libreto en italiano de Cesare Sterbini, basado en la comedia del mismo nombre de Pierre-Augustin de Beaumarchais. Su título original era Almaviva, o sea la precaución inútil, para distinguirla de El barbero de Sevilla de Paisiello. El estreno, tuvo lugar el 20 de febrero de 1816, en el Teatro Argentina de Roma. Es una de las grandes obras maestras de la comedia dentro de la música. Pasaron más de 200 años de su estreno, y su permanencia en la escena atestigua su grandeza.

A continuación, recordamos el estreno de la ópera El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini, en la versión de Vasselina Kasarova como Rosina, Manuel Lanza en el rol de Fígaro, Reinaldo Macias como Almaviva, Nikolái Ghiaúrov en el papel de Basilio, Carlos Chausson interpretó a Bartolo, Valeri Murga es Fiorillo, y Peter Kalmán interpreta a un Oficial, junto al Coro y la Orquesta de la ópera de Zürich, dirigida por Nello Santi.


Argumento

Plaza enfrente de la casa del doctor Bartolo, en Sevilla

En una plaza pública en las afueras de la casa del viejo doctor Bartolo, una banda de música y un pobre estudiante llamado Lindoro están dando una serenata, sin resultado, ante la ventana de Rosina (Ecco ridente in cielo - "Aquí, riendo en el cielo"). Rosina es una pupila del doctor y este quiere casarse con ella. Lindoro, quien en realidad es el joven Conde Almaviva disfrazado, espera conseguir que la bella Rosina le ame por sí mismo y no por sus títulos o su dinero. Almaviva paga a los músicos cuando se marchan, quedando él entristecido y solo.

Fígaro, que presume de ser el barbero más famoso de Sevilla y de que eso le abre todas las puertas, se acerca cantando (Aria: Largo al factotum della città - "Abrid paso al factótum de la ciudad"). Aprovechando que Fígaro fue en el pasado sirviente del Conde, le pide ayuda para encontrarse con Rosina, ofreciéndole dinero en caso de que logre arreglarlo. (Dúo: All'idea di quel metallo - "A la idea de aquel metal"). Fígaro aconseja al Conde que se disfrace de soldado borracho, para que le sirva de pretexto para que el doctor Bartolo le dé alojamiento en su casa amparándose en la obligación legal que recaía sobre los ciudadanos de acoger a las tropas cuando estas se desplazaban. Fígaro es generosamente recompensado por esta sugerencia.

Casa del doctor Bartolo

La escena comienza con la cavatina de Rosina: Una voce poco fa - "Una vocecita hace poco". Rosina escribe una carta a Lindoro. Conforme está abandonando la habitación, entran el Dr. Bartolo y D. Basilio, un profesor de música. Este le cuenta sobre la llegada a Sevilla del conde de Almaviva enamorado en secreto de Rosina. Bartolo sospecha del Conde y pretende firmar el acta de casamiento con Rosina ese mismo día, y Basilio le aconseja que se quite de en medio al conde creando rumores falsos sobre él.

Cuando los dos se han ido, entra Fígaro a la casa y se entrevista con Rosina. Fígaro le pide a Rosina que escriba una carta a Lindoro y él se la hará llegar. (Dúo: Dunque io son…tu non m'inganni? - "Entonces yo soy la que... ¿no me estás engañando?"). Aunque sorprendida por Bartolo, Rosina consigue engañarlo, pero él sigue sospechando. (Aria: A un dottor della mia sorte - "A un doctor como yo").

Conforme la sirvienta del Dr Bartolo, Berta, intenta abandonar la casa, se encuentra con el Conde disfrazado de soldado ebrio. Temiendo a este borracho, Berta se apresura a acudir donde Bartolo en busca de protección e intenta alejar al supuesto borracho, pero no lo logra. El Conde consigue unas palabras con Rosina, susurrándole que es Lindoro y le entrega una carta. El vigilante Bartolo sospecha y exige saber qué es esa pieza de papel en las manos de Rosina, pero ella le engaña entregándole la lista de la lavandería. Bartolo y el Conde empiezan a discutir y, cuando Basilio, Fígaro y Berta aparecen, el ruido atrae la atención del oficial de la guardia y sus hombres. Bartolo cree que el Conde ha sido arrestado, pero Almaviva solo tiene que mencionar su nombre al oficial para quedar en libertad. Bartolo y Basilio están asombrados y Rosina se burla de ellos. (Final: Fredda ed immobile - "Fría e inconmovible").

Acto II

Casa del Doctor Bartolo

Almaviva de nuevo aparece en casa del Doctor, esta vez disfrazado como alumno de canto y pretendiendo actuar como un sustituto de su, supuestamente, enfermo maestro Basilio, habitual maestro de música de Rosina. Inicialmente, Bartolo sospecha, pero permite a Almaviva entrar cuando el Conde le da la carta de Rosina. En ella describe el plan de Bartolo de desacreditar a Lindoro quien él cree que es un sirviente del Conde y pretende conseguir mujeres para su amo. Para no dejar a Lindoro solo con Rosina, el Doctor Bartolo hace que Fígaro le afeite. (Quinteto: Don Basilio! — Cosa veggo! - "¡Don Basilio! — ¿Qué veo?").

Cuando Basilio aparece de repente, le sobornan con una bolsa de Almaviva para que se finja enfermo. Finalmente Bartolo detecta el truco, echa a todo el mundo de la habitación y se apresura a ir a un notario para redactar el contrato de matrimonio entre él y Rosina. También muestra a Rosina la carta que ella escribió a "Lindoro", y la convence de que Lindoro es meramente un servidor de Almaviva.

La escena queda vacía mientras la música crea una tormenta. El Conde y Fígaro suben por una escalera hasta el balcón y entran en la habitación por la ventana. Rosina muestra la carta a Almaviva y expresa sus sentimientos. Almaviva revela su identidad y los dos se declaran su amor. Mientras Almaviva y Rosina están absortos el uno en el otro, Fígaro les urge que se marchen. Se oye a dos personas que se acercan a la puerta, e intentando escapar por la escalera, se dan cuenta de que la han quitado. Los que se acercan son Basilio y el notario. Basilio tiene que elegir entre aceptar un soborno y ser testigo o recibir dos balas en la cabeza (una elección fácil, dice él). Él y Fígaro firman como testigos el contrato de matrimonio entre el Conde y Rosina. Bartolo entra pero es demasiado tarde. El aturdido Bartolo (que era quien había quitado la escalera) queda tranquilo cuando le permiten quedarse con la dote de Rosina.