Patricio Bunster Briceño nació en Santiago, de Chile, Chile, el 19 de octubre de 1924, y murió en su ciudad, el 24 de septiembre de 2006. Bailarín, coreógrafo, y actor.
El sitio www.memoriachilena.gob.cl
publicó este recordatorio.
Patricio Bunster Briceño (1924-2006)
Figura clave en la conformación de un movimiento de danza en
Chile durante la segunda mitad del siglo XX, Patricio Bunster Briceño formó
parte de la primera generación de coreógrafos que emergieron al alero del
Ballet Nacional Chileno...
Figura clave en la conformación de un movimiento de danza en
Chile durante la segunda mitad del siglo XX, Patricio Bunster Briceño formó
parte de la primera generación de coreógrafos que emergieron al alero del
Ballet Nacional Chileno. Junto con consagrarse como un eximio intérprete en
momentos en que se sistematizaba la instrucción de bailarines, recogió de sus
maestros Kurt Jooss, Ernst Uthoff y Sigurd Leeder las herramientas para acrisolar
un lenguaje propio que diera cuenta de la memoria social y las disyuntivas de
Sudamérica durante los álgidos años sesenta y setenta. El contacto con el surco
renovador que en Europa abriera la danza expresionista significó para Bunster
dar un salto en la escenificación de su ideario político y convertirse en un
precursor de la llamada danza social.
Fruto de esa amalgama de influencias, nacieron las
producciones que le reportaron temprana celebridad y reconocimiento: Calaucán
(1959) y La silla vacía (1968), llevadas a escena junto al Ballet Nacional. En
ellas, Bunster moldeó los elementos que conformaron el sello que distinguió a
la veintena de piezas que dirigió antes de partir al exilio en 1973: la
exploración de las posibilidades dramáticas de los cuerpos en escena; el
énfasis en el histrionismo; la utilización de una narrativa kinética de fácil
lectura; la reflexión en torno a distintos capítulos de la memoria local a
través de las coreografías; y el uso de composiciones pertenecientes a la llamada
Nueva Canción Chilena, a raíz de su estrecha colaboración con el actor y
cantautor Víctor Jara.
Las ideas americanistas le otorgaron un sustento
significativo a su propuesta y sus trabajos fueron vistos como exponentes de
una danza inspirada en fuentes originarias, en contraste con el influjo de la
academia, los rígidos códigos del ballet y las corrientes europeas
predominantes. Esta valoración de lo autóctono convirtió a Bunster en un
referente a nivel iberoamericano, no obstante ser considerado también como el
principal maestro del llamado método Leeder en el continente.
A su regreso a Chile, la carrera de Bunster se coronó con La
vindicación de la primavera, una versión de la célebre pieza de Igor Stravinsky
que invitaba a una lectura política en momentos en que crecía la tensión
interna en el país.
A lo largo de sus seis décadas de trabajo, sin descuidar su
activismo artístico, Bunster privilegió la labor formativa de bailarines y
coreógrafos. Si en los años sesenta abrazó esa tarea desde la Escuela de Danza
de la Universidad de Chile, a partir de los ochenta lo hizo desde el Centro de
Danza Espiral, siempre con el afán de transmitir su convencimiento de que
"la danza puede ser una forma de optimismo que lleva a ver, aún en las
cosas más desastrosas, un atisbo de que todo puede mirarse de otro modo",
como afirmó un año antes de morir.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con Poema 15, en la versión de Isidora Guzmán y David Correa, y la voz de
Víctor Jara.