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Cordon / Elena Calvo. |
Kim Ann Deal nació en Dayton, Ohio, Estados Unidos, el 10 de junio de 1961. Cantante, compositora, bajista y guitarrista.
El sitio www.revistavanityfair.es publicó este artículo firmado por Alberto Moreno.
Ego, envidias y post punk: la convulsa historia de Kim Deal, infravalorada bajista de los Pixies que siempre reía y fumaba y pudo ser la mejor cantante de todos los tiempos
La primera bajista y corista de los Pixies tiene pendiente de lanzamiento Nobody Loves You More. Según decía el productor Steve Albini (Nirvana), quizá sea la mejor cantante de la historia.
Por Alberto Moreno 29 de septiembre de 2024
Kim Deal fue la única que respondió al anuncio de un periodico local de Boston firmado por Charles Thompson y Joey Santiago, que en 1986 buscaban una bajista para poner en marcha su grupo, los Pixies. Los dos amigos, compañeros de habitación en la universidad, contaban con un puñado de canciones que iban del post punk al surf pasando por rock católico, con letras de tintes surrealistas, influidas por David Lynch o Luis Buñuel. Se juntaron en casa del líder y solista Thompson, apodado Black Francis, y ella se limitó a escuchar el material interpretado por los dos hombres como en una especie de casting inverso. Les sacaba cuatro años a cada uno. Al acabar, le gustó lo que había oído y aquello le sirvió para fichar por la banda sin mediar más palabra. Deal siempre había tocado la guitarra, pero aceptó el gregarismo del bajo porque no había otra plaza disponible.
En las letras de los Pixies se distinguían partes en castellano, fruto de la estancia de la leve estancia de Thompson en Puerto Rico. En otras apenas se adivinaba un griterío gutural rodeado de una mezcla de palabras casuales extraídas de conversaciones “que siempre quedaban bien en los versos”, según su autor. Su música fue tan salvaje, inesperada y rabiosa que los catapultó al éxito internacional ya con su primer disco Surfer Rosa. De hecho, gracias a su prematuro ingreso en la discográfica inglesa 4AD fueron más conocidos en Europa que en su Boston natal durante aquellos inicios. Entre sus fans se contaban David Bowie y un jovencísimo Kurt Cobain.
Después de una legendaria maqueta titulada The Purple Tape y del minidisco Come on Pilgrim, que grabarían con otro chico de la zona, el batería Dave Lovering, se encerraron en el estudio con el ingeniero de sonido Steve Albini (quien después trabajaría con Nirvana y era uno de los ingenieros de sonido más respetados de la época), que procuró que aquel material que llevaba años rondando la cabeza y cuadernos de Black Francis viera la luz de la manera más fiel y directa posible a como había sido concebido originalmente. Sucio, urgente, desesperado.
Albini se negaba a adulterar el sonido de las bandas. No cobraba demasiado por su trabajo haciendo las mezclas ni por alquilar su estudio. Su tarifa dependía de lo bueno que considerara el material, de si le gustaba la discográfica, de si le caían bien o mal los chicos y de si rockeaban. A pesar de que la crítica musical sitúa a los Pixies como uno de los grupos más reputados que alguna vez produjo, a él no le gustaban demasiado como banda ni como repertorio. “No me gustaban mucho los Pixies aunque puedo llegar a decirte que quizá que Kim Deal fuera la mejor cantante de la historia”, explicó a los periodistas Josh Frank y Caryn Ganz, autores de Engañar al mundo: La historia oral de una banda llamada Pixies (Liburuak, 2023).
En el mismo libro Jean Walsh, ex mujer de Francis, cuenta que poco después de lanzar Surfer Rosa en 1988 coincidieron los dos con Iggy Pop en el backstage de un festival y que su marido se le acercó para que firmase el micrófono porque era su mayor ídolo, a lo que Iggy respondió: “Ah, sí, Gigantic”. De todas las canciones que tenían, esa era la única en la que Thompson no era vocalista principal. “Aquello le partió por la mitad”.
La historia de los Pixies es la del choque de dos trenes, como suele suceder en muchas bandas de rock. Doolittle, lanzado en 1989 y considerado, junto a Surfer Rosa, uno de los 25 mejores discos de la década de los 80 según la influyente revista Uncut, fue el detonante del conflicto, pues Deal llegó a contar después de su gira, que se había sentido excluida del proceso creativo. Es difícil establecer si la culpa la tuvo que fuera la favorita del público, con los consiguientes celos de Francis, por sus proyectos artísticos paralelos o por sus despistes (varios) y adicciones (muchas), pero ella se vio cada vez más orillada y aprovechó el parón creativo de su banda titular a principios de los 90 para impulsar su propio grupo, The Breeders, junto a Tanya Donelly (Throwing Muses), Josephine Wiggs y la violinista Carrie Bradley, donde escribía, era vocalista principal y, ahí sí, tocaba la guitarra. Desde adolescente, Kim Deal siempre quiso cantar y tocar lo-fi.
El periodista y escritor musical Kurt St. Thomas, referente en la época y uno de los mayores expertos en Nirvana, confesaría que “estaba tan enamorado de Kim que me fijé en el resto de la banda. Había dos vocalistas, y eso me gustaba mucho aunque no sonaran muy parecidos. Lo de Joey era algo de otro mundo. Cuando se metía en un solo, doblaba las cuerdas de la guitarra, y no sé muy bien cómo desafinaba, pero a la vez sonaba de muerte. Pero sin duda Kim era la que más energía tenía en el escenario. Luego Charles era el que estaba cantando y manejando el timón. [...] Mientras, Joey se metía en esos solos de guitarra que parecían espasmos, Kim era simplemente eso, divertida. Recuerdo pensar que era maravillosa, ya solo por las cosas graciosas que hacía, como guiñar el ojo a la gente mientras tocaba. Charles cantaba en la mayoría de los temas, así que ella se ponía a hacer cosas entre sus partes vocales”. Según St. Thomas, Kim era una verdadera y legítima estrella del rock que se comportaba como tal sin pararse a pensarlo siquiera. Una vez, después de una entrevista que acababa de darme me dijo: “Y ahora me voy a echar una buena cagada y después bailaré como una negra toda la noche”.
Shirley Manson, cantante y compositora de Garbage, estaba locamente enamorada de los Pixies. “Siempre me ha gustado la forma de cantar de Kim. Tenía un tono de voz súper chulo que parecía conseguir sin ningún esfuerzo, una especie de fraseo perezoso que me encantaba. Recuerdo que cuando descubrí que era bajista me pareció que molaba muchísimo más. No solo era capaz de cantar así, sino que también sabía tocar. Según Manson, Deal nunca acaparaba el protagonismo ni buscaba llamar la atención, convirtiéndose en “el soldado perfecto de la banda” [...]. “Es algo que respetaba mucho de ella. Esa genialidad, que parecía conseguir sin esfuerzo, atraía a la gente hacia ella como si se tratara de un campo magnético”. Mientras todo explotaba a su alrededor, Kim Deal reía y fumaba.
Black Francis, de cuyo influjo es imposible escaparse cuando se habla de la historia de la banda, confesó en 2003 que su personalidad y la de los demás miembros de los Pixies se dejaba ver tanto en los conciertos como en las grabaciones. “...pero sobre todo en los conciertos. En el caso de Kim, la gente simplemente la adora. Puede estar de pie, simplemente fumando un cigarro, y la gente empieza: ‘Kim! ¡Kim! ¡Kim!’. Y el motivo por el que la adoran es porque ella está comportándose tal y como es. Y se dan cuenta. Nadie le pregunta cuál es su rollo, o cómo es ella, o de qué va. Olvídate del arte. Hay una persona ahí de pie y simplemente está en plan: soy Kim Deal y esto es lo que soy”. Daba igual si le aplaudían o la vitoreaban, Kim Deal siempre reía y fumaba.
Cuenta Deal que “en el escenario Joey no solía soltar prenda y David [Lovering, el batería] ni siquiera tenía micrófono, Charles se ponía afinar las cuerdas o algo por el estilo y yo seguramente hablaba. Es divertido hacer que el público se cabree. Si estás en Toronto, joder, llámalo Detroit para que se enfaden. Es fácil y no es que pretenda ir de malas, simplemente dices Hola, Detroit, y seguro que lo pillan. A ver, cómo van a creerse que de verdad no sabemos dónde estamos. Y eso acojona a esos cabrones”. “Hay un muro impenetrable entre la banda y el público —confesó a Frank y Ganz para el libro—. La sonrisa perenne es solo nerviosismo. No sonrío mucho normalmente”.
Fue en 1989, en Stuttgart, ella estaba cantando Into The White, y justo al final se repetía el verso “Into the white, into the white…”, “y creo que Charles pensó que no lo estaba haciendo con suficiente entusiasmo, no sé”, explicó Deal. “Así que acabó lanzando una guitarra acústica que me dió de refilón en la pantorrilla y cayó a mis pies. Me di la vuelta y lo miré, y por supuesto se escondió detrás de Joey. Joder, qué idiota. Qué cabrón. A veces te sientes estúpido ante el micrófono. Puede que ese día no estuviera en mi mejor momento y no dijera los Into the white del final como se debía. Sea como fuere, yo que sé, fue problema de Charles; se sentía raro y me tiró una guitarra. Yo me quedé en plan ‘pero, ¿qué coño?’. ¡Alguien me acaba de tirar algo cuando estaba delante del micrófono cantando su canción con la letra que él mismo escribió! ¡Si a mí ni siquiera me gusta cantar canciones de otras personas! ¡Puaj! Fue porque llegué tarde al concierto. El único puto concierto al que he llegado tarde en mi vida. Y solo fueron 10 minutos. ¡Me perdí en Alemania! ¡Me importan una mierda tus problemas, tío, córtate! Eso fue después de Doolittle. Le pasaba algo supongo”. Aún grabarían juntos Bossanova en 1990, su tercer gran éxito consecutivo, algo más deslavazado temáticamente pero igualmente efectivo. En cualquier caso, las costuras que sostenían su genio creativo no eran capaces de cohesionar al grupo humano, sobre todo en el caso de sus dos miembros alfa.
Después de la disolución unilateral de los Pixies en 1993, anunciada por Thompson a Santiago vía telefónica y a Lovering y Deal por fax, los Pixies desaparecieron durante 11 años, hiato que la cantante empleó para centrarse en The Breeders, con nueva formación. Taya Donnelly salió y la sustituyó Kelley, la hermana gemela de Kim con quien sigue en activo después de tres intermitentes décadas. Durante los 11 años siguientes, Black Francis publicó bajo el nuevo seudónimo Frank Black 11 de sus 20 discos en solitario, que pese a mantener muchas de sus constantes artísticas, no tuvieron el eco que él esperaba. Su repercusión en radios era pequeña y los conciertos masivos que antes podían dar juntos en festivales se habían convertido en pequeñas salas donde se agolpaban nostálgicos que esperaban repescar algunos de sus antiguos éxitos.
Thompson seguía siendo una leyenda para los muy cafeteros pero era Deal junto a su hermana Kelley, al frente de las pujantes The Breeders quien opositaba a convertirse en una de las grandes damas del indie. En 1997, los Dandy Warhols, grupo formado en Portland hace 30 años que llegaron a ser teloneros de Bowie y los Stones, y son autores de la canción Bohemian Like You (popularizado por un famoso anuncio de Vodafone), le dedicaron unos versos a la cantante en su canción de 1997 titulada Cool As Kim Deal:
Hey
There's nothing in my art
I'd rather be cool than be smart
Hey
What I'm thinking of
I'd rather be cool than be loved
Here's what I feel,
Ba ba ba ba
Just want a girl
As cool as Kim Deal
En 2004 los Pixies volvieron a la carretera de la misma manera que se fueron. Sucedió después de que Black Francis los llamara a todos uno a uno, los cuales, a excepción de Kim, sobrevivían a base de colaboraciones precarias. Con motivo de aquella reunión, hace 20 años, lanzaron el sencillo Bam Thowk, que solo podía consumirse en Apple Music (todavía es así) y que llegó a ser número 1 de la plataforma. Fue escrita y cantada por Deal, en una prueba de magnanimidad de Francis, y supuso la promesa de nuevo material que solo llegaría nueve años más tarde, después de una gira ininterrumpida, tan apreciada por los fans que no pudieron verlos en su día como para los hijos de estos.
El 14 de junio de 2013 el perfil de Twitter de la banda anunció que Kim Deal había dejado el grupo. Llenó el hueco Kim Shattuck (ex The Muffs), pero fue despedida a los cinco meses, y para la gira de Indie Cindy (su primer disco en 23 años) la banda fichó a la argentina Paz Lechantin (ex A Perfect Circle), que grabó cuatro discos con ellos y perteneció a la formación durante 10 años, pero también fue despedida sin previo aviso en marzo el pasado marzo. Actualmente el papel de bajista de los Pixies recae en Emma Richardson (ex Band of Skulls), que se incorporó a la gira de este año y pasó por España el pasado mes de agosto. Lechantin llegó a cantar Gigantic algunas veces, pero de momento ese privilegio le está vetado a Richardson. La canción que sirvió de single a Surfer Rosa, que encantaba a Iggy Pop y que era la única en la que Charles no era solista principal.
Hoy Kim Deal, a sus 63 años, tiene pendiente de lanzamiento Nobody Loves You More (llegará a las estanterías el 22 noviembre), su primer disco en solitario, compuesto, interpretado y producido por ella misma, y distribuido por 4AD, su discográfica de siempre, con colaboraciones de grandes músicos de los 90, entre ellos su hermana gemela, y puntuales arreglos de Steve Albini, el productor de Nirvana y de los primeros Pixies, recientemente fallecido. En los 90, Albini llegó a decir que seguramente Kim fuera la mejor cantante de la historia mientras ella, seguro, no paraba de reír ni de fumar.
A continuación, celebramos su cumpleaños, con Nobody Loves You More.
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