Heinrich Rudolf Hertz nació en Hamburgo, Alemania, el 22 de
febrero de 1857 y murió en Bonn, Alemania, el 1 de enero de 1894. Físico.
En su infancia demostró tener capacidades fuera de lo común,
leía a los clásicos en versión original y años después era aficionado a las
actividades prácticas, como la carpintería y tornería, donde también se destacó
por su habilidad. Ese gusto por las cuestiones prácticas influyó en su
posterior decisión de estudiar ingeniería en Dresde.
Su pasión era la física, estudió en Berlín con Gustav
Kirchoff entre otros y mediante su tesis sobre la rotación de esferas en un
campo magnético, se doctoró en 1880.
Continuó como alumno de Hermann von Helmholtz hasta 1883,
año en el fue nombrado profesor de física teórica en la Universidad de Kiel.
En 1885 se trasladó a la universidad de Karlsruhe, donde descubrió la forma de producir y detectar ondas electromagnéticas, que ya habían sido predichas por James Clerk Maxwell, 20 años antes.
Hertz reformuló las ecuaciones de Maxwell y probó
experimentalmente que las ondas electromagnéticas viajan a través del aire
libre y del vacío, como había sido predicho por James Clerk Maxwell y Michael
Faraday.
Construyó en su laboratorio un emisor y un receptor de ondas,
con un oscilador y un resonador, calculó la velocidad de desplazamiento de las
ondas en el aire y se acercó mucho al valor establecido por Maxwell de 300.000
km/s., se centró en consideraciones teóricas y dejó a otros
las aplicaciones prácticas de sus descubrimientos.
El ingeniero Guglielmo Marconi usó un artículo de Hertz para
construir un emisor de radio, así como Aleksandr Popov hizo lo propio con su
cohesor, aparato que adaptó mediante los descubrimientos de Hertz, para el
registro de tormentas eléctricas.
Heinrich Rudolf Hertz descubrió el efecto fotoeléctrico, que
fue explicado más adelante por Albert Einstein, cuando notó que un objeto
cargado pierde su carga más fácilmente al ser iluminado por la luz
ultravioleta.
En 1889 comenzó a tener graves problemas de salud y murió a
los 36 años.
Su sobrino Gustav Ludwig Hertz fue ganador del premio Nobel,
y el hijo de Gustav, Carl Hellmuth Hertz, inventó la ultrasonografía médica.
Las telecomunicaciones deben su existencia a este científico
y es por ello por lo que, como homenaje, la comunidad científica dio su nombre
a la unidad de frecuencia, el Hertz o hercio, decisión que tomó en 1930 la Comisión Electrotécnica Internacional.