Lauro Viana nació en Tandil el 20 de agosto de 1897 y falleció en Mar del Plata el 6 de enero de 1976.
A los 5 años perdió a su padre y se formó en el Colegio
Sudamericano de Manuel Carné.
En la adolescencia
comenzó a trabajar y simultáneamente, atraído por la literatura, pasaba horas
en la Biblioteca Rivadavia, en la que dio sus primeros pasos guiado por José A.
Cabral.
Entabló amistades perdurables con Juan A. Salceda, el
escritor Héctor F. Miri y el artista Ernesto Valor, con quienes compartió ideales
comunes sobre los valores de la vida.
Alentado por los hermanos Conrado y Roberto Nalé Roxlo, a
quienes conoció en diciembre de 1919, comenzó a escribir sus poemas.
En 1930 apareció publicada su primera poesía en el
suplemento literario de La Prensa, “El palenque”, que recibió elogios de
Baldomero Fernández Moreno y de Borges, a quien Ricardo Güiraldes le había
hecho conocer la poesía de Viana.
También en 1930 conoció a don Fernando Ochoa, con el que
trabó una sólida y profunda amistad, y que le permitió a Viana hacerse conocer,
a través de los recitados de Ochoa, el que prácticamente registró con su voz,
la mayor parte de la obra Viana.
Sus conocimientos del campo bonaerense y la especial
inclinación por su paisaje y sus hombres, inspiraron su producción y su pluma
tradujo con fuerza y colorido el agreste señorío de la pampa, con un manejo
apropiado del vocabulario gauchesco.
Activo integrante de las tertulias, y de las peñas
literarias y artísticas que realizaba en su casa el escritor y gráfico Vitullo,
estrechó amistad con colegas y conoció a la pintora Sofía Zárate, con quien se
casó.
Viana siempre fue reacio a la publicación de sus obras,
debido a su sentido extremadamente crítico y es por ello que gran parte de su
producción no está disponible.
A continuación, Desvelo de Lauro Viana y Abel Fleury, por Suma Paz.