Luis Mariano Eusebio González García, más conocido como Luis
Mariano, nació en Irún, Guipúzcoa, España, el 13 de agosto de 1914, y murió en París,
Francia, el 14 de julio de 1970. Tenor y actor.
El sitio www.lirica-luismariano.org
publicó este recordatorio.
Luis Mariano
Mariano Eusebio González, conocido artísticamente como “Luis
Mariano”, nace en Irún el 13 de Agosto de 1914. Cuando contaba tan solo dos
años de edad su familia decide trasladarse a Burdeos, donde residió hasta el
año 1922 en que de nuevo retornan a su Irún natal. Estudia en el Colegio de los
Hermanos de la Salle, donde desde temprana edad ya se advierten sus dotes para
el dibujo.
Tiene 22 años cuando estalla en España la Guerra Civil,
siendo testigo de la destrucción de Irún. Su vocación pictórica le empuja al
estudio de arquitectura en la facultad de Bellas Artes de Burdeos.
La precaria economía familiar le obliga a contribuir a ella,
participando repetidamente en la vendimia de la zona bordelesa, donde su voz
comienza a ser escuchada. En el año 1941, alentado por enamorados de su voz, se
anima a inscribirse en el Conservatorio de Música de Burdeos, donde con mayor
dedicación se vuelca en el perfeccionamiento de su cuerda de tenor. Se inscribe
en cursos de teatro para modular su dicción y para lograr recursos económicos
actúa con orquestinas y galas comerciales. Es frecuente su participación en
agrupaciones corales y en una de ellas, el coro Eresoinka, coincide con Pepita
Embil, madre del conocido tenor Plácido Domingo.
Su oportunidad llega en 1943 en el que le conceden el de
Ernesto en la ópera bufa “Don Pasquale” de Gaetano Donizetti en el Palais de
Chatillot. La crítica se vuelva en elogios con él. Comenzaría así una brillante
carrera musical que durará hasta el final de sus días. Es a partir de este
momento cuando Mariano González decide llamarse artísticamente “Luis Mariano”,
nombre que comenzará a aparecer en sus discos.
Su marcha ascendente es fulgurante pero el espaldarazo
definitivo lo recibe de la mano de Francis López en la opereta “La bella de
Cádiz”, para la que también dibuja figurines y carteles. El tema central “María
Luisa”, inspirado y dedicado a su hermana resultará un éxito en la venta de discos.
El fenómeno “Luis Mariano” se expande rápidamente. Entre
1946 y 1949 rueda siete películas y estrena una segunda opereta, “Andalucía”,
que alcanza un gran éxito en Francia primero y en Estados Unidos y Canadá
después. Es la edad de oro de la opereta, y en ella, y por encima de todos,
“Luis Mariano”, “el Rey de la Opereta”. El cenit de su fama lo alcanza entre
1951 y 1952, por un lado con la opereta “El Cantor de Méjico” y por otro lado
con la película “Violetas Imperiales”. El cine no constituía ninguna novedad
para él pues esta película era su décima participación, y luego vendrían más.
Luis Mariano, artista polifacético, también cultivó la
escritura. En 1950 escribe su primera novela, “La canción de mi vida”, a la que
seguirán “Mi vida y mis amores”, “Llamas”, “El zarevich” y “Los caballeros del
cielo”. Entre 1957 y 1958 recorrió Francia y Bélgica acompañado al Cirque
Pinder, hasta que en el 58 se presentó en el Olympia de París donde recibió el
espaldarazo definitivo y total a su carrera y a su fama. Entre el 62 y 67
seguirán operetas como “Visados para el amor”, “La canción del amor mío”, “El
secreto de Marco Polo” y “El príncipe de Madrid”. En el 69 estrena “La carabela
de oro” en el Châtelet.
Se suceden distinciones, títulos y medallas. En España
recibe la Orden de Isabel la Católica, y es recibido por el Presidente de la
República Francesa en el Eliseo.
La hepatitis viral que contrajo comienza a hacer mella,
obligándole a dejar su actividad musical en Mayo del 70. Tras sucesivas
hospitalizaciones, falleció en la noche del 14 de Julio de 1970. Sus restos
reposan, junto a los de sus familiares más cercanos en el cementerio de
Arcangues, lugar en el que había fijado su residencia.
Fueron varias las personas que tuvieron una especial
influencia en la vida de Luis Mariano. En primer lugar su familia, y en lugar
destacado su madre Gregoria, que aunque posesiva en exceso, lo que motivó más
de un perjuicio para Mariano, éste siempre le profesó y manifestó un
desmesurado amor. Su hermana María Luisa gozaba también de la generosidad de su
hermano y por ella y para ella dedicó la famosa canción que lleva su nombre.
Pero quizás, la persona más cercana a Mariano fue François
Lacan, Patxi Lacan como se le conocía familiarmente. Patxi entró en la vida de
Mariano como su chófer particular, pero terminó siendo su secretario, su
confidente, su hermano, su amigo. La vida de Patxi discurrió paralela a la de
Mariano hasta convertirse en compañeros inseparables. Patxi, huérfano, fue
acogido en la familia de Mariano como un miembro más, al igual que Mariano al
morir su madre se convirtió en un miembro más de la familia que Patxi formó
tras casarse con Françoise. Con Patxi viajaba hasta su casa de Sara en el sur
de Francia, y posteriormente a Arcangues cuando en “Marianoko Etxea”, villa
diseñada por el propio Mariano, decide establecerse. La muerte de Mariano
supuso un duro golpe para Patxi, del que tardó tiempo en recuperarse. Patxi,
heredero y albacea de Mariano ha sido y es celoso guardián de los recuerdos de
Luis Mariano, sus fotos, vestidos, dibujos, carteles, correspondencia… Toda su
vida.
Carmen García Galisteo, Carmen Sevilla, fue el gran amor de
Luis Mariano. Se conocieron cuando en 1950 Mariano, merced al pasaporte que le
consiguió el embajador en París, vino a España rodar la película “El sueño de
Andalucía”. La atracción mutua es inmediata. Juntos viajan a París y juntos
repetirán reparto en “Violetas Imperiales” y “La bella de Cádiz”. La relación
no acabó en boda por la injerencia de Gregoria, madre de Mariano. No obstante,
Luis Mariano siempre reconoció a Carmen como el gran amor de su vida.
En 1956 y durante el rodaje de “El cantor de Mexico”, una
gran amistad une a Mariano con Anni Cordy, cantante belga con la que ya había
coincidido a comienzo de los años 50. Esta unión excepcional les lleva a
compartir cartel en la opereta “Visado para el amor”, y Anni se convertirá en
amiga privilegiada de Mariano hasta la muerte de éste.
En Irún, y hasta hace unos años, en la calle Hondarribia se
podía disfrutar de una atmósfera impregnada de Luis Mariano en “el Alambiq”. En
este bar, rescatado de otras épocas, José Luis Azkue deleitaba a sus clientes
con las melodías que interpretaba al piano. Sobre el instrumento una gran
fotografía de Luis Mariano mordisqueando una brizna de hierba en su finca de
Sara y por las paredes más fotografías de José Luis con Mariano.
José Luis fue pianista de Luis Mariano y fiel acompañante
durante sus múltiples giras. Su encuentro fue casual y todo comenzó cuando en
un concierto en Irún, José Luis debió sustituir al pianista de Luis Mariano que
se había enfermado. A partir de aquí no pararon, entre conciertos, operetas y
espectáculos, forjándose una gran amistad. Mariano no conoció “el Alambiq” pero
José Luis ayudó a que Irún conociera un poco mejor a Luis Mariano.
En Arcangues reposan los restos de Mariano, pero Irún, su
ciudad natal, mantendrá vivo su recuerdo en la plaza que lleva su nombre y con
su busto dominándola.
Para la posteridad quedará su voz inconfundible y única en
las grabaciones de sus discos, y en las 21 películas que llegó a protagonizar.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con Violetas Imperiales.