viernes, 27 de febrero de 2015

Aniversario del estreno italiano de la ópera La Forza del Destino, de Giuseppe Verdi.


La fuerza del destino, o La forza del destino, es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francesco Maria Piave, basado en la obra teatral Don Álvaro o la fuerza del sino, de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas.

Fue encargada y representada por vez primera en el Teatro Bolshói Kámenny, actual Teatro Mariinski de San Petersburgo, Rusia, el 10 de noviembre de 1862, con la presencia del compositor.

Verdi recibió las felicitaciones del zar Alejandro II de Rusia, que acudió a la cuarta representación, pero posteriormente, le encomendó a Piave una revisión del libreto para el estreno italiano, y que completó Antonio Ghislanzoni, debido a que Piave cayó enfermo.

El estreno de la segunda versión, la más conocida y grabada actualmente, ocurrió el 27 de febrero de 1869 en el Teatro alla Scala de Milán, y es la que se ha convertido en la versión estándar.




A continuación, de Giuseppe Verdi, la ópera La forza del destino, en la interpretación de los pricipales papeles a cargo de Eva-Maria Westbroek, Zoran Todorovich, Carlo Colombara, José van Dam, y Marianne Cornetti, junto al Coro y la Orquesta Sinfónica del Teatro La Monnaie de Bruselas, dirigidos por Kasushi Ono, en la producción de 2008.



La acción transcurre en España e Italia, alrededor de 1750.

Acto I

Habitación del castillo de Calatrava, cerca de Sevilla

Don Álvaro es un joven noble de Sudamérica (presumiblemente Perú) que es en parte indio y que se ha establecido en Sevilla, donde, sin embargo, no se piensa bien de él. Se enamora de doña Leonora, la hija del marqués de Calatrava, quien, a pesar de su amor por su hija, ha decidido que ella se case sólo con un hombre de la más alta cuna. Leonora, conociendo la aversión de su padre, y profundamente enamorada de Álvaro, decide abandonar su casa y su país para fugarse con él, ayudada por su sirvienta, Curra.(A.:Me pellegrina ed orfana - "Yo, exiliada y huérfana").
Su padre entra inesperadamente y descubre a Álvaro; él lo amenaza de muerte, y, para eliminar cualquier sospecha sobre la castidad de Leonora, Álvaro ofrece entregarse al marqués. Tira su pistola con tan mala suerte que del golpe se dispara y hiere mortalmente al padre de Leonora quien muere maldiciendo a su hija.

Acto II

Cuadro I
Taberna en las afueras de Hornachuelos

El Alcalde, varios muleteros y don Carlos de Vargas, hermano de doña Leonora, están reunidos en la cocina de una posada. Don Carlos, disfrazado como un estudiante de Salamanca, bajo el nombre ficticio de Pereda, busca vengarse de Álvaro y Leonora (Son Pereda son ricco d'onore - "Soy Pereda, de noble ascendencia"). Durante la cena, Preziosilla, una joven gitana, narra las fortunas de los jóvenes y los exhorta a alistarse a la guerra (Al suon del tamburo - "Cuando suene el tambor") por la libertad de Italia, algo con lo que todos se muestran de acuerdo. Habiéndose separado de Álvaro, Leonora llega disfrazada de varón, pero se escapa sin ser descubierta por Carlos.
Cuadro II
Atrio del monasterio

Leonora se refugia en el monasterio (R.: Sono giunta! [¡He llegado!] ... A.: Madre, pietosa Vergine [Madre, piadosa Virgen]) donde ella cuenta al abad, Padre Guardián, su verdadero nombre y que pretende pasar el resto de su vida como ermitaña. El abad le relata los desafíos por los que va a apasar. Leonora, el Padre Guardián, Fray Melitón y otros monjes se unen en oración.

Acto III
Cuadro I
Bosque próximo al pueblo italiano de Velletri, en Italia

Mientras tanto, don Álvaro se ha unido al ejército español bajo el nombre de don Federico Herreros (R.: La vita è inferno: O tu che in seno agli angeli - "La vida es un infierno para aquellos que son infelices... ¡Oh, mi amada, entre los ángeles!"). Una noche salva la vida de don Carlos que sirve en el mismo ejército bajo el nombre de don Félix Bornos. Se hacen amigos y van a la batalla uno al lado del otro.
Cuadro II
Habitación de los oficiales

En una de esas escaramuzas don Álvaro resulta, como él supone, mortalmente herido, y confía a don Carlos el cuidado de una valija que contiene un puñado de cartas que tiene que destruir en cuanto don Álvaro muera. (D.: Solenne in quest'ora - "Júrame, en esta solemne hora"). Don Carlos ha jurado no mirar el contenido de las cartas, pero empieza a sospechar de su amigo. (Sc.: Morir! Tremenda cosa! ... A.: Urna fatale del mio destino - "¡Morir, qué cosa tan tremenda!... Aléjate, fatal lote enviado a mi Destino!"). Abre la valija, encuentra el retrato de su hermana, y se da cuenta de la verdadera identidad de Álvaro. En ese momento un cirujano dice que don Álvaro puede recuperarse. Don Carlos se alegra de poder vengar la muerte de su padre.
Cuadro III
Campamento militar cerca de Velletri

Don Álvaro se ha recuperado y se enfrenta a don Carlos. Empiezan un duelo, pero los soldados los separan a la fuerza. Mientras contienen a don Carlos, el angustiado don Álvaro jura entrar en un monasterio.
Los soldados se reúnen. Trabucco, un vendedor ambulante, intenta venderles sus productos; fray Melitón los sermonea por sus comportamientos viciosos; y Preziosilla los lidera en un coro en alabanza de la vida militar (Cr.: Rataplan, rataplan, della gloria - "Rataplán, rataplán, del tambor es la música que enardece el espíritu marcial de un soldado").

Acto IV

Cuadro I
El monasterio

Don Álvaro ha ingresado en el monasterio de Hornachuelos, cerca de donde está la cueva de Leonora, con el nombre de Padre Rafael. Don Carlos llega y le fuerza a luchar (D.: Col sangue mio [Con mi sangre]; Le minacci, i fieri accenti - "Con mi sangre... Las amenazas, los acentos fieros").
Cuadro II
Exterior de la cueva donde vive Leonora

Leonora reza para encontrar la paz en la muerte (A.: Pace, pace mio Dio! - "¡Paz, oh Dios padre todopoderoso, dame paz!"). Álvaro entra, pidiendo ayuda, después de haber herido mortalmente a don Carlos en su duelo. Los dos amantes se reconocen. Leonora sale de escena para ver a su hermano, quien, mientras ella se inclina hacia él, la apuñala en el corazón. Leonora regresa con el Padre Guardián; él y don Álvaro rezan al cielo mientras ella muere.