lunes, 9 de febrero de 2015

Hildegard Behrens


Hildegard Behrens, nació en Varel, Alemania, el 9 de febrero de 1937 y murió en Tokio, Japón, el 18 de agosto, de 2009. Soprano dramática.

Nació en el seno de una familia aficionada a la música y  Estudió con Ines Leuwen en la Academia de Música de Friburgo.

En 1971, debutó en Friburgo con el papel de la Condesa en Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart, y al año siguiente se convirtió en miembro de la Ópera alemana de Berlín, donde se destacó como Agathe en Der Freischütz, de Carl Maria von Weber; Giorgetta en Il tabarro, de Giacomo Puccini; y Elsa en Lohengrin, de Richard Wagner.


En 1974 interpretó el rol de Katia Kabanová de Leoš Janáček, en Frankfurt y Marie de Wozzeck, de Alban Berg, en Düsseldorf. En 1976 debutó en el Covent Garden, con Leonore de Fidelio, de Ludwig van Beethoven y ese mismo año, el 15 de octubre, en el Metropolitan Opera House de New York como Giorgetta.

Se destacó con la interpretación que hizo de Salomé en el Festival de Salzburgo de 1977 con dirección de Herbert von Karajan, luego encarnó a la Emperatriz en La mujer sin sombra en la Ópera de París en 1980, y en 1983, fue Brunilda en el Festival de Bayreuth, con dirección de Georg Solti. En 1995 debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires con Elektra y regresó en 1998 para El Ocaso de los Dioses.


Son igualmente legendarias sus interpretaciones del papel principal de Katarina Ismailova en la ópera de Dmitri Shostakóvich Lady Macbeth en el distrito de Msensk y las de Leoš Janáček, Jenufa y El caso Makropulos. Luciano Berio compuso para ella la ópera Cronaca del Luogo, estrenada en el festival de Salzurgo de 1999.

Hildegard Behrens ganó el Premio Grammy de 1990 por la Mejor Grabación de Ópera, con La Valquiria, de Richard Wagner, junto a la Orquesta del Metropolitan Opera House de New York.


A continuación, recordamos a Hildegard Behrens, como Senta, en la ópera El Holandes Errante, de Richard Wagner, en la producción del Festival Savonlinnas, bajo la dirección de Leif Segerstam.






El holandés errante o Der Fliegende Holländer, es una ópera romántica en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner, inspirado en las Memorias del señor de Schnabelewopski, de Heinrich Heine, y  se estrenó en la Hofoper de Dresde, el 2 de enero de 1843.

Acto I

Narra el encuentro de unos marineros con un misterioso buque, con las velas de color de sangre. En su viaje de regreso a casa, el capitán Daland es llevado por un tiempo tormentoso a buscar un puerto en el que refugiarse. Introducción: Hojoje! Deja al timonel de guardia y él y los marineros se retiran. (Canción del timonel: Mit Gewitter und Storm - "Con tempestad y tormenta en mares lejanos.") El timonel se duerme. Un buque fantasmal aparece a popa y el mar lo empuja contra el navío de Daland y los garfios de abordaje enganchan a los dos barcos juntos. Manos invisibles mueven las velas. Un hombre pálido, con cara enmarcada en una barba negra, salta a la orilla. Lamenta su destino. (Aria: Die Frist ist um; Ha, stolzer Ozean; Wie oft in Meeres - "Ha llegado la hora; Ah, orgulloso Océano; Cuán a menudo en el mar"). El holandés errante está perseguido por una maldición, debido a que en una ocasión invocó a Satanás, y condenado a navegar sin reposo, al que cada siete años se le concede la posibilidad de bajar a tierra en busca de un amor puro que lo salve, con la muerte.
Daland se despierta y conoce al extranjero, quien le dice que no tiene patria (Solo: Mein Schiff ist fest - "Mi barco es sólido"). Éste oye que Daland tiene una hija sin casar, llamada Senta, y pide su mano en matrimonio, ofreciendo un cofre del tesoro como regalo. Tentado por el oro, Daland se muestra conforme con el matrimonio. Sopla un viento sur y ambos buques tienden las velas y navegan hacia el hogar de Daland.

Acto II

Un grupo de chicas locales están cantando e hilando en la casa de Daland. (Coro de hilanderas: Summ und brumm, du gutes Rädchen - "Zumba y suena, buena rueda"). Senta, la hija de Daland, soñadoramente mira a una impresionante imagen del legendario holandés que cuelga del muro; desea salvarlo. Contra la voluntad de su aya, ella canta a sus amigas la historia del Holandés (Balada con el Leitmotiv: Johohoe! Doch Kann dem bleichen Mann - "Pero el pálido hombre"), cómo Satán le oyó jurar y le tomó la palabra. Ella jura salvarlo a través de su fidelidad.
El cazador Erik, anterior novio de Senta, llega y la oye. Acto seguido, las chicas se marchan y el cazador, que ama a la doncella, le advierte hablándole de su sueño premonitorio, en el que Daland regresa con un misterioso extranjero que se la llevará consigo al mar. Ella le escucha complacida, y Erik se marcha desesperado.
Daland, el capitán de la nave noruega, se lleva a casa al holandés; él y Senta se quedan mirando en silencio. Senta apenas nota a su padre, incluso cuando él presenta al invitado como su prometido. En el posterior dúo, que cierra el acto, Senta jura ser leal hasta la muerte. Dúo: Wie aus der ferne; Er steht vor mir - "Desde lejos; Ante mi se halla")

Acto III

Posteriormente, esa misma tarde, las muchachas locales llevan comida y bebida a los hombres de Daland. Invitan a la tripulación del extraño barco que se unan a su alegría, pero es en vano. Las chicas se retiran maravilladas; formas fantasmales aparecen trabajando sobre la cubierta del buque El Holandés errante, y los hombres de Daland se retiran atemorizados.
Senta llega, seguida por Erik, quien le reprocha haberle abandonado, pues ella anteriormente lo amó y juró constancia. Cuando el extranjero, que había estado escuchando, oye estas palabras, queda sobrecogido por la desesperación, pues cree que ahora estará perdido para siempre. Llama a sus hombres, le cuenta a Senta la maldición, y para consternación de Daland y su tripulación declara que él es el "Holandés errante".

Al hacerse el Holandés a la mar, Senta se lanza al mar, diciendo que le será leal hasta la muerte. Esta es su salvación. El barco espectral desaparece, y se ve a Senta y el Holandés ascendiendo al cielo. T.: Ha! Zweifelst du an meiner Treue! - "¡Ah! Dudas de mi lealtad!"; dúo: Erfahre das Geschick - "Escucha al Destino".