Mozart Camargo Guarnieri nació en Tietê, Brasil, el 1 de febrero de 1907 y murió en São Paulo, Brasil, el 13 de enero de 1993. Compositor.
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Guarnieri, Mozart Camargo (1907-1993). Compositor, director
y pedagogo brasileño nacido en Tietê (Brasil) el 1 de febrero de 1907 y
fallecido en São Paulo el 13 de enero de 1993. Ha influido en gran medida en la
obra de otros compositores brasileños como Osvaldo Lacerda, Vasconcellos
Correa, Almeida Prado y Aylton Escobar.
Hijo del inmigrante italiano Miguel Guarnieri, que bautizaba
a sus hijos con nombres de grandes músicos, Mozart Camargo comenzó sus estudios
a los diez años en su localidad natal. Posteriormente se trasladó a São Paulo
para estudiar con Ernani Braga y Antonio de Sa Pereira, de quienes recibió
lecciones de piano. Alternó sus estudios musicales con pequeños trabajos como
pianista en cafés y teatros.
Más tarde estudió composición con Lamberto Baldi y
su interés por la música nacionalista y folclórica le llegó de la mano de Mario
Andrade, quien le aportó un gran bagaje cultural e intelectual. En 1927 obtuvo
un puesto de profesor de piano en el Conservatorio de São Paulo y en 1935 se
hizo cargo de la dirección coral y orquestal del Departamento de Cultura de la
misma ciudad.
Una beca obtenida en 1938 le posibilitó estudiar en París
contrapunto, fuga, composición y estética con Charles Koechlin y dirección con
Franz Rühlmann. Además, durante su estancia en la capital francesa estuvo en
contacto con la compositora Nadia Boulanger. Tras el estallido de la Segunda
Guerra Mundial regresó a Brasil.
Durante la década de los cuarenta obtuvo grandes éxitos en
los Estados Unidos: dirigió a la Orquesta Sinfónica de Boston en la
interpretación de varias obras suyas entre las que se encontraban la Sinfonía
nº 1 y la Abertura Concertante. Además recibió diversos premios como el del
Gremio de Música de Cámara de Washington (Chamber Music Guild of Washington),
en 1944, por su Segundo Cuarteto.
En 1945 ingresó en la Academia Brasileira de Música y, tras
su regreso a Brasil, su gran sueño se hizo realidad: obtuvo el puesto de
director titular de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de São Paulo. En su
país también ha recibido numerosos galardones como el Premio Golfinho de Ouro
(1973).
Obra
Su obra, numerosa y variada, incluye material de danzas
populares urbanas de su país como la samba o el chôro. Su primera obra exitosa,
la Sonatina para Piano de 1928, posee tendencias de la música nacionalista,
especialmente centrado en la música regional de la zona de São Paulo. En otras
obras, como Flor do Tremembé (1937), para orquesta de cámara, basada en los
ritmos del chôro, utiliza instrumentos brasileños de percusión como el agogô,
el reco-reco y la cuica.
Guarnieri realizó alguna incursión en el campo de la música
escénica, fruto de la cual es su ópera cómica en un acto Pedro Malarzarte
(1932) o su tragedia Um homem so (1960). Pero fue en el campo de la música vocal
en el que destacó el compositor brasileño. Sus ciclos de canciones como 13
Cançoes de amor se caracterizan por su gran lirismo.
Sus obras orquestales, especialmente las sinfonías, muestran
un gran refinamiento técnico. Sus suites para orquesta como Brasiliana o Suite
Vila Rica incorporan elementos del folclore popular. Guarnieri ha compuesto
también conciertos para violín y para piano, estos últimos con matices
neoclásicos. Entre sus piezas para piano destacan Canção Sertaneja y las
cincuenta piezas de la serie Ponteios, publicadas en cinco cuadernos por la
editorial Ricordi.
En la década de los años sesenta el compositor brasileño
decidió hacer una pausa en su actividad compositiva con el fin de reflexionar
sobre ella. Finalmente decidió seguir los mismos postulados estéticos que venía
llevando a cabo. Tras esta etapa de silencio compuso dos sinfonías más y otras
obras corales y de diversa índole. Es uno de los compositores brasileños más
importantes de su generación, junto a Heitor Villalobos y Oscar Lorenzo
Fernandes.
A continuación, de Mozart Camargo Guarnieri, el Concierto para
Piano y Orquesta Nº 2, de 1946, en la versión de Max Barros en piano y la Orquesta
Filarmónica de Varsovia, dirigida por Thomas Conlin.