viernes, 5 de febrero de 2016

Aniversario del estreno de la ópera Otello de Giuseppe Verdi.


Otelo es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Arrigo Boito, a partir de la obra de William Shakespeare Otelo, el moro de Venecia, se estrenó en el Teatro Alla Scala de Milán, el 5 de febrero de 1887, y obtuvo un éxito rotundo. El entusiasmo del público por Verdi fue enorme. Tuvo que salir 20 veces para saludar al final de la ópera.  


A continuación, Otelo de Giuseppe Verdi en la versión de Roberto Alagna como Otelo, Desdemona es Inva Mula, el rol de Iago interpretado por Seng-Hyoun Ko, Cassio es Florian Laconi, Emilia interpretada por Sophie Pondjiclis, Lodovico es Enrico Iori, Julien Dran conto el rol de Roderigo, el papel de Montano por Jean-Marie Delpas, Un heraldo cantado por Yann Toussaint, junto a los Coros de Ópera Grand Avignon, Ópera de Marsella y Niza Ópera, los Conjuntos vocales e instrumentales de la Chorégies d'Orange, la Orquesta Filarmónica de Radio France, todos bajo la batuta de Myung Whun Chung, en el Theatre Antique d'Orange, en agosto 2014.


La acción transcurre en una ciudad costera de la isla de Chipre, a finales del siglo XV.


Acto I

Enfrente del castillo, cerca de la bahía.

En una noche tormentosa, el pueblo de Chipre espera ansioso la llegada del nuevo gobernador, Otelo, de la batalla con los turcos (Coro, Montano, Cassio, Yago, Roderigo: Una vela! / "¡Una vela!"). Otelo llega sano y salvo y anuncia que la flota turca ha sido destruida, y los chipriotas se alegran (Otelo, coro: Esultate! L’orgoglio musulmano sepolto è in mar / "¡Alegráos! El orgullo musulmán está sepultado en el mar").

El alférez de Otello, Yago, se ofrece a ayudar al joven veneciano Roderigo en su seducción de la esposa de Otelo, Desdémona, porque él (Yago) quiere vengarse del moro (Yago, Roderigo: Roderigo, ebben che pensi? / "Bien, Roderigo, ¿en qué estás pensando?"). Otelo ha nombrado a Cassio capitán de la armada, un cargo que Yago confiaba en obtener. El pueblo de Chipre celebra el regreso de la armada encendiendo una hoguera (Coro: Fuoco di gioia!/ "¡Fuego de alegría!").

En la taberna, Yago propone un brindis por Otelo y su esposa, Desdémona, mientras Cassio alaba a Desdémona exageradamente (Yago, Cassio, coro, Roderigo: Roderigo, beviam! / "Roderigo, ¡bebamos!"). Yago ofrece vino a Cassio, pero este dice que ya tiene bastante. Yago lo presiona, y cuando Yago ofrece un brindis por Otelo y Desdémona, Cassio se rinde. Yago canta un brindis y sigue sirviendo vino a Cassio (Yago, Cassio, Roderigo, coro: Inaffia l'ugola! / "Mojáos la garganta"). Montano entra y llama a Cassio para que empiece su guardia, pero se queda sorprendido al descubrir a Cassio bebido y prácticamente incapaz de tenerse en pie. Ante la sorpresa de Montano, Yago explica que de esta manera pasa Cassio cada noche.

Roderigo se ríe de la borrachera de Cassio y éste lo ataca. Montano le dice a Cassio que se contenga, pero Cassio saca su espada y amenaza con romper la cabeza de Montano (Montano, Cassio, Yago, Roderigo, coro: Capitano, v’attende la fazione ai baluardi / "Capitán, la guardia te espera en las murallas"). Cassio y Montano empiezan un duelo, y Yago envía a Roderigo que haga sonar la alarma. Cassio hiere a Montano en el momento en que entra Otelo.

Otelo les ordena bajar sus espadas y pide explicaciones al "honesto Yago" para que le explique cómo empezó el duelo, pero Yago dice que él no lo sabe. Otelo entonces se vuelve hacia Cassio, quien se siente avergonzado y no puede excusar sus acciones. Cuando Otelo descubre que Montano está herido, se enoja. Entra Desdémona, y, al ver que ha sido perturbado el descanso de su mujer, Otelo degrada a Cassio que ya no es capitán (Otelo, Yago, Cassio, Montano: Abbasso le spade / "Abajo las espadas").

Los chipriotas dejan a solas a Otelo y Desdémona. Juntos, Otelo y Desdémona recuerdan por qué se enamoraron. Se besan y luego vuelven al castillo. (Dúo de Otello y Desdémona: Già nella notte densa s'estingue ogni clamor /"Hoy en la noche oscura todo sonido se acalla".)

Acto II

Dentro del castillo, una cámara cercana al jardín.

Yago sugiere a Cassio que pida a Desdémona hablar a Otelo sobre su degradación, porque Desdémona puede influir en su marido para devolverle el puesto (Yago, Cassio: Non ti crucciar / "No te preocupes"). Desdémona y Emilia caminan por el jardín, Cassio se acerca a Desdémona. Mirando desde su habitación, Yago lanza sus creencias nihilistas en un bien conocido Credo in un Dio crudel / "Creo en un Dios cruel".

Otelo entra en la habitación; Yago, pretendiendo no darse cuenta de que él está allí, dice que está profundamente perturbado. Cassio ve a Otelo desde lejos y se aleja discretamente. Otelo pregunta qué es lo que está mal con Yago, y él responde dando respuestas vagas. Finalmente, él insinúa que Cassio y Desdémona son amantes. Otelo se siente celoso, pero quiere pruebas de la traición de Desdémona (Yago, Otelo: Ciò m’accora... Che parli? / "Eso me preocupa..." "¿Qué dijiste?").

Una multitud de niños, marineros y chipriotas rodean a Desdémona, alabando su belleza y pureza (coro, Yago, niños, Desdémona, Otelo: Dove guardi splendono raggi / "Allá donde miras, reluce la claridad..."). Ellos le presentan regalos y le desean felicidad antes de irse.

Desdémona cumple el encargo de Cassio de pedir que se le devuelva su cargo. Otelo amargamente le dice que se lo pida en otro momento, y que ahora le duele la cabeza. Desdémona envuelve su cabeza con un pañuelo que Otelo le dio en el pasado, lino bordado con fresas. Otelo lo arroja al suelo y dice que no lo necesita (Desdémona, Otelo: D'un uom che geme sotto il tuo disdegno la preghiera ti porto / "Traigo una petición de uno que sufre por tu enojo"). Emilia recoge el pañuelo. Desdémona le pide perdón a Otelo. A un lado, Yago le pide a Emilia el pañuelo. Cuando ella le dice que no, Yago se lo coge a la fuerza.

Otelo despacha a los otros, y canta que él ahora cree que Desdémona puede estar engañándolo (Otelo: Ora e per sempre addio sante memorie / "Ahora y para siempre, adiós, felices recuerdos"). Regresa Yago, y el celoso Otelo exige pruebas de la infidelidad de Desdémona. Yago dice que una vez, cuando él y Cassio dormían en la misma habitación, oyó a Cassio hablar a Desdémona en sueños. En el sueño, dice Yago, Cassio le dijo a Desdémona que ellos debían ser cuidadosos y esconder su amor. (Yago: Era la notte, Cassio dormia / "Era de noche, Cassio dormía".) Yago dice que los sueños no prueban nada, pero señala que vio a Cassio llevando un pañuelo bordado de fresas justo el día anterior. Juntos, Yago y Otelo juran vengarse de Desdémona y Cassio (Otelo, Yago: Sì, pel ciel marmoreo giuro / "Sí, por el cielo marmóreo juro").

Acto III

El gran salón del castillo y cerca, un pequeño salón.

Yago explica a Otelo que atraerá a Cassio aquí y que hablará con él mientras Otelo mira, escondido. Se marcha en busca de Cassio (Yago: Qui trarrò Cassio / "Aquí traeré a Cassio"). Desdémona entra y le recuerda la petición de Cassio. Otelo le dice que todavía tiene dolor de cabeza, y le pide que envuelva su pañuelo alrededor de su cabeza. Cuando Desdémona le presenta otro pañuelo diferente, Otelo le pide el que él le regaló, con fresas. Cuando dice que no lo tiene, Otelo dice que era un talismán, y que le llegarán desgracias si lo pierde. Desdémona dice que él está intentando ignorar el ruego de Cassio, y mientras ella le pregunta sobre Cassio, él exige el pañuelo con mayor insistencia. (Desdémona, Otelo: Dio ti giocondi, o sposo / "Dios te mantenga feliz, esposo".) Desdémona protesta que ella es fiel; al final, Otelo la echa de la habitación (Desdémona, Otelo: Esterrefatta fisso lo sguardo tuo tremendo / "Aterrorizada, me enfrento a tu tremenda mirada").

Otelo se lamenta de su destino (Dio! mi potevi scagliar tutti i mali / "¡Dios! Podrías haber arrojado todos los males a mi"). Cuando Yago llama "¡Cassio está aquí!", Otelo se esconde. Cassio dice que había esperado encontrar a Desdémona aquí, pues él quería saber si ella había tenido éxito con Otelo (Yago, Cassio, Otello: Vieni; l’aula è deserta / "Ven, el salón está desierto"). Yago le pregunta sobre sus aventuras con esa mujer. Cassio le pregunta qué mujer y, suavemente, de manera que Otelo no pueda oirlo, Yago dice "Bianca" (la auténtica amante de Cassio). Cassio se ríe de sus aventuras románticas, y Otelo cree que está hablando de Desdémona. En una conversación sólo oída en parte, Cassio parece estar hablando a Yago sobre otra mujer, una admiradora secreta, que le dejó un pañuelo como recuerdo. Yago se lo pide y Cassio lo enseña, Yago se lo coge—pues es el de Desdémona—y lo sostiene de manera que Otelo pueda verlo. Se vuelve hacia Cassio y bromea con él, mientras en su escondite Otelo estaba que echaba humo (Yago, Cassio, Otelo:Questa è una ragna dove il tuo cuor casca / "Esta es la tela de araña en la que tu corazón está atrapado").

Suenan los clarines, anunciando la llegada del embajador veneciano. Yago advierte a Cassio que debe marcharse a menos que quiera ver a Otelo. Cassio sale, y Otelo decide matar a su esposa estrangulándola en su cama, mientras Yago se ocupará de Cassio.

Lodovico, Desdémona, Emilia, Roderigo y otros dignatarios entran. Cuando Lodovico nota la ausencia de Cassio, Yago le dice que Cassio ha perdido el favor, pero Desdémona añade que pronto lo restaurarán a su puesto. Yago explica al asombrado Lodovico que quizás la restauración de Cassio es el deseo de ella. Desdémona dice que así es, pues ella siente afecto por él. Otelo la llama demonio, y casi la golpea violentamente pero Lodovico lo contiene. Otelo entonces llama a Cassio (Lodovico, Otelo, Desdémona, Emilia, Yago, coro: Il Doge ed il Senato salutano l'eroe trionfatore / "El Dogo y el Senado saludan al héroe triunfante"). Cassio entra y Otelo lee (mezclando mientras insultos a Desdémona) una carta del Dogo, anunciándole que él (Otelo) ha sido llamado de vuelta a Venecia y Cassio lo sucederá como gobernador de Chipre. Encolerizado, Otelo arroja a Desdémona al suelo (Otelo, Roderigo, Yago, Cassio, Lodovico: Messeri! il Doge mi richiama a Venezia / "¡Caballeros! El Dogo me llama a Venecia").

Desdémona, desde el suelo, se lamenta (A terra! … sì … nel livido fango / "¡Caída! sí, en el lívido fango..."). En un conjunto, los diversos personajes expresan sus distintos sentimientos: Emilia y Lodovico consuelan a Desdémona, Cassio se maravilla ante su repentino cambio de fortuna y Roderigo se lamenta de que Desdémona vaya a irse pronto. En apartes separados, Yago primero le dice a Otelo que esa noche es la noche de vengarse y luego aconseja a Roderigo de que la única forma de impedir que Desdémona se vaya es que muera el nuevo duque, animándolo a asesinar a Cassio esa noche (Emilia, Cassio, Desdémona, Roderigo, Lodovico, Yago, Otelo, coro: Quell’innocente un fremito d'odio non ha nè un gesto / "Esa inocente es sin sentimiento o gesto de odio"). Otelo ordena a todo el mundo que se vaya. Desdémona va a reconfortarlo, pero Lodovico la empuja afuera conforme Otelo la maldice. Otelo despotrica sobre el pañuelo, luego se derrumba. Yago presiona la frente de Otelo con su talón, luego se marcha. Afuera, la multitud de chipriotas grita victoria y gloria por Otelo (Otelo, Desdémona, Emilia, Cassio, Roderigo, Lodovico, Yago, coro: Fuggite!)

Acto IV

Habitación de Desdémona. Una lámpara iluminada enfrente de una imagen de la Virgen María.

Desdémona y Emilia están preparándose para irse a la cama. Desdémona le pide a Emilia que le ponga el traje que usó en su noche de bodas. Desdémona recuerda cómo su madre tuvo una criada llamada Barbara, quien se enamoró de un hombre pero enloqueció cuando él la abandonó (Desdémona: Piangea cantando nell’erma landa / "Cantando, ella lloraba sobre la tierra yerma", también conocida como la "Canción del sauce"). Después de que Emilia se marche, Desdemona reza (Ave Maria) y luego se duerme.

Silenciosamente entra Otelo con una espada. Besa a su esposa y con ello la despierta. Otelo le pregunta si ha rezado, porque no quiere matar su alma. Ella le ruega piedad a Dios, tanto para ella como para Otelo. Éste la acusa de pecar, diciendo que la tiene que matar porque ama a Cassio. Ella lo niega y le dice que llame a Cassio, pero Otelo le responde que está muerto. Desdémona le pide que se apiade que ella, pero Otelo le dice que es demasiado tarde y la estrangula (Otelo, Desdémona: Diceste questa sera le vostre preci / "¿Has rezado tus oraciones esta noche?").


Emilia llama a la puerta, anunciando que Cassio ha matado a Roderigo. Desdémona suavemente dice que ha sido acusada injustamente, y luego muere. Emilia llama asesino a Otelo; él responde que Yago le dio pruebas de la infidelidad de Desdémona. Otelo empieza a amenazar a Emilia, quien pide ayuda. Entran Yago, Cassio y Lodovico. Emilia exige que Yago niegue la acusación de Otelo; él se niega. Otelo dice que el pañuelo que Desdémona dio a Cassio es prueba suficiente. Emilia, horrorizada, explica que Yago había robado el pañuelo; Cassio corrobora su historia. Montano entra y dice que Roderigo, al morir, reveló el plan de Yago. Yago, blandiendo su espada, se escapa corriendo (Emilia, Otelo, Desdémona, Cassio, Yago, Lodovico, Montano: Aprite! Aprite! / "¡Abrid! ¡Abrid!")


Al darse cuenta de lo ocurrido, Otelo se lamenta de la muerte de Desdémona. Extrae una daga de su ropa y se apuñala. Otros intentan detenerlo, pero es demasiado tarde. Antes de morir, se arrastra cerca de su esposa y la besa. Queda muerto cerca de Desdémona (Otelo, Cassio, Lodovico, Montano: Niun mi tema / "Que nadie me tema".)