La fille du régiment, o La hija del regimiento, es una ópera cómica en dos actos con música de Gaetano Donizetti, sobre un libreto en francés de Jean François Bayard y J. H. Vernoy de Saint-Georges, basado en una pieza de Gollmick. Fue estrenada el 11 de febrero de1840 en la Salle de la Bourse, en la Opéra-Comique de París.
Hay una versión ligeramente diferente en italiano, traducida por Callisto Bassi, con el título La figlia del reggimento, que fue estrenada el 30 de octubre de 1840, en el Teatro Alla Scala de Milán.
A continuación, de Gaetano Donizetti, la ópera La fille du régiment, en la versión de Mariella Devia como Marie; el rol de Tonio interpretado por Paul Austin Kelly; el papel de Sulplice cantado por Bruno Pratico; La Maquise es Ewa Podles; Hortensius encarnado por Nicolas Rivenq; Caporale es Aldo Bramante; Un Paysan interpretado por Ernesto Gavazzi y La Duchesse cantado por Edoardo Borioli, junto al Coro y al Orquesta del Teatro Alla Scala de Milán, dirigidos por Donato Renzetti.
La acción se desarrolla durante las guerras napoleónicas, hacia 1805, en el Tirol suizo.
Acto Primero
Las montañas tirolesas
Paso montañoso del
Tirol. Se desarrolla una batalla fuera de escena. El pueblo
fronterizo, atemorizado, dirige una plegaria a la Virgen para que
llegue pronto la paz. Está terminando la guerra en la que Napoleón
ha ocupado la región, y los franceses acaban de lograr la victoria.
En su camino hacia Austria, la aterrorizada marquesa de Berkenfeld y
su mayordomo, Hortensius, se han detenido en su viaje debido a una
escaramuza que ha estallado. Cuando la marquesa oye a los campesinos
que las tropas francesas se han retirado, ella habla de los groseros
modales de los franceses ("Pour une femme de mon nom").
Llega el 21.º regimiento que dirige Sulpice, y
confirma a todo el mundo que sus hombres restaurarán la paz y el
orden. Con Sulpice llega también Marie, una muchacha huérfana
recogida por el regimiento durante la guerra y adoptada como
vivandera (esto es cantinera y mascota) e "hija" del
regimiento. Marie tiene una educación muy precaria y cuartelera. Su
comportamiento es rudo, sin modales de buena urbanidad. Pero Marie es
muy buena cantante y lidera la canción del regimiento, que todos
corean con mucho entusiasmo.
Cuando Sulpice la pregunta por un joven con el que se
la ha visto, ella explica que es Tonio, un tirolés que en un
barranco le salvó la vida, y que está enamorada de él. Sin
embargo, todo el regimiento se cree con derecho a impedir el
matrimonio de Marie si el candidato no es de su gusto. Los soldados
traen a un sospechoso que merodea el lugar y Marie lo reconoce: es
Tonio, el tirolés que le salvó la vida, que dice que había estado
buscando a Marie. Ella se adelanta a salvarlo, y mientras él brinda
con sus nuevos amigos, Marie canta la canción del regimiento
("Chacun le sait"). Ordenan a Tonio seguir a los soldados,
pero él se escapa y vuelve para declarar su amor a Marie (Quoi! Vous
m'aimez). Sulpice los sorprende, y Marie debe reconocer ante Tonio
que ella sólo se puede casar con un soldado del 21.
Aparece la Marquesa de Berkenfield y le pide a
Sulpice escolta para su castillo. Cuando él oye el nombre de
Berkenfeld, Sulpice recuerda una carta que encontró cerca de la
joven Marie en el campo de batalla. La marquesa pronto admite que
ella conoció al padre de la chica y dice que Marie es la hija,
largamente perdida, de su hermana que tuvo su desliz con el Capitán
Robert, un militar del regimiento. La niña había quedado al cuidado
de la marquesa, pero se perdió. Asombrada por las groseras maneras
de la chica, la marquesa decide llevársela a su castillo y darle una
educación apropiada. Cuando Tonio trata de obtener permiso para
cortejar a Marie los soldados se lo niegan, porque no pertenece al
regimiento. Tonio entonces decide ingresar en el regimiento y celebra
jubiloso el hecho de poder ser militar y marido ("Ah, mes
amis").
Muy pronto Sulpice advierte a Tonio que debe entregar
a Marie a su tía, la Marquesa que ha venido a buscarla. Marie se ve
obligada, entonces, contra su voluntad, a irse a vivir al castillo de
la marquesa de Berkenfield. Marie se despide emotivamente de todos
diciendo que es necesario partir, dejando en claro que el ingreso de
Tonio en el regimiento no le ha servido de nada ("Il faut
partir").
Acto segundo
El castillo de Berkenfeld
En el palacio de la Marquesa de Berkenfield, ésta se
esfuerza en educar a Marie para que pueda casarse con un rancio
aristócrata: el hijo de la duquesa de Crakenthorp. Sulpice también
está en el castillo, recuperándose de una herida, y se supone que
ayuda a la marquesa en sus planes. La marquesa enseña a Marie una
refinada romanza clásica, acompañándola en el piano. Animada por
Sulpice, se pone a cantar al ritmo de un contagioso rataplán,
rataplán, y la marquesa pierde los nervios (Trío: "Le jour
naissait dans la bocage").
Luego, a solas, Marie reflexiona acerca de su
desdichada condición y la falta de sentido del dinero y la posición
("Par le rang et l'opulence"). Llegan Tonio y los demás
soldados del regimiento, se supone que a la boda de Marie. Todo se
transforma en alegría cuando Marie canta junto a ellos una encendida
y patriótica canción: "Salut à la France" seguida por
una graciosa intervención de Marie, Tonio y Sulpice en que expresan
su felicidad de volver a juntarse.
Tonio le confiesa a la Marquesa su amor por Marie y
que por la muchacha él se ha hecho soldado. Tonio le pide la mano de
Marie, pero la marquesa muy fríamente le pide que se vaya a pesar de
que él dice que Marie es toda su vida ("Pour me rapprocher de
Marie"). Declara que su sobrina está comprometida con otro
hombre y despide a Tonio. Luego la marquesa confiesa secretamente a
Sulpice que Marie es su propia hija ilegítima a quien ella abandonó,
temiendo su desgracia social.
Hortenisus anuncia la llegada del séquito de la boda, encabezado por la madre del novio, la insoportable Duquesa de Crakenthorp con su hijo. Marie rechaza abandonar su habitación, pero cuando Sulpice le dice que la marquesa es su madre, la sorprendida muchacha declara que no puede ir en contra de los deseos de su madre y se muestra conforme en casarse con un hombre al que no ama. Cuando ella va a firmar el contrato de matrimonio, llegan Tonio y los soldados del 21, decididos a resctara a su "hija", impidiendo la ceremonia. Cuando dicen que ella fue vivandera e hija del regimiento, los invitados y la aparatosa duquesa de Crakenthorp se horrorizan. Marie confiesa ante todos su lealtad y cariño para con el regimiento y que a él le debe todo. Entonces la marquesa, conmovida por la bondad de corazón de su hija, detiene la boda y da su permiso para que Marie se case con Tonio. Para celebrar este feliz momento, Marie, Tonio los soldados y todos los presentes cantan una vez más ese patriótico Salut à la France.