La Sinfonía Nº 5 en Do Menor Op. 67, de Ludwig van Beethoven,
fue compuesta entre 1804 y 1808.
La obra tuvo un largo proceso de maduración, y los primeros
esbozos datan de 1804 tras haber terminado la Tercera Sinfonía, sin embargo,
Beethoven debió interrumpir su trabajo en la Quinta para preparar otras
composiciones, incluyendo la primera versión de Fidelio, la Sonata para piano
Appassionata, los cuartetos de cuerdas Rasumovsky Op. 59, el Concierto para
violín, el Concierto para piano Nº 4, la Cuarta Sinfonía y la Misa en do mayor.
En esta etapa, su vida personal estaba marcada por la
angustia que le causaba el aumento de su sordera, pero ya había entrado en un
imparable proceso de “furia creativa”.
La obra fue encargada por el conde Franz von Oppersdorff, en
junio de 1807, complacido por su pedido anterior, la Sinfonía Nº 4.
Beethoven le dedicó la partitura a dos de sus patrones y
amigos, al príncipe Joseph Franz von Lobkowitz y al entonces conde Andrey
Razumovsky, y el conde von Oppersdorff no le volvió a comisionar más obras.
La 5º sinfonía integró un extenso concierto de cuatro horas
en el que Beethoven, en su doble condición de solista y director, dirigió el
estreno de La Sexta Sinfonía Op. 68, el aria Ah, perfido! Op. 65, el Gloria de
la Misa en do mayor Op. 86, el Concierto para piano Nº 4 Op. 58, la Quinta
Sinfonía, Op. 67, el Sanctus y el Benedictus de la misma misa, una
improvisación para piano tocada por Beethoven y la Fantasía coral, Op. 80.
El estreno de estas obras, se produjo el 22 de diciembre de
1808 en el Theater an der Wien y hubo poca respuesta crítica.
El concierto tuvo lugar en condiciones adversas, la orquesta
no tocó bien, sólo tuvo un ensayo previo, y en un punto, debido a un error de
uno de los músicos en la Fantasía coral, Beethoven detuvo la interpretación y
comenzó de nuevo.
El auditorío era muy frío y la longitud del programa terminó
por agotar al público.
Sin embargo, un año y medio después, otra ejecución generó
una crítica entusiasta de E.T.A. Hoffmann en el Allgemeine Musikalische Zeitung,
describió la música con imágenes dramáticas: Luces radiantes
son lanzadas hacia la profunda noche de esta zona, y entonces advertimos en las
sombras gigantescas que, oscilando hacia adelante y hacia atrás, se acercan
hacia nosotros y destruye todo lo que hay dentro de nosotros excepto la
angustia del eterno anhelo - un anhelo que en cada placer que surge en sonidos
jubilosos termina por hundirse y sucumbir. Sólo a través de este dolor, que,
mientras va consumiendo mas no destruyendo al amor, a la esperanza y la
alegría, intenta hacer estallar nuestros pechos con un lamento total lleno de
voces de todas las pasiones, y vive en nosotros y somos cautivados por los
guardianes de los espíritus.
A continuación, de Ludwig van Beethoven, la Sinfonía Nº 5 en Do Menor Op. 67, en versión de la West-Eastern Divan Orchestra, dirigida por Daniel Barenboim, en el Royal Albert Hall de Londres, el 23 de Julio de 2012.