jueves, 22 de agosto de 2013

Sir Nicholas Winton


Sir Nicholas Winton nació en Londres, Inglaterra, el 19 de mayo de 1909. Salvó a 669 niños judíos de la muerte a manos de la Alemania nazi antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939.

Hijo de inmigrantes alemanes de origen judío, su infancia y adolescencia transcurrieron de manera apacible y tranquila.

En 1931, una vez finalizados sus estudios, entró a trabajar como agente de bolsa en su ciudad natal, así hasta muy próxima Segunda Guerra Mundial.

En diciembre de 1938 tenía previsto pasar unos días de vacaciones esquiando en Suiza cuando recibió una llamada telefónica de su amigo Martin Blake en la que éste le pidió que cancelara todos los planes que tuviera para esos días y se dirigiera a Praga. 

Al llegar a Praga, Blake lo invitó a trabajar temporalmente en los campos de refugiados de la zona, donde miles de seres humanos, muchos de los cuales eran niños de origen hebreo, malvivían en condiciones infrahumanas.

La visión del drama lo marcó profundamente y montó una oficina improvisada en la habitación del hotel en el que se hospedaba, donde comenzó a elaborar un plan para sacar del país a tantos niños judíos como fuera posible para salvar sus vidas.

Nicholas Winton en Praga, en 1939.

En poco tiempo, la comunidad judía de Praga se hizo eco de la presencia de Winton y centenares de familias acudieron para intentar salvar a sus hijos. 

Fue tan numerosa la cantidad de solicitudes que se vió obligado a abrir una nueva oficina para atender a tanta gente como fuera posible y su amigo Trevor Chadwick se ocupó personalmente de ese despacho. 

Consciente de la magnitud del problema que tenía ante sí, contactó con los embajadores de las naciones que consideraba que podrían hacerse cargo de los niños, pero sólo el gobierno sueco accedió a ocuparse de un grupo de niños. 

Identificación para salir de Praga.

Por su parte, Gran Bretaña prometió aceptar a los que fueran menores de 18 años pero sólo sí antes encontraba a familias dispuestas a acogerlos y que además deberían comprometerse a abonar por anticipado un depósito de 50 libras por cada niño para pagar su futura vuelta a casa.

Finalmente Winton tuvo que volver a Londres para reincorporarse a su puesto de trabajo, pero esto no le impidió seguir apuntalando su plan de rescate.

Creó el ”Comité Británico para los Refugiados de Checoslovaquia, Sección para Niños”, que en un principio sólo contaba con él mismo, su madre, su secretaria y unos cuantos voluntarios.

Sobrevivientes junto al monumento en la estación de Praga.

Winton tuvo que hacer frente a un gran problema: conseguir la financiación necesaria para pagar los costos del viaje en tren de los niños desde Checoslovaquia hasta el país de acogida y encontrar a personas que aceptaran hacerse cargo de estos chicos y pagar las 50 libras que reclamaba el gobierno. 

Comenzó a publicar anuncios en los diarios británicos, en las iglesias y en las sinagogas solicitando ayuda y la respuesta de los londinenses fue entusiasta.

En unas semanas, centenares de familias aceptaron acoger a los niños y aportaron el dinero necesario como para iniciar los transportes desde Checoslovaquia hasta la capital inglesa.


El primero de ellos se efectuó el 14 de marzo de 1939 en avión y en los meses posteriores se organizaron otros siete transportes en tren y el último tuvo lugar el 2 de agosto. 

Estaba previsto un nuevo contingente que tenía que salir de Praga el 1 de septiembre de 1939 y en él iban a viajar otros 250 niños, pero ese mismo día Alemania invadió Polonia y cerró sus fronteras. 

El transporte, literalmente, desapareció y ninguno de los menores volvió a ser visto nunca más. 

Esas 250 víctimas se sumaron a los más de 15.000 niños que perecieron asesinados en Checoslovaquia durante la Segunda Guerra Mundial.

Esta hazaña, que hubiera merecido múltiples condecoraciones y actos de homenaje, quedó en el olvido durante 50 años ya que Nicholas Winton prefirió mantener en secreto lo sucedido. 

En 1988, Greta, su mujer, encontró un viejo maletín de cuero escondido en el desván de su casa y, buscando entre los papeles que contenía, encontró las fotos de 669 niños, una lista con el nombre de todos ellos y algunas cartas de sus padres. 






















Tal descubrimiento hizo que Winton no tuviera más remedio que explicarle a su esposa lo que había acontecido décadas atrás.

Sorprendida por la historia que le contó su marido, Greta se puso en contacto con Elisabeth Maxwell, una historiadora especializada en el Holocausto y esposa del magnate de la comunicación Robert Maxwell, propietario de periódicos como el Daily Mirror y el Sunday Mirror.

Maxwell, cuyas raíces eran checas, quedó tan impresionado por la gesta de Winton que decidió publicar la historia en sus diarios. 


Poco después, la BBC se hizo eco de los sucesos que habían acaecido medio siglo antes y los acontecimientos se precipitaron. 

En unos días pasó de ser un personaje anónimo a convertirse en un héroe nacional, tanto en su país como en la antigua Checoslovaquia. 

En 1993 la Reina Isabel II le nombró Miembro del Imperio Británico y el 31 de diciembre del 2002, lo condecoró con el título de Caballero por sus servicios a la Humanidad.

 










También ostenta el título de Liberador de la Ciudad de Praga y la Orden de T. G. Marsaryk, que recibió de manos de Vaclav Havel el 28 de octubre de 1998; el 9 de octubre de 2007 recibió la máxima condecoración militar checa, La Cruz de la 1ª Clase, en una ceremonia en la que el embajador checo mostró su apoyo público a una iniciativa impulsada por estudiantes del país que contaba ya con más de 32.000 firmas y en la que se solicitaba que le otorgaran el Premio Nóbel de la Paz.

La historia de Nicholas Winton ha servido de inspiración para la realización de dos filmes: All my Loved Ones, dirigida por el realizador checo Matej Mináč, y Nicholas Winton: The Power of Good, un documental que ganó un Emmy en 2002 y en 2011 el documental Nicky's Family.


Actualmente reside en Maidenhead, una pequeña localidad situada en el sur de Gran Bretaña y siempre lleva consigo un anillo que le regalaron algunos de los niños a los que salvó con la siguiente inscripción: "Salva una vida, salva el Mundo".


A continuación imágenes del momento en que Sir Nicholas Winton recibe una distinción.